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6

Pero Aaron había encontrado el precio estimado.

El costo laboral fue de varios millones.

Ariel se sorprendió al escuchar esta cantidad. Contó todos los ceros que había y determino que el valor más bajo de esta ropa era de diez millones...

Si hablamos de compensación, debería de pagar al menos cientos de miles.

La mujer se quedó estupefacta cuando vio el precio.

Luego reacciono y dijo gritando que la estaban estafando.

Ariel quiso decir algo, pero Charlie la detuvo: "Deja el resto a Aaron. Él se encargará de ello."

Se quitó la chaqueta y se la dio a Aaron, y luego metió a Ariel al coche.

Ariel se subió al coche y en ese momento le atacaron los nervios: "¿A dónde me llevas?"

“Se me había ido el apetito estando allí, así que tenemos que buscar otro lugar”.

Lo decía tranquilamente mientras la llevaba a un restaurante.

Ella todavía estaba molesta por la situación anterior. Al verlo entrar, ella tomó de su mano.

Charlie sabía que ella estaba preocupada de avergonzarse, y su corazón era muy blando.

“¿Te preocupa?”

Sus labios sonreían alegremente, y tenía las cejas levantadas.

Esa sonrisa cambió la personalidad de aquel hombre, y la mitad de su rostro no se sentía tan horrible.

Si Charlie no tuviera el rostro desfigurado, su rostro no tendría comparación en este mundo y todos lo admiraran.

Las mejillas de Ariel se sonrojaron y se sintió un poco avergonzada.

Ella no sentía lástima por él, solo que ya habían aceptado que ella era su prometida. ¡Y no quería permitir que nadie se burlara de él!

Frunció los labios y dijo: “No me das lastima. Solo que me dan rabia los niños malcriados. No te estaba ayudando, solo me ayudaba a mi misma. Decir que eres mala persona, también me hace mala persona. Somos una pareja comprometida”.

Charlie sabía que ella era modesta, se avergonzaba y no se atrevía a admitir sus sentimientos.

Apretó su manita y dijo: “Entremos a este restaurante donde la familia Santos tiene inversiones”.

Ariel exhalo un suspiro de alivio al escuchar esto.

Pero también se sentía angustiada.

Charlie parecía un vampiro que no se atrevía a salir a la luz del día, de lo contrario sería destrozado por los rumores.

Incluso con el poder y fortuna que tenía la familia Santos, no podían escaparse de las críticas que hacían sobre su apariencia.

En verdad que debe de sentirse muy solo.

Ella lo siguió, mirándole la espalda, y el amor que tenía en su corazón se desbordó instantáneamente.

Ella debía protegerse bien a su esposo y no sería amable si alguien lo molesta.

“A propósito, ¿qué pasaría si esas personas te hubieran tratado con agresividad?”

Charlie le preguntó de frente.

Ariel arqueó ligeramente las cejas, murmuró diciendo sin dudas: “¡Entonces les daría una paliza!”.

"¿Podrías luchar contra ellos?"

"Aun si no podría ganar, también habría que seguir peleando. No aguantaría que ellos se burlaran de ti. No te preocupes. ¡Yo, Ariel, soy una persona muy leal y no te dejaré solo!"

Ella lo decía con mucha seguridad, y quería darle una palmada en el hombro, pero no pudo.

No esperaba que Charlie detuviera el paso, ella no se detuvo a tiempo y se tropezó la cabeza.

Su nariz se llenó de dolor y su pequeño rostro se llenó de sufrimiento.

"¿Por qué te detuviste?"

"Bueno, si algún día te atreves a dejarme, te romperé tus piernas de perra."

Charlie lo dijo en tono normal, pero si Ariel hubiera prestado más atención, hubiera notado una sonrisa juguetona en sus ojos.

Aunque era una ligera expresión, también era cálido.

Al escuchar esto, Ariel le dio una regañada a Charlie.

Lo trataba tan bien y ahora le amenazaba con romperle las piernas.

¿Ella era una perra?

Los rumores de Charlie de que es malvado y cruel sí que son verdaderos.

Hoy invitaba Charlie, y ella no fue modesta, ¡aun estando con este hombre que vestía ropa valorada por millones! Ella comía gran cantidad de platillos de dulces hasta quedar satisfecha y no poder caminar.

Charlie la envió a la escuela. Y la dejó un semáforo antes porque no quería que su coche de lujo llamara la atención de la gente.

¡Pero no se esperaba que Charlie fuera un atrevido!

"Bésame y podrás bajarte."

"¿Qué?" Ella se sonrojó.

Ella estaba en el asiento del copiloto, donde podía ver la mitad hermosa de su rostro.

Si fuera por esa mitad de su rostro, muchas chicas morirían por él.

¡De repente trago saliva, codiciando esa hermosa mitad de su cara!

Al mirar su rostro sonrojado, Charlie ya estaba de buen humor y no podía evitar seguir bromeando.

"¿No decías que querías practicar? Esto es una inspección sorpresa, ¿o es que te estás contradiciendo?"

Su tono de voz era profundo y suave, como la de un violonchelo, y se escuchaba muy atractiva.

Ella sabía que él estaba usando unas técnicas para jugar con su mente, ¡y lo estaba logrando!

Ella dijo enojada: "¿Piensas que no me atrevo?"

Ella le tocó la mejilla con sus manos. Era la primera vez que tocaba la parte quemada de su rostro, que estaba un poco fría, lo que la asustó un poco.

Pero sabiendo que pasará toda la vida con aquel hombre, no tuvo miedo en lo absoluto.

En realidad, Charlie no es tan malo como decían los rumores.

Ella apretó los labios, tratando de besarlo en la mejilla, pero inesperadamente él se movió.

Ahora... ¡Boca a boca!

Ella se quedó atónita por un momento, sus pupilas se contrajeron y no supo qué hacer.

En ese momento ella estaba confundida y el hombre no fue muy cortés. Abrió su boca y sacó su lengua, no dejaría que la lengua de Ariel se escapara de él, y la besó

apasionadamente.

Charlie ya se había aprovechado de ella y no tuvo tiempo de

reaccionar y resistirse.

Con sus grandes manos sujetó con fuerza su cintura, sin darle oportunidad de escapar. El coche no era tan grande y no tenía cómo escaparse.

Ariel luchó en vano, y sintió mucha pena.

¡Este era su primer beso!

Ella esperaba que fuera después, y no así locamente.

Esta persona sí que es atrevida...

Sus ojos se pusieron rojos, a punto de llorar.

Charlie se dio cuenta y se sintió un poco molesto.

Se alejó un poco, pero tenía una mirada maligna. Pero al verla a punto de llorar, se sintió inesperadamente molesto y respiraba incómodamente.

El fuego todavía ardía en su cuerpo.

¡Ese beso profundo despertó fácilmente su deseo!

Se quitó la corbata y abrió la ventana para que entrara un poco de aire.

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