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Capítulo 3

- Menos mal que no tengo una hija - dice el tío Jay.

- Ni siquiera hables, no necesito preocuparme por eso – dice Nick y tía Maggie pone los ojos en blanco.

- ¿Bryce? - le pregunta Cyr al tío Bryce.

- Mi hija acaba de empezar primer grado, Cyr. En esta serie solo hay niños, es fácil asustarse - dice y Mark se ríe y Mila mira a su padre con incredulidad.

- ¿Me estás llamando niño, papá? - dice Mila enojada.

- ERES un niño - dicen Bryce y Mark al unísono y la niña golpea con el pie.

- ¡Madre! - Mila se vuelve hacia la tía Addi.

- No te preocupes por tu tonto de padre, hija – dice conteniendo una risa.

- Oh, ¿ves que eres un mocoso? Recurres a tu madre para todo. Acéptalo, hermanita. Eres un niño - Mark se burla de su hermana, quien se insinúa con el niño.

-¡Bryce! - La tía Addi advierte a su marido que simplemente se ría de la situación. No voy a mentir, fue divertido verlos a los dos pelear.

- ¿Que pasó? - dice con incredulidad.

- Vas a separar a tus hijos, carajo - dice levantándose para intentar alejar a las Milas de Mark. La niña estaba encima del niño tratando de golpearlo, pero él la tomó de los brazos riéndose de la situación, enojando aún más a la niña.

Mila tiene una paciencia del tamaño de un grano de arroz, a veces actúa impulsivamente, es un poco agresiva, se estresa con facilidad y es muy explosiva. Ella es como el tío Bryce. Mark ya es como la tía Addi. Más tranquilo, piensa antes de actuar y no se estresa fácilmente, pero también es un buen provocador. Puede que tengas la mayor paciencia del mundo, pero si Mark tiene la intención de irritarte, lo hará.

No es de extrañar que los dos simplemente estén peleando.

- ¿Mis hijos? ¿Lo hice solo? - Bryce contrarresta y se levanta.

- Salió de ti – dice tía Addi colocando sus manos en sus caderas y Bryce pone los ojos en blanco.

- ¡Paremos los dos ahora! - ordena y Mila se baja de su hermano y él se ríe de la situación y se levanta.

- Bastante estresado, ¿no? - dice Mark burlonamente, Mila volvería a ir tras él pero es detenida por su padre.

- Detente, niña - dice Bryce, alejando a Mila de Mark.

- Ella es igual que tú - le dice Jay a Bryce y este se encoge de hombros.

- Toma un revotril, gatito – dice Mateo sentándose y Mila lo mira fijamente.

- Para, Mark - dice Addi y se encoge de hombros.

- Dejad de hacer payasadas, se van al colegio - dice Avani enfadada.

- Eso es, tía Avani - aplaudimos Alice y yo.

- Siéntate ahí, maldita sea - le dice mi madre a mi padre y él se sienta refunfuñando.

- Tranquila, Tayler - dice Charly y levanta las manos en señal de rendición.

- ¿Tendré que ir allí, Kio Cyr? - Dice Avani cruzándose de brazos y Kio se sienta, también refunfuñando.

- Tu padre es tan cabrón con tu madre - le digo a Heloísa y ella se ríe.

- Ya lo escuché, mocoso – dice Kio entrecerrando los ojos y yo me río.

- Bueno, ibas a la escuela normalmente, sólo mantenías los ojos abiertos por si había algo sospechoso. Si descubres algo, háznoslo saber. No hagan nada sin hablar con nosotros primero - Dice mi madre y asentimos - Ahora comamos las pizzas que traje, estoy en los munchies -

- Mira las palabras de mi esposa – dice mi padre levantándose y acercándose a mi madre – Suenas como una adolescente hablando así – la tira de la cintura.

- Eh, siempre dije eso... - le pasa las manos por el cuello - ¿Me estás llamando vieja? -

- No.... Pero no eres joven – dice y ella frunce el ceño – pero aún tiene calor – lo dice en voz baja pero pude escucharlo.

- Ya basta, créeme - digo poniéndome de pie - Admiro vuestra relación, pero vosotros tampoco necesitáis todo esto -

No mentí cuando dije que admiro la relación de mis padres, siempre pensé que era hermosa la forma en que se defendían y se trataban. Mi madre a veces hace esa leve amenaza, pero todos saben que lo ama. Mi padre es el perro de mi madre, se porta duro delante de todos sus amigos de la pandilla, pero si mi madre le dice que se haga un sándwich, se va por la mañana sin quejarse. El famoso pierde la postura, pero no pierde a su esposa.

Quiero tener una relación así. Espero encontrar a alguien que me ame incondicionalmente, como el amor que mis padres sienten el uno por el otro.

- Mocoso, cállate y ve a comer - dice mi padre y le saco la lengua y me dirijo hacia la cocina - La próxima vez te arrancaré la lengua - lo escucho desde la sala y me río.

Me despierto con el jodido despertador sonando por quinta vez en mi oído, y por sexta vez lo apago e intento volver a dormir, pero un grito afuera de mi habitación me detiene.

- ¡SOFÍA! ¡DESPERTAR! - Escucho la voz de Heloísa, abro los ojos y respiro profundo, pienso un poco y me llevo un susto al ver que ya eran las siete de la mañana.

- Jodido - digo y me levanto corriendo y abro la puerta.

- ¿Por qué carajo no estás disfrazado todavía? - Dice Heloísa mirándome toda despeinada y en pijama.

- Me desperté ahora, pensé que aún era temprano – digo frotándome los ojos tratando de despertar del sueño.

- Ve a prepararte ya, Sophia - dice Heloísa enojada - Creces y contigo crece esta costumbre de llegar siempre tarde - dice dirigiéndose hacia las escaleras

Corro a mi habitación y voy al baño, me lavo los dientes, me quito el pijama y voy a la ducha. Me lavo el pelo rápidamente y luego salgo, me envuelvo en una toalla y voy al armario.

Mi escuela tiene uniforme, pero los estudiantes de tercer año no lo usan en su último año de secundaria. La escuela le dio este privilegio a los estudiantes de tercer año y estoy muy agradecido por eso, no tengo que preocuparme por los uniformes y puedo usar el estilo de ropa que me gusta.

No tengo tiempo para elegir ropa, así que elegí un pantalón y una blusa. También cogí abrigo, la blusa me quedaba muy pequeña y hacía un poco de frío. Voy a mi tocador, me seco y me peino rápidamente. Me peiné tan rápido que parecía una mierda, agarré una gorra Nike negra y me la puse. Apliqué corrector, rímel, rubor, iluminador y brillo de labios. Me pongo una Air Force blanca, tomo mi bolso, mi celular, mis auriculares y mi abrigo, me lo tiro al hombro y salgo de la habitación.

- SOFÍA - Me grita Heloísa y yo aparezco en las escaleras y la miro fijamente.

- Deja de gritar, desgracia – digo bajando las escaleras.

- ¿Gorra? - dice extrañada.

- Sí, mi pelo es una mierda. Entonces me puse una gorra para disimularlo - hablo mientras miro mi celular y entro a la cocina con la chica. Todos ya estaban sentados tomando café.

- Buenos días - digo y me acerco a mis padres y les beso las mejillas a ambos.

- Buenos días - responden todos y tomo un kiwi del frutero.

- Que lindo traje, hija - Dice mi madre y yo sonrío y le lanzo un beso al aire.

- ¿Qué trozo de tela llevas, Sofía? - Dice mi padre mirándome seriamente y señalando mi blusa - ¿Puedes entrar así a la escuela? Entré desnudo, fue más fácil.

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