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Tres días.
Han pasado tres días desde que nos dieron esa terrible noticia. Todavía no lo puedo creer. Es decir, jamás hablé con él pero... Me afectó mucho su muerte. El instituto no es lo mismo sin él. Él era el alma de la fiesta. El chico más guapo y popular que haya visto. Todos y cada uno de nosotros estamos vestidos de negro, debido a que el Director dió una semana de luto. En la entrada del colegio está un pequeño altar para Leo. Todos lo hicimos.
Pero como la vida sigue, el profesor de Biología no me acusó con mi mamá el lunes. Pero me castigó. Ahora todos los días después de clases tengo que quedarme a limpiar la biblioteca. En este momento me encuentro aquí, ordenando y limpiando cada libro. Falta poco para irme. Saco mi teléfono junto con mis audífonos y me los coloco. Suena Same old love de Selena Gómez. Empiezo a tararearla.
Take away your things and gou, you can't take back what you said, i know.
I've heard it all before at least a million times i'm not one to forget, you know.
Un ruido en la puerta principal me hace sobresaltarme, retiro mis audífonos y me escondo, cubro mi boca con mis manos para evitar que se escuche mi respiración.
Alguien entra, no puedo verlo pero sí escucharlo. Pero, no es solo una persona, son varios. Elevo un poco la cabeza para poder observar quiénes son. Puedo verlos, son los chicos del equipo de fútbol: Nate, Jason, Luis, David y Mark. También puedo observar al profesor de Biología. ¿Qué podrían estar haciendo aquí?.
一Bueno, a lo que venimos 一dice el profesor.
一Que sea rápido, no vaya a ser que alguien más escuche 一habla alguien, esa voz la puedo identificar como la de Nate.一tengo una cita一. Añade.
Los chicos lo empiezan a molestar y a silvar.
一No le vayas a hacer lo que hiciste el viernes por la noche 一le comenta alguien más. Creo que es Jason.
一Dejen esa plática para después一espeta el profesor. 一¿están seguros de que el viernes fueron discretos?一. Pregunta. Puedo escuchar el tono de su voz: desesperado.
一Por supuesto一dice uno de ellos.一Nadie sospechará.
一Eso espero, ahora retirense一. Ordenó. Escuché pasos alejarse y, la puerta se abrió y cerró.
¿Qué harían el viernes por la noche? Vuelvo a elevar mi vista, observo al profesor teclear en su teléfono, para luego colocárselo en su oído. Estaba llamando a alguien.
一Hola, sí一contesta一No, está todo en orden, nadie sospechará 一silencio一. No dirán nada, ellos saben lo que les pasa si abren la boca 一otro silencio一 te llamo luego一se retira el celular.
Oh. Por. Dios
Observo que el profesor da la vuelta y se va.
¿El profesor tendrá algo que ver con la muerte de Leo? Eso es grave. Mencionó muchas veces el viernes por la noche, el día que Leo murió. Esto me estaba dando miedo. Me levanté con cautela, agarré mi bolso y salí de allí. Mientras iba caminando por los pasillos solitarios de la escuela me sentía observada. Al llegar a la salida, me detengo frente al altar de Leo. Hay muchos mensajes de amor para él. En el centro, estaba una fotografía suya: tenía el cabello despeinado, su traje de fútbol y un trofeo en sus manos. Una punzada de dolor se me instala en el pecho. No entiendo cómo alguien tan joven tuvo que morir. Él se iba a graduar este año. Él y Danna, su novia, serían los reyes del baile.
Hay algo que no me cuadra, el Director dijo que murió en un accidente de coche y, que el auto se incendió, por lo tanto no encontraron el cuerpo, debido a que se hizo completamente cenizas. Sin embargo, eso no me convence. Siento la necesidad de averiguar qué fue lo que pasó realmente. El profesor Alfonso estuvo hablando del viernes por la noche junto con los del equipo de fútbol. Lo cuál es raro porque ¿porqué hablarían de eso?, y ¿porqué esperaría a que todos salieran para hacerlo?. Si empiezo a investigar podría averiguarlo, pero ¿porqué querría el profesor hacerle daño a Leo?.
Un viento fuerte y frío me hace salir de mis pensamientos. Los árboles se tambalean de un lado a otro. Observo el retrato de Leo, la pequeña vela que estaba situada a la par, de repente se apagó, haciendo que el humo vuele hasta llegar dónde mí. Me aparto de inmediato y camino a paso rápido hacia mi coche. Abro la puerta y la cierro al estar dentro.
Eso dió miedo.
Busco las llaves entre mis cosas, al encontrarlas, enciendo el auto y me alejo del instituto.
Quiero llamar a Sofía, me dispongo a teclear su número en mi teléfono, repica varias veces, sin embargo no contesta.
Mierda.
Ella dijo que hoy saldría con Nate.
Nate...
Él dijo que hoy tenía una cita en la biblioteca. Lo que no me gustó fue lo que le dijo Jason: No le vayas a hacer lo que hiciste el viernes por la noche. Recuerdo muy bien esas palabras. Y si... Oh, no. ¿Nate también tuvo algo que ver con la muerte de Leo?, ¿no fue un accidente? ¿lo asesinaron?.
Demasiadas preguntas, Sarah, demasiadas.
Minutos después llego a casa. Mi madre no está, debido a que es Doctora y hoy le toca el turno de la noche. No quisiera estar sola hoy. Tengo algo de miedo.
Sofía no me contesta, temo que algo malo le pueda pasar. Pero no tengo la seguridad de que Nate sea un asesino, o incluso el profesor. Además, es todo el equipo, o cinco de ellos. Camino hacia la cocina en busca de algo de comer. Encuentro pasta, solo pasta. No tengo mucha hambre así que eso es más que suficiente. Saco un plato y empiezo a llenarlo. Me siento en el comedor, enrollo la pasta con el tenedor y empiezo a comer.
¿Cómo es que últimamente tengo la vaga sensación de que no estoy sola? No me gusta sentir esa sensación. Me da miedo. Sigo comiendo cuándo escucho un ruido en la sala. Se me hace un nudo en el estómago, me quedo estática, paralizada. Termino de tragar con dificultad la comida que tenía en la boca. El ruido fue leve, como si hubiesen arrojado algo al piso. Estoy sola, no hay nadie más aquí. No tengo perros ni gatos. Tampoco se cuelan ráfagas de viento. Me armo de valor y me pongo en pie. Mis piernas tiemblan, al igual que mis manos. Rodeo la mesa con mucha dificultad. Lo único que quiero en estos momentos es meterme bajo mi cama. Camino a paso lento hasta detenerme en el marco de la puerta; un paso más y estaré en la sala. Cierro los ojos y respiro profundo.
Relájate, Sarah.
Sigo caminando hasta quedar cerca del sofá. No hay nadie aquí ¿Qué fue ese ruido entonces? Observo el piso para comprobar que no haya caído nada. Sin embargo, en una esquina está el control remoto del televisor tirado. De seguro mamá lo dejó mal colocado por eso se cayó. Eso me tranquiliza un poco. Me apresuro a recoger el control y lo dejo en el sofá. Vuelvo a la cocina para terminar de comer.
Al terminar mi comida, dejo el plato en el fregadero. Tomo mi teléfono y me dirijo a mi cuarto. Al llegar, me siento en mi cama al estilo indio para hacer mi tarea. No quiero más castigos. Agarro el cuaderno que está en mi mesita de noche y lo abro. Intento concentrarme en el tema, sin embargo, no puedo. Todo lo que pasó hoy fue... Muy siniestro. Paso las ojas del cuaderno hasta llegar a la mitad. Empizo a apuntar a las personas que miré sospechosas hoy:
1:Profesor de Biología: Alfonso Shwartz.
2:Los del esquipo de fútbol:
-Nate Cohen.
-Jason Gregson.
-Luis Farlinger.
-David Alianak.
-Mark Irving.
Listo. Pero, no entiendo. ¿Porqué querrían asesinar a Leo? ¿Envidia?. Creí que eran amigos. Aunque Leo, por ser el capitán del equipo, sí tenía varios enemigos.
一Ay, Leo, ¿Porqué te pienso tanto?一susurre para mí misma.
El viento se empezó a colar por mi ventana. En mi escritorio, donde estaba el álbum estudiantil, se empezaron a pasar las ojas muy rápido, debido al fuerte viento. Al ver que se detuvieron, me levanté y caminé hacia él.
Mi respiración se entrecorta, abro los ojos y cubro mi boca con mis manos. Miedo. Eso es lo que siento en estos momentos, puesto que en el perfil en el que se detuvo fue en el de Leo:
~Leo McGilly.
18 años.
Capitán de fútbol, guapo, solidario, el mejor amigo de todos. Siempre estarás en nuestros corazones. Estás aquí.
Por siempre Leo.
A la par de esa información, se encuentra una foto de él. Algo llama mi atención, en su camiseta está la palabra: Help. Un escalofrío recorre mi cuerpo. Observo la ventana que está abierta y me apresuro a cerrarla.
¿Qué me pasa? Tengo que salir más seguido si no quiero volverme loca.
Vuelvo a mi cama. Tecleo el número de Oliver en mi teléfono y lo llamo. Suena tres veces hasta que contesta:
一¿Hola?
一Oliver, puedes venir a mi casa, por favor 一Mi voz sonó preocupada. No es para menos.
一Claro, llego en seguida.
Colgó.
Oliver, es mi mejor amigo. Necesito desahogarme con alguien. Además, no quiero estar sola esta noche. Salí de mi cuarto, llegué a la sala y encendí la televisión. Estaban presentando caricaturas, me quedé observandolas un momento. Me sentía nerviosa, mis manos sudaban, estaba algo inquieta. Oliver no tiene que tardar mucho en venir, puesto que vive a dos casas. Siento que llevo esperándolo horas.
En ese momento, escucho que tocan la puerta. Me levanto y corro a abrir. Ahí está él, Oliver.
一Estoy aquí一dice con voz suave.
No contesto. Simplemente me abalanzó a él y lo abrazo. Él no tarda mucho en corresponderme, me rodea con sus brazos y acaricia mi espalda.
Sinto que quiero llorar pero ¿porqué lo haría?. Me aparto de él y lo veo a los ojos.
一Gracias por venir, adelante 一Me hago a un lado, una vez a dentro, cierro la puerta 一Sientate.
Hace lo que le digo, se sienta, hago lo mismo, tomo una profunda respiración y lo miro: su cabello despeinado como si hubiera estado durmiendo, su camisa medio arrugada y sus vaqueros. No sé si contarle lo que ha pasado.
一¿Qué tienes, Sarah?一arruga la frente en señal de que está tratando de averiguar qué es lo que me pasa.
一Nada. Estoy sensible, eso es todo一mentí. No estoy sensible, estoy aterrada.
一¿Segura?一insiste.
Asiento con la cabeza y vuelvo mi vista al televisor.
Sofía... ¿estará bien? Espero que sí.
一Oliver, ¿has hablado con Sofía?一pregunté con tono despreocupado. No quiero que se alarme.
一Sí, hace rato. De hecho me dijo que no te pudo contestar porque tenía su celular en silencio一explica.
Eso me alivia un poco. Pero aún así, tendré que averiguar qué esconden esos chicos.
一Oye, ¿sabes si Leo tenía algún enemigo?一pregunté. Frunció el ceño.
一No que yo sepa一comenta. Se quedó pensativo. 一 aunque...
一¿Aunque?一me apresure a preguntar. Él nota mi desesperación y frunce el ceño一 perdón, sigue.
一El profesor de Biología no era muy amigo de Leo, dicen que Leo una vez lo dejó en ridículo frente a todos y eso no le agrado mucho al profesor. Pero nadie más que yo sepa.
El profesor. Eso ata algunos cavos. Tengo que averiguar más.
一Oh一es lo único que pude decir一 y que me dices de sus compañeros de fútbol.
Me mira.
一No lo sé, nunca me relacioné con él一admite, coge el control del televisor y empieza a cambiar de canal一¿porqué tanta preguntadera por Leo?
Si ¿porqué? Ni yo misma sé.
Me encojo de hombros y formo mis labios en una línea.
一No por nada.
Mañana me espera un día muy agitado. Tengo un plan: voy a seguir al profesor, quizá el tenga que ver con la muerte de Leo. Si es así, yo misma me voy a encargar de que pague por eso.
Espero no arrepentirme de la decisión que estoy tomando.
一Sarah, me acaba de mandar un mensaje Sofía.一dice la voz asustada de Oliver.
一¿Qué dice?一pregunto. Observo a Oliver, quién se queda estático sin decir nada一 Oliver, ¿qué pasa con Sofía?一insisto.
Lo miro tragar con dificultad y me mira:
一Dice que necesita ayuda.