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3

TREVOR

Hoy era el día en que saldría de este hueco, todos sabrían de lo que era capaz, si en la primera se salvaron de mi pues esta vez no podrán, me pregunto con quien empezaré primero, ¿con Isabella? O ¿con Harry? Estaba tomando de mi mentón a la orilla de la cama viendo ese sol, ese sol que sería testigo de mi plan maestro. Nada podía salir mal, tenía hombres afuera adelantando un poco mi trabajo, además que me escaparía con otros chicos. Nada podía salir mal.

—Trevor—Charlie llegó como siempre lo hacía muy temprano—¿vas a comer?—preguntó con su charola en la mano.

—Claro que sí, más ahora que sé que será la última vez que le vea el rostro mal encarado a ese maldito que sirve la comida—me levanté para dirigirme a la fila que hacíamos a la hora de comer. Era uno de los últimos y podía ver en las otras mesas que estaban Lucas, Alex y Kevin, le hice seña con los ojos, pues ya todo estaba muy bien organizado.

—Siguiente—dijo el que servía la comida, esta vez me tocaba a mi—Trevor, mi querido amigo, ¿deseas caviar?—empezó a reír mientras echaba con su cucharón algo semejante a una masa de color blanco, si, esta porquería era la que comíamos a diario.

—Te juro que un día te encontraré en tu casa y te mataré a ti y después a tu familia—lo fulminé con mi mirada retirándome, no podía hacer un escándalo, no después de mi fuga.

Llegué a la mesa en donde estaba Alex, Lucas estaba en otra al igual que Kevin y Charlie. No podíamos darnos el lujo de estar cerca todo este tiempo.

—¿Disfrutando del banquete?—preguntó Alex sonriendo.

—Delicioso...—asentí entrecerrando mis ojos—¿hablaste con los de afuera? No quiero que a la hora llegada me salgas con cuentos porque soy capaz de ahorcarte con mis propias manos—ellos me conocían de lo que era capaz. Nadie podía jugar con Trevor.

—Tranquilo, ya todo está rayado, nada puede salirnos mal, viejo—se levantó para dirigirse al campo de fútbol, detrás iría yo, pero siempre tomando una distancia considerada.

Llegamos al campo de fútbol, estábamos sentados en las gradas, de suerte habían otros jugando, de esa forma pasaríamos desapercibidos.

—La cosas está así—hablé mientras mi mirada estaba al frente—a las siete saben que es la cena, pero también es el tiempo en donde los guardias están descansando, creo que alrededor de veinte minutos se llevan comiendo, dejan al sujeto que es bajo en la salida y es el momento más vulnerable que tienen. Alex irá como siempre al comedor, pero no comerá, una vez que vea el cambio de guardias sigue Kevin y Lucas, igual se sirven la comida, pero se dirigen a la segunda salida, ahí estaré con Charlie. Nos iremos a la sala donde están las máquinas de ejercicio para pasar desapercibido, todos sabemos que en el baño hay un escape bastante pequeño, por eso hemos adelgazado todo este tiempo. Para entrar con facilidad. ¿han entendido?

—Una pregunta—dijo Lucas—¿Qué pasa si nos descubren? Sabemos que las leyes en este estado son bastante rigurosas y lo que van a hacernos es meternos en una celda de máxima seguridad en donde ni siquiera veremos la luz del día y mucho menos vamos a tener contacto con los demás.

—No seas cobarde—espetó Kevin—nada puede salir mal, este plan ya lo habíamos hecho desde hace meses, además, ¿no confías en Trevor? Además para eso tenemos armas.

—No hables tan fuerte—Charlie le llamó la atención—al menos yo estoy dispuesto a perder mi vida en el intento que quedarme de brazos cruzados en esta maldita prisión volviéndome cada vez más viejo.

—Más les vale—los fulminé a todos con mis ojos—no estamos para tiempos de arrepentimiento, ¿no quieres respirar el aire de la ciudad? Ver chicas, comer bien, tener sexo, drogas. Al menos yo sí quiero todo eso y más.

—¿Y que pasará con lo que nos comentaste?—expresó Alex—dijiste que te vengarías de dos personas en especial, creo que una era una chica y el otro era su novio que dices que es muy millonario, podríamos sacarle todo el dinero posible antes de matarlo, ¿no crees?

—Que ambicioso que eres, Alex,—sonreí frotando mis manos—por supuesto que si, de eso estoy más que seguro, si quieren cualquiera de ustedes pueden hacerla suya, de por si les va a encantar esa ramera.

—Crucemos los dedos entonces—Lucas y Kevin eran los que estaban más nerviosos.

—¿Qué está pasando acá?—llega uno de los guardias—pareciera una reunión de señoritas chismosas—en el fondo quería darle una golpiza que en su maldita vida se la habían dado, aún recuerdo cuando este perro me golpeó en la celda de castigo.

—No tenemos nada más que hacer—le dije de forma seria—¿pero es que también nos vas a prohibir que hablemos? Porque si quieres puedes buscar un hilo y una aguja para cosernos los labios—el guardia empezó a reír.

—Tu nunca cambias, Trevor, la verdad que me harás falta cuando llegues a salir de este lugar, bueno si es que llegas a salir—bajó sus lentes para verme de una forma extraña. Juro maldito hijo de Perra que también te haré tragarte tus palabras—los veo al rato chicos, no se metan en problemas, de lo contrario ya saben lo que pasará—acarició el bate con que nos golpeaba cada vez que nos metíamos en problema.

—¿No les da ganas de partirle la cara a golpes?—le pregunté a los chicos al momento que este sujeto se fue—porque a mi si, es lo que más deseo desde que vine acá. —Uno a uno nos fuimos a nuestras celdas.

Leía un poco mientras la tarde estaba cayendo, tenía muchas cosas que fui coleccionando en este lugar conforme pasaron los meses, tenía retratos y recortes de periódicos viejos, por supuesto que tenía un recorte de la cara de Harry, ya que el tipo era bastante famoso. Un pequeño radio en una esquina sonaba un poco dañado ya que ni buena señal agarraba y se escuchaba un gran silencio  en los pasillos. El tipo de la limpieza pasaba con un carrito en donde tenía desinfectantes, lampazos, entre otras cosas, parecía que iba en su propio mundo escuchando música. Lo observé mientras limpiaba mi celda.

—¿Qué hora tienes, amigo?—quise saber viéndole su reloj de mano.

—¿Qué dices?—frunció el ceño quitándose los audífonos.

—Que, ¿Qué hora tienes?—fijándose en su reloj me respondió.

—Cinco y cuarenta minutos—se colocó un audífono en su oreja.

—¿Qué tal las cosas por allá afuera?—quería tener al menos una idea ya qué había perdido la noción del tiempo mientras estuve encerrado acá.

—Lo mismo de siempre, la rutina que te pone de los cojones y el gobierno que mientras más nos roba, más está feliz—perfecto, nada había cambiado desde que me apresaron.

—Te ves un buen tipo—asentí—ojalá un día te pueda ver afuera e invitarte a una taza de chocolate—lo único que hizo fue reírse—¿Qué?—espeté—¿acaso crees que me he vuelto loco? No te olvides de mi, verás lo rico que me volveré.

—Como digas—asintió colocándose el otro audífono.

Claro, si es que todos me consideraban un enfermo con las cosas que decía, pero solo yo estaba seguro que cumpliría al pie de letra todo lo que me había propuesto, especialmente con aquella pareja de tortolitos.

—¿Listo?—Alex había llegado a mi celda, todos estamos listos para la cena—elevé mi pulgar en forma de aprobación.

Salí de la celda, no podía negar que los nervios se estaban apoderando un poco de mi, pero ya era como demasiado tarde para echarse atrás. Respiré un poco y dejé salir ese aire tenso que guardaban mis pulmones, tal como lo habíamos dicho, uno de los chicos estaba en el comedor, los demás estaban esperando su turno. El momento había llegado y parecía película de acción en donde sería el protagonista principal.

—¿No te sientes empachado?—me dijo el maldito hijo de perra sirviéndome la comida como siempre.

—De tu cuerpo cuando me lo coma no me sentiré empachado—tomé el plato, le di un vistazo a Kevin mientras me dirigía al basurero, por supuesto que no me comería esta porquería de comida.

Al momento de salir del comedor volví a ver a las cámaras, no tenían rango para verme, ya Charlie estaba esperándome donde habíamos acordado. El y yo nos dirigimos a la sala de máquinas de ejercicios, empezamos a simular que estaríamos entrenando un poco, uno a uno empezamos a entrar al baño en donde teníamos un hueco oculto en el techo.

—Bien, no tenemos mucho tiempo, con lo que he estimado nos quedan alrededor de quince minutos así que no perdamos más tiempo—Alex entró al hueco con ayuda de nosotros, luego Kevin y Charlie, el que seguía era Lucas y por último yo.

—Yo te ayudo—dijo Alex tendiéndome su brazo, subí afortunadamente.

—No hagan mucho ruido—nos escabullimos dentro de los conductos, estaba un poco nervioso que uno de ellos se desplomara, no nos dio tiempo de probar la resistencia de ellos. Quizás habían pasado unos cinco minutos y estábamos cerca de la salida, pero al parecer tendríamos que pasar por una sala en donde era algo grande y para nuestra mala suerte habían demasiados guardias comiendo para ese momento. Les hice seña a los chicos que se movieran lentamente, ya habíamos avanzado mucho como para ser descubierto. Seguimos avanzando casi arrastrándonos cuando uno de los chicos golpeó una pared del conducto e instantáneamente uno de los guardias se puso en modo de alerta.

—¿Escucharon eso?—les preguntó a los demás, por supuesto que tragué gordo en ese momento.

—¿De qué hablas?—le preguntó otro de sus compañeros mientras seguía comiendo.

—Estoy seguro que escuché un sonido en el techo—el guardia se levantó de su silla para dar un vistazo hacia el conducto, lo podía ver a la perfección desde mi lugar. Les hice seña a los demás chicos que no se movieran. El guardia empezó a ver detenidamente, creo que en ese momento seríamos atrapados, no puedo negar que el temor recorría cada centímetro de piel.

—Deja eso o de lo contrario me voy a comer tu comida—su compañero se levantó para tomar un poco de su comida.

—¡Oye!—se regresó a su lugar—por supuesto que no te comerás mi comida.

—Nadie te manda a perder tu tiempo en tonterías, te apuesto que algún gato es el que anda en los conductos, siempre es lo mismo con esos animales—respiré con gran alivio cuando ellos se fueron.

Seguimos avanzando hasta que llegamos a la rejilla de salida.

—Mierda—dijo Kevin limpiándose la camisa—por un momento pensé que esos tipos nos encontrarían.

—Yo estaba que me mordía las uñas—Lucas salía del conducto—pero todo fue culpa de Alex, se supone que él era quien nos iría guiando y como un torpe chocó con esa pared.

—¿Crees que tengo una gran visión en la noche?—Alex se enfadó.

—Basta—espetó Charlie—no es momento para discutir, ahora es el momento de la verdad.

Era la verdad, ese conducto había dado al patio trasero en donde lo único que había era una malla quizás de unos dos metros de altura con alambres de púas en toda la orilla, había puestos de guardias y un faro que recorría todo el lugar, tendríamos que dirigirnos a la salida principal, pero eso incurría burlar la seguridad de todo eso, cosa que no era nada fácil.

—Yo iré a la cabeza—di un paso al frente—carguen sus armas—les ordené. Respiré profundamente para una última vez pisar esta prisión.

Empezamos a correr bajo las sombras, podía observar a mi alrededor que por el momento todo estaba bien, hasta que dimos con el primer retén de guardias, observé que solo uno estaba..

—Déjenmelo a mi—Kevin se acercó a él por la espalda tomando de su boca para decapitarlo. En ese momento me di cuenta de lo decidido que estaban estos chicos.

—Buen trabajo—palmeé su hombro. Seguimos corriendo, la salida cada vez estaba más cerca y los esperanzas de salir de acá se hacían más grandes, nunca me había sentido tan feliz como lo estaba siendo en este instante.

—¡Corran!—gritó con desesperación Charlie, pues desgraciadamente los perros lo habían olfateado. Mierda, lo que faltaba, de esta forma era obvio que todos se darían cuenta. Empezamos a correr y efectivamente el faro empezó a encandilar hacia nuestra dirección.

—Es hora de la acción—saqué el arma, los demás también. Lucas detonó en la humanidad de los perros, pero el disparo puso en modo de alerta a los demás puestos. Una sirena empezó a sonar por todo el lugar, sentí una enorme adrenalina recorrer por mis venas que no me importaba nada, hasta que escuché algunas detonaciones en nuestras direccion.

—¡Se escapan, se escapan!—gritó uno de los guardias mientras nos disparaba.

—¡Muere!—Alex empezó a detonar su arma en contra del guardia  lo que hizo salír a más guardias de sus puestos. Los disiparos empezaron a intensificarse, lo único que nos protegía era una pequeña caseta de concreto que estaba cerca de la salida.

—Tenemos que cubrirnos las espaldas—les dije mientras ideaba un plan  en ese momento, no había marcha atrás. Solo podía escuchar los disparos como impactaban en la pared—ya nos  falta poco chicos,  ¿todos están conmigo?—todos me quedaron viendo con ojos decidídos—desde ya les quiero agradecer por su amistad y si morimos en el intento fue un placer haberlos conocidos a todos—limpié el sudor de mi cara.

—Estaremos contigo—todos asintieron.

—¡Alto ahí!—se escuchaba a través de un megáfono—no tienen escapatoria así que ríndanse.

—¡Toma!—Alex salió para hacer varias detonaciones, pero pude ver cuando varias balas se habían colado en su cuerpo cayendo desplomado.

—¡No puede ser!—vi la furia de Lucas reflejada en su rostro.

—¡Detente!—coloqué mi mano en su pecho—no puedes salir de esa forma, él ya murió y lo podemos echar todo a perder, piensa bien las cosas antes de actuar. Si salimos uno a uno nos matarán.

—¿Qué piensas hacer entonces?—preguntó Charlie haciendo frente—sea lo que sea hazlo rápido, el tiempo se agota y mientras la pensamos más, las posibilidades de salir se agotan—en momentos en donde me sentía estresado se me dificultaba pensar con claridad.

Me arrastré por el suelo, dos de los guardias no se habían dado cuenta, apunté directamente a su cabeza y detoné, una bala certera había impactado con el craneo de ese sujeto con lo cual llamó la atención de sus compañeros.

—¡Es el momento!—grité levantándome rápidamente, todos empezamos a correr a la salida, solo podía escuchar como balas pasaban cerca, temiendo a que una de ellas se colara en mi cuerpo. Corrí lo más que pude disparando a la vez, subimos la malla, algunas de las púas me habían atrapado, me quité la camisa muy rápido, pero justo al momento de haberla cruzado pude ver cuando había caído Lucas y Kevin, me dolía el alma haber visto eso, pero no podía quedarme o de lo contrario tampoco contaría el cuento, el único que había sobrevivido era Charlie y yo.

—Tenemos que regresar—sugirió mientras salíamos de la prisión—ellos siguen vivos, pude ver que todavía se movían.

—¿Estás loco? Salimos de esta con suerte y por nada del mundo voy a regresarme, lo siento por ellos, pero yo no puedo regresar—era una completa locura hacer eso, me había costado salir de acá como para entregarme así por así.

—Yo sí me tengo que regresar—me parecía una locura lo que Charlie estaba apunto de hacer.

—En serio que estás loco, ¿te importan más esos dos que tu libertad?—fruncí el ceño.

—Son mis amigos, no puedo dejarlos atrás y si me toca pudrirme en la cárcel lo haré con gusto por ellos—increíblemente se regresó, pero yo no me podría dar el lujo, no después de lo que tenía pensado.

Corrí lo más que pude hasta llegar a una construcción que estaba en abandono, tendría que refugiarme en un lugar solitario, sabía que desde ahora en adelante tendría a un pelotón encima. Mientras me establecía en algún lugar seguro tendría que estar como un perro entre las sombras. Pude observar que hasta habían helicópteros rondando cerca con esos focos enormes, al verlos de inmediato me metí entre los escombros. Para mi mala suerte hasta empezó a llover, el frío se comería mi cuerpo por completo, pero preferiría morirme acá y no en esas cuatro paredes. Lo único que tenía en mi cabeza era la venganza que estaba planeando hace mucho tiempo en contra de Isabella y Harry, sabía que esto sería buena noticia bomba, pero también disfrutaría cuando ellos se den cuenta que yo me he fugado.

Los medios se habían vuelto locos, la noticia se había regado como pólvora, un asesino estaba suelto entre las personas y las vidas de Isabella y de Harry corrían mucho peligro, el rencor, la avaricia, entre otras cosas eran lo que prevalecía—desconocido.

HARRY

Estaba bastante cansado de esperar a Isabella dentro del coche, a veces quería que ella se decidiera de una vez por todas para evitarnos este tipo de situaciones, especialmente los celos de Noah, Siempre tengo que estar esperando a que deje de hablar con él para luego entrar yo, este tipo de actitudes empezaban a cansarme y no sabía hasta cuándo podría llegar mi paciencia. Mientras tanto encendí la radio del coche, buscaría alguna canción para distraerme, pero en cuanto la encendí escuché un comunicado oficial de la policía:

Por el siguiente medio les quiero comunicar a todos los ciudadanos de la ciudad que aseguren bien sus puertas y no salgan a altas horas de la noche, para todas aquellas mujeres les recomendamos que siempre anden acompañadas de un hombre, pues desafortunadamente el joven implicado en el asesinato de Ryan Gigs. Trevor Scott se ha escapado de la prisión por lo cual les pedimos completa calma, cualquier sospecha de alguien que tengan por favor no duden en llamar a la penitenciaria.

En ese momento me entraron escalofríos enormes desde los pies a la cabeza, lo primero que pensé fue en Isabella, era quien me importaba más, sabía que este chico iría por ella primera antes que mi. No podía quédame de brazos cruzados ante la situación, salí del coche, ella aún estaba hablando con Noah.

—Isabella—interrumpí la conversación que estaba teniendo.

—Por favor, no me digas que ahora hasta te vas a tomar la atribución de entrometerte en esto—Noah se interpuso entre nosotros—ya estoy cansándome de tus cosas, Lee, créeme.

—Hazte a un lado—lo empujé.

—No empieces—Isabella estaba un poco nerviosa por lo que ocurriría.

—No tengo tiempo para tus celos, Noah—tomé el brazo de Isabella—necesito que hablemos lejos de acá.

—Suéltame, Harry, ¿acaso no ves que me haces daño?—de inmediato la solté.

—Está bien, lo siento, pero acompáñame—nos dirigimos al coche, afortunadamente Noah hizo caso y solo de largo nos quedaba viendo.

—¿Qué pasa?—frunció el ceño— si me trajiste hasta acá debe ser por un motivo muy importante, Harry, ¿o es que acaso esta es una escena de celos? quedamos de que nos mantendríamos distanciados para no provocar problemas y mira lo primero que hacemos.

—Es Trevor...— de inmediato puede dar como se tensó.

—¿Qué es lo que pasa con él? no me digas que te mandó amenazar o algo por el estilo porque conmigo hizo algo semejante.

—Se escapó de la prisión, Isa, lo acabo de escuchar en la radio así que desde ahora en adelante tú no puedes estar sola, sería muy riesgoso— Isabella empezaba a temblar de temor, la noticia le había caído como balde de agua fría y no era para menos pues Trevor estaba loco de remate.

—Pero, ¿donde se supone que voy a dormir de ahora en adelante? sé que en la universidad no se podría, pero tampoco quiero regresar con Noah— en ese mismo momento me acordé la propuesta que le había hecho a ella anteriormente.

—Bueno yo te fui claro desde un inicio, si quieres podrías quedarte en mi casa y no lo hago con el fin de aprovecharme de la situación sino que es lo mejor para ambos, porque sé que él está muy decidido a vengarse tanto de ti como de mí— entrecerró los ojos, parecía pensativa, lo único que esperaba es que fuera consciente de la gravedad del asunto y terminar aceptando mi propuesta, además a mí me saldría muy bien por el simple hecho de que lo voy a tener cerca.

—Escucha muy bien, Harry Lee, si estoy aceptando tu trato no es porque yo quiero estar cerca de ti, no creas que aún he olvidado las cosas, desde ya te lo quiero dejar en claro— no me importaba los peros de Isabella, cuando supe que ella se iba a quedar en mi casa empecé a imaginarme tantas cosas y sabía que era el momento oportuno para que definitivamente nosotros quedáramos unidos— Y tampoco pongas esa sonrisa que te veo, te conozco muy bien y sé que en esa cabeza están pasando muchas cosas, ahora lo único que estoy pensando es cuando Noah se de cuenta, tú sabes que él es muy celoso y me ha quedado muy claro que él está decidido a hacer cualquier locura con tal de reclamarme.

—Pues no te preocupes por eso, acaso ¿no te sientes protegida cuando estás conmigo? mientras tú estés bajo mis cuidados te prometo que nadie podrá ponerte un dedo encima incluyendo a tu novio, si todo este tiempo me he resistido es para no meterte en problemas pero hace mucho tiempo que le hubiera partido la cara a ese imbécil—Noah Se mira un poco impaciente, lo podía notar en sus movimientos repetitivos— ahora regresa y actúa como si nada ha pasado, puedes decirle cualquier cosa que estábamos hablando, pero por nada del mundo le cuentes la realidad de la situación.

Desde ahora en adelante tenía que reforzar la seguridad de la mansión, tendría que contratar más hombres e incluso tendría que empezar a caminar un revólver, quien más me interesaba era la seguridad de Isabella, pero tampoco quería parecer sobreprotector e incluso tenía la idea de proponerle que dejara de trabajar ya que yo no podía estar al tanto de ella siempre, pero conociéndola muy bien sé que ella se va a oponer a eso, era suficiente con que ella haya aceptado vivir en mi casa.

ISABELLA

Nada me aterraba más que el simple hecho de qué Trevor estaba suelto, mis días ya no serían los mismo, justamente cuando las cosas entre Harry y yo iban creciendo ahora aparece esto y lo que faltaba era darle explicaciones a Noah. Se miraba enfadado y por supuesto sus celos estaban a flor de piel, en el fondo me sentía culpable ya que yo era la responsable de todo esto, si desde un principio le hubiera sido sincera a él no estuviéramos pasando por toda esta situación incómoda. Harry me puso el mundo patas arriba, desde que vine a este lugar cambió todo.

—¿Me podrías decir qué diablos está pasando contigo, Isabella,?—Noah empezaba con sus reclamos y la verdad estaba empezando a cansarme este tipo de comportamientos, actuaba como el dueño y señor de mi vida, esta era una señal de alerta porque si se comportaba así siendo novios no me quería imaginar siendo mi esposos.

—No pasa nada, Noah, ¡ya cálmate por favor! ¿acaso no es ves el comportamiento que tienes? Parecieras un adolescente inmaduro, si sigues así créeme que la distancia entre nosotros va a seguir creciendo, desde ya te lo advierto— tuve el valor de confrontarlo ya que yo siempre me quedaba callada cada vez que hacía sus ataques de celos.

—¿Y cómo quieres que yo me ponga? si acabo de ver que ese tipo vino acá a interrumpirnos primeramente y luego te toma del brazo y te lleva a su coche como si nada, ¿tú me crees idiota o que? obviamente te llevó porque necesitaba decirte algo importante— en mi fondo quizás él tenía razón, así que yo tendría que ponerle un alto a toda esta locura o de lo contrario lo único que iba resultar de todo esto era un corazón lleno de rencor y odio hacia mi.

—Simplemente estábamos hablando algunas cosas de la universidad— mentí— ¿pero sabes que? así déjalo, definitivamente contigo no se puede conversar nada, todo te lo tomas a discusión y así no se pueden las cosas— me di vuelta dirigiéndome donde estaba Alberto.

HELENA

Al momento en que estaba cocinando un poco encendí la televisión y enseguida miré algo que tenía que ver con una fuga, de inmediato llamó mi atención.

Los medios locales nos han asegurado que se puede encontrar en las afueras de la ciudad, por lo que le pedimos a todos los ciudadanos de esa zona que en cuanto vean este rostro llamen a las autoridades, se les pagará una fuerte suma de dinero por brindarnos información que nos ayude a dar con su paradero.

Ese rostro me parecía conocido y justo en cuanto leí el titular se trataba de Trevor Scott, el mismo chico que había asesinado a Ryan, sabía que todo esto tenía que ver con Harry.

—Diego—lo llamé, él estaba en el cuarto.

—Si es para cenar puedes servirme más luego, ahorita estoy ocupado.

—¡Ven de inmediato!

—¡Voy!

—Tenemos ciertos problemas—señalé la televisión.

—¿Qué pasa con eso? No me interesa si alguien se escapó de la cárcel, Helena, si era para eso me estás haciendo perder el tiempo—se dio vuelta, pero en ese instante tomé su mentón.

—Mira bien, tonto, se trata de Trevor, ¿sabes que significa eso?—Diego no tenía los mínima idea de lo que estaba hablando, lo pude notar por sus expresiones.

—Pues no, ¿Qué se supone que significa?—levantó sus manos en forma de paz.

—¡Tonto! Eso quiere decir que va en busca de esos dos, de Harry e Isabella, eso significa que nuestra fortuna está en peligro, tenemos que hacer algo para tomarle ventaja a ese chico, porque si llega a matar a Harry, ¿Cómo se supone que vamos a reclamar esa fortuna?

—Cierto—hasta que por fin había reaccionado—tenemos que acelerar el proceso, querida, lo siento por Harry, pero no nos queda otra opción que hacer el plan que teníamos.

—¿Tan ya? Ni siquiera hemos hecho la prueba para atarlo de una vez por todas—sonaba un poco arriesgado, yo tenía una vida dentro de mi vientre y tampoco quería ponerlo en peligro.

—Pero es que no podemos quedarnos de brazos cruzados viendo cómo se nos escapa la oportunidad, al menos yo si voy a iniciar con los preparativos, no voy a dejar que ese tipo se nos vaya adelante.

TREVOR

Despues de una noche intensa llegué a una cabaña que estaba en medio del bosque, no tenía nada de comida y mis tripas rechinaban, pero no me podría dar el lujo de ir al centro, al menos creo que por hoy tendría que aguantarme, mañana sería otro día, era demasiado peligroso salir cuando sabía que media policía me estaba buscando. Temprano haría ciertas cosas para cerciorarme que acá es un buen lugar para refugiarme y de paso aprovecharé para ver qué está haciendo mi querida Isabella. Salir de esa maldita prisión me había caído de maravilla, ahora nadie se podría interponer en mi planes.

ISABELLA

   Cuando Noah me trajo de vuelta al dormitorio de la universidad me quedé sentada en la cama escuchándolo. No podía empacar cierta ropa porque aquí no tenía mucha. La mayoría estaba en el departamento de Noah. Y no tenía ni idea de cómo hacer para recoger un poco sin que se diera cuenta. La única manera era ir cuando él no estaba. Me sentía un poco mal por hacer esto, pero la verdad es que me daba un poco de miedo la situación. El hecho de que Trevor se haya escapado era muy malo. Recordé las llamadas que me ha hecho, a las personas que ha mandado para asustarme, supe que era muy malo entonces.

  —No sé en qué momento llegamos a esto —se llevó las manos a la cabeza.

  —Pregúntatelo a ti mismo —le dije.

  —Sé que hice muchas cosas malas, pero solo quería darte una buena vida. Solo quería que tuvieras buenas cosas, que fuéramos a buenos lugares... solo quería ser un mejor novio.

  —¿A qué te refieres?

  —A todo lo que ha pasado. —se sentó junto a mi— Quizás no he sido yo del todo, el estrés me tiene mal. Tengo miedo de perderte, es por eso que actúo tan mal. En vez de hacer que te acerques más a mi estoy haciendo que te alejes. Lo siento.

  Lo quedé viendo, en ese momento sí era el Noah que yo conocía desde hace años.

  —Noah, ¿en donde estabas? —le medio abracé. Parecía tan sincero y tan afectado. Verlo así me hacía no quererme enojar con el.

  —Discúlpame por haber querido ser otro tipo de hombre, ese no soy yo —me tomó de la mano y me la acarició.

  —No te preocupes.

  —Me siento muy culpable, Isabella, pensándolo bien no mereces estar con alguien como yo. Me di cuenta cuando te dejé las marcas en tu piel. Me decepcioné de mi mismo en ese momento, me pregunté qué mierdas estaba haciendo. Me odié.

  —Shh tranquilo.

  —Es la verdad. Me odio por hacerte daño cuando se supone que no debería de ser así. —se tomó de sus cabellos—Voy a dejar toda esta mierda, cambiaré, seré un mejor hombre, aunque más sencillo... a como siempre fui.

  —Me da mucho gusto escucharte decir eso, Noah. Tienes que saber que el dinero o los lujos para mi no son lo importante, ¿olvidas que prefiero la sencillez?

  —No, pero quise ser un hombre diferente y en el camino me perdí a mi mismo.

  Sonreí un poco, me parecía increíble que el viejo Noah esté de vuelta.

  —Hay un pequeño problema si —me mira.

  —¿Qué cosa?

  Parecía que se debatía en si decirme o no, le estaba costando mucho hablar, eso se notaba.

  —Ya no podré pagar más el departamento, tendremos que volver a los dormitorios.

  —Eso no es ningún problema —le sobé la espalda— Igual estaremos cerca y no estaremos solos. Estoy segura de que aquí te encontrarás a ti mismo de nuevo.

  —Gracias por ser así —me dice— Espero que un día puedas perdonarme y podamos volver a ser los mismos de antes. Es lo que más deseo en este momento.

  Lo pensé un poco, me había gustado que Noah haya tomado ciertas decisiones, sabía que si volvía a ser el mismo Noah de antes todo estaría bien entre nosotros. Pero pensé en Harry y en la noche que pasamos juntos, también pensé en que ahora me había convencido de irme para su casa. Y no sabía cómo reaccionaría Noah. Ahora que se había calmado un poco, que se había disculpado, tenía un poco de temor por la reacción que vaya a tener cuando le diga.

  —Sabes bien que no me guío por las palabras sino por las acciones. Ya me dijiste lo que piensas ahora espero ver cómo reaccionas.

  —Lo se. Si quieres podemos ir al departamento y traer todas las cosas antes de que vaya a dejar el auto.

  —Está bien, necesito varias cosas. —nos pusimos de pie. —Pero antes tengo que contarte algo.

  —Dime.

  —Es sobre Trevor.

  —¿Qué pasa con el?

  —Harry me contó que se escapó de la cárcel —confesé. Noah abrió los ojos del asombro.

  —¿Qué estás diciendo? Isabella, vendrá por ti.

  —Eso no lo sabemos... pero admito que sí me da un poco de miedo.

  —¿Cómo no? Si fuiste la responsable de que parara a la cárcel. Isabella, no puedes estar sola aquí.

  —Ya lo sé... es por eso que Harry me propuso volver a la mansión, a la misma habitación que tenía cuando trabajaba allí.

  Noah se quedó estático mirándome.

  —Hay muchas personas de seguridad en esa casa, también está Martha, puedo quedarme en la misma habitación que ella para no estar sola. Sabes que no hay mejor lugar para estar segura que ahí —le intenté convencer. Solo esperaba que no se enojara de nuevo.

  —Así qué hay más seguridad y te quedarás con Martha —admitió.

  —Por supuesto, me conoces bien.

  —Confío en ti —me tomó de las manos— Es por eso que esta vez no te diré nada, aunque me esté muriendo por dentro, aunque los celos me invadan y los malos pensamientos me quieran jugar una mala pasada yo confío en ti. Es una demostración más de que mi cambio es real, Isabella.

  —No hagas caso a esos malos pensamientos, Noah, sigue confiando en mi por favor.

  —Lo hago. Además de que no me perdonaría que te pasara algo. Si se trata de que estes segura mientras atrapan a ese asesino yo estaré tranquilo. Además, iré siempre a visitarte. No te dejaré sola —me pinchó la nariz.

  —Gracias —lo abracé— De verdad.

  —Vamos por las cosas, luego te iré a dejar a la casa del señor Lee —lo dijo como con sarcasmo eso último. Agradecía que el Noah que tanto quería hubiera vuelto al fin.

  Salimos del dormitorio y luego de la facultad, nos adentramos a su coche y Noah arrancó en dirección al departamento.

  Cuando llegamos, nos bajamos y subimos. El departamento estaba hecho un desastre, estaba medio sucio.

  —No he tenido tiempo de limpiar —me dice.

  —No te preocupes—los dos nos dirigimos a la habitación y empezamos a empacar nuestras cosas.

  —Cada momento qué pasa es clave para ese asesino, puede estar en cualquier lado.

  —Lo se.

  Fui al baño y eché mis cosas personales. De suerte que no tenía tantas cosas ahí. Empaqué mis zapatos, mi ropa y demás. Tenía dos maletas. Creo que no se me quedaba nada.

  —A pesar de todo pasé bonitos momentos aquí—murmuré dándole una última vista al lugar.

  —Pasamos bonitos momentos, claro, eso fue antes de que me convirtiera en un monstruo.

  —No eres un monstruo. Solo te perdiste un poco.

  —¿Estas lista?

  —Lo estoy.

  Salimos del lugar, Noah me ayudó con mis maletas. Afuera dejamos las cosas en los asientos traseros del auto para luego subirnos nosotros.

  —Entonces... ¿vamos a casa de Harry? —quiso asegurarse.

  —Sí, a menos que quieras que me quede en la universidad.

  —No. No estarás segura ahí, ese tal Trevor será el primer lugar al que vaya a buscar. Es mejor prevenir.

  —También lo pensé.

  —A casa de Harry entonces —arrancó. Me sorprendió su actitud, hace unos días se volvería loco por la situación. Pero sus acciones solo me daban a entender que estaba cambiando. Para bien. Y eso me confundía aún más.

  ¡Estaba muy confundida! Harry y Noah, ambos hicieron cosas que no podría perdonar tan fácilmente, ambos quieren estar conmigo. Noah está cambiando y Harry me convence poco a poco de que vuelva con el, tanto así que hicimos el amor hace poco. Ese día jamás lo olvidaré, aunque haya sido solo como una despedida.

  Cuando nos estacionamos frente a la casa de Harry, el y Martha salieron por la puerta. Nos estaban esperando. Harry parecía un poco dudoso al ver a Noah aquí.

  Me bajé del coche y abrí la puerta trasera para sacar mis maletas. Noah también se bajó y me ayudó.

  —Isa, ¿quieres que las lleve a mi habitación? —Martha se acercó.

  —Está bien —le sonríe. Al menos no dormiría sola y no tendría miedo de que alguien llegara por la noche a mi habitación.

  —Cuídala bien, Martha —le dijo Noah.

  —No te preocupes, Noah, Isabella estará conmigo todo el tiempo.

  Sabía que se refería a que no me dejaría sola con Harry para nada, pero también sabía que solo lo decía para que Noah se quedara más tranquilo.

  —Me quedo más tranquilo con eso —le sonrió.

  Martha tomó las maletas y se fue dentro de la casa. Ahora Harry se acercó y carraspeó un poco, quizás estaba confundido por la situación. No lo sé.

  —Noah, ¿estás bien? —le preguntó. O quizás solo lo estaba molestando.

  —Estoy bien, Lee.

  —¿Estás seguro?

  —Noah esta muy bien, Harry, el me tiene algo que se llama confianza —respondí ya que no quería que Harry hiciera enojar a Noah. Ya bastante ha accedido el pobre chico.

  —Pues me parece perfecto.

  —Deberías de duplicar tu seguridad, Harry —le dijo Noah— Puedo ayudarte a hacer guardia por las noches si quieres. Ambos queremos lo mismo: que Isabella esté segura. El hecho de que esté aquí no significa que la dejaré sola.

  Miré a Harry, estaba un poco tenso, sí, pero no le hacía tanto caso a Noah y a sus frases con doble sentido.

  —He pensado en eso. Puedes venir cuando quieras —accedió.

  —Perfecto, vendré esta noche.

  —Te veo después —me despedí de Noah.

  —Nos vemos. —se inclinó y me dio un beso en el cachete para después rodear el coche, montarse e irse. Solo quedamos Harry y yo aquí afuera. Jared y otros tres tipos estaban en el portón de afuera, cuidando. También había gente en el patio trasero, cerca de la piscina, en la propia entrada y quien sabe cuántos más.

  —Llamaré al departamento de seguridad, necesito más gente —sacó su teléfono celular— Así que has vuelto con Noah.

  —No he vuelto con el, solo me demuestra con hechos que está cambiando.

  —Bien jugado por el.

  —No es ninguna jugada, Harry, todo crees que se trata de competencia o algo así, pero no. —avancé a la entrada y entré a la casa. Harry venía detrás de mi—. Puedo ayudarte con la limpieza si gustas.

  —No digas locuras, Isabella, eres mi huésped no una empleada.

  —Que no se te olvide que era una empleada cuando vine por primera vez aquí.

  —No lo olvido.

  —Hmm bueno —avancé hasta llegar a la cocina. Martha cocinaba algo para la cena.

  —¿Tienes hambre? —me pregunta Martha.

  —Aún no —le dije— Te ayudaré a sea lo que sea que hagas —me acerqué.

  —Isabella, no es necesario.

  —Pero no puedo estar aquí sin hacer nada.

  —Martha, déjala, la señorita tiene muchas ganas de trabajar.

  Fulminé a Harry con la mirada.

  Avancé hasta Martha y la ayudé con las cosas. Harry se había ido a llamar a más gente para la seguridad de esta noche. Aunque presentía que pasaría algo malo.

   Cuando anocheció los tres nos sentamos a cenar, había quedado todo muy bien. Después de eso me fui a la habitación con Martha, me cepillé los dientes y nos pusimos las pijamas.

  —¿Cómo vas con Alberto? —quise saber.

  —Muy bien. A veces es bueno dejar el orgullo a un lado, puedes perder a la persona que tanto amas si no.

  —Pueda ser. ¿Eres muy orgullosa?

  —Sí, un poco bastante. Si Alberto no hubiera insistido creo que seguiríamos separados.

  —Bien por ustedes, tienes a alguien que lucha por ti.

  —Tú no te quedas atrás. Harry y Noah, ambos luchan por ti.

  —Pero ambos cometieron errores y no puedo perdonar así por así.

  —Lo entiendo, si Alberto me saliera a estas alturas que su ex está embarazada terminaría con el de inmediato. O si me hiciera daño como para dejar marcado mi cuerpo también lo haría. Ahora te entiendo más, Isabella —miró el techo— Ha de ser duro todo eso.

  —Lo es —asentí.

  Mi teléfono celular sonó en un mensaje. Lo tomé de la mesita de noche y lo leí:

 

Ven afuera.

Noah.

  Fruncí un poco el ceño. ¿Por qué Noah me enviaba mensajes de otro número? Quizás hasta eso había cambiado.

  —Noah esta aquí —me puse de pie, me puse mis zapatos y me dirigí a la puerta— Al rato vuelvo.

—Claro.

  Al salir el pasillo estaba medio oscuro, Harry no estaba por aquí así que supongo que estará afuera con los de seguridad. Salí al patio, no había nadie, tampoco estaba Jared o los demás en el portón ni en la puerta. Avancé hacia la calle en busca de Noah, pero no estaba ni su auto ni nada. ¿En donde estará? Tomé mi celular y llamé a Noah. El contestó en seguida:

  —Noah, ¿en donde estas?

  —Saliendo del dormitorio —respondió.

  —¿Entonces por qué me mandaste un mensaje que decía que saliera afuera?

  —¿Qué? Isabella, no fui yo ¡entra a la casa de inmediato!

  Me quedé estática ante lo que oía, pero en eso alguien vino por detrás y me cubrió la boca para que no pudiera gritar.

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