Capítulo 6
Un fuerte bocinazo me devolvió a la realidad y miré al auto detrás de mí. Me señaló el dedo medio por la ventana y yo hice lo mismo. - ¡ Jódete tú también, imbécil! - Empecé a conducir de nuevo, sin escuchar su respuesta.
No está permitido soñar con otro hombre mientras esté casada. Amas a Oliver y él te ama a ti. Amas a Oliver y él te ama a ti.
Tomé el camino que me llevaba a Serene y abrí la puerta, sin siquiera anunciar mi llegada. A veces me arrepentía de tener las llaves de su casa. Había una hermosa chica con cabello azul sentada en el mostrador de la cocina… dándose placer mientras Serene observaba. Me quedé completamente en shock, había llegado en el peor momento, así que comencé, - Ponte algo de ropa, por favor. -
Mientras Serene murmuraba molesta, la peliazul rápidamente se puso las bragas nuevamente. - ¿ Por qué estás aquí? - Puse los ojos en blanco.
- Lo vi de nuevo. Alejandro, quiero decir. - Sus ojos se abrieron, repentinamente interesada en por qué había interrumpido su cita.
- Ya me voy - anunció la chica de pelo azul. Era bastante hermosa, baja, con hermosos ojos verdes con reflejos ligeramente azulados y labios carnosos.
- No, no, por favor quédate. Soy Lilibeth - me acerqué a ella, en la cocina, y le tendí la mano.
Me sonrió y lo sostuvo entre los suyos. - Raquel. -
- Bueno, ahora que hemos hecho las presentaciones necesarias podemos volver al tema principal. Alejandro sexy. - Me empujó hacia la sala y Rachael nos siguió. Se sentaron en el sofá, mientras yo seguía caminando agitadamente delante de ellos. - Deja de caminar y habla, estúpido. -
Después de contarle brevemente a Racheal sobre mi corta vida amorosa, me senté en la mesa de café. - Esta es la razón por la que interrumpí tu orgasmo - , suspiré profundamente. - Hacía seis meses que no veía a Alessandro, pero aún conservaba este tatuaje. Estaba regresando de la casa de un cliente, pasando por la parte de atrás ya que los paparazzi estaban invadiendo la entrada y yo estaba en mi celular, por lo que no estaba prestando atención a la carretera. En algún momento chocaré con este tipo misterioso, ¿vale? - Ellos asintieron.
- Me disculpé aún sin mirarlo a la cara. Pero en cierto momento lo hice y todos los recuerdos, incluidos los más pequeños detalles, de la velada que pasamos juntos cruzaron por mi mente, mientras estaba encantada con sus ojos plateados. Luego me preguntó si podíamos hablar y lo hicimos. Y maldita sea, la tensión sexual entre nosotros era tan alta. Contuve una sonrisa mientras seguía pensando en él.
- Te lo jodiste, ¿verdad? - Me preguntó Racheal interesada.
Murmuré y los miré a ambos. - Me fui. -
- ¿ Qué has hecho? - Me preguntaron al unísono.
Me levanté y me pasé una mano por el pelo. - Sé que sé. Pero tenemos que ser realistas. Soy un abogado famoso, casado con un director ejecutivo adjunto. Nos encanta. -
- Me gustaría darte una bofetada ahora mismo - Serene negó con la cabeza.
- Estoy de acuerdo. Mira, por lo que he oído sobre Oliver, es un verdadero imbécil. Él no te merece en absoluto - , Serena asintió con la cabeza. - No te estoy diciendo que engañes a Oliver, pero ¿nunca has pensado en un matrimonio abierto? -
Miré de uno a otro. - Por muy inteligente que sea, no me gustaría ver a Oliver con otra mujer. -
Serene puso los ojos en blanco y Racheal apoyó la cabeza en el sofá en señal de derrota. Les sonreí con simpatía. - Lo siento. -
Mi celular empezó a sonar y lo saqué del bolsillo de mi chaqueta. - Mierda, soy Oliver. - Ambos levantaron la cabeza al verme presas del pánico.
- Tómalo con calma. Es tu marido, habla con él como siempre lo has hecho. - Asentí, respirando profundamente antes de responder.
- ¡ Hola amor! - dije, particularmente entusiasmado. Ambos se quejaron de mi estupidez.
Lo puse en altavoz. - Mm... hola amor. ¿Sacaste mi mensaje? -
- Estoy con Serene ahora mismo, así que no. -
- Serena, debí haberlo imaginado. Bueno, deberías volver lo antes posible para que podamos ir a comprarte el vestido, ¿recuerdas? - Vi a Serene y Rachael darme expresiones confusas.
Serene pronto entendió a qué se refería y me hizo la mímica de -la gala anual-. - ¡ Correcto! Volveré lo antes posible. - Colgué y volví a sentarme en la mesa.
- Oliver parece... dulce. -
Serena puso los ojos en blanco. - No lo es. Espera hasta que lo conozcas tan bien como yo. -
- Puede ser dulce - , lo defendí.
- No, - Serene me miró, recordándome en silencio todas las veces que la había llamado llorando por su culpa. Sabía lo que estaba pensando, pero ninguno de los dos habló de ello en voz alta. Tomó la computadora. - ¿ Cuál es el apellido de Alejandro? -
Me encogí de hombros y me moví entre ellos mientras él comenzaba a escribir. - Nunca le pregunté. - Ella me sonrió y continuó su búsqueda.
Sólo le tomó dos minutos antes de que dijera: - ¿Es él? - Miré la foto que había abierto. Inmediatamente reconocí sus tatuajes, sus abdominales, sus brazos, sus manos, sus piernas, todo. Incluso solo verlo en una fotografía me hizo sentir algo.
- ¿ El está ocupado? - Me preguntó Rachael y centré mi atención en la chica morena que tenía sus brazos alrededor de su cintura, mientras vestía un bikini.
- No, es sólo un prostituto - Serene hizo clic en el enlace debajo de la foto.
- Alejandro Queens. -Queens . Su apellido me pareció extrañamente familiar. Lo había oído antes, pero no recordaba cuándo.
- También estamos cerca de finalizarlo con una empresa aún más poderosa, Queens. -
Gruñí exasperada y me desplomé contra el sofá. - Oliver odia a este hombre con cada fibra de su cuerpo. -
Serene se rió y apagó la computadora. - Estás viviendo tu mejor vida, fresa. -
- Estoy viviendo un infierno. Necesito sacarme esto de la cabeza. - Cierra tus ojos.
Hubo un breve momento de silencio, luego sentí que alguien tocaba mi brazo. - Puedes ayudarme a encontrar un vestido para la gala. Debo estar loca siendo modelo. - Racheal y yo nos levantamos, listos para seguirla escaleras arriba.
Su armario era enorme, cada estante estaba repleto de ropa y las perchas estaban llenas de ropa de diseñador. - Me haces parecer más pobre de lo que realmente soy - , admitió Rachael con asombro.
Me reí y cogí uno de los vestidos colocados al lado de Racheal. Era un vestido sirena negro con volantes en la parte superior y una abertura que comenzaba desde la mitad del muslo. - Lo usé el año pasado. -
- Por supuesto, era obvio - puse los ojos en blanco. - ¿ Qué tal si nos muestras tus opciones? - Ella asintió y nos dejó a Racheal y a mí frente al armario. Nos acercamos a la cama y me quité la chaqueta. - Entonces, ¿cuánto hace que conoces a Serene? - Yo le pregunte a ella.
- Durante aproximadamente un año. Nos acostamos juntos de vez en cuando - , asentí. Un año intermitente... Rachael estaba enamorada de ella y no podía culparla. - ¿ Y tú, qué me dices? -
- Hemos sido mejores amigos desde la secundaria. Así, durante dieciséis años … Ella asintió. - ¿ Te gusta? Sereno. -
Ella se rió, nerviosamente retorciendo un mechón de cabello alrededor de su dedo. - I- -
- Vale..., - salió Serena con un impresionante vestido verde esmeralda con destellos y una enorme abertura lateral. - ¿Este? -
- No, el siguiente - , dijimos Racheal y yo al unísono. Ella puso los ojos en blanco, comenzó a quitarse el vestido y regresó al vestidor.
- Entonces, ¿qué estabas diciendo? - Le pregunté, una vez desaparecido el tema de nuestra conversación.
- No lo sé... Ella es importante para mí. Pero a veces puede realmente confundirme. -
- Entiendo. Sin embargo, como su mejor amiga, tengo que decírtelo. Si le haces daño, te destruiré; aunque sé que suele ser ella la que rompe corazones. - Le sonreí y ella se rió.