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Capítulo 4

Al verlo en la entrada, no pude evitar sisear un “Shit” en voz baja mientras sonreía enseñándole mis dientes, esperando a que mi falsa sonrisa lo haga olvidarse de que estoy aquí en la entrada como normalmente lo hace, ya que cuando regresa del trabajo esta tan cansado, que le importa una mierda lo que haga, ahí es cuando aprovecho para escaparme e irme a pasear con mis amigas.

—A la playa— Respondo con obviedad. —Me acaban de invitar mis amigos y pienso ir ¿Por qué?

—¿A quién le pediste permiso? ¿Le avisaste a tu madre?

—¿De verdad tengo que pedir permiso? Por todos los cielos, tengo quince años.

—Aja ¿Y? — Arquea una ceja y camina hacia el interior de la casa, empujándome con su cuerpo para que regrese adentro. —Eres menor de edad y no te mandas sola, vives bajo nuestro techo y debes decirnos a dónde vas, con quien vas y a qué hora regresas.

—Voy con mis amigas a la playa, debo volver como a las tres de la tarde ¿Ya puedo ir?

Él suelta una leve risa y niega con la cabeza, luego extiende su mano en mi dirección, pidiéndome las llaves de mi auto, enojada, se las entrego y suelto un gruñido de enojo al tiempo que golpeo el suelo con el pie. Henry me dice que, si le hubiera pedido permiso, me dejaba ir, pero como quería salir de casa a espaldas de los dos, me ha castigado. Molesta y frustrada, regreso a mi cuarto, en donde tiro mi mochila contra la pared, ahora mismo me encuentro haciendo una rabieta.

Tomo una gran bocanada de aire y la dejo salir con suavidad, tranquilizándome lo mejor que puedo. Saco las cosas de mi mochila y decido estrenar mi bikini. Una vez que estoy cambiada, enrollo mi toalla alrededor de mi cintura y me dirijo a la piscina, en el camino no he visto a Henry, debe estar en su cuarto lamentándose de que su mujer no quiere coger.

Estando en la orilla de la piscina, dejo caer la toalla al suelo y me siento, pongo mi teléfono enfrente de mí y le marco a mi amiga, avisándole que no voy a poder ir porque mi maldito padrastro amargado no me ha dejado ir, ella refunfuña entre dientes y escucho que les avisa a los otros que no voy a poder ir, a lo lejos escucho la voz de Preston diciendo que es una lástima que no vaya, mi corazón da un vuelvo al escucharlo y una pequeña sonrisa se dibuja en mis labios.

—En fin.... quizás me den permiso de salir, solo avisame con algo más de tiempo ¿ok?

Cuelgo la llamada y me meto a la piscina, un gemido de placer se me escapa, está fresca y con el calor que hace, viene de maravilla. Me quedo nadando un rato hasta que mi teléfono vuelve a sonar, me seco las manos y contesto la llamada.

Es mi amiga, que me pregunta si pueden venir a mi casa a pasar el rato, le he dicho que tengo que preguntarle a mi padrastro, le dije que en un rato le llamaba, antes de colgar dijo que me apure. Le contesté que no me apresure y que no me hable de forma altanera, se ha disculpado y me dijo que tiene algo importante que decirme, emocionada, me levanté rápido de mi lugar y me apresuré al cuarto de Henry.

Estando en la entrada, toco a la puerta y escucho que me da permiso de entrar, asomo un poco la cabeza y veo a mi padrastro acostado en su cama, está viendo la tele. Le dedico una enorme sonrisa, tomando una actitud ligeramente infantil y tierna, él arquea una ceja y me pide acercarme.

Camino hacia él como si fuera la niña de sus ojos, al ver que estoy en traje de baño, se soba la frente, pero no me regaña, me siento a su lado y le pido permiso para que mis amigos puedan venir a casa, observa su reloj de pulsera y me dice que tienen hasta las cinco de la tarde para irse. Entusiasmada y feliz, lo abrazo con fuerza y le doy varios besos en la mejilla, él se ríe un poco, dándome suaves palmaditas en el brazo.

Sin decirle nada más, me doy media vuelta y salgo corriendo de su cuarto, cerrando la puerta de un fuerte portazo, de regreso en la piscina, le llamo a mi amiga y le aviso que me dieron permiso, ella les avisa a los otros y me dice que en un rato están aquí. Emocionada, entro a la cocina y le aviso a la criada que me ayude a preparar botanas para mis amigos. Hacía mucho que no recibía visita, más que nada por las discusiones de Henry y mi mamá.

Cuando mis amigos llegan, pasamos a la piscina y he traído mi parlante para poner música, el momento es bastante agradable y ameno, nos la estamos pasando de maravilla, al menos hasta que Henry ha bajado a la cocina, nos vigila desde su posición, es una pena que queden tan cerca una de la otra. Mi amiga me ha dicho que mi padrastro es bastante atractivo y no se lo he negado, le dije que, en efecto, Henry es muy atractivo para la edad que tiene. Ella se ha reído de mi comentario y me dijo que estaba loca, pero me susurro de forma muy disimulada que tenía suerte de que fuera mi padrastro.

Preston se acerca a la orilla donde estoy sentada y recarga sus brazos sobre el borde, me dedica una sonrisa coqueta y yo se la regreso, miro de reojo a mi amiga y ella dice que se irá con las otras chicas a ver que tanto chismean. Él me dice que se la está pasando de maravilla, una de sus manos acaricia con delicadeza mi pierna izquierda, teniendo cuidado de que mi padrastro no nos vea. Preston y yo nos atraemos, incluso dicen que seriamos la pareja ideal.

La atracción que sentimos el uno por el otro, es tan palpable, que mi piel se ha erizado y un calor abrazador se va apoderando de mí, estoy excitada. Me está costando un poco de trabajo respirar, aprieto un poco las piernas, pero mi coño está hinchado, un pequeño gemido se me quiere escapar, pero lo logro contener.

—Hannah, ven acá.

Le digo a mi acompañante que regreso en un momento y me levanto de mi lugar, para después ir a ver a Henry, que me ha hablado desde la cocina. Apenas entro, la criada sale de la cocina a paso apresurado, me cruzo de brazos y miro a Henry, que está parado a unos metros de mí.

—Ese joven se está empezando a sobrepasarse contigo, así que— Se acerca más a mí, poniendo una postura bastante firme, es la primera vez que lo veo así. —Lo controlas o lo saco de la casa.

Abro los ojos de par en par y doy un paso atrás, su expresión y la forma en como me ha hablado da bastante miedo, pero no pienso ceder, me cruzo de brazos y frunzo el ceño, molesta por su repentina actitud de padre sobreprotector.

—No está haciendo nada malo, solo estamos hablando.

—Que te esté acariciando la pierna no es hablar tranquilamente— Refunfuña molesto. —Así que, te comportas o le digo a tus amigos que ya se vayan.

—Bien, bien— Siseo molesta. —Rayos... consíguete una puta, te hace falta follar— Susurro suavemente, menos mal no me ha escuchado.

Me doy media vuelta y empiezo a caminar de regreso a la piscina, pero Henry me toma del brazo con fuerza y me saca de la cocina, para llevarme hacia las escaleras que llevan hasta los cuartos. Vamos escaleras arriba y me llevá hasta la entrada de mi habitación, abre la puerta con brusquedad y me mete.

—¡Cambiate! — Exclama molesto. —¡No puedes estar usando en frente de otros, todavía estas chica!

—¡Por todos los cielos! — Ahora soy yo la que grita. —¿Qué tiene de malo mi bañador? Además, quería estrenarlo.... tiene rato que lo compré.

—No me importa, te cambias y se acabó la discusión.

Sale de mi habitación molesto y furioso, yo también estoy igual, frustrada por su actuar, de haber sabido que se iba a poner así con mi bañador, me hubiera puesto el otro. Un puchero se dibuja en mi rostro y me cambio de traje de baño. El otro también es bastante sexy, pero la parte inferior es algo pequeña para mi cuerpo.

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