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"La palabra griega moira significa indistintamente ‘destino', ‘parte', ‘lote' o ‘porción', en referencia a su función de repartir a cada mortal la parte de existencia y de obras que le corresponden en el devenir del cosmos. Controlaban el metafórico hilo de la vida de cada ser humano desde el nacimiento hasta la muerte, y aún después en el Hades."
— Voy a pasar un tiempo entre los mortales...te dejo a cargo Cletus. Por favor, controla a Fan y Fob, que no hagan de las suyas en mí ausencia...— le pidió casi suplicante a su hermano y mano derecha, pues él sabía mejor que nadie de lo que eran sus hermanos cuando nadie les echaba un ojo encima.
— ¿ Y cuándo vuelvan padre y madre que se supone que les diré ? — le preguntó Cletus con verdadera curiosidad, frunciendo su hermoso ceño.
— Diles que me fui un tiempo a mi isla o lo que sea...— Morfeo se encogió de hombros, le daba igual. Podía estar tranquilamente mil años sin ver a sus padres
Morfeo y Cletus estaban, en ese momento, en uno de los largos pasillos blancos de la Gran Sala. Rodeados de las miles de pantallas que la conformaban.
— ¿ Me dirás al menos que pasó cuando la viste ? — le preguntó con mucha intriga su hermano Cletus.
Morfeo pensó en mentirle. Pero aunque Fob y Fan eran sus trillizos, Cletus era el más apegado de todos sus hermanos (y eran varios). Sus padres, que actualmente estaban de viaje de placer en un hotel muy exclusivo de Saint Martin, habían sido muy prolíficos. Hacía un par de miles de años que ya no tenían progenie, pero aún podrían si quisieran.
A pesar de que sus padres eran unos miles de años mayores que él, en el mundo de los mortales lucían como personas de no más de 35 años, la mayoría de los Dioses lucían así. Y Pasítea e Hipnos no eran la excepción. Sus hijos al alcanzar la mayoría de edad a los 3000 años lucían así también. Desde que nacían hasta los mil años pasaban por la niñez y adolescencia, alcanzaban la madurez a los dos mil y a los tres mil la mayoría de edad y quedaban así. Como humanos de treinta y tantos años. Como el propio Morfeo. De hecho si lo veían junto a sus padres posiblemente pensarían que eran hermanos, cuándo claramente no lo eran.
— ¿ Y????? — Cletus estaba ansioso, lo envolvía la misma curiosidad que al resto de los Oniris, aunque él tenía la más absoluta confianza de su hermano...y era discreto.
— No es muy diferente a como se la ve en las imágenes — bueno no le resultó repugnante personalmente. Era una mujer que podía llegar a tener algún atractivo, pensó, aunque no lo dijo — Se nota que es feliz escribiendo sus libros aunque es un poco introvertida con los desconocidos... — caviló Morfeo.
Cletus se cruzó de brazos y alzó su perfecta y dorada ceja. Aparte, se parecía más a él que a sus hermanos trillizos.
— ¿ Vas a seguir yéndote por las ramas o irás al punto ?
Morfeo miró a su hermano con un poco de fastidio, le molestaba ser tan obvio con éste. Cletus aparte lo conocía en profundidad, y podía leerlo como un libro abierto.
— Cuando me dió el libro nuestros dedos se rozaron y sentí algo...no podría describirlo bien...ella creyó que fue una simple descarga de electricidad, pero no estoy seguro ...— Morfeo también cruzó sus brazos y rascó su barbilla.
— Hay algo más allí, solo que no puedo verlo...— hizo sus ojos hacia arriba como si buscará algo en sus archivos de memoria...pero nada. En lo que a él refería, Kathy Monroe era una total y auténtica desconocida. Y hasta dónde él sabía, descontando sus 'sueños', para ella era exactamente igual que para él.
— Podríamos preguntarles a las Moiras ...— sugirió Cletus. Aunque ellas definían el destino de los mortales, e incluso sus muertes podían verlo todo, se hecho eran las hacedoras en gran parte de todo...pero podían ser crueles y traicioneras. Morfeo prefería ocuparse del asunto por sí mismo, antes que pedirles cualquier favor a ellas.
— Prefiero dejar a las Moiras por fuera de esto — le dedicó a su hermano una mirada elocuente. Aparte las Moiras a cambio podían pedir cualquier clase de cosa, nada era gratuito con ellas.
Fan una vez le dijo en broma,
— Prefiero arriesgarme con la anciana bruja del Bayou en Nueva Orleans antes que con las Moiras...
Si las Moiras eran unas auténticas perras en el total y completo sentido del terminó. Y con respecto a la bruja, aunque nadie sabía concretamente el origen de ésta solo que tenía cientos de años, como llegó allí hasta ese lugar perdido del planeta Tierra un completo misterio. Y lucía como una humana muy anciana. Ella podía ver el pasado, el futuro, lanzar maldiciones y hacer hechizos...entre otras cosas. Algunos decían que fue desterrada del panteón celta pero solo era un rumor incomprobable, así que nadie lo sabía con certeza ... mucho menos él que estaba en las antípodas del Panteón Celta. Si el lugar reservado para los dioses era un lugar en alguna dimensión desconocida, una especie de barrio privado como los que tenían los humanos, dividido por panteones que a su vez dentro tenían palacios y mansiones siendo por ejemplo en el Olimpo el palacio más importante el de los dioses principales...el panteón griego estaba literalmente en la otra punta del panteón celta. Si este estaba en el punto más alto al norte, ellos estaban en el punto más bajo al sur. Si hubiera que definirlo en términos 'humanos'.
— Bueno, creo que solo me resta desearte buena suerte hermano — dijo Cletus palmeando su espalda. Y sacándolo de sus pensamientos.
Morfeo le echó una mirada extraña,
— Creo que has pasado demasiado tiempo observando a los humanos Cletus. Nosotros tenemos sangre real olímpica en las venas, somos dioses menores y príncipes...no necesitamos 'suerte'...eso es para los pobres mortales que dejan su destino a manos de esas tres perras de las Moiras...