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5

Ella no esperaba ver a Charlie allí. Pensó que el estaba allí para comer algo y no por estar siguiéndola.

En ese momento, la madre del niño salió corriendo y lo tomo en sus brazos.

Vio el horrible rostro de Charlie y le reclamo: "¿Que te pasa? ¡Estando así para que sales asustando a la gente! ¿Serás responsable si mi hijo sufre un trauma?"

La gente a su alrededor también lo señalaban con sus dedos y hablaban sobre la horrible cicatriz en el rostro de Charlie.

A Charlie no le importaba que hablarán de él, y no le hacía

caso a esa gente.

Esa escena de él se quedó plasmada en los ojos de Ariel, y comenzó a tener compasión por él.

Ariel estalló al instante.

Corrió entre la multitud y se acercó a Charlie como si fuera una gallina protegiendo a su polluelo.

Ella dijo enojada: "¿Oye tú, acaso no tienes modales? ¡Fue tu hijo quien golpeo a este hombre y también le mancho su ropa de pastel! Nosotros no nos quejamos, ¿por qué vienes tú y lo haces?"

"¿Cómo puede una jovencita como tu hablar así? ¿No ves lo aterrador que se ve este hombre? Debió ser él quien asusto a mi hijo y lo hizo tropezar. Tampoco he pedido que me pagues por el daño mental causado. Todos aquí han visto lo horrible que se ve esa persona. ¿Qué pasaría si mi hijo sufre de un daño psicológico?"

La mujer no quiso disculparse, sino que quiso dominar la situación.

La gente alrededor también susurraban, y los miraban bien mal.

"Así es, estando tan feo, ¿y si fue él quien asusto al niño?"

"Habla en voz baja, ¿qué pasaría si él es un pervertido? He visto en la televisión que las personas con defectos físicos también sufren de baja cocheestima y eventualmente se vuelven asesinos a sangre fría."

"Sí, sí, sí. ¡Tengamos cuidado!"

Ariel escuchó esa horrible conversación. Ella pudo escucharlas, incluso cuando no le hablaban directamente.

Ella y Charlie estaban comprometidos. En el futuro ella será suya.

Ella nunca dañaría sus sentimientos aun cuando le tuviera miedo a su apariencia. Además, el físico no lo es todo, ¿acaso es difícil de ver la bella interior?

Ella apretó con fuerza los puños, como una bestia acumulando fuerzas, esperando en cualquier momento explotar.

Ariel gritó de repente cuando la multitud hablaban entre sí.

"¡Callense!"

Todos se quedaron en silencio.

Ariel apretó su puño y gruño.

Sus ojos con rabia se posaron directamente sobre la madre.

"No digamos más nada. Veamos las cámaras de seguridad. Si tu hijo fue imprudente y choco con mi hombre, entonces tienes que compensarle la ropa. ¡Además si alguno de ustedes sigue hablando mal sobre mi hombre, no me culpen si los trató con falta de respeto!"

Todos se sorprendieron por su impulso, y nadie se atrevió a hablar, se quedaron mirándola estupefactos.

Ariel es una persona que hace lo que dice. Agarro la mano de Charlie y corrió hacia la pastelería pidió las grabaciones de seguridad.

Charlie no decía nada. Solo tenía una sonrisa de esquina a esquina.

Él estaba tan grande, y nadie lo había protegido de esa manera.

No esperaba que ser mimado y protegido por otros sintiera una sensación tan acogedora.

Su mirada se volvió tierna y estimulante al ver que sus manos se agarraban entre sí.

Las manos de Ariel eran muy pequeñas y suaves, sus palmas estaban calientes, incluso sudorosas.

Su espalda estaba rígida, como un pino, que nunca se doblaría.

Charlie se dio cuenta de que ella estaba asustada, pero

insistía en ayudarlo como sea posible.

El secretario Aaron había presenciado todo.

Aaron quiso ayudar, pero Charlie le hizo una señal con la mano para que no lo hiciera.

Sacudió la cabeza. Se ve que el señor le gustaba ser protegido por esta señorita.

Un héroe debería salvar a la bella. Pero con este señor, la bella tenía que salvar al héroe.

Las cámaras revelaron que fue el niño quien estuvo corriendo desenfrenadamente, accidentalmente golpeando y manchando de crema a Charlie.

Todos se quedaron en silencio al ver estas pruebas. Después de todo la madre y el niño eran irracionales y un poco descuidados.

La madre volteó los ojos y quiso dar otra explicación.

"Ay, es solo un niño. ¡Mira la edad que tiene! Ustedes también asustaron a mi hijo, ¿verdad? ¿Eres tan grande y quieres cobrártelas con un niño?"

"Yo no quiero sacar cuentas con un niño, pero si contigo. ¡Págale la ropa a mi hombre!" Ariel le dijo disgustada.

¡Ella odiaba a los malcriados!

"Solo es una prenda. ¿Cuánto debería de costar? ¿Acaso se van a morir por dinero?" Esa mujer les dijo sin vergüenza: "Muéstrenme la factura si se atreven. ¡Yo les pagaré la mitad! El salario de mi esposo es de treinta mil a cincuenta mil. No creo que no pueda pagarles."

Una sonrisa apareció en la esquina de la boca de Ariel al escuchar esto.

Esa madre realmente no tiene cómo pagarlo.

Se volteó hacia Charlie, tomo de su mano: "Date prisa y pídele a tu secretario que le envié la factura. ¡No debemos dejarnos!"

Al mirar Charlie su rostro, y debido a la emoción, sus mejillasse enrojecieron.

Ella estaba luchando su batalla, y estaba ayudando a Charlie a ganarla. No podía estar más feliz.

¡Nadie podía intimidar a su hombre!

Charlie extendió su mano y la sostuvo con fuerza.

Ella se sorprendió y quiso soltar su mano, pero él tenía más fuerza y no podía hacerlo.

Ella se sonrojó muchísimo.

"¿Pero qué estás haciendo? Quiero que me des la factura. ¿Por qué me das la mano?"

"Me gusta cuando dices “mi hombre." Llámame así de ahora en adelante."

Charlie sonrió de esquina a esquina y sus ojos se fijaron en su cuerpo por un momento.

Desde que ella regresó a su casa, él ya estaba decidido a casarse con ella. Y ahora al verla protegerlo sabía que su decisión no era la incorrecta.

Una vez agarrada su mano, nunca volvería a soltarla.

Ariel se encontraba en su fija mirada, como una piscina profunda, pero también como un cielo estrellado sin fin. Esos ojos eran como un agujero negro que podía succionar a cualquiera.

Ella no entendía su aspecto, y no se atrevía a mirarlo.

Sus ojos eran agresivos y vestía ropa ajustada, pero parecía que podía ver su interior.

Ella evitó mirarlo, y dejo que tomara su mano.

Aaron ya estaba preparando todo. Esta ropa es de un famoso diseñador italiano. No tenía etiqueta. Odiaba ponerle precio a sus diseños.

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