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-Está bien, te llevo.- respondo.
La idea de lo que tendrá que suceder en breve me angustia extrañamente.
-¡Jack, buenos días!- exclama Lucas, entrando sin llamar.
Lo veo congelarse cuando ve a Allys, luego me mira a mí también, con el rostro sonrojado por la vergüenza.
-No sabía que estabas ocupado.- me dice.
-No te preocupes, Allys y yo nos íbamos.- respondo, alcanzándola y acercándome a la puerta.
-Lucas, estaré ocupado toda la mañana. Quiero monitorear personalmente la situación de la señorita Loires, usted se ocupa de los demás pacientes.- le digo.
-Bueno. ¿¡Puedo hablar contigo un momento antes de que te vayas!?- me pregunta arqueando las cejas.
-Puedo volver sola.- Interviene ella.
-No, espera aquí, me tomará un momento.- le digo, dirigiéndome a Lucas.
-Jack, ¿¡estás bien!?- me pregunta mi mejor amiga.
Lo miro extrañado:- Sí, ¿¡por qué me sigues preguntando!?-
-¿¡Desde cuándo desayunas con uno de tus pacientes en tu consultorio!? Ya que pusiste a todos los pacientes bajo mi custodia, ¡¿por qué tienes que someterte a una sesión de quimioterapia?! ¿¡Y desde cuándo hablan entre ustedes!?- Me hace muchas preguntas, susurrando para que Allys no lo escuche.
-¿¡Desde cuando tengo que darte explicaciones!?- respondo irónicamente.
Resopla: -Amigo, odio cuando respondes mis preguntas, ¡con otra pregunta!-
Sonrío:-Lucas todo está bien, Allys es una amiga y solo quiero ayudarla.-
-¿¡Amigo!? Hace solo dos días que se conocen y ya se han hecho amigos...- lo escucho susurrar, mientras sin responderle llego hasta Allys, quien está empeñada en mirar por la ventana con mucha atención.
-¿¡Por qué sonríes!?- le pregunto con curiosidad.
-¡Mira, hoy el sol está magnífico!- exclama.
El sol sonríe feliz porque mira al sol. No veo nada en particular, para mí es el mismo sol que veo desde que nací. Prefiero no expresarle mis pensamientos, parecería que me estaba burlando de ella.
-¿¡Vamos!?- le pregunto.
Se da la vuelta asintiendo.
Caminamos a su habitación cuando suena mi teléfono. Observo el nombre que aparece en la pantalla y decido no contestar.
-¡Allys!- Exclama la madre, mientras me mira.
-Buenos días Dr. Duhammel.- Me saluda su padre.
-¿Cuándo vas a empezar?- Interviene la madre.
"Dentro de un rato, Allys visitará a Robert primero", respondí, al notar la mirada traviesa de Alyssa.
Allys se vuelve hacia mí:- Gracias por el desayuno.-
-Gracias por la compañía.- susurro.
-Adiós señores Loires.- agrego, luego antes de salir de la habitación la miro:- hasta luego Allys.-
-¡Hasta luego Jack!-
-¡Doctor!- me llama el señor Loires y se une a mí.
-Doctor, ¿¡cuánto cambiará Allys después de este ciclo!? ¿¡Ayudará a salvarla!?- me pregunta, disparando las preguntas sin respirar, casi como si lo lastimaran.
Me encojo de hombros: - Señor Loires, la situación clínica de Allys no es la mejor, los primeros tratamientos no funcionaron. El nuevo ciclo debe bloquear el curso de la enfermedad, pero no podemos estar seguros de cómo y cuánto hará efecto el tratamiento.- digo en mi tono habitual de médico, aunque me cuesta pensar en las secuelas, si esta terapia no es adecuada para usted.
Baja los ojos llenos de tristeza: -Se cansará... es decir, su cuerpo será puesto a prueba...-
A veces desearía haber elegido otro trabajo. -Sí, será puesta a prueba, pero Allys tiene algo que no todos tienen; una gran fortaleza.-
-Gracias por lo que haces.- susurra.
Sonrío y le doy una palmadita en el hombro. Antes de irme lo llamo y se da la vuelta: -Haré lo que sea, con tal de que traigas a Allys a casa.-
Nunca prometí nada a mis pacientes porque no puedes estar seguro de poder salvarles la vida.
He visto gente cansada de pelear, que se deja ir despacio. Pero será por los ojos apagados que acabo de ver en este hombre, será porque Allys aún tiene toda una vida por delante, y haré lo que sea para ayudar a esa chica.
-¡Gracias!- Solo responde y regresa a la habitación.
Vuelve a sonar el teléfono, sigue siendo ella, no tengo ni la intención ni las ganas de escucharla, así que lo apago por completo.
-¡Jack!- me llama Lucas.
-¿¡No tienes nada que decirme!?- me dice.
-¿¡Qué debería decirte!?- Pregunto.
- Pregunta tras pregunta. Ok te lo diré.- resopla.
-Mari llamó al estudio, me dijo que desde esta mañana intenta llamarte, que suena el teléfono, pero no contestas. Le dije que estabas ocupado.- Me dice, imitando con los dedos las comillas de la última palabra.
-¡Lo hiciste bien! No quiero oírla quejarse, porque el encaje francés que encargó para su vestido de novia es blanco y no color hielo como ella quería o alguna otra tontería por el estilo... entonces sí, estoy ocupado.- respondo. .
-Apuesto a que este compromiso tuyo se llama Allys Loires.- Dice irónicamente.
Lo incinero con la mirada y él levanta las manos en señal de rendición.
Allys
-¡Hasta luego Allys!- Mono Alyssa.
Robison se ríe y mamá la regaña.
-¿¡No vas a confiar en mí!?- insiste mi gemelo, siguiéndome al baño.
La miro y sonrío:-No tengo nada que decirte.-
-Allys Loires, dicen que los gemelos son dos personas con una sola alma, ¡no puedes mentirme aunque quieras!- responde enfáticamente, poniendo las manos en las caderas.
-¡Si le dices a mamá no te vuelvo a hablar!- le respondo, apuntándola con mi cepillo de dientes como si quisiera amenazarla.
-¡Te juro que te amo!- responde ella ansiosa por saber.
Me cuesta creer su última afirmación: - Esta mañana nos encontramos por casualidad, y me ofreció el desayuno.-
-Ahahah... ¡el encanto de Loires ataca de nuevo!- Grita rasgueando.
-Shhhh!!! ¡Callarse la boca! ¡Entonces qué encanto, Jack y yo somos solo amigos!- agrego.
-¡¡Mate!! ¿Habláis entre vosotros y sois amigos? Pero por favor...- Exclama burlándose de mí.
Sonrío sacudiendo la cabeza y salgo del baño.
-Uhmm, en fin la idea de un cuñado médico, ¡me gusta mucho! Por otro lado, ¡es una gran bola de masa!- añade, sonriendo.
Me sonrojo como una niña pequeña, pero amo a Alyssa, ¡es tan cabeza hueca e impulsiva!
...Más tarde...
-¡Allys, prométeme que no me abandonarás a mí también!- exclama Robert.
-¡Te prometo que! Me darán medicinas un poco más fuertes que las demás, así que tendré que quedarme en cama hasta mañana... Robert, nunca te abandonaré.- Trato de tranquilizarlo, te juro que si Sal de aquí, él vendrá conmigo.
-Allys, tenemos que irnos.- me dice Clarissa. Saludo a Robert y la sigo.
-Robert, esta noche iré a verte y tal vez si el doctor está de acuerdo, te llevaré a ver a Allys.- agrega, mientras se recoge su largo cabello negro en una cola de caballo.
-¿¡Dónde está el Dr. Duhammel!?- le pregunto, mientras regresamos a mi habitación.
-Estoy aquí.- Lo escucho responder.
Mi familia ha sido liberada, solo se permitirá la entrada de una persona a la vez.
-Allys, tenemos que ponernos el gotero.- me informa Clarissa.
-Solo diez minutos.- susurro. Me arrodillo al borde de la cama, cruzando las manos.
-¿¡Rezaste!?- Pregunta Jack, cuando me levanto.
Asiento, leo en sus ojos la incredulidad por mi gesto. Clarissa sonríe mientras inserta la aguja en mi brazo.
Jack se sienta a mi lado y de vez en cuando revisa los distintos tubos: -¿¡Estás bien!?- Pregunta.
-Sí.-
El primero en entrar es papá y comienza a contar anécdotas divertidas sobre nuestros "días locos", que solíamos pasar antes de todo esto. Jack se ríe a carcajadas y todavía no entiendo por qué está aquí, a mi lado.
-Papá, ¿¡te gustaría leerme algo!?- pregunto, me encanta el sonido de su voz.
Estoy empezando a sentir un poco de náuseas, pero nada insoportable. Se levanta y toma el libro, llegando hasta donde está el letrero, se aclara la garganta y comienza : - Ruth: ni siquiera te dignaste a mirarme.
Ira:-No pude, eras la chica más hermosa que he visto...-
-...Era como si quisiera mirar el sol...- continúa Jack, interrumpiendo a papá.
Le doy una mirada curiosa.
-"Nicholas Sparks"- Eran los libros favoritos de... de una persona querida para mí.-
De pronto se entristeció... Quién sabe quién es la persona querida por él, que según tengo entendido ya no forma parte de su vida.
El pensamiento de él se desvanece, por una sensación de náusea que me asalta. Jack inmediatamente nota mi incomodidad y se apresura a ayudarme, levanta mi cabeza para ayudarme a recuperarme.