Librería
Español
Capítulos
Ajuste

Capítulo 5

Inmediatamente corrí a buscar a Gerda, tanto para asegurarme de que estaba bien como porque quería saber y sobre todo entender por qué ahora me tocaba a mí ser un peón en manos de nuestro padre.

No pude encontrarla, pero en cambio me encontré con Brynyar que estaba sentado a un lado afilando la hoja de su hacha.

Fui hacia él inmediatamente.

-¿Qué pasó Adrina? Pareces molesta-

-¿Dónde está Gerda?-

Al escuchar el nombre de mi hermana, Brynyar dejó lo que estaba haciendo y se levantó con expresión preocupada.

-¿El rey no aceptó la propuesta de mi hermano?-

Entonces él sabía lo que había sucedido.

-¿Qué propuesta?-

-Adrina, sé que sabes lo que está pasando entre Gerda y yo, he escuchado de ti muchas veces-

No pude entender a qué se refería con esa frase, sin embargo simplemente confirmé lo que acababa de decir.

-¿Y con esto?-

-Me enamoré de Gerda desde el primer día y quedarme aquí no ayudó.

Casper y yo somos muy cercanos Adrina, no pude engañarlo-

Me encontré pensando que técnicamente ya lo había hecho.

Él y Gerda habían empezado a verse poco después de la partida de Casper y yo dudaba profundamente que sus encuentros se hubieran limitado a unos pocos besos castos.

-¿Le contaste todo lo que pasó entre ustedes?-

-Sí, hablé con él apenas aterrizó y gracias a los dioses no estaba enojado.

Me dijo que hablaría con el rey y que elegiría otra novia-

Así que así fueron las cosas, me encontré prometida a Casper porque mi hermana y este vikingo se habían enamorado.

Suspiré, ciertamente no podía enojarme con ellos por esto, al contrario, estaba feliz de que Gerda hubiera encontrado a alguien que la amaba y respetaba.

-No te preocupes, mi padre aceptó la propuesta de tu hermano, Casper no se casará con Gerda-

Brynyar sonrió aAdrinaiado, yo estaba feliz de que él fuera feliz, lo amaba y amaba a mi hermana pero ese sentimiento de inquietud por lo que me estaba pasando no quería irse.

-¿Y entonces? ¿Quién de ustedes se casará con mi hermano?-

-Me casaré con él-

El fatídico día de Freya había llegado, pronto me convertiría en la novia del futuro rey de la tierra de la nieve.

Debería haber sido feliz, para un vikingo casarse con un gran guerrero y tener muchos hijos era un honor, pero en cambio mis manos sudaban y mis piernas no dejaban de temblar.

Tenía miedo.

Temía la vida que me esperaba en la tierra de Casper, simplemente no quería ser una buena madre y esposa dócil para un hombre que no me habían permitido elegir.

Había pasado la mayor parte de mi vida a la sombra de esa casa y demostrando mi valía como mujer y guerrera, visitando nuevas tierras, viendo el mundo y lo que tenía para ofrecer era mi sueño.

Un sueño que se me escapaba de las manos.

Lo único positivo fue que habría dejado esas tierras y esa casa que no sentía mía en absoluto.

Mi madre y mis hermanas en ese momento de reflexión entraron a la habitación, Gerda era tímida y evitaba mi mirada, ya no había podido hablar con ella después de lo sucedido.

Sentí que tenía que tranquilizarla pero ese no era el momento adecuado.

Probablemente se sintió culpable y no tuvo el coraje de enfrentarme.

Todos estaban en silencio religioso, como si se estuviera preparando un funeral en lugar de una boda y hasta noté que algunos tenían lágrimas en los ojos pero no dije nada, hubiera sido inútil.

La mañana pasó rápido con todos los preparativos y una vez terminados mi madre colocó en mi cabeza la corona nupcial que ella misma había traído a su boda y me regaló una sonrisa de satisfacción.

-Eres hermosa, que los dioses te acompañen hija mía-

Tal vez quería animarme y darme fuerzas pero esas palabras salieron tan desconsoladamente que tuvieron exactamente el efecto contrario.

Ahora yo también quería llorar, aunque por motivos muy distintos a los de ellos.

Yo estaba triste por mis sueños rotos mientras mi familia por lo que era y representaba Casper.

Si hubiera habido un hombre de nuestra aldea en lugar de ese Wulfgar, probablemente ya estarían todos encantados.

Poco después mi padre vino a recogerme y con toda la procesión me acompañó al bosque donde se había construido un templo a la diosa Freya y donde ya me esperaban Casper y Brynyar.

El intercambio de promesas fue rápido al igual que el banquete organizado en nuestro honor, parecía que todo fluyó rápido ese día.

Ya era de noche y todos los presentes yacían en el suelo borrachos o medio dormidos sobre las mesas.

Casper se volvió hacia mí, había bebido tanta hidromiel que pensé que ni siquiera podría hablar, pero en lugar de eso tomó mi mano y me invitó a levantarme con tal naturalidad que espontáneamente miré al suelo para ver si todos ese hidromiel lo había arrojado al suelo.

-Creo que es hora de retirarnos, mañana saldremos al amanecer y tenemos un largo viaje por delante-

Me arrastró fuera de la gran sala, probablemente queriendo ir al muelle donde él y su gente se habían instalado.

El muelle de noche era algo maravilloso, lo único que se escuchaba era el sonido del mar.

Por un momento olvidé todo lo que había pasado y lo que estaba por pasar y me perdí en esa paz que sólo el mar era capaz de darme.

Casper se detuvo justo al lado de una choza un poco más grande que las demás y para mi gran sorpresa comenzó a olfatear el aire y el gruñido que emitió poco después me hizo saltar.

-Aren, sal-

Me quedé sin palabras ante una extrañeza más de aquel hombre, había entendido que había alguien dentro al oler el aire, era absurdo.

Cuando se abrió el telón, salió el chico que había visto bajar del barco hace unos días junto con Casper quien ahora estaba visiblemente molesto por su presencia, después de todo esta era nuestra noche de bodas.

Aren miró primero a mí y luego a la montaña cerca de mí y con la voz espesa por el sueño comenzó a hablar en su idioma.

-Lo siento, pensé que pasarías la noche en la casa del rey-.

De hecho, mi padre había arreglado todo lo necesario para que nos prepararan una habitación, pero entre los preparativos y el banquete de bodas lo había olvidado por completo.

Descarga la aplicación ahora para recibir recompensas
Escanea el código QR para descargar la aplicación Hinovel.