Capítulo 6
Nos cruzamos dirigiéndonos hacia los bancos más alejados, pero cuando paso escucho su voz susurrarme:
- Este año habrá diversión. -
Me doy vuelta rápidamente, pero él no me presta la más mínima atención.
Sin embargo, estoy seguro de que no lo imaginé y, de ser así, su velocidad asustaría incluso a un mago del rayo.
Mierda, nunca debo bajar la guardia.
- ¿ Abby? -
- Llego. -
Vuelvo a subir las escaleras, pero volviéndome para mirarlo por el rabillo del ojo, me hace un gesto con la mano, lo que aumenta mi deseo de quitársela.
Ese bastardo recibirá la lección que se merece tarde o temprano.
La voz del profesor de historia llega a mis oídos amortiguada mientras observo el viento mover las copas de los árboles fuera de la ventana.
Mis instintos me dicen que arruine todo y salga corriendo, más rápido que el viento.
Suspiro, porque esto es imposible.
- ¿ Blackwood me escucha en lugar de mirar hacia afuera? -
Aburrido me dirijo al profesor.
- Dime otra vez lo que estaba diciendo. -
Bostezo con una mano delante de mi boca y me estiro.
- Estaba repitiendo la historia de los conflictos mágicos. -
- ¿ En particular? -
- Pues no lo sé, me guío por la intuición, ¿esa entre orcos y hadas? -
- Mal, te pediría que prestaras más atención porque soy bastante estricto. -
- Mmm -
- Volvamos a los vampiros y hombres lobo... -
Abro la boca y luego me eché a reír cuando Megan se cubre la cara con la mano.
- ¿ Qué te parece gracioso de esto? -
- Jajaja oh dios ¿y tengo que quedarme aquí y escuchar esto? -
- ¿ Por qué ya está educada? -
- Ciertamente no hace falta ser un genio para explicar por qué, ¿no crees? -
A Megan le gustaría desaparecer de la circulación.
- El hecho de que seas un hombre lobo no te da derecho a reír, toma ejemplo de tus compañeros vampiros, será la decimoquinta vez que lo repito y aún así... -
- Si son lameculos no es mi culpa. -
Ese tipo de ser, Valentina se levanta girándose hacia mí y silbando peor que un gato con el pelaje mojado.
- Intenta repetirlo, perro. -
- ¿ De lo contrario? -
- ¡Suficiente! Señorita Blackwood, por favor abandone mi salón de clases. -
Me encojo de hombros mientras Megan me mira de reojo, es cierto que les dije a los demás que mantuvieran la calma, pero esta bruja fea viene a mí para hablarme de la historia más antigua y conocida de mi familia y ¿cómo debo reaccionar?
Paso junto a los vampiros burlándose y salgo.
Me quedo apoyado contra la pared unos minutos antes de salir a caminar.
El instituto es grande y si tengo que perder tiempo significaré que haré una inspección rápida.
Paso por varias clases y cuando llego a la clase de mis amigos, miro por la ventana y los veo dormitando.
Me río, al parecer la escuela nos afecta mal.
Continúo y noto que la escuela tiene un campo de entrenamiento, un laboratorio de magia y una piscina, probablemente para sirenas.
Llego al techo y miro hacia abajo, sería un lindo vuelo desde aquí arriba.
Una ráfaga de viento hace avanzar mis cabellos blancos y cuando se debilitan un olor conocido me pone alerta.
- Quédate quieto frente a la puerta, ¿verdad? -
- ¿ Qué haces aquí cadáver? -
Me giro para mirarlo mientras camina hacia mí.
- ¿ La momia me envió a buscarte, y no te preocupes, no quiero beber tu sangre? -
- Un colega tuyo pensó lo mismo que tú, pero no acabó bien. -
Su expresión no cambia, como si fuera un trozo de hielo sin emociones.
- Debe haber sido un estúpido, sin embargo creo que deberíamos presentarnos adecuadamente, ¿no? Soy HAlan Nunez. -
Él extiende su mano, pero yo la miro fijamente y no la tomo.
- Abbigaille Blackwood y yo preferimos que mantengas a tu... amigo a raya. -
- Lo mismo ocurre contigo. -
Sus ojos cambian del rojo al naranja, pero solo toma un momento.
- Sé cuál es mi trabajo lobo y sería estúpido romper la paz por cuestiones estúpidas, ¿no crees? Pareces ser el más razonable de tu grupo, así que ambos sabemos lo que implicaría una guerra. -
- No necesito que un vampiro criado en el lujo de un castillo servido y venerado sepa eso. -
Lo paso golpeando su hombro con el mío, alejándome lo más posible.
El punto de vista de HAlan
- ¿ Puede Nunez ir a buscar a la señorita Blackwood? -
Levanto una ceja mientras el amigo del pequeño lobo se levanta detrás de mí.
- Yo iré. -
- Siéntate, ya dije quién se tiene que ir, y luego pienso que si te mando a ti también no volverás. -
Llevo quince años en esta escuela, por motivos burocráticos, y Dinckelman siempre ha sido una puta.
Me levanto y salgo, dice si puedo escuchar claramente a la chica antes de gruñirme mientras me alejo.
Una vez fuera, el pequeño lobo ya no está.
Suspiro, ¿por qué siempre hay que buscar a las mujeres?
Empiezo a caminar siguiendo el rastro de su olor.
Dio la vuelta a la escuela, pero finalmente me detuve frente a las escaleras.
Subo y al abrir la puerta la veo con su largo cabello blanco frente a su rostro mientras mira al cielo.
Por lo poco que he podido entender, ella es un tipo reservado, pero algo en ella no me hace sentir cómodo, además ha cambiado mucho desde que creció.
El punto de vista de Abby
Llego a la cantina y al entrar inmediatamente busco a mis amigos, pero solo necesito ver cabezas sumergidas en comida para encontrarlos.
- Abdy framense dei afdivata. -
A mí me parecen tres cerditos.
Michael, Megan y Kail me miran fijamente mientras Jonathan intenta no escupir el agua.
También como algo, bajo la atenta mirada de los cuatro.
- ¿ Quieres comerme también o tienes algo que decirme? -
Megan traga y habla.
- ¿Dónde has estado? -
- Para llevarme a dar una vuelta -
- ¿ Y el vampiro? -
- ¿Qué vampiro? -
Como un trozo de pizza y bebo un vaso de agua antes de levantarme e ir al baño.
No sé por qué, pero preferí mentir, tal vez para mantenerlos tranquilos.
Me lavo las manos, pero cuando estoy a punto de salir, la puerta se abre de par en par.
- ¿Meg? -
- Ven rápido. -
Me agarra de la muñeca y empieza a correr, ¿qué diablos está pasando?
- ¿ Están peleando? -
- ¿OMS? -
- Kail es un vampiro. -
- ¿QUÉ MIERDA PASÓ? -
Empiezo a correr más rápido que ella, no puedo alejarme ni un momento porque pasa un infierno.
- Uno de esos chupasangres le derramó leche en la cabeza. -
- ¿ Eso es todo? -
Doblamos la esquina y vemos gente en el patio.
Dejo de correr y abro la ventana lanzándome.
- Al no hacerle caso le cortó la cara con el cuchillo y Kail explotó, perdió el control y los chicos no pudieron detenerlo. -
- ¡Mierda! -