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5

“The Masks Of Desire” Las máscaras del deseo.

Sabado 21:30 P.M.

El teléfono no para de sonar en el último piso de uno de los hoteles más caros y lujosos de Buenos Aires. Sentado frente al gran ventanal del gran salón que tiene la habitación se encuentra un hombre de unos treinta y tantos con su brazo izquierdo apoyado en el apoyabrazos del sillón en tanto la otra delineaba el borde de la copa de champagne mientras que observaba de reojo el gran reloj antiguo en medio de la sala y pensando en qué hacer.

- Las máscaras del deseo. – susurra en tanto ve cómo su dedo se mueve sobre la copa.

Sin más y muerto de la curiosidad toma su computador portátil y googlea algo de información sobre esa particular fiesta, pero no logra encontrar nada, absolutamente nada en línea. Se queda pensando unos segundos más y recuerda que la invitación está firmada por lo cuál decide ir por la misma para verificar quién lo ha hecho.

- The Clímax. – y regresa al gran salón para seguir en su búsqueda.

Primer intento: ¿qué es el clímax?

- Nombre masculino, punto culminante o de mayor satisfacción de la excitación sexual en las zonas erógenas o sexuales. – lee en voz alta. – supongo que con eso tendrá que ver. Pero ¿Por qué un evento con máscaras? ¿qué se hará? No comprendo. –

Se toca la barbilla y piensa qué conexión podrá haber entre lo que halló con lo que se detalla en la invitación.

- Quizás estoy buscando mal. – dice en voz alta y va por la información que le devuelve el sobre negro.

Segundo intento ¿de qué trata el evento “The mask of desire”.

- ¿qué? – lo que le devuelve el buscador, es que las mascaras del deseo es una película Nepalí de los años 90 y no tiene nada que ver con lo que esperaba encontrar. - ¡demonios! –

Si había algo que lo hacía sentir frustrado no era solamente no poder tener el control de las cosas, sino también no tener conocimiento por ejemplo de los lugares que quiere visitar. La verdad era que desde que su amigo le comentó más o menos de qué trata el lugar cierta curiosidad nació en él, pero era tan grande el deseo de encontrar a la mujer con la que estuvo hace un año que no podía pensar en asistir a un evento que, por los dichos de Lorenzo, se asiste para intimar.

Luego de acostarse con esa desconocida hubo mucho tiempo en el que se sintió culpable porque si bien ya no quería a Barbara, hacer lo hizo fue, en cierto modo, faltarle el respeto porque, aunque lleven tres años peleando por el divorcio nunca falto a su fidelidad, a pesar de que no se acostaba con ella hace rato.

Lo que su amigo le hizo entender que, no importa si no están las firma e incluso si ella no lo acepta, después de todo no es justo que guarde fidelidad a una relación que de por sí, está destruida y entonces comprendió que, no está mal vivir nuevas experiencias y si prefiere mantenerlo en la privacidad, mejor.

Observó nuevamente el reloj y se dio cuenta de que estuvo por más de veinte minutos buscando sobre el sitio y sólo había encontrado imágenes de la imponente mansión sexual, porque después de todo eso era, un lugar donde las personas asisten a tener sexo.

Sin más, se pone de pie y totalmente decidido va en busca del teléfono para hacer un pedido especial.

- Buenas noches Sr. Beltrán ¿en qué puedo ayudarle? –

El Palacio Duhau – Park Hyatt de Buenos Aires, en el último tiempo había agregado a su ostentoso edificio un shopping que funcionaba a todas horas y le daba la posibilidad a sus huéspedes de poder acceder a prendas de etiqueta exclusiva que en ningún otro lado en el país podrían adquirir ya que el hotel tenía un convenio exclusivo con las firmas más importantes en el mundo de la moda y eran prendas que sólo allí podían conseguir y sólo estaban disponibles para los huéspedes y sus abultadas cuentas bancarias.

- Necesito que me traiga un antifaz del “Salón de las Máscaras”. – porque tenía un traje carísimo y sin uso que había comprado el día anterior y que iría a utilizar en la cena de negocios con Marco Whitsen, pero el evento en el The Clímax lo ameritaba.

- ¿algún diseño en particular? - pregunta, pero no tenía tiempo para pensar en eso, sólo quería un antifaz con el que cubrir su rostro.

- Lo quiero en color negro, que cubra la mitad de mi rostro, es decir que no se me reconozca y que por, sobre todo, que genere gran imponencia al verlo puesto. – mientras le enumeraba las características podía imaginarse con él puesto.

- Perfecto sr, en breve se lo alcanzo. –

Mientras espera a que le traigan el pedido, se mete al baño para ducharse rápidamente, pero fue sólo sentir caer el agua caliente en su cuerpo que su mente le jugó una mala pasada.

Sin siquiera darse cuenta, se vio en un sitio totalmente oscuro y aunque caminara de un lado al otro no lograba ver nada con claridad. De momento a otro, unos ruidos que no logró distinguir en un principio hacen que intente seguir el origen del mismo encontrándose al final del camino y pudiendo distinguir perfectamente gemidos y gritos de placer de fondo pudo divisar la silueta de una mujer moviéndose encima de un hombre. Encima de él.

Nuevamente esa marca en su cuello, ese lunar con forma de corazón no deja de atormentarlo y justo cuando quiere acercarse para poder ver bien el rostro de la desconocida el timbre de su habitación lo despierta.

- Demonios. – maldice al ver su entre pierna y notar que su miembro estaba erecto.

Al cabo de unos segundos se encontraba envuelto en su bata con su nombre bordado en hilos dorados.

- Le traje lo que ordenó, señor. – le entrega una bolsa blanca con letras doradas. – allí dentro está el ticket. Costó 5600$. – Santiago regresa a la habitación por su cartera y saca de allí siete billetes de mil pesos.

- Tenga, le agradezco. – pero en cuanto va a cerrar la puerta el hombre lo detiene.

- ¡espere! Me dio de más, además tengo que darle vuelto. – pero Beltrán niega.

- Quédate con el vuelto no te preocupes. -y cerró la puerta.

En cuanto abre la bolsa se encuentra con una máscara majestuosa. Negra con detalles en plateado, sus bordes en punta daban una imagen de hombre poderoso. Además, hacía juego con su traje de Fifteen Point Eight hecho a medida por Dormeuil, una importantísima empresa textil francesa y tuvo un costo de 76 mil dólares.

- Fascinante. – dijo al ver el outfits.

Mientras tanto, Erika había hablado con Ezequiel y le había pedido si podía quedarse con el niño ya que tenía un evento importante donde trabajaría cómo camarera. Claramente le mintió. No lo hizo por darle celos, aunque muy en el fondo esa era su intención. Más bien lo hizo porque no quería darle motivos para que lo utilizara a su favor en una futura pelea legal por la tenencia del bebé. Lo cierto es que jamás se llevó con su suegra y sabe que tiene incidencia en las decisiones de su hijo y es una posibilidad. De ocurrir esto, él se enteraría de que Luca no es su hijo y si él ha sido un maldito cretino, ella no debía serlo con él.

Pero hacerle creer que el bebé es su hijo cuando no es así ¿acaso no es cruel?

Ella no tenía tanto dinero para un vestido de etiqueta, pero guardaba uno en color blanco que utilizó en la fiesta de casamiento de su ex cuñada por lo que tenía ese para ponerse junto a unas sandalias de un taco de diez centímetros en con detalle en dorado. También, logró comprar en una tienda de cotillón, un antifaz realmente hermoso a pesar de ser una baratija de 500 pesos.

El mismo era en color dorado, porque fue el único color que encontró, con detalles ahuecados y con brillo, más algunos estrases en la parte superior del contorno de los ojos. Una belleza.

Se fue con su auto, un Chevy en color gris muy bien cuidado hasta una estación de servicio donde pidió las llaves para usar el baño y rezó porque esté limpió y cómo si la suerte estuviera de su parte, hacía dos días habían terminado de hacerle reparaciones y ella iba a ser la primera en utilizarlo.

- ¡mil gracias, necesito cambiarme para la fiesta de casamiento de mi mejor amiga y voy llegando tarde! – mintió, aunque sí estaba llegando tarde.

Con una sonrisa se dirigió hasta el toilette con una bolsa de madera y una percha donde llevaba el vestido dentro de una bolsa de cuero y plástico.

En cuanto cerró la puerta no perdió tiempo y se colocó el vestido. El mismo era una belleza y realmente le quedaba fantástico. Con escote en ve bastante pronunciado y una cinta de unos quince centímetros por debajo de los pechos donde comienza el largo del vestido. Además, tiene un escote que se inicia en el final de esa cinta, justo al lado derecho de su cuerpo, un corte que deja ver su pierna completa y su cadera completamente desnuda, con lo cual no llevaba ropa interior y debía estar al pendiente de que nada, absolutamente nada le levantase el vestido dado que así, dejaría a la vista su depilado monte de venus.

Como peinado, simplemente se hizo una coleta bien alta mostrando el tatuaje de una mariposa en el mismo sitio del lunar en forma de corazón. Delineo sus ojos con negro, un poco de rimel y labial rojo furia. Ella no es de utilizar demasiado maquillaje por lo que con él estaba más que bien. De echo se veía un tanto rara con los labios pintados porque no era de maquillarlos, pero era una noche diferente y quería verse distinta.

Por último, un poco de perfume y antes de salir, se colocó el antifaz para verse cómo le quedaba y de verdad se veía bellísima.

- ¿eres tú Erika Miller? – se pregunta y carcajea. – es extraño estar sin ropa interior. – dice para sí misma y corre el vestido para ver su desnudez. – espero tener acción. Que valga la pena todo este circo. – se saca el antifaz y sale del baño.

El mismo día, 22:30 P.M.

- Buenas Noches Sr. Caccialupi. – dice una voz femenina al otro lado de la cabina de vidrio polarizado. Pero justo antes de que pudiera corregir su identidad, un guarda espaldas lo dirige hacia el ala B.

Mientras caminaba por un largo pasillo podía deleitarse con las innumerables obras de arte en las paredes. Pinturas sobre el cuerpo humano, en situaciones sexuales, de mujeres realmente hermosas realizando arte con sus cuerpos, con sus bocas. Una fascinación.

- ¡Qué belleza! – exclamó sin dejar de mirar las obras de arte hasta que por fin se detuvieron.

- Que disfrute, señor. – y justo antes de que pueda responder, las puertas se abren y lo que tiene ante sus ojos, no lo puede creer.

- ¿qué es esto? -

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