Capitulo 5
La noticia de su repentino viaje a Argentina era motivo de felicidad para Noelia y estaba segura de que si le contaba a sus amigos, también estarían feliz, pero para una persona en especial, no lo era. Su madre, que aun teniendo marido, dependía de su hija.
Noelia muchas veces le explico sobre sus sueños y eso tampoco era importante para ella, así que no le quedó de otra que dejarla sin ella saberlo, mientras su cuenta tuviera dinero mensual, no había motivo para buscarla.
La noche avanzaba y ya sus maletas estaban listas, solo le quedaba una cosa por resolver y para eso debía llamar a quien ya no volvió a ver por un año en persona, Lo cito en un restaurante para hablar.
—Vine en cuanto me llamaste, ¿pasó algo?— preguntó de inmediato Luke al llegar a su lado. Su mirada la inspeccionó en busca de algún daño físico, sabía las veces que su madre trató de herirla por mencionar su posible ruptura, su madre seguía pensando que ellos podían estar juntos.
—Me voy a Argentina— soltó Noelia sin rodeo, Luke quedo unos segundos sin decir algo.
—¿Cómo así?, ¿con quién?— preguntó sorprendido después de salir del trance, en busca de una explicación.
— Estuve en una prueba en la empresa de Cristina kigman y me ofreció un contrato en Argentina, te llamé porque necesito hablar de algo importante contigo— explicó Noelia. Luke sintió que algo dentro de él, dolía, saber que podría no verla más. En todo el año quiso buscarla, pero solo se conformó con verla de lejos.
—Te escucho Noe— decidió por fin averiguar el motivo de su cita.
—Necesito que bloquees a mi madre, que no permitas que te moleste más, sé que aún te molesta— le pidió amable, tratando de no ser grosera y que pensara cosas que no eran.
—Noe, sabes que no tengo problema en ayudarla— aseguró Luke, sintiendo otra punzada en su corazón.
—Luke, el detalle es que mi madre abusa mucho, tiene ese marido que no la ayuda, por favor, necesitas hacer tu vida, a tu pareja no le va a agradar que la madre tu ex te moleste— trató de hacerle entender la situación, eso tranquilo más Luke, no era que lo estaba sacando por completo de su vida, solo buscaba su bienestar.
—Está bien, tienes razón, ya ha pasado...— confesó Luke. Cortando sus palabras a la mitad.
—Ya vez, entonces cambia de teléfono o haz lo que te dije— volvió a pedir Noelia.
—¿Y tu apartamento?— preguntó Luke, cambiando el tema.
—No sé que haré, quisiera alquilarlo por los momentos...— Lo dijo en un susurro cansado, seguía pensando en eso.
—Si quieres, te ayudo en eso— se ofreció Luke, Noelia pensó un momento si buscaba a alguien más para evitar seguir en contacto, pero no conocía a nadie de confianza.
—No es por nada, a cambio, solo quiero ayudarte— aseguró Luke, viendo sus dudas.
—No es eso, solo no quiero molestar, no quiero seguir dependiendo de ti luke...— confesó ella, hiriéndolo, sentía que nunca hizo nada bueno por ella.
—No molestas Noelia, te ayudaré siempre que lo necesites, llevas un año demostrando que puedes sola, déjame por lo menos ser tu amigo— Luke no deseaba perderla por completo, no buscaba que Noelia dejara de verlo como una opción de ayuda.
—Ok, pero si te trae problemas eso, busco a alguien más y no olvides que mi madre aún no sabe que me voy — Luke asintió.
Ya con todo listo, fue nuevamente a su apartamento, sumergida en su teléfono chateando con sus amigos, estaban a poco de encontrarse y abrazarse, decidido no decir nada sobre su apartamento, lo seguro era que sus amigos se negaran a que siguiera en contacto con él.
Antes de dormir recordó a alguien, Leonel kigman, su manera tan cortante de tratarla le gustó, tan serio y guapo al mismo tiempo. Su contacto fue tan fuerte, llevándola a imaginar tantas cosas que le su piel se erizaba.
—Quien navegué en ti, debe ser feliz— susurró para ella, buscando fotos de él en Instagram, olvidando el tema de su apartamento y la ayuda de Luke, esperaba no causar problemas a futuro.
—¡Uy!, está como le da la gana, ni aparenta esos 40 años— seguía navegando en las fotos de ese hombre.
Mientras que Leonel seguía ayudando a su hermana, pero con la peli cobriza en su cabeza, su concentración le agradaba, su piel bronceada que llamaba mucho la atención.
—Siento que es ella la que no sale de tu cabeza— Habló Cristina rompiendo el silencio y los pensamientos de su hermano, quien lo tomó por sorpresa.
—No empieces o te dejo sola— amenazó Leonel, tratando de ocultar su evidencia culpa.
—Ja, ja, ja, sí, sin duda te robo el aliento, la chica— siguió bromeando su hermana, Ámbar, que navegaba en su teléfono, sonrió.
—Ella sí me agrada, tío— confesó Ámbar dejando a Leonel asombrado, Cristina se sorprendió, pensó que ya estaba dormida.
—¿Una chica de 22? Recuerden que tengo 40— habló casi molesto, culpándose ya de sus deseos impuros por una joven.
—¿18 años de diferencia?, eso es nada, la edad es solo números, hermano— afirmo Cristina, con sinceridad.
—Mejor voy a dormir, siento que Carlota vino en vez de mi hermana— Declaró Leonel molesto.
Aunque lo que decían ambas, no estaba lejos de la realidad, Noelia estaba en su cabeza y aunque aún no pasaba nada que lo terminara de dejar loco por ella, tal vez olvidando el tema de la edad.