Capítulo 4. Entrevista
Por Franco
Estuve a full toda la semana, reuniones con socios, con proveedores, buscando más obreros, siempre hay algunos con problemas y conmigo, el que no cumple se queda afuera.
Rocío no da más con su pancita, le faltan 3 meses pero la veo agotada, está conmigo desde el principio, me conoce bien, somos buenos amigos y se desempeña mejor que cualquiera, la voy a extrañar estos meses, que encima son fundamentales, por eso necesito 2 o 3 secretarias, solo para reemplazarla a ella.
No estoy seguro que funcione lo de la pasantía para éste tema y en este momento tampoco tengo tiempo para buscar demasiado.
Le pido a Dante que en cuanto se libere de la facultad esté en la empresa todo el día, es chico, lo sé, pero trabaja bien y sé que trabaja poniendo todo de sí, le tengo plena confianza, a lo mejor tiene razón con sus amigas, no me molesta eso, solo estoy molesto conmigo por esa atracción sin sentido que siento por Macarena.
Pasa el almuerzo del viernes y solo me queda otra reunión a las 17, después está el tema de los planos, de hacer números, estudiar todo y decidir algunos materiales, para eso necesito a mi equipo contable y a Esteban y quiero que Dante esté presente en la reunión, es importante que vaya teniendo experiencia y tengo que reconocer que tiene buenas ideas.
Estoy en mi oficina, son las 15 y 30 cuando entra Esteban con una sonrisa más amplia de lo habitual.
—A las 16 vienen las dos amigas de Dante para que yo las entreviste, te aviso por si tenés unos minutos y querés estar presente.
—¿Hoy? ¿Ahora? ¿Macarena?
Pregunto sin pensar, por lo que recibo como respuesta una sonora carcajada.
—Ocupate vos, estoy con mucho trabajo.
Digo tratando de sonar indiferente.
Sale sonriendo irónicamente.
Por Esteban
Estoy en mi oficina y a las 15 y 50 entra Dante, avisando que ya llegaron Vicky Pilet y Macarena Milano, miro la hora, son puntuales, pienso, mientras decido si hacerlas pasar juntas o por separado, me decido por lo último, ya que se pondrían más nerviosas y puedo presionarlas mejor, me río de mis pensamientos maliciosos.
—Que pase primero Vicky Pilet.
Sé que luego va a aparecer Franco y no quiero perderme el show.
Golpea y cuando le doy permiso para pasar, entra una chica muy bonita.
De cabellos negros hasta la cintura, ojos café, mirada dulce, tímida, de 1,65 de altura, aproximadamente, delgada, de buen cuerpo, pantalones de vestir, pero ajustados, negros y una blusa rosa fuerte, zapatos negros, altos y una campera informal negra.
—Sentate, por favor.
Le tiendo la mano de manera formal, soy alto y algo intimidante, entiendo que está incómoda, con miedo, no tiene experiencia en un trabajo de oficina, ni con entrevistas de éste tipo.
Le sonrío, tampoco la quiero asustar tanto, ya que de verdad necesitamos secretarias.
Le explico en qué consiste el trabajo y como somos una empresa constructora, nos viene bien que nuestras secretarias sean estudiantes de arquitectura, para que comprendan de qué se habla en cada reunión y en caso que tengan que estar presentes, no se pierdan con los términos usados y así tomar nota de lo que es realmente importante.
—Dante suele estar en muchas reuniones, ya que es parte del directorio.
Veo que se asombra, y yo a mi vez, admiro internamente a Dante que no ha alardeado de su puesto.
Estoy encantado con las respuestas de la chica y también con su léxico, quedamos que salvo las horas de facultad y algo de tiempo para estudiar, el resto de tiempo se lo dedicaría a Pertín construcciones, incluso los sábados, si así lo requerimos, que por el momento era muy factible.
Cuando le toca el turno a Macarena Pilet, entra una chica preciosa, sumamente sexi, cabello castaño claro y ojos verdes muy claros, intensos, cuerpo de infarto, sonrisa sincera, nada tímida en comparación con Vicky.
Charlamos los mismos temas que con su compañera.
Le agrego que el que decide en qué puesto estaría cada una, es Franco y noto cierto sobresalto en ella al nombrarlo, no puedo reprimir la sonrisa y hablando del diablo…en realidad lo esperaba bastante antes, se controló el chico.
—Buenas tardes, disculpame, no sabía que estabas ocupado.
Mentiroso.
—Veo que estás entrevistando las chicas para los puestos de mis secretarias.
Pasa y se sienta al lado de Macarena.
—Perdón vos te llamabas…
Tuve que controlar mi carcajada.
—Macarena Pilet.
Le responde.
—¿Arreglaste todo? Si es así, que pasen ahora mismo por la oficina de personal, avisale a Sonia y si ella está de acuerdo, pueden comenzar el lunes, que Rocío las puede entrenar.
Todo esto lo dice mirándome a mí e ignorando deliberadamente a Macarena, quién lo miraba de reojo.
—Que Vicky esté con lo de Your Way y...ehhh Macarena.
Dice haciéndose el que no se acordaba del nombre.
—Sería el reemplazo de Rocío.
Me dice.
A ésta altura, Franco ya no me mira, porque ve en mis ojos la burla y claro, Macarena depende únicamente de él.
—Te veo luego en mi oficina, tengo dudas con un proveedor.
Dice ignorando a Macarena, se va con un seco saludo.
—Buenas tardes.
Hago pasar nuevamente a Vicky, les explico dónde queda la oficina de personal y que las espero el lunes a las 9 de la mañana.
Voy hasta la oficina de Franco.
—¿Qué carajos te pasa? Pensé que te gustaba y la trataste de lo peor, pobre chica, con la carita que se fue.
—Puse distancia, que no se crea que por ser amiga de Dante va a hacer lo que quiere, acá se viene a trabajar.
—La distancia es para vos mismo, por favor, se te iban los ojos hacia sus piernas, porque no me vengas a decir que mirabas para abajo de tímido.
Por Franco
Llegó el lunes y tiene razón Esteban, la distancia era para mí, el sábado estuve con una de mis conocidas y realmente fue una cogida rápida, para desahogarme y me fui a casa, donde termine viendo unas series viejas en tv y pensando en las piernas de Macarena, lástima que no la vi parada, quería ver como le marcaba el culo esa mini ¡Un momento!
¿Desde cuándo soy tan baboso y mirón?
Realmente sé que no pude ni concentrarme en la mujer con la que estaba, tenía la cara de Macarena en mi mente.
Fue un fin de semana espantoso, estaba ansioso, ni pude concentrarme en los planos que quería revisar.
El lunes, a las 7 y 30 estaba en mi oficina, ansioso ¿Esperándola?
Se llega a enterar Esteban y se ríe de mí durante dos meses seguidos, aunque creo que ya lo va a hacer.
Lentamente pasan los minutos, llega Rocío, caminando lento, la veo tan…embarazada, que el café me lo hago yo.
—Hola hermosa.
Le digo, mientras le doy un beso en la mejilla y le acaricio la panza, justo llegan las chicas y me ven en una situación tan cariñosa, que me miran raro.
—Por favor, entrená a Macarena para todos los pormenores de la oficina, quienes son nuestros clientes, proveedores, etc., decile como tomo yo el café, donde se encuentra cada documento, bueno, vos sabés y a Vicky, explicale todo sobre Your way, no sé cuál de las 2 va a estar más ocupada.
Comienzo a dar órdenes.
—De todos modos, el entrenamiento daselos juntas.
—Pobres chicas, Franco, la que les espera.
Y me guiña un ojo.
—Si necesitás algo ya, pedíselo a ellas o avisame, ya sabés, otra cosa, en cuanto llegue Dante, que pase a verme.
—Sí señor.
Dice haciéndome una reverencia.
Rocio, a Macarena, la ubicó junto a ella, ya que ese va a ser su lugar, es una ante oficina pegada a la mía, son 3 oficinas iguales, una de Esteban y la otra la usa Dante, cuando viene.
A Vicky, para que no esté todo el día sola le colocamos un escritorio cerca de la secretaria de Esteban, Lizi, quién también está con nosotros casi desde el principio, era una conocida de Rocío, siempre pensé que Lizi iba a terminar en algo serio con Esteban.
Lizi es soltera, tiene 29 años, es despampanante, pelirroja, llamativa, muy del estilo de las mujeres que le gustan a Esteban, salvo que sean algo así como "amigos con derechos", pero él nunca blanqueó nada y a lo largo de los años lo he visto con infinidad de mujeres.
De todos modos, Lizi, también es de nuestra entera confianza.
La semana pasó rapidísimo, mi trato seguía siendo con Rocío, casi en exclusivo, salvo cuando pedía un café o mate, entonces sí, lo traía Macarena.
Teníamos muchísimo trabajo.