Capítulo 4. Sos todo lo que quieras
Por Melina
Cenamos en el departamento de Cris, luego nos duchamos juntos…no me había duchado jamás con mi ex, no quiero compararlo, pero si lo hago, ya tuve más orgasmos con Cristian en unos días, que en el año entero que la pasé con mi ex.
Nos duchamos juntos, de repente me dio vuelta contra la cerámica de la ducha y bajó por mi espalda desparramando besos y lengüetazos por mi cuerpo, mientras bajaba hasta mi cola, siguió de largo hasta mis tobillos, yo gemí queriendo sentirlo en mi vagina, está empapada, subió lentamente y ahora sí se detuvo en mi zona íntima, cuando estuve a punto de llegar, cerró la ducha y fuimos a su cama.
Yo estaba de espaldas a él, recibiendo sus caricias.
Saco un gel de su mesita de luz, que vertió en mi cola y en mi vagina y que me hizo sentir un fuego más intenso del que ya sentía, mientras escucho como se ponía el preservativo, en lugar de penetrarme, jugó con mi clítoris entre sus dedos, ya estaba a punto de llegar, lo necesitaba dentro.
—Melina, dejame probar algo, si te duele no insisto.
Me preparé para sentirlo dentro de mi culo ¿A eso se refería, no?
Así fue, me dolió, claro, pero no tanto como creí, aparte estaba tan excitada que creo que mañana me va a doler más.
Entraba y salía aunque no del todo, primero lento y luego aceleró el ritmo, mientras seguía jugando con mi clítoris, lo que provocó que tuviera un orgasmo intenso, aunque distinto, me gustaba experimentar cosas nuevas, el sexo con él, era una fuente inagotable de placer, en todas sus formas.
Lo siento llegar, temblando, acariciándome, besándome.
Es perfecto, perfecto para mí.
Cuando salió me dijo en mi oído.
—Me moría si no la metía en tu culo, lo soñaba desde que te ví.
¿Cuántas cosas se imaginan los hombres?.
Nos dormimos abrazados, fue hermoso despertarnos juntos.
Nunca me había despertado con alguien, sentí a la vez una libertad y una sensación de pertenencia, ya sé son sentimientos o sensaciones opuestas, pero con él todo es así.
Me desperté con su miembro, duro, apoyado en mi cola y sus manos juguetonas en mi pecho.
Ya estaba mojada, ¿Qué tiene éste hombre que me hace sentir así?
Giro para buscar su boca, y me subo sobre él y Cris, rápidamente, busca un preservativo.
Me penetró estando yo arriba, con su boca atrapó mis pechos y con sus manos me acariciaba por todo el cuerpo, llegué antes de lo que quería, pero el rozar de mi clítoris contra su cuerpo mientra lo sentía dentro, me llevó a un incontrolable deseo de llegar a sentir, de nuevo, un orgasmo, mis gemidos se debían escuchar en todo el departamento.
Él llegó a su clímax, casi inmediatamente después que yo.
—Lo lamento, creo que grité mucho, me...descontrolaste.
—Nena, yo estoy descontrolado por vos, desde que te ví.
A las tres de la tarde entré a casa, él se concentraba para el partido del día siguiente.
Estudié toda la tarde.
A las ocho de la noche llega mi amiga Andy, me ayudó con un punto de un trabajo práctico.
Charlamos tanto que se hizo tardísimo, eran las 11 de la noche, decidimos que se quedara a dormir en casa, así podríamos seguir charlando y haciendo planes para nuestra futura empresa.
Andy es siempre muy positiva, me encanta su carácter, es simpática por donde la mires y es bonita, no es tan llamativa, es de una belleza más tranquila, flaquita, mucho, hasta es más flaquita que yo, tiene el cabello rubio oscuro, lacio, siempre impecable, su piel es tan blanca como la mía y sus ojos son de color celestes, tirando más a azules, si no nos conocen, podemos pasar por hermanas.
Por eso la deben querer en casa, primero porque es tranquila, bueno, al menos eso aparenta.
Segundo porque son muy racistas, y ella tiene el perfil de las personas que le gustan a mis padres, eso es un asco, pero ellos son así.
Por eso querían tanto a mi ex novio, porque él es alto, rubio, de ojos claros y blanquito.
Nunca les importó como me trataba, tampoco es que yo pudiera hablar con ellos y decirles como me sentía.
Yo misma siento que están enojados conmigo porque no soy alta, es muy loco, pero me comparan con mis primas que tienen más de un metro setenta y me dicen que tendría que haber sido como ellas...claro si una pudiera elegir cómo ser físicamente…
Te podés poner o sacar tetas, te podés hacer lifting, cirugías de abdomen y hasta de brazos ó poner cola, pero la altura…
No sé qué va a pasar cuando lo conozcan a Cristian, es de tez blanca, aunque tiene un tostado divino, por estar mucho al sol y tiene los ojos verdes más hermosos que vi en mi vida, que me acarician con la mirada, pero el cabello es oscuro, a mí me importa una mierda, puede ser de piel azul, que si me enamoro, me da igual.
Tendrán que aprender, espero que nunca nombren a mi ex, delante de Cristian, porque si seguimos así, lo van a conocer y pronto.
Es que es el amor de mi vida.
Estaba con Andy en mi habitación, y suena mi celular, era él, Cristian.
Corro para atender, mi corazón late a mil.
—Hola amor.
Le digo feliz
—Hola princesa, qué lindo que me digas amor.
—Que lindo que me digas princesa…
—¿Qué hacías?
—Estoy con mi amiga Andy,
—Holaaa
Grita Andy.
—Te pongo en altavoz
—Hola Andy, ¿Cómo estás?
—Bien¿Y vos?
—Concentrado, ya por dormirnos, mañana jugamos a las 4 de la tarde.
—Que temprano.
Le digo yo.
—Sí, por eso la práctica es a las ocho de la mañana, espero que me respondan las piernas después de…
—Esperá.
Saco el altavoz, Andy se ríe con alma y vida.
—Estabas en alta voz.
—Perdón princesa, pero estoy seguro que le habrás contado algo a tu amiga.
—Sí, le cuento, pero no le doy detalles y todavía no habíamos hablado de…eso
Escucho su risa.
—¿De qué hablaron?
—De la facultad, de nuestro proyecto, de una campaña publicitaria nueva, que me avisaron hace un rato…
—¿De ropa interior?
—No, de vino, tengo que viajar a Mendoza.
—¿Cuándo?
—No sé, ya me van a avisar.
—Te felicito, eso es porque tengo la novia más hermosa que existe.
—¿Novia? Pensé que dijiste que era tu chica.
—Sos mi chica, mi novia y todo lo que quieras, te amo.
Se escuchaban silbidos y gritos del otro lado del teléfono.
—¿Qué pasa?
—Parece que estos acá nunca tuvieron novia y se ponen a escuchar nuestra conversación, lo que no saben es que la mujer más hermosa es la mía.
—Te amo.
—Te adoro, lástima que no tenga fotos tuyas en mi celular.
—Hay fotos mías en internet, de la campaña de ropa interior.
—Ni loco se las muestro.
—Te amo, hasta mañana, descansá y ganá.
—Gracias amor, hasta mañana.
Cortamos y digo.
—Estoy enamorada.
—Es un divino.
Dice Andy.
—Si, en la semana te lo presento.
A las cuatro de la tarde yo estaba preguntándole a mi papá si pasaban los partidos, me dijo que algunos, y que más tarde pasan el resumen de todos, salvo que saquemos el pack de fútbol en la compañía de cable y así podamos elegir qué partido ver.
No tenía ni idea como se manejaba ese tema, con ver netflix estaba bien, aparte no tenía demasiado tiempo para ver tv.
Si, busqué en google el resultado del partido, habían ganado y Cristian atajó un penal.
Tiene más aguante del que él mismo pensaba.
Me reí sola.
Volví a ser feliz.
Es el hombre que estaba esperando.
A las 10 de la noche suena el celular, era él, quería verme pero yo ya estaba acostada y al otro día tenía un parcial.
Lo entendió, aunque no le gustó demasiado.
La verdad es que necesitaba estudiar, en la semana estuvimos juntos y no pude estudiar demasiado.
Andy me ayudó con el trabajo práctico, porque no tenía tiempo de hacer las dos cosas, es decir, preparar un trabajo práctico y estudiar.
No quería dejar de lado mis estudios, eso no lo haría por nadie.