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Capítulo 4

Gustavo se quedaría en San Isidro, esto mientras se contrata a un nuevo gerente, además que haría supervisión a otras filiales. Como no había vuelos comerciales a Canagua para hoy por la tarde, tuve que alquilar un avión, eran lujos que podía darme fácilmente; sin embargo, lo veía innecesario.

—Hay algo que necesito saber y es necesario que sea sincero conmigo, esto si desea que continúe trabajando para usted. —dijo Valentina en tono serio, sabía que debía ser algo importante.

—Dime.

—Ese contrato o pacto que hizo con la señora Marisol, ¿Qué tanto puede afectarle? —Podía responderle cualquier pregunta, pero no correspondiente a ese tema.

Su pregunta me tomo por sorpresa, no entiendo por qué el interés de saber.

—Como dijo Gustavo, perderé bastante dinero.

—Alguien como usted sé que el dinero es importante, pero siento que hay algo más que me está ocultando.

— ¿Por qué lo dices?

—Porque alguien que cuenta con un buen capital, no se casaría por un negocio cualquiera y peor de no tocar a su mujer tan hermosa como la Sra. Marisol.

—Eres inteligente, pero siempre me ha gustado tu manera de ser discreta, prefiero no tocar ese tema contigo, además que Marisol tengo ciertos atributos, no es motivo para derretirme por ella.

—Ah, ok, entonces considere mi renuncia, porque de alguna manera yo termine involucrada en todo esto y usted quiere que continúe. A mí no me importa lo que dirán, simplemente busco un nuevo trabajo, sin embargo, es usted quien perderá plata y cuidado algo más.

En todo este tiempo, Valentina nunca se ha interesado por mis asuntos, no es que sea como Gustavo, no conoce el significado de la palabra compromiso, pasan constantemente cambiando de pareja, pero me sorprende su interés.

—Cuando yo conocí a la familia de Marisol, sus padres estaban buscando a manera desesperada de un financiamiento, ellos eran prácticamente mi competencia, fácilmente podía dejar que llegaran a la quiebra y luego recoger los huesos, en cambio, les hice una oferta. —No fui del todo sincero con ella.

— ¿Por qué no dejo que llegaran a la quiebra?

—Mi padre y el Sr. García eran viejos amigos y no podía dejar que perdiera lo que tanto le costó.

—En el fondo usted es una persona buena. En qué consistía el pacto.

—Yo le entregué $30 millones de dólares, además que tendrían asesoría para que el negocio no tuviera el mismo rumbo, pero en cinco años me tendrían que entregar la compañía y yo les daría otros $20 millones.

— ¿Por qué no le ofreció los $50 millones de inicios?

—Soy hombre de negocio, a mí me costaría solo $30 millones, los otros saldrían de la misma empresa, yo me volví accionista y sabía que era un buen negocio.

El vuelo nada más llevaba la mitad del camino y Valentina no paraba de hacer preguntas, este es el viaje más largo que he tenido.

— ¿Cómo llegaron al punto de casarse?

—Después de haber hecho mi oferta, el Sr. Allan regreso conmigo, estaba acompañado de su esposa e hija, aceptarían la oferta, no obstante, su hija tenía que ser mi esposa, además de que había cláusulas adicionales que no vi complicadas de cumplir.

— ¿Cuáles?

—Nadie podía ser infiel a la otra persona, si yo era infiel los $30 millones les quedarían a ellos automáticamente y yo entregaría el 20 % de mi fortuna, si ella era infiel entonces la empresa pasaría automáticamente a mi nombre, sin necesidad de desembolsar más dinero o recurrir a procesos legales. Si por algún motivo ambos decidíamos divorciarnos, entonces ellos tenían que devolverme mi dinero, más un porcentaje en compensación.

—El que más perdía es usted.

—No, tenía un plan, acepte casarme con ella, pero no la tocaría y de alguna forma u otra sabía que ella no aguantaría.

—Todo estaba premeditado, sin embargo, no tocar a una mujer por cinco años.

—No lo había hecho hasta ahorita contigo y eso que no recuerdo nada de lo sucedido.

Nunca me había preocupado esa parte, a diario me encuentro a muchas chicas hermosas, sin embargo, siento que su belleza es externa y por dentro eran vacías, solo se acercaban a mí por el dinero, además, el amor no era para mí.

—Cuando sientes que aún no llega la mujer correcta, eso no importa, al final lo veía como un negocio con un plazo máximo de 5 años y actualmente esa empresa vale $105 millones.

—Pero por ambicioso está a punto de perder bastante dinero. —Tenía que estarme recordando esa parte en cada momento.

Valentina tiene razón, por ambicioso puse en juego mucho, mi fortuna asciende a $400 millones de dólares, no puedo permitir darme el lujo de perder tanto dinero, además es el esfuerzo también de mi padre.

—Quiero que me ayudes a averiguar que paso ayer exactamente, como fue que perdimos noción del tiempo. —No sabía a quién más acudir.

— ¿Algo más que desee que me encargue, jefe?

— ¿Cómo? ¿Por qué lo dices de esa manera?

—Si, me está pidiendo que haga mi trabajo de secretaria, además de estar a cargo de la empresa cuando usted no se encuentre y ahora de detective, solo falta que sea su doméstica también.

—Está bien, haremos unos cambios, tampoco exageres, vas a ser mi asistente personal, buscaremos a una nueva secretaria, subiré tu salario, necesito que vistas mejor.

—Eso suena mejor, aunque mi intención no era pedirle un aumento, simplemente que me disminuyera la carga.

El vuelo por fin estaba llegando a su destino, no quería que Valentina continuara con su interrogatorio.

Al aterrizar fui directo a casa, no sin antes dejar a Valentina en su apartamento. Cuando llegue a mi apartamento afuera se encontraba el Sr. Allan García.

— Buenas noches, Alex.

—Buenas noches, Sr. Allan, cuanto tiempo sin verlo

—Evitemos los modales ¿Sabes muy bien a qué he venido?

—Puedo hacerme una idea, pero quisiera pedirle de la mejor manera que pospongamos esta charla para otro día, hoy vengo viajando de San Isidro y mi día no ha sido del todo bueno.

—Por el respeto que le tenía a tu padre me retiro, sin embargo, te espero mañana en mi oficina.

—Muchas gracias por comprender, a las 9 estaré ahí.

Entre a casa y Flor me esperaba adentro.

—Qué bueno ha llegado, señor, nosotros no podíamos hacer nada y usted no contestaba su teléfono.

— ¿Pasa algo malo? —Por la forma en que vino parecía que sí.

—La Sra. García... ha destruido su habitación, empezó a tirar todo, yo pensaba que estaban discutiendo hasta que me informaron, se encontraba sola.

— ¿Aún sigue ahí?

—No, eso fue ayer, hoy salió y no ha regresado.

—Muy bien, quiero pedirte que me prepares una nueva maleta, hoy me quedaré en otro lado, si llegase a venir Marisol me vas a llamar. No quiero que nadie toque mi habitación y si ella viene preguntando por mí, le dirás la verdad que salí y no sabes a donde fui.

— ¿Sucede algo malo?

—Eso no debe de preocuparte, únicamente has lo que te he pedido, iré a la habitación de invitados a ducharme.

Ella subió a la habitación y yo llevé la maleta que traía hacia la habitación de invitados.

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