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Capítulo 2

Una vez que llego, reduzco la velocidad para revisar el área y escuchar el más mínimo ruido.

Oigo unas ramitas romperse y unos pasos bastante pesados.

Me aplasto contra el suelo y avanzo lentamente hasta que veo un oso buscando sus raíces debajo de un árbol.

Que mejor presa para ganar.

Sigo avanzando lentamente, cuando el oso se gira hacia mí.

Me quedo quieta, mientras él sigue observando el perímetro.

Cuando se da vuelta estoy a punto de atacarlo, pero sucede lo impensable.

Un vampiro salta detrás del oso y lo muerde.

El grito del animal es tan fuerte que ahuyenta a los animales pequeños.

Empieza a moverse, pero al hacerlo no tendrá muchas posibilidades.

Tomo una decisión.

Salgo de mi escondite y de un salto golpeo con una pata al vampiro, desprendiéndolo de los hombros del oso.

Aterrizo, mientras el oso huye para esconderse.

El vampiro se levanta lentamente y se gira hacia mí.

- Ah, pero mira, muchas pulgas arruinaron mi comida. -

Empiezo a gruñirle.

Este es nuestro territorio, sólo por haber cruzado las fronteras merecería la muerte.

- Significará que ocuparás su lugar. -

Sus ojos brillan rojos y avanza hacia mí.

Camino alrededor de él para no perderlo de vista cuando viene hacia mí.

Apunta a mi garganta, pero levantándome sobre dos piernas logro golpearlo en la cara.

Vuelve a la tierra, pero no por mucho tiempo.

- Jajajaja que gracioso, cena se está resistiendo, pero ¿realmente creo que un perrito como tú puede vencerme? -

Desaparece del suelo y demasiado tarde veo su patada viniendo hacia mi abdomen.

Choco contra un árbol, pero con las piernas temblorosas me levanto.

- Duro, pero estúpido. -

Siento sus colmillos clavándose en mi carne, haciéndome aullar de dolor.

Intento desprenderlo, pero mis fuerzas empiezan a abandonarme.

Siento frío y mi visión se vuelve borrosa.

Yo...yo...

- Tu madre estaría orgullosa de ti Abby. -

El corazón comienza a latir más rápido y los ojos a arder.

Me levanto y casi parece que me he hecho más grande.

Los vampiros mataron a mi madre esa noche hace ocho años.

- ¿Qué? -

Lo miro fijamente con mi ojo izquierdo y a mi vista aparece cubierto de rojo, entonces, como si pudiera hablar le ordeno.

- Bájate del cadáver. -

Sus ojos se abren cuando empiezo a correr rápido y a estrellarme contra los árboles hasta que se desprende de mi carne.

Me detengo para mirarlo mientras el cálido aliento se convierte en vapor con la humedad de la noche.

Viene corriendo hacia mí de nuevo.

Enfoco mi mirada en un punto en el suelo que inmediatamente explota.

El vampiro se detiene a tiempo para evitar la explosión, pero cuando salto a través de la nube de polvo, él permanece inmóvil, mientras mis colmillos le arrancan un trozo de hombro.

Escupo su carne y veo su cuerpo caer al suelo.

Llego por encima de su cabeza y golpeo el centro de su pecho con una pata, destrozando su caja torácica y su corazón.

- La carrera está por terminar. -

- Espera, Abby está desaparecida. -

- Las reglas son las mismas para todos Meg. -

- Cállate Michael, solo eres un... -

Avanzo lentamente bajo la mirada de todos.

Me acerco a mi padre y abro la boca, arrojando el cadáver, por así decirlo, a sus pies.

- ¿ Qué pasó? -

- Invadió nuestro territorio. -

Su mirada recorre mi cuello manchado de sangre y luego regresa a mis ojos.

- Todos ustedes son testigos de lo que pasó esta noche y la luna ya eligió al próximo Alfa. -

Respiro lentamente mientras la nube me envuelve nuevamente, haciéndome humana.

Miro a mi padre y sonrío, antes de caer al suelo, mirando el cielo estrellado.

-¡Abby ! -

- Tranquila Meg, estoy viva. -

- Pero... -

- Aunque se agradecería una transfusión de sangre, ¿sabes? -

Se echa a reír, bueno, al menos hay alguien de buen humor.

- Estás completamente loco. -

- Lo sé, siempre me lo dicen. -

Abro los ojos y noto con placer que no me quedé en el suelo, sino que dormí en mi cómoda cama y a la hora de dormir a los hombres lobo no hace falta que nos lo digan dos veces.

Lamentablemente creo que tengo que levantarme, porque no sé cuánto tiempo llevo durmiendo.

Muevo las mantas y me dirijo al baño de mi habitación, quizás un poco rústico pero me gusta el hecho de que está construido enteramente con madera, obviamente el baño tiene azulejos.

Estiro mis brazos hacia arriba, haciéndolos frotar, mientras él se quita la camiseta larga que uso como pijama y entro a la ducha.

El agua fría me despierta por completo y al poco rato salgo.

- ¿Qué carajo... ? -

Por el rabillo del ojo veo una línea negra en mi espalda cuando paso frente al espejo.

Intento darme la vuelta y cuando puedo ver toda la figura de mis hombros casi me desmayo.

- ¡ ¿Quién diablos me puso un tatuaje en la espalda?! -

Observo su línea formando una flor de loto de forma tribal... ok, si no estoy drogado alguien me puede dar algunas explicaciones.

Dejo mi cabello mojado y uso una sudadera larga con pantalones cortos debajo mientras corro descalza escaleras abajo.

Salto la barrera de la escalera y llego directamente a la sala de estar.

Silencio, ni siquiera si el hecho hubiera muerto.

Entro y en un instante siento un viento mover mi cabello.

Echo la cabeza hacia atrás y bloqueo el puño de mi padre.

- ¿ Te has vuelto loco? Mira, te denunciaré a los servicios sociales. -

Lo dejo ir mientras él comienza a reír, no está bien, estoy soñando.

- Uno, tienes veinte, dos fue para ver tus reflejos. -

- ¿ No era mejor un examen de la vista? -

Me mira extraño, como si fuera él quien casi recibe un puñetazo en la cara.

- No creo que hubiera podido poner a prueba tus instintos Alfa con eso. -

- Ni siquiera si hubiera hecho una metamorfosis peor que Pokémon. -

-Abby ...-​

- Vale, vale, menos sarcasmo, en fin, ¿por qué tengo, tengo un tatuaje bonito pero extraño detrás de la espalda? -

- Porque eres un Alfa. -

La respuesta a todo, siendo Alfa, si alguna vez hago un cuestionario televisivo con humanos, sabré cómo responder.

Sacudo la cabeza y lo dejo pasar, aparentemente gané anoche.

- Bueno, ¿qué pasa ahora de todos modos? -

Vuelve de la cocina con una copa de coñac y luego se queja si bebo.

- Sucede que pronto tendremos que ir a la sala de juntas para discutir algunos temas, ahora que tu rol es seguro debes comenzar a darte cuenta de que tienes numerosas responsabilidades. Me hubiera gustado evitarlo ¿sabes? -

Lo miro con una ceja levantada.

- ¿ Por qué? -

Traga el líquido y me mira directamente a los ojos.

- Porque me temo que tu naturaleza híbrida será el objetivo. -

- ¿ Apuntado por quién papá? -

Está a punto de abrir la boca, pero suspira dándome la espalda.

- Tenemos que irnos ahora. -

Y me vuelve a dar la espalda, perfecto, ahora tengo más preguntas que responder que – ¿Por qué eres un Alfa? -

Rápidamente me calzo unas botas y salgo.

Una vez fuera, la gente nos mira a mí y a mi padre y empieza a susurrar, o al menos las mujeres...

Estamos a punto de llegar a la sala del consejo, cuando dos niños me tiran de la sudadera.

- Ey. -

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