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Capítulo 3. Perdido por ella

Por Cristian

Cuando la veo salir de su casa no se le vé demasiado que tiene puesto, es como que se esconde a través de ese atuendo, pero cuando se saca la capa al bajar del auto y la veo, me sacó el aliento, que culo, por dios y que piernas, ya estoy pensando en hacerle mil cosas, sin embargo, vamos a una confitería, que si bien es bastante intima, también es pública, por lo que trato de controlarme, de todos modos, charlar con ella me encanta, su conversación es de una chica instruida, no me gustan las chicas huecas, claro que en general con las chicas que estoy, no hablo casi nada, solo es sexo.

Vamos a mi departamento, pensaba llegar hasta donde ella me permitiera, charlamos un montón antes de empezar a besarnos, pero me acerco a ella y lo que pretendía ser un beso casi casto, se convirtió en un beso de una pasión salvaje, desenfrenada.

A medida que mis manos recorrían su cuerpo, estábamos los dos descontrolados.

Nunca me pasó sentir tanto deseo de poseer a alguien, en general me daba lo mismo que sea una que otra, mientras cumpliera con mis estandartes de belleza o atractivo.

Teníamos jodas en los vestuarios con varias chicas a la vez, era bastante caótica mi vida sexual y nunca faltaban buenos polvos.

Pero ésto era totalmente distinto, sí, creo que me enamoré apenas la ví.

Es una diosa, tiene unos pechos perfectos, no son enormes, ni llegan a ser grandes, pero tan parados, con unos pezones rosados y tan…sensibles, que se le endurecieron al primer toque, su vagina no la alcance a probar, quería estar dentro de ella, que me estaba esperando totalmente mojada.

La sentí temblar en mis brazos y tuve que controlarme para no eyacular al instante, apenas unos minutos después llegó el orgasmo de ella y yo me fui casi de inmediato.

Estar dentro de ella fue mejor de lo que esperaba, nunca sentí algo tan intenso, no quiero salir de ella…pero bueno…ya pasó, suelo recuperarme rápido así que ya estoy pensando en hacerlo otra vez.

Nos miramos, ella estaba ruborizada, sentía cierta vergüenza…

No era virgen, pero se notaba que mucha experiencia no tenía.

—¿Estás bien?

Le digo y no sé porqué le pregunté eso, jamás le había preguntado a otra si estaba bien.

—Sí...pero nunca me había acostado con alguién a las horas de conocerlo.

Yo no puedo decir lo mismo, tal vez lo contrario, nunca había tardado tanto en acostarme con alguien después de conocerla, pero no se lo podía decir así.

—Es que yo soy especial.

Sonríe, me está dando la razón.

—Nunca sentí algo tan intenso con otra mujer.

Y es verdad.

—Yo…tampoco sentí algo así...aunque solo me acosté con mi ex novio y hace siete meses que me peleé.

—¿Hace siete meses que no te acostás con nadie?

—Un poco más…porque los últimos meses…no pasaba nada…

—Es un idiota, teniendote a vos y que no pasé nada...yo no te cambio ni por mil mujeres juntas, pero mejor para mí que sea idiota.

Con eso comprobé la falta de experiencia que tenía.

Y entre charla y charla, yo ya quería otra vez, la llevé a mi habitación estábamos los dos desnudos, comencé a besarla y a recorrer su cuerpo con mis manos, ella hizo lo mismo, acarició mi espalda, mi pecho, mis abdominales, mis manos estaban dentro suyo y sentí sus manos acariciando mi pene, que ya estaba totalmente a punto, traté de controlarme, porque ahora sí quería sentir su sabor…

Bajé con mi lengua por su cuerpo, me detuve en sus pechos un buen rato y luego seguí bajando hasta su vagina, me hundí en su clítoris y luego, con mi lengua, la penetre, estaba más que mojada y fue el mejor sabor que probé en mi vida, y a mis oídos llegaban sus gemidos, la chupe hasta que llegó al clímax, me costó contenerme para no acabar yo también, subí lentamente, fui a su cuello, luego a su pecho y cuando arqueó la cintura buscando la proximidad de mi miembro, supe que estaba lista para que la penetré.

Se lo metí despacio, pero mis embistes se fueron acelerando, cuando la sentí más excitada, bajé mi mano hasta su clítoris y volví a sentirla temblar y gemir extasiada, ella tuvo su orgasmo, sentí sus manos acariciándome los testículos y eyaculé otra vez de una manera increíble, dios, amo a ésta mujer…

Su forma de hacer el amor es única.

Más tarde pedimos un delivery, algo para cenar en el departamento y luego la llevé a su casa.

Yo entrené por la mañana en el club y a las 4 de la tarde ya la estaba llamando, ella estaba estudiando y me dijo que tenía que cursar, que en un rato se iba a la facultad, le pregunté a qué hora salía, los lunes sale a las 10 de la noche.

A esa hora yo estaba en la puerta de la facultad, en la sede de Flores.

Cuando salió, no me vió, salió charlando con un chico, se saludaron con un beso en la mejilla, pero cuando giró, el muchacho le miró el culo de una manera lasciva, estuve a punto de ir a reclamarle, aunque sé que no tenía sentido.

Nunca fui celoso ni posesivo, Melina, en 3 días me cambió la vida.

Cuando me vió, se le iluminó la cara, no le había dicho que iba a buscarla, se acercó y me besó con un beso en la boca, que yo tomé desesperado.

Su amigo todavía estaba viéndola, de eso me di cuenta cuando tuve que soltarla, porque mi excitación estaba ganándole a mi raciocinio.

Fuimos a cenar, algo rápido, ella tenía que volver a su casa y yo me levanto temprano para entrenar, los martes entreno doble turno.

Recién nos pudimos ver el jueves por la noche.

Cenamos en mi casa y lo hicimos, como hambrientos, devorándonos, luego la llevé a su casa.

El viernes yo tenía doble turno para entrenar.

A la noche la pasé a buscar por la facu y le pedí que se quedara a dormir en el departamento.

Con una excusa en su casa, dormimos juntos por primera vez, bueno, dormir es una manera de decir.

Apenas entramos a mi departamento, la comí a besos en el sillón, comencé a desvestirla, ella desabrochó mis jeans y con una mirada pícara, a medida que me fue bajando los pantalones junto con los boxers, recorría mi cuerpo con su lengua, me comenzó a lamer los costados de mi miembro, luego bajó a mis testículos, yo soltaba gemidos incontrolables, se puso mi pene en su boca, succionando y con sus manos acariciaba toda mi zona, haciéndome disfrutar de una forma increíble, estuvo así hasta que eyaculé en su boca, se tragó hasta la última gota de mi semén.

Nunca sentí tanto placer.

Nadie, jamás, me hizo una mamada así.

Me vuelve loco y es una caja de agradables sorpresas.

Estoy cada vez más perdido por ella.

Si hace una semana, me hubieran dicho que estaría enamorado hasta lo más profundo de mi alma, de una chica que conozco hace solo unos días, no lo hubiese creído.

Por Melina

Estoy enamorada, lo sé, camino por nubes de algodón.

Llegamos al departamento de Cristian y le hice sexo oral, desde el domingo tenía ganas de hacerselo, pero me pareció muy pronto, claro, ahora también debe ser pronto, hace menos de una semana que nos conocemos, pero ya sé que es mi alma gemela.

Es un Dios, me hace tocar el cielo cada vez que lo veo y cuando hacemos el amor, llego a la estratósfera.

Después de llorar tantos meses por mi ex novio, por la humillación que sentí, me parece mentira estar viviendo éste amor tan pasional, tan de película.

Apenas pude concentrarme en la facultad, mi mente volaba a su lado y mi cuerpo reclamaba su presencia, sus caricias.

Mi amiga Andy me pidió que sigamos adelante con el proyecto, yo dejé mi auto, el que acabo de comprarme, en la agencia, porque estoy dudando si sacarlo o invertir en la consultora, en cuatro meses o menos tenemos que dar una respuesta definitiva a la consultora, por el tema de la sede en España, aunque el primer año trabajaríamos desde acá, tengo tiempo para pensarlo, mientras disfruto de mi nuevo amor.

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