Cap. 4 Memorias de "La chica"
A la hora de la cena, se presentaron en el comedor, cada uno con cara de cordero degollado, se dio cuenta entonces de que con la molestia no revisó sus heridas, una vez que terminaran de comer procedería a examinarlos.
Al final los llevó al área clínica y cuando estaba atendiendo a Eilam, escuchó un estruendo y un grito agudo, salió apresurado a la habitación de la chica y no se dio cuenta de que los demonios lo seguían, entró y “chica” estaba en el suelo, la bandeja y la comida desparramadas en el piso, tenía lágrimas en sus raros ojos y estaba luchando por ponerse de pie.
Se acercó, la tomó en brazos y la colocó en la camilla, ya había llegado la enfermera y le explicó:
–Lo siento, salí a buscarle la medicina y supongo que tenía hambre y trató de alcanzar la comida por su cuenta.
–¿Cada cuánto tiempo la están alimentando?
–Tres veces al día.
–¿Le dan meriendas?
–No señor.
–Está desnutrida, dele seis porciones diarias y bastante líquido.
–¿Quién es ella? –preguntó su sobrino Efron y cayó en cuenta de que los gemelos estaban allí observando todo curiosamente.
–Alguien a quien estoy ayudando a recuperarse.
–Hola, soy Efron.
–Y yo Eilam.
–Hola, soy “chica”
–Ese no es un nombre –señaló Eilam riéndose.
–Peleaste porque se burlaron de ti hoy, ¿verdad?, acabas de hacer lo mismo con ella –le reprochó a su sobrino.
–Perdón, ¿ese es su nombre?
–Es el que ella conoce, ha vivido en la calle toda su vida.
–Lo siento, ¿perdonas mi torpeza?
–Ajá –les dijo y les sonrió ampliamente a ambos.
Su sonrisa iluminó todo su rostro y se veía preciosa. “Cálmate Darlan”
Una vez que limpiaron el desastre del piso, le trajeron nueva comida a “La chica” quien la devoró rápidamente. Darlan había enviado a los niños a sus alcobas una vez terminó su revisión y luego pasó otra vez por su habitación para despedirse de ella, antes de irse “La chica” le preguntó:
–¿Son tus hijos?
–Son mis sobrinos.
–Me gustaron, espero verlos de nuevo.
–Están castigados por ahora, luego podrán ver una película juntos.
–Yo he visto películas y comí palomitas.
–Qué bueno, mañana vendrá una doctora a examinarte.
–¿Qué tengo?
–No tienes nada, es precaución, quiero asegurarme de que estás bien de todo.
La veía demasiado inocente, decidió que le diría a “La gata” que procediera, porque si era la niña raptada, su padre podía hacer de ella una mujer educada y de gran presencia.
***
En la soledad de la habitación donde estaba recuperándose y luego de un abundante desayuno, la jovencita dejó vagar su mente hasta una vez en que estaba revisando unos potes de basura de un restaurante, buscando algo de comer, cuando unos chicos la rodearon y comenzaron a molestarla.
Uno de ellos tocó su trasero, entonces comenzó a correr con ellos atrás, entró a una calle donde encontró una puerta abierta, pasó y estaba todo oscuro, pero había una gran pantalla frente a muchas sillas, nadie le hizo caso, así que se sentó en un escalón y comenzó a ver las imágenes, una señora le extendió un pote grande al tiempo que le preguntaba:
–¿Te gustan las palomitas?
No las había probado nunca, pero le respondió que sí, la señora también le dio bebida y vio todo lo que pasaron en esa gran pantalla. Al final, prendieron las luces y salió rápidamente, ya no estaban los chicos molestosos y ella volvió a buscar donde dormir esa noche, ya había conocido el cine y disfrutó de una película.
Siempre recordaba a Carlota y a Ramiro, ella les decía baba y babo, hacían todo juntos y le explicaron muchas cosas, ellos habían llegado desde México, pero no tenían papeles como ella.
Una vez hubo una tormenta y ambos decían que era la más grande que habían visto, se acostaron y ellos la cubrieron con sus cuerpos, en la mañana estaban tapados de nieve, descubrió su cara y gritó, algunos amigos la ayudaron a salir, ellos estaban duros y fríos, el grupo se mudó a otro lugar y ella se fue con ellos, Carlota y Ramiro no se movieron más y los amigos dijeron que se habían muerto.
Cuando vio la película ya ellos no estaban así que no pudo contarles, tampoco cuando vio a unos chicos cantando muy bonito, ni cuando se encontró un billete de 20 dólares y comió muy rico durante toda una semana, también se perdieron cuando una mujer muy hermosa le regaló una gran bolsa con ropa, que lloró porque se la robaron poco después.
Alguna gente sin casa roba, “buba” y “babo” le decían que eso era malo, que pidiera y si le daban debía decir gracias, pero que si no también agradeciera.
A ellos les contaría que conoció un hombre que le pegó con su auto, pero que ahora la está curando y le da mucha comida, era como los hombres de los carteles del cine, pero serio y gruñón, no sabía si tenía dientes porque no se había reído ni una sola vez.
Creía que no le agradaba a la enfermera porque un día le trajo la comida, pero la dejó lejos, así que se paró a buscarla y todo se le cayó, hasta ella se cayó. Él fue el primero en llegar y le dio mucha pena, pero llegó con dos niños, se sorprendió porque no sabía que tenía hijos, bueno, en realidad no sabía nada de él, ni siquiera su nombre.
Había aprendido muchas cosas en la calle, sabía en quien confiar y en quien no, también sabía cuándo piden lo que no debía darle a ningún hombre, ni con flores, ni palabras bonitas, mucho menos a cambio de dinero, le decía “buba” muy seria.
***
Al otro día, después de comer su desayuno llegó la doctora, fue muy amable, pero quería verla por dentro desde abajo y no lo permitiría, cuando le explicó bien, dejó que la examinara, habló con la enfermera y parecía que ya le gustaba porque le sonrió diciéndole que la iba a ayudar ya que estaba comenzando a tener su período.
Buba le había hablado de eso y le daba las toallas para usar esos días, porque la señora Martha de la farmacia se las regalaba.
Todo está bien, dijo la doctora y le dio píldoras por si tenía dolor. Se bañó con cuidado para no mojar el yeso, Ana la enfermera le rasuró las axilas y la pierna sin yeso, le puso un lindo vestido nuevo y la peinó. Trajeron una silla de ruedas y la llevó al jardín mientras le decía que necesitaba un poco de sol.
Ese mismo día y desde su oficina Darlan estaba impartiendo instrucciones con respecto a la chica.
–“Gata” procede a contactar a Patrick Moore.
–Enseguida señor.