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Una invitación muy tentadora. (Parte 2)

- Señorita Valentti, ¿están preparados los papeles para firmar la sociedad con el presidente de Luna Modells?

La agencia de modelos mencionada había perdido demasiado poder luego de que la gestionara por más de diez años quién se encargó de destruir su reputación, Jessica Winkelman y en una muy jugada muy peligrosa su dueño legítimo había podido recuperarla aunque la propiedad junto con el directorio paso a manos de su hija mayor quien al cumplir la mayoría de edad, terminó por nombrarlo nuevamente, director general de la empresa de modelaje.

Por otra parte, Beltrán había arribado hace unos días en Buenos Aires con la intención de hacer sociedad con Whitsen y crear una nueva línea de prendas y lencería sexi para la mujer moderna y natural de hoy y junto a la premisa de “Bellas, Sexis, Provocativas y Naturales” abrirse en un mundo dónde el imaginario social de lo que es y debería considerarse estéticamente bello son un sin numero de femeninas que atentan con sus propios cuerpo y por ende, su propia salud.

Santiago y Marco se habían conocido en uno de los desfiles en París en los que sus agencias habían participado y una conversación en el lobby del hotel les permitió darse cuenta de que ambos mantenían los mismos ideales y hablaron sobre poder crear juntos una sociedad para romper con los estereotipos de belleza y que el mundo deje de mirar a aquellas personas que no “entran” en esa ideal como bichos raros que no tienen derecho a sentirse sexis mostrando sus cuerpos sintiéndose orgullosos y orgullosas de el.

Su sociedad consiste en el impulso de un nuevo hito en la moda para que cualquier persona teniendo la condición que tenga, las medidas corporales que tenga, pueda hacer uso de prendas de calidad y belleza. Que sean capaz de sentirse cómodos y sensuales utilizando algo que realmente les gusta aprendiendo a quererse y aceptarse y en eso se basaba el proyecto.

Cómo Luna Models estaba con única sede en Argentina decidió encargarse personalmente de gestionar lo ideado y verificar que nada, absolutamente nada falte. Por eso, había viajado a Argentina.

Hace exactamente un año tanto Marco cómo él, estuvieron a punto de firmar este contrato pero Whitsen tuvo que viajar con urgencia al extranjero cuando recibió las peores de las noticias que su esposa y su hija mayor habían sufrido un accidente, quedando viudo. Esto retrasó el acuerdo y un año después, luego de tantos contratiempos que devinieron luego de la fatídica tragedia, es que firmarían y darían vida a un proyecto que, siempre le inspiró Alina a su esposo.

- Sí, señor Beltrán, están todos los papeles listos para despacharlo al señor Whitsen. –

- Perfecto. Tú encárgate de eso personalmente – y justo cuando se iba a retirar su asistente la detiene. - ¡Espere Srta. Valentti! Tiene que darme las hojas de vida de los postulantes para la nueva campaña. –

Inmediatamente la joven corrió hacia el hall donde se disponía su escritorio y tomó del tercer cajón todos y cada uno de los curriculum que había recibido durante todo el día anterior.

Cómo la agencia de Santiago no tenía sede en Buenos Aires, ellos recibían las hojas de ruta de los interesados y la prueba de fotografía se realizaba en Luna Modells pero había algo que su asistente no pudo evitar, y fue mezclar una solicitud para relacionista publica con una para modelaje por lo que una de las postulantes no estaba interesada en modelar ninguna prenda pero el destino le jugaría una mala pasada.

- Por cierto, su hijo volvió a llamar, señor. – le informa y la pelicastaña puede notar en el rostro de su jefe la molestia que le da que, nuevamente y insista en ser partícipe del negocio.

- Gracias, me encargare de devolverle la llamada. – y la asistente se retira viendo cómo toma el teléfono celular para hablar con su esposa.

Disfrutando de un exceso de su dinero, se encontraba Bárbara Beltrán con quien llevaba mucho tiempo intentando llegar a un acuerdo para divorsiarse.

- Aló. – atiende la pelirroja mientras bebe una copa de champagne en un muy lujoso crucero.

- Barbara. – y fue solo oír su nombre en ese tono de voz que supo de inmediato de quién se trataba.

- Yo también estoy muy contenta de escuchar tu voz. – dice con sarcasmo. - ¿qué sucede? – pregunta ofendida.

- Me quieres explicar por qué nuestro hijo tiene su teléfono celular si te pedí que todo, absolutamente todos los caprichos le fueran sacados por sus bajas calificaciones en el colegio. – intenta no alterarse, pero estaba arto de que tanto ella como su irresponsable hijo derrocharan el dinero que con tanto esfuerzo genera y que, además, él tenga el tupé de minimizar alto tan grave como estar a punto de reprobar el último año de preparatoria.

- ¡ay, amor! – exclama despreocupada sabiendo que si hay algo que detesta Santiago es su falta de responsabilidad para tomar enserio las cosas y por sobre todo, aceptar que su relación esta rota hace tiempo. – deja al niño en paz. – intenta justificar al arrogante de Sergio.

- ¡TIENE 18 AÑOS, NO ES UN NIÑO! – espeta con mucho enojo. - ¡y ya te voy avisando que, eres responsable de que nuestro hijo rinda todas y cada una de las materias para poder graduarse, de lo contrario lo desheredare y bloquearé todas las tarjetas! – grita con determinación y no permite que ella argumente nada porque terminó de hablar y colgó la llamada.

Justo en ese momento, irrumpe en su oficina un buen amigo de muchos años y lo primero que hace es cerrarle la computadora.

- Cuando no, trabajando. – lo toma por sorpresa

- Cuando no tú, ingresando a mi oficina sin anunciarte primero. – sonríe sin ganas, aunque en verdad quedó furioso por la conversación con Barbara de hace minutos.

- Lo siento, Sr. Beltrán, el Sr. Caccialupi no me dio tiempo ni de anunciarlo. – Lorenzo le guiña el ojo a la asistente de su amigo y éste asiente a su secretaria para que no se preocupe que, de nuevo, pasaría por alto la falta de respeto de su mejor amigo.

- Deja de hacer eso. – le pide refiriéndose a ponerle los nervios de punta a su asistente, pero pasa por alto sus palabras y es así que le cierra la computadora haciendo que se sobresalte.

- ¡¿pero qué haces, Lorenzo?! – esas actitudes logran sacarlo de quicio.

- Deja un poco el trabajo. – le pide y deja caer su cuerpo en uno de los sillones del recinto.

- Tengo mucho trabajo, si no tienes nada importante qué decir, por favor te invito a retirarte. – y vuelve a abrir el computador, pero nuevamente, se lo vuelve a cerrar. -¡LORENZO! – esta vez se pone de pie para ser él mismo quién lo sacaría pero enseguida puso encima del escritorio un sobre color negro con una leyenda en letras doradas. - ¿qué es esto? – dice mirando el objeto encima de la madera.

- Lo que cambiará tu vida. – eleva una de sus cejas y muerto de curiosidad comenzó a leerlo.

- Idiota. – no sin antes demostrarle “su afecto”

“Sr. Caccialuppi.

Está formalmente invitado a “The Masks Of Desire” el tercer evento más importante del año, en el salón principal del ala B de la Mansión “The Clímax” el próximo viernes a las 22hs.

Nota importante: se prohíbe la divulgación de este encuentro y sólo podrán asistir quienes estén en la lista. Con excepción del único invitado que pueden llevar los socios de tarjeta dorada, quien se anunciará para ser registrado en el momento. Pero todos, ABSOLUTAMENTE TODOS, deben ingresar con máscaras.

NO PUEDEN FALTAR A ESTE APASIONADO ENCUENTRO BAJO IDENTIDADES OCULTAS.

Saludos cordiales,

The Clímax. “

- ¿qué es esto? – pregunta confuso.

- El boleto para la mejor experiencia de toda tu maldita vida. – comenta con una gran sonrisa en el rostro y malicia en sus ojos.

- No tengo tiempo para esto. – y le tira la invitación, pero cómo si no conociera del todo a su mejor amigo, éste no se dará por vencido y hará lo que sea por que acepte tener esta experiencia que esta seguro le cambiara la vida.

- El The Clímax es un club exclusivo para personas adineradas cómo tú y como yo. – dijo en broma a sabiendas que se enojaría ante este comentario y tendría u atención. – donde puedes hacer todo, escúchame bien, todo lo que en tu vida podrías imaginarte en lo que respecta fetiches sexuales. – Santiago frunció el ceño porque lo que menos tenía ganas en ese momento era de experimentar nada nuevo y menos en un lugar cómo ese tan vulgar.

- Lorenzo, déjame trabajar. – le pide y abre la computadora nuevamente y cómo era de esperarse, él la vuelve a cerrar.

- Escúchame, no puedes vivir esperando encontrarte a esa mujer que siquiera sabes su nombre. -

Para Santiago aquella noche, que estuvo con Erika, significo tanto que nunca jamás pudo sacarse de su cabeza sus gemidos, el perfume de su cuerpo, la sensación de tenerla meneando sus caderas, clavándose en ella una y otra vez. Además, nunca le había sido infiel a su esposa y desde que estuvo con esa desconocida, jamás volvió a ser el mismo. De echo se la pasó durante mucho tiempo, en cualquier parte del mundo donde iba, observando si, en el cuello de cualquier mujer, encontraba un lunar con una forma específica, tal y cómo esa mujer.

Lorenzo fue el único que lo supo y con quien se sinceró respecto a cómo se había sentido esa noche, a cómo continuó buscándola e incluso en las redes sociales y eso que él no manejaba, porque no sentía que estaba en edad para esas cosas de jóvenes y sólo tiene 39 años, por lo que tampoco es tan viejo.

Caccialupi siempre fue un obsesivo de ese tipo de lugares y ha gastado miles y miles de dólares alrededor del mundo para vivir experiencias y aunque ha hecho firmar decenas de contratos a mujeres de cuantas culturas se conozcan, nunca se ató a ninguna.

Aquella invitación no podía no llegarle a él, dado a que es uno de los socios vip y por consiguiente tienen el privilegio de llevar al invitado que deseen y poder hacer uso de todas las instalaciones con la libertad de un socio del mismo nivel y eso mismo pretendía al invitar a Santiago.

Lorenzo quería que él de una vez por todas pueda desconectarse del mundo y de sus problemas y sabía que asistir a ese evento le permitiría hacerlo.

- No seas idiota Santiago, estoy seguro que esto es lo que te hace falta. – niega ante la necedad de su amigo. – un día me lo vas a agradecer y sin más le dejó el sobre sobre la mesa. – te espero ese día en el jardín principal, sabrás cual es porque por allí pasar. Procura vestirte para la ocasión. - y sin esperar respuesta se marchó.

Y allí se quedó Beltrán, mirando ese sobre negro con letras doradas y pensando en hacerle caso o no a Lorenzo.

Mientras tanto, en otra punta de Buenos Aires, Erika están discutiendo con Abril, quién histéricamente se niega a llevarla a ese evento que, además si quiera sabe si Santino querrá asistir.

- ¡te he dicho que no! – vuelve a decirle para ingresar a la cocina y tomar un vaso para servirse agua.

- Pero Abril, por favor. – le suplica y con gran enojo cierra la puerta del refrigerador para tomarla del brazo y salir al jardín.

- Escúchame bien. – dice acercándose lo suficiente y controlándose para no armar un escándalo allí mismo. – te he dicho hasta el cansancio que ese lugar no es para ti. Acabas de salir de una relación en donde te destrozaron el corazón y terminaste por arruinar tu vida y por consiguiente a tu hijo. – suaviza su voz. – yo te quiero, eres como mi hermana, eres la madrina de mi hija y ese parte de mi vida y proe so no quiero verte destruir la tuya en un lugar como ese con personas vacías sin poder hacer nada.

- Pero Santino quizás. – y niega nuevamente.

- Santino no sabe por todo, con detalle, de lo que has vivido. Sabes que no es capaz de sentir nada por otras personas que no sean nuestra hija y yo, no puedes pedir que sea empático y piense en la mala decisión que quieres tomar. Si insistes, él te llevará, pero yo no quiero que te lastimen. – toma sus mejillas. – quiero verte bien e incluso tampoco iré a esa fiesta. – dice con determinación.

- Abril. – susurra en un hilo de voz.

- No lo vuelvo a decir. – baja sus manos y camina hacia la casa de nuevo. – no quiero volver a repetirlo. – le advierte y justo antes de entrar le da una ultima advertencia. – no me traiciones, por favor. – y se va dejandola sola.

- No es traición. – dice por lo bajo. – tengo derecho a equivocarme para que, poco a poco, pueda reconstruirme como mujer.

Ella lo tenía decidido e iría a ese evento.