Cuatro
Me despierto un poco aturdida y desorientada mi cabeza daba vueltas ¿Donde estaba? ¿Que había ocurrido? De repente todo viene a miente como un video, Max...
Max estaba vivo...
Abro mis ojos buscando su rostro, pero lo único que consigo ver son las paredes de mi habitación y a un hombre viendo a través de mi ventana, directo al jardín.
—Max ¿eres tú?—pregunto un poco nerviosa.
Suspira frustrado—No. No soy Max, que bueno que ya despertaste
—Derek, ¿como llegue aquí? ¿Que paso? ¿Donde está el?
Estaba nerviosa, no quería escuchar su respuesta, me temía escuchar algo que no quería.
—Esta muerto Maritza, hace dos años que el ya no está con nosotros ¿que pasa contigo? ¿Pensé que íbamos bien?
Hasta quería invitarte a salir ¿que está pasando?
—No. No, todos estábamos en la fiesta y el llego, yo lo vi, la fiesta de mi hijo es de plim, plim.
—Tuviste una crisis de ansiedad, sumado a el estrés, debes tomar vacaciones, para de sufrir, él no va a volver, te encontré en el cementerio ahogada en llanto, perdiste el conocimiento quien sabe por cuánto tiempo estuviste bajo la lluvia, debes dejar de hacer esto, tu hijo te necesita ya perdió a su padre, no le quites a su madre.
—Lo extraño, lo necesitó, es cm si formara parte de cada fibra de mi cuerpo, mi corazón no tiene nada que bombear porque él era mi carne, mi propia vida, dos años en agonía, ya no estoy aquí morí el día que él se marchó para siempre, no puedes pedirme que pase la página así.
—Son dos años—grito furioso, no entendía su actitud.
—No me levantes la voz, estas en mi casa—sé que soné un poco fuerte pero no tenía derecho de mandar en mí.
—Lo siento cariño—caminaba acercándose a mi—es que estoy nervioso, preocupado, dolido, no sé qué sentir, pensé que moriría cuando te vi allí en ese cementerio, abajo se está celebrando el cumpleaños de tu hijo todo el mundo está preguntando por ti, si te sientes en condiciones por favor baja a celebrar.
—Espera afuera por favor.
No dijo ni una palabra más, salió y cerró la puerta, corrí al baño y me mire en el espejo, ese reflejo era lo poco que quedaba de mí una mujer que estaba muriendo cada día, no era ni la sombra de aquella que trabajo con el diablo, esa inocente niña que firmo aquel contrato entrando en ese juego.
Me arregle de manera rápida, mi hijo me necesitaba. Baje las escaleras de aquella casa que me traía tantos recuerdos, tal vez Derek tenía razón, necesita vivir por mi pequeño, Nicolás me necesitaba.
En el jardín se celebraba la fiesta de ensueños, toda la sociedad y los periodistas estaban presentes, borre mi cara de dolor y coloque la mejor de las sonrisas, mi pequeño necesitaba a su madre.
El pequeño cuando me vio corrió a mis brazos.
— ¡Mami mami!
—Hola mi amor feliz cumpleaños ¿que tal esta tu fiesta?
—Si, conochi a plim plim.
— ¡Oh pero que bueno mi amor!
Lo abrace fuertemente aferrándome a la vida, a su espíritu, era la copia de su padre, siempre tendría un pedazo de él.
Salude a todos los que pude, pero me mantuve alejada de Derek, a la hora de cantar el cumpleaños solo le permití al abuelo Simón estar a nuestro lado, no había espacio para nadie más que no fuese Max y él no estaba aquí, así que solo éramos nosotros tres.
Cuando por fin termino la fiesta, mi pequeño estaba rendido, me encargue de acostarlo y baje al despacho, quería hablar con el abuelo.
—Puedo entrar—pregunte sonriendo.
— ¡Por supuesto! Esta es tu casa.
—Gracias Simón, quiero agradecerte por todo lo que haces por nosotros, sé que no es fácil asimilar todo lo que ha ocurrido desde su ausencia—mi rostro reflejo dolor.
— ¡Lo sé! Pero quiero darles todo, esto es lo que haría mi nieto por ustedes, y juraría que mucho más, lamento mucho que la avaricia de Gabriela su hijo acabaran con tus sueños, pero tienes a Nicolás, él te ayudará a salir adelante, quiero que sepas que si quieres rehacer tu vida...
No lo deje terminar.
—Jamás volveré a enamorarme, Max era lo único que tenía él fue ganándose mi confianza ayudando a mi madre, a mi hermana, a mí, me enseño a ser todo lo que soy ahora, nadie por mucho esfuerzo que haga, estar a su nivel, mi amor por el traspasa la eternidad, pero también reconozco que debo continuar es por eso que quiero abandonar la mansión Duncan.
La cara del abuelo, primero fue de asombro, para luego invadirlo la tristeza, cosa que no hizo más que empeorar mis ánimos.
—No Maritza, no me alejes de Nicolás, él es lo único que tengo.
—Sé que es así Simón, pero vivir aquí me estaba apagando, los recuerdos, todo lo vivido, no puedo entrar sin intentar llamarlo, a veces creo que está vivo, hoy perdí la cordura en el cementerio, el aroma de su piel se cuela todas las noches en esa habitación, estoy Volviéndome loca.
—Sé que tienes razón, no puedo retenerte aquí..
Mi corazón se arrugaba de sentimiento, este hombre era parte de mi familia, era una pieza importante para Max, no podía dejarlo así.
—Entonces creó que deberíamos buscar donde mudarnos, podría acompañarnos y así buscar una habitación que le guste en nuestra nueva casa.
— ¿Que?—Pregunto perplejo
—Vivirás con nosotros Simón, no podría dejarte aquí, creo que también te caería bien un cambio.
— ¡Eres maravillosa querida!
El hombre se acercó y nos fundimos en un abrazo enorme, para luego despedirnos.
Subí a mi habitación estaba cansada, así que no me tomo mucho tiempo conciliar el sueño, me gusta dormir para poder soñar con él.
Todas las noches cada vez que me dormía su aroma llegaba a mí, sus caricias las sentía tan viva tan reales, disfrutaba de ese tacto, que aunque fuese mentira, lo sentía real, tal vez esto era lo que necesitaba dormir para sentir, para volver a sentirme viva, gracias a estos sueños amanecía con fuerzas para continuar.
Pero hoy fue totalmente distinto porque su voz se quedó incrustada en mi mente.
—Te amo Maritza, este diablo te ama con locura...
Me desperté sobresaltada buscando su cuerpo, todo se había sentido tan real, debía ir a terapia, estaba obsesionada con él.
Mire el reloj de la pared y marcaban las cinco de la mañana me di una ducha rápida, quería despedirme de mi bebe antes de ir a la oficina, hoy estaba un poco temerosa así que opte por usar una falda tubo negra con una hermosa camisa manga larga de color blanco con brinda en el cuello, las mangas, unos lindos tacones negros y el cabello recogido, no necesitaba maquillarme nunca me había gustado.
Baje a desayunar cuando faltaba un cuarto para las seis, para luego ir a ver a mi pequeño quien aún dormía, su niñera se encargaría de él, era una mujer de confianza, Rosalía se había ganado mis respetos y los de todos.
Salí directo a la oficina para cuando llegue Derek me esperaba en mi escritorio, cosa que no me gusto, amaba mi privacidad.
— ¡Buenos días! Bella y elegante como siempre.
— ¡Buenos días Derek! ¿A que le debo el honor de tu visita? Sabes que me gusta la privacidad.
—Lo siento, es que quería ser el primero en darte la noticia.
— ¿Que noticia?—pregunte con intriga.
—Las empresas Duncan se fueron a la quiebra, esta mañana la bolsa cayó, tuvieron que vender las acciones casi regaladas.
Sentí mi mundo estremecerse, ese fue mi hogar, allí conocí a el amor de mi vida, todo el trabajo de Max se había ido a el infierno.
Suspire con tristeza— ¿Quienes compraron las acciones?
—No se saben aún, pero investigare un poco más, en lo que tenga información te avisare.
La mañana se fue volando, como a las once Rosalia llego con el pequeño Nicolás, habíamos establecido esas rutinas, almorzábamos y cenábamos todos juntos, incluyendo a su hijo, pero hoy sería la diferencia.
Estaba jugando con el pequeño cuando Derek entro.
—Tienes que ver esto—decía agitando un documento en sus manos.
—Déjalo en el escritorio, lo revisare más tarde.
—No. Esto no puede esperar.
Rosalía se acercó a mí para tomar al pequeño, mientras Derek me entregaba el documento, él no era más que una nota de prensa.
"Después de dos largos años de la desaparición física del Líder de los Duncan, Maximiliano Duncan, es nuevamente noticia ya que su empresa cayó en banca rota...
Suspiro frustrada, no entendía cuál era la emergencia—Esto ya lo sabemos.
—Sigue leyendo—insiste nervioso
“Luego de una investigación muy delicada, logramos descubrir que el comprador de las acciones fue un nuevo empresario apodado El Diablo.
Mis piernas comenzaron a temblar ¿era posible que Max estuviera vivo? Había ido a reconocer su cuerpo pero están destrozado, pero estaba segura que era él, su anillo y la carta que dejo para mí me lo confirmaron.
Mire a Derek mientras mis manos temblaban.
— ¿Esto es una broma?—pregunte nerviosa.
—Sigue leyendo.
"Si señores, como lo están leyendo, automáticamente todos nos hacemos la misma pregunta ¿Sera que el empresario Max Duncan está vivo? ¿Fue todo esto una farsa para librarse de su familia o de los problemas con la mafia?
Sabemos de buena fuente que su cuñada Renata es la nueva asesora de la empresa Lomguviet, con quien la señora Ferrer viuda de Duncan se asoció para crear una nueva compañía y así recuperarse de la ruina"
Después de leer aquella nota, mis lágrimas comienza a correr, como era posible que pudieran decir tales cosas de Max ¿si era cierto que él estaba vivo porque no buscarme a mi, sino a Remata?
—Renata...
Fue lo único que salió de mi boca.
—Este hombre misterioso compro las acciones y es nuestro socio, debemos pedir reunirnos con el cuanto antes, no quiero que te hagas a la idea Maritza Max no está vivo, se le práctico estudios al cadáver, su ADN coincidió con el de nuestro chico, no hay duda de eso, él está muerto.
—Pero...
No me dejo continuar.
—Pero nada, él está muerto, este es otro hombre intentando ganar fama, llamare a Renata.
—No. Déjame eso a mí, nos vemos luego.
Tome mis cosas y le pedí a Rosalía que me acompañara, esta vez usaría el chofer, iríamos a ver a Renata, ella me aclararía todas mis dudas y eso sería hoy mismo.