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-Está bien, respira hondo y relájate...- me susurra suavemente, mientras acaricia la nuca.
Intento calmarme y lo consigo, todo gracias a él: -Gracias...- susurro.
Él sonríe y noto muy bien la mirada que papá le da a Jack. Después de más de una hora, Jack y Clarissa, libérenme de todos esos tubos junto con la vía intravenosa. Clarissa se va y Jack se queda en la habitación.
-¿¡Cómo te sientes Allys!?-
-Bien, solo un poco cansado.-
-Es normal. Escúchame, voy a ver cómo le va a Lucas, luego vuelvo contigo.-
Siempre he sido una persona franca y sincera y como esta pregunta ha estado zumbando en mi cabeza por un tiempo, decido hacerle mi pregunta a la única persona que puede darme una respuesta.
-Jack, ¿¡por qué haces todo esto!?-
Me mira: - Normalmente no me quedo con los pacientes durante sus sesiones; pero tienes unas ganas de vivir increíbles, cosa que me intriga mucho.-
Su tono es serio, y si tengo que ser honesto, me quedé impresionado. Ajusta el aire acondicionado a la temperatura adecuada y me mira:- Si necesitas algo, no dudes en llamarme.- Concluye, y se va regalándome una sonrisa genuina.
-¡El gran Gatsby!- exclama Alyssa, entrando a la habitación y mostrándome un DVD que tiene en la mano.
-Allys necesita descansar, no es el momento adecuado.- Interviene mi madre.
-¿¡Cómo estás!?- Pregunta papá mientras se acerca.
-Estoy cansada, necesito dormir... ¿¡puedes tomar mi mano papá!?-
-¡Claro mi amor!- exclama.
Nunca eres demasiado viejo para sentirte seguro cuando tienes a tu papá sosteniéndote de la mano.
Mate
-¿¡Cómo está tu paciente!?- me pregunta Lucas, mientras estamos cerrados en mi oficina.
-Estaba cansada, creo que dormirá unas horas.-
-¡Señorita, el Dr. Duhammel no puede verla en este momento!- Escucho gritos desde el pasillo, miro a Lucas, suena como la voz de Sarah.
-Mira, ¿¡sabes quién soy!? Soy Mari Black, hija de Stephan Black, además de novia y prometida del doctor... ¡Te juro que si no te quitas de en medio, se lo diré a mi padre y haré que te despidan!- Una voz ladra, que conozco muy bien.
Salgo corriendo abriendo la puerta:-¿¡Mari!?-
-¡Doctora, la jovencita no quería escuchar ningún motivo!- me dice Sarah.
Le hago un gesto para que mantenga la calma. Mari, en cambio, me mira enojada y entra al estudio, apoderándose de mí como una furia.
"¡Por qué no contestas el teléfono!", grita mientras coloca su bolso de mil dólares sobre el escritorio de caoba.
No ha visto a Lucas y le señalo.
-¡Oh, hola Lucas!- exclama.
-Adiós Mari, Jack ya me voy, hasta luego.- Agrega mirándome.
-¡Estaba ocupado!- respondo sentándome en mi sillón, como si el escritorio pudiera dividirnos.
-¿¡Y yo!? ¡Anoche te comportaste como un verdadero campesino! Deberías disculparte.- Continúa insistentemente.
-¿Debería disculparme? ¿¡A quién!? A ti o a tu padre!??-
Ella no responde:- Esta noche hay una cena en la casa Ammel, estarán las familias ricas más importantes del país. Muchos de ellos serán invitados a nuestra boda... Tendrás que ponerte un esmoquin de Valentino, que te enviaré a tu casa...- Sigue hablando y hablando y su voz sigue latiendo en mi cabeza, yo no puedo soportarlo más
-No estaré ahí.- la interrumpo bruscamente.
-¿¡¿Qué?!- me pregunta con los ojos muy abiertos.
-Estoy ocupado en el hospital.-
-¡Pero tu padre está a cargo de este hospital, puedes cambiar tu turno muy bien!- Responde moviendo las manos en el aire, como si estuviera ahuyentando un insecto.
-¡No, tengo pacientes que me necesitan!-
Me mira con una mirada amenazadora:- Jack Josh Duhammel, si no te presentas a esa cena de esta noche, las cosas irán muy mal.-
Me jodió la intención de mantener la calma: - ¡Vete!- gruño.
-¿¡Qué!? ¿¡Me estás echando!?- me pregunta furioso.
-¡¡Vete Mari!!- grito, abriéndole la puerta.
-¡Se lo diré a mi padre y al tuyo también!- agrega mientras se va.
-¡Para que conste, ve con tu padre a la fiesta! ¡Haz que se ponga el esmoquin! ¡Y no vengas a molestarme mientras trabajo de nuevo!-
La veo alejarse a toda prisa, como si caminara por una pasarela de alta costura con sus vertiginosos tacones. Me aseguro de que no haya casos urgentes entre los otros pacientes y voy a ver a Allys.
-Jack, ¿¡todo bien!?- me pregunta Clarissa en el pasillo.
-¿¡Por qué!?-
-¡Acabo de ver a Mari salir disparada como una furia!-exclama.
-Olvídala, no podré ir a una de las cenas que ella y su madre organizan esta noche, ¡y se enojó!-
-Pero no tienes turno esta noche.-
-Lo sé, pero igual me quedo aquí, quiero evitar pasar otra velada en compañía de todos esos ricos que fuman puros cubanos.- digo con desprecio, asombrado de mí mismo, al final así es la vida. Siempre he vivido, incluso si mi familia no es como los negros.
-Podrías quedarte en casa, ¿¡qué te mantiene en el hospital!?- insiste Clarissa.
Clarissa y su curiosidad. La conozco desde que empezamos la universidad, yo, ella y Lucas. Siempre ha sido una gran y muy querida amiga.
-Prefiero trabajar.- respondo.
-¡Jack, Jack, si hay algo en lo que no eres bueno es en mentir!- Contesta ella con aire convencido.
Evito alargar el discurso: -¿¡Cómo está Allys Loires!?-
-Él está durmiendo. A duras penas convencí a la familia para que se fuera, volverán temprano en la mañana.- explica.
-Está bien, me quedaré con el paciente esta noche, no hace falta que venga nadie más.-
-¡Cuánta preocupación por esa chica!- exclama.
Le doy un beso en la frente, me despido y me voy.
Llego frente a la puerta de la habitación, la abro lentamente. Está durmiendo, con el rostro sereno y tranquilo, me acerco a ella para mirarla, no hay señal de sufrimiento en su rostro, es hermosa, hermosa.
Compruebo que todo está dentro de los parámetros vitales, me gustaría irme pero no puedo, así que me siento al lado. Observo un cuaderno que se ha caído al piso, lo tomo con la intención de volver a ponerlo en su lugar, pero mis ojos leen lo que está escrito. Por un momento, mi sentido común trata de ocuparse de sus propios asuntos, pero la curiosidad insostenible le gana a la culpa.
Lo hojeo, en su mayoría hay frases de escritores famosos, escritas a mano.
Le encanta Sparks, es evidente, escribió todas las frases célebres de esta última, también se menciona muchas veces a Jane Austen. Esta Allys, además de tener toda esta tenacidad, entiende mucho de literatura.
Me aseguro de que esté dormido, no quiero que me pille rebuscando entre sus cosas, y sigo leyendo. Algo, un título, capta toda mi atención.
"LISTA DE COSAS QUE HACER ANTES DE MORIR".
La última palabra me da escalofríos, pero empiezo a leer de todos modos:
- IR A VER LAS OLÍMPICAS DE GIMNASIA ARTÍSTICA.
- TOMA UN CÓCTEL, QUIZÁS ALCOHÓLICO, EN LA PLAYA DE LAS MALDIVAS CON ALYSSA.
- PILOTA UN HELICÓPTERO SOBRE EL GRAN CAÑÓN.
-PONERME EL UNIFORME DE GIMNASTA POR ULTIMA VEZ Y BAILAR CON MI EQUIPO.
-VER A Robison GANAR CONCURSO REGIONAL DE PINTURA.
- VER A MI MADRE VOLVER A SONREIR COMO UNA VEZ.
- EVITAR HACER LLORAR A MI PADRE (Él no lo sabe, pero yo sé que llora porque tiene miedo de perderme, lo he escuchado muchas veces.)
La lista continúa con más puntos destacados, quizás él agregue más. Cuanto más leo, más siento que mi sangre se ralentiza en mis venas, casi quiero llorar.
Mis ojos continúan recorriendo esas letras negras como la boca de la enfermedad que quiere llevarse a esta niña, a la que solo le faltan dos grandes alas blancas para ser un ángel. Ella ya brilla con luz propia.
Luego tres puntos más, de los cuales se anulan dos.
- ENCONTRAR UNA MADRE PARA ROBERT, EN CASO DE QUE NO VIVA MUCHO (tal vez podría pedirle a mamá y papá que lo adopten).
- ENCONTRAR EL AMOR, UN HOMBRE QUE ME AME LOCAMENTE A PESAR DE TODO, CASI AL LIMITE DE LA LOCURA.
- CÁSATE JUNTO AL MAR CON UN VESTIDO LARGO BLANCO.