Capítulo 1
años después...
- Es demasiado alto. -
- Aquí definitivamente nos rompemos la cabeza. -
- Ustedes, mariquitas, pueden irse a casa si quieren. -
- Cállate Jonathan. -
Observo en silencio a mi grupo de amigos discutir sobre quién debería saltar primero del acantilado.
Los machos obviamente intentan actuar con valentía, pero entonces ¿por qué siguen ahí?
Me alejo en silencio y cuando me aseguro de haber alcanzado una buena distancia empiezo a correr lo más rápido que puedo.
- ¡ANCHO! -
Se mueven justo a tiempo antes de que salte al vacío.
Cierro los ojos y casi siento que estoy volando, si no fuera por la fuerza de gravedad.
Los vuelvo a abrir y muevo mi mirada hacia abajo viendo el agua cada vez más cerca.
Pongo mis manos hacia adelante y cuando se produce el impacto casi parece que hemos entrado en otra dimensión.
El agua me rodea a medida que voy hacia el fondo y la luz de la superficie se aleja cada vez más.
Permanezco bajo el agua unos minutos más, el tiempo suficiente para asustar a mis amigos antes de salir y gritar a todo pulmón.
- ¡MUÉVEME! -
- ¡ USTED ESTÁ LOCO! -
Me río y me alejo hacia la playa, mientras veo que el resto del grupo me imita.
Hoy habrá competencia para convertirse en el próximo Alfa y este es un rito que se hace por un buen hospicio.
Aprieto mi largo cabello blanco mientras mis amigos salen del agua gritando.
- Jajaja Dios ustedes son comediantes. -
- Cállate Abby, es tu culpa. -
Sigo riendo mientras Meg sale toda empapada de cabello negro frente a sus ojos.
- Siempre quejándose. -
- Para ti es diferente, tienes sangre Alfa en las venas y estás más predispuesto a hacer cosas absurdas. -
- ¿ Se supone que eso es un cumplido? -
Él niega con la cabeza y tan pronto como le doy la espalda, un brazo musculoso se apoya en mi cabeza.
- No te preocupes pequeña, cuando me convierta en Alfa te haré mi compañía. -
Suspiro antes de levantar accidentalmente un codo para golpearlo entre las costillas y hacerlo alejarse de mí.
- Sueña despierto Michael. -
Este tipo ha estado estresando mi vida durante como dos años.
¿La razón? Él piensa que soy su pareja a pesar de que no ha tenido esa sensación de eternidad, que yo nunca podré tener.
Tal vez eso sea un lado positivo de ser mitad bruja.
El chico alto y musculoso, aunque para mi altura cualquiera podría ser más alto que yo, y más buscado entre las chicas de la manada, intenta agarrarme nuevamente, pero mi cuerpo rápidamente se descompone en una nube blanca antes de reaparecer en forma de un lobo de pelaje blanco y ojos todavía grises.
¿Las ventajas de tener sangre Alfa en las venas? Si como humano soy un escenario, como lobo soy más grande que nadie en mi clan.
Corro rápido sembrándolo y deshaciéndome de él por enésima vez, espero que una vez superada la prueba mi alma quede en paz.
Llego a los muros de madera de nuestro pueblo y en ese momento escucho las voces de mi gente y la de los nuevos cachorros que acaban de llegar riendo.
Continúo más y en la cima de la montaña, rodeado de un sinfín de flores, llego a la tumba de mi madre.
La nube me rebobina y vuelve a ser humana, pero sobre todo vestida, otra cualidad de ser medio bruja.
Camino y, cerrando los ojos, inspiro sangre a las flores casi marchitas, sintiendo un agradable calor envolver mis manos.
Una vez hecho esto, me arrodillo frente a la lápida y rezo con el corazón para que mi madre pueda ayudarme hoy.
-Abby . -
Vuelvo a abrir los ojos y me vuelvo hacia mi padre.
- Hola papá. -
- ¿ No estabas en el acantilado? -
- Sí, pero queriendo pedirle a mi madre que me ayude. -
Él sonríe mientras se sienta a mi lado.
- Sabes, ella estaría orgullosa de ti, te pareces mucho a ella. -
- Ojalá tuviera más recuerdos de ella. -
Acaricia mi cabeza y en ese instante ya no es el Alfa que comanda una manada, sino simplemente un padre que ha tenido que criar a una hija demasiado vivaz y diferente a las demás para ser un simple hombre lobo.
- Ella siempre está con nosotros Abby, nunca lo olvides. -
- Sí, lo sé. -
Sonrío, el sol comienza a ponerse y los tambores de nuestro pueblo comienzan a escucharse, la prueba está por comenzar y debo poder cumplir la promesa que me hice en el pasado, la de defender a mi pueblo.
Me tiño la cara con tierra roja diluida en agua y formo un círculo en la frente y dos líneas debajo de los ojos, y me recojo el pelo en alto.
Llevo ropa sencilla, unos pantalones cortos y una camisa negra holgada, perfecta para el clima otoñal...
Una vez que llegamos al centro del pueblo, me siento junto a mi amiga Meg y desafortunadamente también me acompaña Michael.
- ¿ Lista para ser mi luna? -
- ¿ Listo para recibir mis órdenes? -
Levanto una ceja mientras él me gruñe, hombres, orgullosos y bárbaros, lástima que soy una persona bastante competitiva y tenaz.
El ruido de los tambores aumenta cuando mi padre, en forma de un gran lobo con pelaje gris oscuro y ojos rojo sangre, hace su entrada.
Nos mira uno a uno y luego se hace el silencio mientras habla.
- Todos sabéis en qué consiste la prueba para convertiros en el futuro Alfa. Tendrás que salir a cazar y capturar las mejores presas del bosque permaneciendo dentro de nuestras fronteras un máximo de tres horas. No se permiten armas, solo tu fuerza y velocidad de lobo. -
Se detiene a mirarme antes de decir:
- Buena suerte. -
El resto de la manada empieza a gritarle a la luna mientras nos posicionamos en la fila de entrada al pueblo.
- Que la luna te asista... ¡VAYA! -
Corro hacia adelante, corriendo en forma humana, intercambiando una mirada de complicidad con Meg y deseándole buena suerte con un movimiento de cabeza.
Nos separamos, ella gira a la izquierda mientras yo sigo recto.
Por el rabillo del ojo veo a los demás dirigiéndose para bien o para mal hacia el valle o las cascadas mientras Michael se dirige a las montañas.
Yo, sin embargo, tengo la intención de cazar en el corazón del bosque.
La nube me rodea y una vez que devoro mi velocidad aumenta.
De vez en cuando reviso la posición de la luna para ver su posición, pero para bien o para mal todavía me quedan dos horas y media.