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Capítulo 6

Cruzaron muy pocas palabras ambas están contentas de ya por fin verse, el simple hecho de que Darío estuviera presente les impedía un poco charlar a gusto, Lucy toma su taxi y se dirige hasta el hogar de su padre que vivía en la cuidad de Bogotá. Llega Lucy a su casa donde es recibida por su hermano y sus sobrinas, con mucha emoción, menos por su papá ambos no llevaban buena relación, por el estilo de vida que decidió vivir y que su Padre Andrés no estaba de acuerdo. Lucy era una Chica linda muy audaz que llevaba muchos años fuera de la ciudad había decidido emigrar a la cuidad de Sevilla España, donde al principio como todo inmigrante tuvo diversos empleos para sobrevivir hasta que logro establecerse, se dedicó a su profesión y gran pasión que es la pintura.

Lucy era una gran artista, bohemia, libre, segura de sí misma, empoderada y muy independiente. Era la hija menor del señor Andrés, un hombre viudo que crio prácticamente solo a sus hijos, un niño y una niña, después de un tiempo sin ver a su familia la reciben con alegría su hermano y sobrinas. En plena celebración su hermano mayor Juan Manuel, le comienza a preguntar cómo ha estado que había sido de su vida en España que cuantos corazones había roto por allá, a lo que su papá a lo lejos la miro con mucha seriedad, enseguida se despidió de todos y se fue acostar. Lucy siguió un rato más compartiendo con su familia divirtiéndose, también se sintió un poco triste por la actitud de su padre que con el paso de los años en nada había cambiado.

Terminan de celebrar su hermano Juan Manuel junto con sus hijas Alessia y Lucia deciden marcharse para que su hermana se digne a descansar. Entra Lucy en su habitación llena de recuerdos dulces y amargos. Comienza a pensar en la actitud rígida de su padre, le entra la nostalgia y comienza recordar cuando era niña y ambos eran felices, que ahora de adulta las cosas hayan cambiado de manera radical. Se detiene un momento también en pensar en Sara en su rostro en la primera vez que la mira a la cara en el aeropuerto a su llegada, donde esa imagen se cerceno al oír su puerta, era su padre que entro a saludarla a solas le pregunta:

—¿Cómo le fue en el viaje? Y eso que vino hasta acá. Ya yo pensaba que nunca más volvería

A lo que ella le responde con un tono tímido:

—Muy bien papá, fue un viaje largo. Vine porque a veces el hogar hace falta y tengo un compromiso de trabajo ineludible ¿Usted cómo está?

Su padre responde:

—Todo igual yo más viejo y más solo cada día. Ya me acostumbré amar mi soledad.

Ella le responde:

— ¿Y aun no se ha comprometido de nuevo? Ya es hora que busque su media naranja.

Su padre le revela:

—Me preocupa más usted y su medio limón— ella sonríe, pero ya sabía a qué el hacía mención.

Él se despide apenas si cruzaron unas cuantas palabras. A lo que ella se fue a dormir.

Por su parte Sara en la tranquilidad de su hogar empieza a cenar con su familia, pero su mente estaba en otra parte, está un poco distraída, Darío empieza a hablar del día cosas triviales a lo que le hacía caso omiso.

Darío le pregunta:

— ¿Amor estas? Satélite llamando a planeta tierra y no responde—ella sonríe.

Solo pensaba en Lucy en su retrato aún no sabía porque tenía esa sensación era un tanto extraña, imaginaba su rostro y su sonrisa constantemente. Siente pena por ella por la vida que escogió llevar, no debe ser nada fácil. Es su amiga y la quiere ayudar, es muy sentimental de todo se compadece.

Entra a su alcoba con su esposo, este la rodea de besos y caricias llegan a su cama y comienzan hacer el amor ambos se entregan al placer, Sara ya más desinhibida complace en escena a su marido ya es una mujer más sensual, más apasionaba disfrutaba de la intimidad con su esposo, se había dado un cambio más audaz en su personalidad ya era una amante más experimentada, más al compás del sexo, probando una y otra vez el arte de amar, de volar entre nubes de ardiente deseo. Después de hacer el amor con su esposo, se levanta va a la cocina por un poco de agua se acuerda de lo que ocurrió entre ella y su esposo, que cada vez se sumergen en una pasión más intensa que se está dando con los días, se pregunta si sería así toda la vida o solo es una etapa más de recién casados, como algunas que escucho por allí. Sin embargo, algo en su interior la hacía dudar de todo aquello que estaba sintiendo, todavía no lograba descubrir tal misticismo. Vuelve de nuevo a la cama observa a Darío y prosigue acostarse en su regazo. A su mente llegaba vagos recuerdos de su vida anterior, allá donde se limitaba a vivir, a sentir y a experimentar, se daba cuenta que yo era la misma, aun sus dudas, sus sombras y constantes temores seguían latiendo en su corazón, trataba de vivir un día a la vez; sin embrago no podía, sus pensamientos la llenaban de mucho conflicto emocional, su futuro la agobiaba pues a veces se limitaba a vivir su presente.

Al día siguiente le escribe a Lucy muy temprano:

“Hola Lucy podemos vernos para desayunar ¿Qué tal estas?”

Esta enseguida le contesta:

“Hola Sara buenos día si está bien”.

Sara le responde:

“Te parece a las 9am paso por ti a tu ubicación”.

Lucy le responde:

“Genial te envió mi ubicación acá te espero”.

Sara de inmediato toma un baño se acicala muy bien, agarra las llaves de su carro y le informa a su esposo que desayunara con su amiga Lucy.

Darío le responde:

—Nada mas no te tardes, es fin de semana y quiero pasarlo con mi flamante esposa.

Ella le responde:

—Descuida amor solo desayunare con ella y platicaremos un poco cosas de chicas.

Él la besa y le dice:

—Igual amor no tardes—ella responde está bien amor y se marcha.

Llega al estacionamiento enciende su auto y sale de inmediato hasta la ubicación de Lucy para ir por ella para salir. Llega a la casa, allí estaba ella en la puerta se miran, Sara baja del auto y la abraza.

Lucy mira el auto y comenta:

— ¡Wao! está lindo— responde—si no te había comentado Darío me lo acaba de regalar como obsequio de bodas.

—Debe estar muy enamorado de ti para darte semejante carrazo.

Sara sonríe y le responde:

—Seguramente, pero lo más importante es que me quiera, me respete y este conmigo en las buenas las malas como toda pareja.

—La inocente Sara, disfruta el regalo querida esta genial— lo dice en un tono sarcástico.

Sara la lleva a una cafetería muy exclusiva de la cuidad comenta:

—Se botó, he amiga gracias por traerme a este lugar me trae gratos recuerdos cuando mi familia cuando era unida y feliz. Hasta me amaban

Con mucho asombro le responde:

—¿Cómo así que te amaban? No te entiendo tienes problemas con ellos

Lucy se calla y se sienta he inmediatamente llama a una mesera para pedir su orden.

Sara desconcertada le pregunta:

—Estas bien me quieres contar Lucy; cuando sea el momento bueno, ahora centrémonos en disfrutar del lugar, no sabes la rica comida que preparan aquí.

—Tenia años anhelando venir acá a mis raíces, a mi país sentido de pertenecía cuando la patria llama.

—Eso se escuchó cómo discurso político— le comenta sonriendo.

Ambas se ríen sin parar de los comentarios graciosos de la una a la otra. Comienzan a Desayunar el plato se veía suculento.

—Esta delicioso gracias Sarita— comenta Lucy.

—Que agradeces estoy muy contenta de que este aquí, que por fin nos estemos conociendo en persona— a lo que Sara, la abraza de inmediato y sonríen juntas.

Hacía mucho tiempo que Sara no disfrutaba de vida social, de la compañía de una buena amiga para salir a recrearse, estaba feliz como nunca antes lo había estado, esa chica y la compañía de su esposo, le daban un aire diferente a su vida y apartaban de ella su enorme timidez, se sentía muy a complacencia platicando con Lucy como si se conocieran de toda la vida. Ya pasaban más de las 1:00pm de la tarde.

Darío le llama por celular a lo que esta atiende:

—Hola amor ¿Darío mi vida cómo estás? — Le responde cortésmente

—Dijiste que no tardaría

—Lo siento cariño se me fue el tiempo, ya pronto salgo para allá.

Lucy acentúa con un tono irónico:

—Se me olvidada que usted, ya es una señora casada su marido me va odiar.

—No es para tanto no te odiara—responde Sara.

—Bueno si quieres tomo el Transmilenio, así se va a su casa directamente—puntualizó Lucy.

—No como se le ocurre, es más venga conmigo te invito a almorzar con nosotros bueno.

—¿Cómo así? No que tal su marido se moleste con mi presencia, si ya la llamo para saber dónde está, me la tiene medidita amiga.

—No es así china en serio vamos almorzamos y así conoces más a mi marido no muerde, allí esta su hijo Ricardo también vive con nosotros.

—¿Cómo así? ¿Qué tiene un hijo y es divorciado?

—No es una Larga historia, es que por teléfono no es lo mismo hablar que en persona sabes.

—Se nota que tenemos mucho de qué hablar Sara.

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