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Capítulo 7

Corro más rápido dejando atrás a Meg y tan pronto como veo un gran lobo gris rodando por el suelo mi corazón comienza a latir salvajemente.

Es el más joven entre nosotros y el que tiene menos control, pero cuando suceden ciertas cosas, un hombre lobo se vuelve peligroso incluso para sus compañeros.

Él está atacando al vampiro cuando irrumpo en el círculo de personas y salto hacia su cuello, llevándolo al suelo.

Intenta liberarse, pero mis amigos inmediatamente le sujetan las piernas y el torso mientras yo aprieto su cuello.

Todavía se retuerce, pero poco a poco va perdiendo fuerzas y yo le suelto y acaricio su cabeza.

Retoma su forma humana y Michael se quita la camisa para cubrirlo de su desnudez.

Me levanto y miro la sangre en mis manos, provocada por la herida anterior.

- Llévatelo. -

Ellos asienten y cuando estamos a punto de irnos escucho pasos detrás de mí.

- ¡No te irás tan fácilmente! -

Los espectadores gritan mientras yo, todavía detrás, quedo envuelto en la nube blanca.

Salto y lo aterrizo, gruñéndole mientras todos miran.

Se queda quieto bajo mis grandes patas y lo miro a los ojos.

- Suficiente. -

Enuncio bien mis palabras y una vez que tengo miedo levanto la pata.

- Genial Casper, al parecer no me equivoqué contigo. -

Miro frente a mí mientras Alan camina hacia nosotros.

- Es un honor tener un Alfa como compañero ¿sabes? -

Se ríe con maldad mientras agarra a su colega por el cuello de la camisa, levantándolo unos metros del suelo.

- Alan no, no doy en el blanco. -

- Cállate, insignificante. -

Me quedo observando la escena, mientras de un solo golpe el cuerpo del vampiro se congela antes de explotar en mil pedazos.

- Creo que ya estamos empatados, ¿verdad? -

No tiene corazón.

- Esto está por verse. -

Le doy la espalda y, habiendo alcanzado a mis compañeros, hago que recojan a Kail, todavía inconsciente, y después de decirle que recoja las motos me pongo en camino hacia las montañas donde mi abuela puede cuidarlo.

Sólo espero que este incidente no tenga repercusiones en la paz entre las dos familias y que ese monstruo Alan detenga a los de su especie, antes de que finalmente pierda el control y comience a cortarle la cabeza uno por uno.

Corro lo más rápido que puedo y de vez en cuando miro a Kail.

Tiene algunos rasguños, pero eso no es lo que me preocupa, cuando un hombre lobo pierde el control el cuerpo tiende a dañarse internamente y si no se trata puede provocar la muerte.

Empiezo a descender el abismo con cuidado de no caerme y una vez bajo el desfiladero corro hasta llegar a la casa de mi abuela.

Aullo y salgo después de unos segundos.

Rápidamente ella viene hacia mí y después de agacharme para dejarla tomar a Kail, vuelvo a ser humano.

- ¿ Qué le pasó? -

Lo tomo sobre mis hombros y corro hacia su casa, colocándolo en el sofá.

- Perdió el control, por favor abuela tienes que... -

- Claro, pero tienes que ir a buscarme las dragolis y las fetes, ya me las he terminado.

Estoy en el bosque cercano y mientras tanto me aseguraré de aliviar su dolor. -

Él asiente y salgo corriendo de nuevo, asumiendo rápidamente mi forma de lobo.

Utilizo mi olfato para encontrarlos y después de recogerlos vuelvo a la casa de mi abuela.

Apenas se los doy comienza a triturarlos y a agregarlos a la medicina que está hirviendo en la olla.

Sin embargo, cuando lo bebe, su cuerpo comienza a retorcerse.

Muevo a mi abuela y la sostengo en el sofá hasta que se calma.

Doy un suspiro de alivio y me siento en el suelo acariciando la base de mi cuello.

- Gracias. -

- Haría cualquier cosa por ti Abby, pero ¿qué pasó exactamente? -

- El primer día de clases no fue el mejor. -

- Entiendo. ¿Quieres un té de hierbas? -

- Sí, gracias, lo necesito. -

Antes de que regrese para hacer una matanza.

Cuando llegan mis amigos, todavía están en el suelo con la cabeza apoyada contra la pared.

Mi abuela se vuelve un poco loca porque no le gusta la gente, pero al final es buena.

- ¿ Cómo estás? -

—me pregunta Meg.

- Se recuperará. -

Michael lo mira vacilante.

- ¿ Seguro? -

- Jovencito, si no estás seguro de mis métodos pronto te lanzaré una maldición eterna. -

- Absolutamente no. -

Levanto el labio mientras me levanto y camino hacia la cama de Kail, justo cuando ella abre los ojos.

- ¿ Dónde están? -

- En casa de mi abuela. -

Él dirige su mirada hacia mí y puedo ver un increíble sentimiento de culpa en ella.

- Abbigaille, lo siento... -

- No fue tu culpa Kail. -

- Pero... -

- Ellos lo empezaron y para ti, que eres el más joven de los cinco, era previsible que perdieras el control, pero yo también tengo mis fallos, debí haber prestado más atención. -

Le sonrío para tranquilizarlo y le guiño un ojo, pero Jonathan interviene.

- Pero ahora conocen tu identidad. -

- De Alpha y quizás pueda jugar a nuestro favor, porque si se atreven a levantarte un solo dedo nuevamente tendrán que lidiar conmigo. -

- ¿ Pequeño microbio al rescate? -

Miro a Michael y antes de sacarlo de la casa, mi abuela le aplica una fuerte descarga eléctrica.

- ¡Qué dolor! -

- Vuelve a burlarte de mi sobrina y será peor. -

Levanta las manos en señal de rendición haciéndonos reír.

- ¿ Y qué le decimos a tu padre? -

- ¿ Por qué? ¿Tenemos algo que decirle? -

-Pero Abby-​

- No te preocupes Meg, mi abuela siente cierto amor por ese hombre... ¿verdad? -

- ¿ Por qué he tenido visitas recientemente? No me parece. -

Choqué los cinco con mi abuela y, después de pasar unas horas reuniendo a Kail, nos dirigimos a casa.

Una vez que llegamos encuentro a mi padre esperándome frente a la entrada.

Dejo atrás a mis amigos y doy un paso adelante.

- ¿Dónde has estado? -

- Kail y yo fuimos a hacer un par de saltos desde acantilados, los demás no quisieron venir y después de dejar sus bicicletas en el suelo se unieron a nosotros para hacernos compañía. -

Nunca le quito los ojos de encima y después de haber escudriñado también a mis amigos, suspira.

- Podrías haberlo advertido. -

- Tuve que desahogar algo de tensión. -

- ¿ Cómo te fue? -

- ¿ En tu opinión? Todos nos tomamos de la mano de manera amistosa y junto con los vampiros saltamos por toda la escuela... -

Él se echa a reír y pone su mano en mi cabeza, alborotando mi cabello.

- Jajaja eso significa que fue una mierda. -

- Quería ser más sutil, pero sí, en fin así fue. -

Mis amigas respiran aliviadas, modestamente mi papel de bruja me permite burlarme de las personas con cierta maestría.

Nos despedimos, concertamos una cita para el día siguiente y una vez en casa me quito los zapatos suspirando de alivio al tocar el fresco parquet. Voy a la cocina y abro la nevera, tomo una cerveza y después de sentarme en el estante de la isla la escurro mientras me relajo.

Fue un día bastante agitado, tanto que ya no sentí hambre.

Tomo otra cerveza y subo a la habitación, dejando las luces apagadas y sentándome en el alféizar de la ventana mirando al cielo.

La luna nueva de esta noche, como regla general en el lenguaje de las brujas, significa un buen hospicio si no está cubierta por las nubes, y afortunadamente no lo está.

- Si tan solo estuvieras aquí, ahora no tendría mil dudas -

Apoyo mi cabeza contra el cristal y acariciando la joya de mi madre tarareo su canción de cuna y en ese momento la habitación se llena de un haz de luz con un lobo bailando y al verlo mis ojos se cierran, me quedo dormido con una lágrima retenida. el rabillo del ojo.

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