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Oigo a Travis llamándome, así que me dirijo a nuestra mesa habitual.
-Niños ... -
Los saludo mientras me siento.
Travis y Monroe me miran con una sonrisa en sus rostros.
-¿Qué mierda estás mirando? -
Estallaron en carcajadas ruidosas y molestas.
-Tienes cara de alguien que acaba de terminar un polvo épico hermano....- dice Monroe.
Yo también me río mientras muevo mis cejas hacia arriba y hacia abajo.
-Y así es...-
Todos nos reímos mientras bebemos un poco de cerveza.
De repente suena el teléfono de Monroe.
-Lili...-
Lo veo hacer una mueca.
-¿¿Ahora?? Mierda.... no... no espera...-
Lo veo mirándome.
- No te preocupes, te dejaré venir a buscarlo.... sí... está bien, adiós. -
Cuelga la llamada y me mira fijamente.
-Tienes que ir a recoger a mi hermana a la biblioteca. -
-¿Eso? ¿Estás drogado por casualidad?-
-Por favor Daniel... tengo una competencia pronto... no puedo ir... te pido que me hagas este favor amigo...-
Suspiro.
que mierda
-Está bien.-
Lili
Toco la piel de mis dedos.
Estoy esperando a que alguien me recoja.
De hecho, le había preguntado a mi hermano, pero aparentemente no puede.
Estuve cerrado toda la tarde y noche en la biblioteca.
Estudié y no me di cuenta del tiempo que pasó.
Tengo un examen importante en unos días.
Pero al hacerlo perdí el último autobús.
Maldita sea.
Un fuerte ruido casi me hace estallar.
Un coche lamentable acelera y frena a la vez.
Quienquiera que esté dentro es simplemente estúpido.
¿Mencioné que odio a las personas que conducen rápido?
Ni siquiera me molesto en mirar.
Pero la otra persona no es de mi opinión.
-¿Te mudas o prefieres que te recoja? ¿Quizás incluso quieras abrir la puerta? -
La voz molesta y presuntuosa me lleva a mirarlo.
Todavía es él.
El amigo de mi hermano.
¿Podría ser que Monroe hizo que me recogiera?
-Escucha princesita, estoy ocupado, así que mueve el trasero y sigue. -
Estoy sorprendido por su rudeza.
Me levanto, recojo mis cosas y voy hacia él.
Abro la puerta pero sigo dudando si entrar o no.
Él suspira ruidosamente.
-Tu hermano me mandó a buscarte, date prisa porque no tengo toda la tarde. -
Yo también suspiro, pero decido subirme al auto.
Ni siquiera lo miro, me doy la vuelta después de ponerme el cinturón.
En todo esto, siento su mirada sobre mí.
-¿No te enseñaron que es educación sana? -
-Tal vez no soy educado...como tú el otro día. - respondo con acidez.
Lo escucho sonreír.
Me giro para mirarlo una vez que se ha ido.
Y repito lo que dije la primera vez que lo vi.
Es absolutamente el chico más agradable que he conocido.
-Para de mirarme. Se que soy hermosa, pero me molesta como que.-
Picotear.
-Yo...um....no te estaba mirando...-
Miento descaradamente.
-Lo que quieras.... -
Enciende un cigarrillo cuando llega a un semáforo.
Expulsa el humo cuando empiezo a toser, haciéndolo reír.
-De verdad eres una princesita...-
-Debe ser algún tipo de insulto o un cumplido que no entiendo...-
Me mira por unos segundos antes de irse de nuevo.
-Las princesas están en mi pene... así que haz un poco....-
Estoy cada vez más estupefacto.
Así que estoy en su pene.
Bien.
Fijado.
Decido cambiar de tema.
-¿Donde esta mi hermano? -
- El está ocupado. -
- Me di cuenta de esto. -
-¿Entonces por qué preguntas? -
-Te pregunté ¿dónde está? -
-Ni siquiera me gusta la gente que hace demasiadas preguntas. -
-No es mi problema.... Hice una pregunta no diez mil. -
Sacude la cabeza, pero no responde.
Pasamos el resto del viaje en silencio.
-Llegó princesita....-
-Gracias... um... Daniel. Y disculpe las molestias.-
Salgo del coche y subo las escaleras.
Jugueteo, buscando las llaves.
Pero no puedo encontrar nada.
Condenación.
Todavía siento la presencia de Daniel detrás de él, que aún no se ha ido.
Me pongo nervioso porque tener su mirada en mí tiene este efecto en mí.
Sobre todo después de lo que me dijo en el coche.
Vacío el contenido de la bolsa en el suelo.
La risa llega a mis oídos a lo lejos.
Qué idiota.
Levanto la cara para mirarlo.
-Me alegro de que mis desgracias te diviertan tanto. -
Se ríe más y más fuerte.
Pero el problema ahora es que no puedo encontrar mis llaves.
Lo que significa solo una cosa: olvidé mis llaves en casa.
Perfecto.
-¿En ese tiempo? ¿Podemos llegar antes del anochecer? -
y ahora que hago?
-Ehm…sí aquí….Adelante…estoy esperando a que un amigo me acompañe….sí..-
Lo veo salir del auto y apoyarse contra la cerca blanca frente a mí.
-¿Pero en serio? -
-Ehm...si si.. gracias de nuevo...-
Cierra los ojos mirándome.
-Vamos....-
Mis ojos se abren.
-Qué....-
-¿Tú también eres sordo además de descuidado? Dije ¡muévete! -
-¿Siempre eres tan amable? -
-¿Y tú siempre eres tan molesto? -
Me congelo al instante.
-Mira, yo no te pregunté nada. Puedes irte con seguridad dije. -
Se acerca.
Me levanta del codo.
- Eres un niño mimado. No tienes las llaves y no puedo dejarte en la calle. Así que ahora date prisa y ven conmigo. El final de la historia. Ah y no respondas porque para esta noche tu voz ya me puso de los nervios. -
Me quedo con la boca abierta.
Nunca nadie me ha hablado así.
Lili
El viaje en coche es silencioso.
Y creo que es mejor así para los dos.
Daniel es realmente odioso.
Ambos hermosos y groseros.
Obviamente, la madre naturaleza no podía darle todo... ¿o sí?
-¡Deja de joder!-
Salgo de mis pensamientos al escuchar su voz.
-¿Qué diablos te pasa ahora?-
Me mira solo por un segundo, antes de detenerse en un semáforo.
Se vuelve hacia mí.
-Haces ruido con los dedos y me estas pegando mucho.-
¡Madre mía, qué ácido es!
-¿Hay algo que no te moleste? Así, para saber moverse. -
Él sonríe ante mis palabras.
-Tú. Me molestas princesita. Así que trata de estar en silencio al borde de lo invisible. -
Pero te ves...
-Para el coche...-
Ni siquiera me escucha.
-Dije alto -
-Te escuché, no soy sordo. El punto es que elegí ignorarte.-
Esto es demasiado... de verdad.
-¿¿¿Quién crees que eres??? Te escuchas cuando hablas???-
Él suspira.
Se pasa una mano por el pelo... Y aunque estoy terriblemente enojada con él, no puedo dejar de notar lo sexy que es en este simple gesto suyo.
Maldita sea, es realmente agradable.
Pendejo... pero agradable.
De repente, el coche se aleja de la ciudad hacia el campo.
-¿A dónde vamos?-
Mi tono debe sonar un poco tenso o tal vez temeroso, y creo que él también lo ha notado.
-¿Tienes miedo princesa?-
Trago saliva cuando sus ojos se posan en los míos.
-En absoluto. -
Él me da una sonrisa, que honestamente encuentro hermosa.
-Te duele....ya sabes....cualquiera que te viera conmigo se preocuparía....-
Mis ojos se abren ante su declaración.
¿Y si tiene razón?
Me siento cada vez más nervioso cuando entramos en un lugar desolado.
De repente, Daniel detiene el auto.
-Bajar..-
Pero, ¿puede ella simplemente dar órdenes, maldito sea?
Decido hacer lo que dice de todos modos.
Al final, si Monroe me hizo venir a él, significa que no es tan terrible.
Una mezcla de voces lejanas... Música... Y luego las veo.
Un montón de gente hablando, bebiendo, fumando...
Cielos... pero ¿dónde terminé?
No me gusta este lugar en absoluto.
Me detengo en seco, lo que mi -compañero- nota de inmediato.
Se vuelve hacia mí.
-¿Quieres ir con tu hermano o no?-
¿Está mi hermano aquí?
Respiro hondo y empiezo a caminar de nuevo.
Daniel sonríe.
-¿Creíste que te arrastré a una orgía o algo así? ¿O tal vez pensaste que quería recluirme contigo? -
Estúpido.