Capítulo 4

A lo que ella solo correspondió con una sonrisa, está confundida como de costumbre su mente revoloteaba, al final lo que ella quería no era más que su anhelo de niña tener un hogar un hombre que la amará, con el tiempo ser madre y formar una familia, sin embargo no estaba del todo feliz sentía que le faltaba algo a su vida, como un vacío que llenar, que aún no sabía descifrar esos códigos que llegaban a su cerebro, solo tomo la determinación de aceptar su nueva etapa de vida, vivirla y dejarse corresponder por lo que Darío le ofrecía, se decía a sí misma que la vida es complicada es una lucha constante e internalizar batallas no era su fuerte, era una chica sencilla, tímida y muy introvertida, que apenas estaba comenzando a vivir la vida, al final del camino logro lo que anhelaba ser correspondida por un hombre que la quiera, que se lo demuestre, que le comunique lo importante que es ella en su vida, que la halague, que la desee, que le haga el amor con mucha pasión y vehemencia, un complemento de todo y al final lo había conseguido, sin embargo no lograba entender que era lo que sentía porque no estaba feliz que pasaba en su interior porque no conseguía que su mente sucumbiera de igual forma a los sentimientos que sentía su pareja por ella.

Una vez en su lecho ya dormía, Darío se levanta de madrugada algo ansioso y no podía esperar hasta el día siguiente ya que él es algo impulsivo por naturaleza, la despierta y le pide matrimonio muy a su manera entre risas y con la originalidad que a veces lo caracteriza coloca una canción muy antigua de fondo en inglés de un extinto grupo, para pedirle a ella que se casará con él y que se convirtiera en su esposa, ella no lo podía creer, él la miró a los ojos y le dice lo siguiente:

— Sé que no soy perfecto, tampoco el más adecuado; pero así soy nena, deseo ser aquel hombre para compartir su vida y formar un hogar, tener hijos con su merced, que junto con Ricardo hagamos de esto una relación estable y una linda familia; te amo Sara no sé qué más agregar sólo me queda decirle, que le demostraré cuanto me importas con hechos mi amor, de nuevo gracias por llegar a mi vida no te voy a dejar nunca amor mío— Estaba muy nervioso no coordino muy bien lo que quería expresarle.

Ella por su parte con lágrimas en sus ojos sólo le dijo a Darío:

— Gracias por este momento y por quererme.

En ningún momento le correspondió con un te amo o algo parecido en su interior él se extraña de lo poco expresiva que fue ella, pero no le prestó tanta atención, ya que ella era así tímida y pensó que, por vergüenza, a lo mejor no le salían las palabras, albergaba el deseo que estaba tan feliz como él. Cosa que no era así, en parte Sara lo vio como un mecanismo de escape para cubrir su cuota con la sociedad, de tener una familia vivir en pareja, para no sentirse sola y construir una unión como la de sus padres ya que eso le habían inculcado.

Toma desayuno siguen con sus rutinas ella llega a la escuela con su gran anillo de compromiso puesto en su dedo, algunas colegas compañeras de trabajo junto con la Directora del colegio, la felicitaron porque ya era hora que se haya decidido por fin en casarse, le desearon lo mejor, de igual forma no faltó la imprudente, ni la envidiosa que la veía con algo de celo porque a todas estas, había logrado lo que muchas aún no habían podido, ya que la mayoría de ellas tenían hijos, algunas con familia, otras con relaciones fallidas, madres solteras, en fin. Sin embargo, fue muy bonito el recibimiento y las palabras de aliento en su mayoría positivas para ella y su compromiso.

Al terminar el día Sara decide ir donde sus padres a contarle que ya está comprometida en matrimonio lo cual su madre sintió un gran alivio y hasta emoción por qué se casaría su hija. No le agradaba que se haya ido a vivir en unión libre. Al fin formaría su propio hogar.

Darío llegó a casa de los padres de ella a saludarlos y a su vez para darle la noticia de su matrimonio, formalmente pidió su mano hizo los honores correspondientes a lo que los padres de ella no les quedó más que desearles felicidad y enhorabuena ya su hija sería por fin feliz ante sus ojos.

Llega a casa Darío como adolescente enamorado comienza sus juegos y coqueteos sexuales con el fin de seducirla y hacerla suya, la lleva hasta el dormitorio hacen el amor, luego toman una ducha juntos él muy contento había encontrado la mujer adecuada siempre dispuesta, comprensiva, decente y sobretodo abnegada.

Al rato ella toma su teléfono celular y ve un mensaje de su amiga Lucy, que la llena de alegría, en el recado le manifiesta que está preparando todo lo necesario para ir a Bogotá para reencontrarse con su familia y obviamente conocerla a ella. Muy pronto iba a conocer en persona a su mejor amiga virtual, está entusiasmada con la idea de verse, incluso más que con su boda.

Le comenta por medio de mensajería que se casará con su prometido y que esté le había propuesto matrimonio, seguramente está muy contenta por su amiga, le pregunta si eso es lo que ella quiere dar ese paso tan importante, Sara le afirma que era con que deseaba. Sin dar explicaciones.

Pasaron los días y se prepara para su boda, su madre junto con una compañera de trabajo de la escuela que se llama Jessy, le ayudaban con los preparativos, el vestido y todo lo relacionado a la boda, por su parte su prometido hacía lo propio con su hermana Marisa, estaba muy feliz de que su hermano haya encontrado a la mujer ideal para establecer una familia y para hacer su vida, le expresa que siente tranquilidad y confianza, ya que Sara es la chica indicada para cualquier hombre, por su parte el hijo de él también está contento por lo bien que se lleva con su maestra que además ahora será como una madre para él. En todos estos días de cambios por la boda Sara se toma un tiempo para pensar, conversar consigo misma y se da cuenta que no está feliz, sin embargo, decide seguir adelante con los planes trazados.

Al pasar de los días llega la fecha de la boda por civil; dónde en una ceremonia muy íntima se casan ante un juez de su jurisdicción, la celebración es muy pequeña se da en su casa con muy pocos familiares y algunos amigos más de Darío. Él está feliz irradia brillo, porque no amor por ella no se la creía, por su parte la novia celebraba algo distante, está nerviosa y algo retraída, tomaba de la mano a su ahora legalmente esposo, ambos se dan besos, todos los presentes estaban cómodos celebrando, al rato llegó la hora de que los novios partiesen a celebrar la intimidad, se fueron un fin de semana a visitar una pequeña cuidad llamada Melgar, en las afueras de la cuidad de Bogotá. Llegaron al hotel entre champagne y vino, Sara se comenzó a sentir menos cohibida, más desinhibida lo que tomo por sorpresa a su esposo con un profundo beso en los labios, posterior a ello comenzó a besar su cuerpo completamente, su barbilla, su cuello, hasta que bajó lentamente por su ombligo, y le práctica sexo oral de tal forma que él se hallaba más que satisfecho y la vez hasta sorprendido por la actitud acertada de ella, seguramente productos de los tragos, de momento se dejó llevar por el deseo, por el lugar, se expresó abiertamente para su esposo sin tabúes solo viviendo y disfrutado del espacio, experimentando sensaciones nuevas para ella en el sexo. Él por su parte está sorprendido y la vez feliz de que poco a poco se abriera más como mujer y le manifestará su ardiente pasión y deseo; fue un fin de semana muy intenso de mucho sexo, de armonía, de entrega en todo sentido, la perfecta luna de miel que cualquiera podría disfrutar, culmina el fin de semana y con ella la celebración íntima.

Vuelven de nuevo a sus rutinas con la fuerza y felicidad necesaria para afrontar la ardua semana de trabajo que les esperaba ambos. Al llegar al colegio Sara, recibe la euforia de algunas de sus compañeras preguntándole como se sentía, querían que le narrará con detenimiento, lo que había sucedido en su luna de miel, a lo que ella solo sonrió con mucha picardía y se fue de inmediato a seguir con sus actividades sin dar mayor detalle.

A la hora de la comida, cuando se destinaba almorzar suena su teléfono era un mensaje de su amiga Lucy, dónde solo le decía si ella estaba bien, ella responde de inmediato se extiende en palabras y le empieza a contar con lujos y detalles como le había ido el fin de semana. Lucy por su parte no se interesa mucho en lo que está le está contando, responde con un simple "Ok", a lo que Sara al momento no le prestó atención y sigue contado sin parar como estuvo todo. En eso Lucy le responde con mucha antipatía solo. "Hasta pronto estoy muy ocupada con el trabajo te escribo luego". Haciendo caso omiso a la plática de ella, que prácticamente fue un monólogo.

Sara es una chica de poco amigo, su única amiga en ese momento es Lucy, la cual conoció de manera virtual en un chat de amistad de esos que están muy de moda, ya que le costaba abrirse con los demás en el chat interactuaba de vez en cuando con algunos miembros del grupo, sin embargo, solo fue Lucy, quién le escribió aquella vez por el privado y desde allí fue el comienzo de su ahora amistad.

Al final de la tarde cuando ya su jornada laboral, Darío va a buscar a su trabajo a su flamante esposo y a su hijo, la recibe con un ramo de hermosas rosas rojas a lo que ella las recibió fascinada y feliz de la vida, le planta un gran beso, no obstante, se da cuenta de que Ricardo estaba atrás y paro por vergüenza con el niño a lo que dijo:

— Qué pena allí está Ricardo. Acentúa en voz baja.

A lo que él responde:

— ¿Qué pasa? Se tiene que acostumbrar desde ya, al tener a sus padres que se aman, se besan y se expresan amor— el niño ríe con la inocencia que lo caracteriza, de igual forma estaba feliz por su padre y su nueva familia.

Darío es un hombre rústico, desolado, muy básico y convencional. También a vivido situaciones adversas por el abandono de la mamá de Ricardo, aunque nunca se casó con ella vivieron juntos con su hijo por un corto tiempo y un día sin dar explicaciones ella decidió marcharse sin dejar rastros sin embargo aun así y a pesar de las experiencias pasadas decidió darse una nueva oportunidad en el amor, empezar desde cero, permitirse un nuevo comienzo y vivir a plenitud.