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Capítulo 3. Pasantías

Por Franco

En casa, dando vueltas en mi cama, seguía sin poder sacarme de la cabeza a Macarena.

Estaba totalmente excitado, pensando en su culo y en sus pechos, paraditos, ¡Por favor! ¡A esta altura me voy a ir pensando en ella!

Dormí mal y poco.

En la oficina me cruzo con Dante, le digo que se ponga en campaña para buscar en la facultad a la gente que me hace falta, confío en que él me va a traer los candidatos ideales para lo que se necesita, sabe que igual pasan por la oficina de personal, donde la entrevista final la hace Sonia, que es psicóloga y saca los perfiles como nadie, salvo cuando necesitamos personal en la parte técnica, es decir, ingenieros o arquitectos, en ese caso, la decisión la terminamos tomando Esteban o yo.

—Necesito dos secretarias, porque Rocio con su embarazo ya no puede seguir mi ritmo.

—¿Por qué dos?

Pregunta asombrado Dante.

—Es que no quiero mezclar los proyectos y que se hagan lío, una se ocuparía sólo del proyecto de los hoteles, estaría al pendiente mío y de Esteban y la otra, de todo los demás, pensándolo bien hasta necesitaría una tercera, porque la experiencia, el conocimiento y la rapidez de Rocío es inigualable.

—¿Si tomás pasantes?

Me pregunta Dante.

—Saldría más barato y le podés dar la oportunidad a más gente de la facultad.

—No, porque la realidad es que necesito a alguien que no tenga problemas de horarios ni de cursadas, sabés que los proyectistas sí son pasantes, pero necesito una secretaria, al menos una que dé el 100 % sin problemas de horarios, sabés muy bien que soy adicto al trabajo y muy exigente, por eso pago muy buenos sueldos.

—Es que yo había pensado que las pasantías las podían hacer Vicky y Macarena, en realidad, ellas necesitan trabajar.

—No.

Le corté de golpe, me miró asombrado por mi arrebato.

—No quiero a tus amigas acá, es un trabajo.

—Por eso mismo, no te lo estoy diciendo porque son mis amigas, si no porque sé que están capacitadas y que las dos necesitan trabajar, serían dos pasantes y una tercera que estaría full time.

—Esto no es una beneficiencia, necesito secretarias que cumplan, no a tu amiguita que me coma con la mirada y haga gestos incitándome a tener sexo con ella.

Le digo casi sin pensar bien mis palabras, molesto por imaginarme otra vez a Macarena.

— wowwwww.

Entra diciendo Esteban, que escuchó lo último que dije.

—Con que esas tenemos ¿Quién se atreve a arrinconar así a mi amigo?

Comienza a reírse y se sienta tranquilamente en el sillón de mi despacho.

Él es el único que entra sin golpear, salvo que mi secretaria le indique que estoy con Graciela, cosa que pasa muy pocas veces, porque no me gusta que ella me busque en mi trabajo.

Dante me mira asombrado por cómo le hablé de sus amigas y supo que en realidad me refería a Macarena, no suelo exaltarme, soy un tipo muy tranquilo.

—No sé de qué estás hablando.

Se hizo el desentendido y siguió hablando.

—Las dos son estudiantes de arquitectura, y son muy buenas alumnas, de verdad tienen un excelente promedio, entenderían sobre el trabajo inmediatamente y te aseguro que Maca no es cómo pensás, sí, es divertida, pero también es responsable y le vendría muy bien el trabajo, hace changuitas de lo que sea, todo el tiempo, para ayudar a su madre y no causarle más gastos y de eso me enteré por casualidad, escuchando conversaciones ajenas, ella ni sabe que yo lo sé y a pesar de sus problemas, jamás descuidó sus estudios.

Me dejó asombrado, por como defiende a su amiga y porque jamás pensé que esa chiquita tan descarada pudiera tener problemas económicos, al menos no lo aparentaba y tampoco imaginé que pudiera ser tan responsable.

—Nunca te fallé cuando traigo gente de la facultad.

Sigue diciendo Dante y está bastante ofendido.

—La verdad, es que quisiera tener yo de secretaria a esa joyita ¿Es bonita? Sería el combo completo.

Dice Esteban.

—¡Vos ya tenés secretaria!

Le gritó sacado, a Esteban, sin saber por qué.

Los dos me miran, sin poder entender mi actitud casi infantil, aunque Esteban le pregunta sonriendo, a Dante.

— ¿Ayer te ayudó Franco en tu proyecto?¿Estaba esa tal Macarena?

—Eso no te importa.

Le digo antes que conteste Dante, pero Dante le responde.

—Si, estábamos con Macarena, Vicky, otra chica y Nico, que también lo iba a proponer como proyectista, pero viendo cómo está mi hermano hoy, ya ni sé qué hacer.

Esteban suelta una carcajada, yo lo fulmino con la mirada y él, ignorándome, le dice.

—Somos siempre de dar oportunidades a los estudiantes, que Nico pase por personal y tus dos amigas que vengan a verme, bajá, por favor, para coordinar todo con Sonia.

— Gracias, no se van a arrepentir.

Dice mi hermano agradecido y feliz.

Por Franco

Estoy furioso y Esteban no para de sonreír sarcásticamente.

—¿Qué?

Le digo.

—¿Con qué Macarena?

No le contesto.

—Ella fue tu distracción de ayer.

Afirmó y yo no lo niego.

—Podés borrar tu sonrisita.

Le digo muy molesto.

—¿Tiene la edad de tu hermano?

Pregunta gozándome.

No le contesto, no quiero pelearme con mi amigo, pero estoy realmente fuera de mí y lo peor es que no sé por qué.

—Bueno, será mejor que siga trabajando, ya voy a conocer a Macarena, no veo la hora de dar mi veredicto.

Dice, mientras se dirige hacia la puerta, yo le revoleé un bolígrafo, que cae al suelo, Esteban larga una carcajada mientras exclama.

—¡Qué maduro! Actúas como de 22 años o tal vez 21.

Y desaparece mientras sigo escuchando su risa.

¿Qué me pasó? Me pregunto asombrado de mí mismo y aparece en mi mente la carita de Macarena.

Por Macarena

Se va el hermano de Dante y siento que quiero correr tras él, abrazarlo, besarlo, nunca, jamás, me sentí igual.

Sí me gustaron chicos, me besaron algunos, no soy una santa.

Pero novio en serio nunca tuve, no tengo tiempo, ayudo a mi mamá todo lo que puedo y salir significa gastos y dinero que no tenemos.

Tampoco me crucé con alguien que me hiciera sentir lo que acabo de sentir cuando vi a Franco.

Cuando rocé sus dedos, sentí un fuego en mi interior y ahora que estoy en mi cama no puedo dejar de pensar en él, hasta siento que estoy húmeda en mi zona íntima.

Soy virgen, a pesar de mi edad, es que siempre tuve miedo, sí tenía relaciones, de quedar embarazada y que el chico se borre y ocasionar un problema más a mi mamá, aparte de la decepción que tendría, tampoco es que alguna vez estuve enamorada o sentí una atracción fatal por alguien, bueno, eso es hasta hoy, porque lo que me hizo sentir Franco, no pensé que se podía sentir.

Será mejor que me olvide de él, jamás se fijaría en mí, es grande, debe estar casado, aunque si fuera así, lo sabría, de todos modos, me parece que le caí mal.

Unos días después suena mi celular, es Dante

—Hola Dante ¿Cómo andás?

—Bien, te tengo excelentes noticias, en la empresa de mi hermano están buscando pasantes, estudiantes de arquitectura y tanto vos como Vicky, tienen el puesto casi asegurado, el sueldo es muy bueno, de nada.

Me quedé helada, a mi mente se me vino la mirada fría de Franco y sentí un escalofrío que me recorría todo el cuerpo, quería volver a verlo, pero ¿Y si me citaba para avergonzarme? ¿Tanto le jodió un guiño? Tranquilizate, me dije a mí misma.

—¿Estás ahí?

Me pregunta Dante, yo estaba muda.

—Si ¿Gracias?

—La entrevista te la haría Esteban, el socio de mi hermano, la secretaria de Franco está embarazada y no aguanta el ritmo del trabajo de mi hermano, tenemos un proyecto de dos años que recién está comenzando, en primera fase, digamos, es muy importante y una secretaria, se dedicaría solo a eso y la otra es la que estaría en lugar de Rocío, sin embargo, Ro, antes de tomarse sus meses por el bebé, les enseñaría lo que hace falta, laboralmente mi hermano suele ser difícil.

Me asusta un poco al pensar que no voy a poder cumplir con la expectativa que Dante está poniendo en mí y que voy a estar cerca de Franco, sin embargo me habló que el sueldo es muy bueno y realmente lo necesito.

—Ya que mañana hacemos la entrega del proyecto en la facultad, tendrías que pasar el viernes a las 16 hs, por la empresa.

Mi corazón late fuerte y rápido.

—Vicky también iría, tienen que ir vestidas lo más formal posible, Esteban es un poco más accesible que mi hermano y no te preocupes, yo voy a estar ahí desde temprano, ya que hay un almuerzo de trabajo, con unos proveedores importantes y mi hermano me pidió que asista.

Realmente no sabía que Dante trabajaba con su hermano.

Pensaba que pasaba a veces a darle una mano o para hacer algún trámite específico.

—Gracias Dante.

Digo más animada.

—Ahora hablo con Vicky para ponernos de acuerdo con la ropa, pasame la dirección, igual nos vemos mañana en la facultad.

Nos despedimos, cierro los ojos y me imagino la cara de Franco.

¿Qué me sucede?

Tendría que estar contenta por ayudar a mi mamá y lo único que pienso es en él, se está volviendo una adicción imaginarme su cara.

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