Capítulo 4
Me pongo mis tacones plateados y salgo de casa, mi chofer ya me espera en la puerta del edificio y no tardamos en llegar al lugar de eventos en el centro de la ciudad.
Coches de lujo y limusinas forman una larga cola, esperamos a que llegue nuestro turno y al cabo de unos treinta minutos el coche se detiene en la puerta, donde se extiende una gran alfombra roja y varios fotógrafos.
Salgo del auto y me golpea una ráfaga de flashes, sonrío y poso para las fotos. Entonces, toma tantas fotos como puedas porque será la última vez que me verán en Dubai.
Camino por la alfombra roja y le entrego mi invitación a una mujer que me da la bienvenida al evento.
Camino por un pasillo y pronto cruzo grandes puertas de vidrio, sé cómo me veo y me gustan las miradas que me dirigen cuando entro.
Sé que Raj está aquí y sólo necesito encontrarlo. Camino entre las mesas y hablo con extraños que interactúan conmigo. Entonces siento la sensación de ser observado y en ese momento sé que Raj me ha encontrado.
Me giro con calma y miro a mi alrededor, a unas mesas de distancia lo encuentro mirándome enojado, estoy segura que es por el vestido. Le doy una sonrisa y luego miro a la modelo que cuelga de su brazo, casi frotándose contra él.
Miro melancólico y herido y miro a Raj, quien al ver mi cara hace una expresión de querer explicarse. Pero él no se mueve, solo me mira como si quisiera hablar conmigo.
Sacudo la cabeza y desvío mi atención de él. Mi plan era salir de aquí y esperarlo en mi apartamento para que pudiéramos terminar, pero un brazo rodea mi cintura y comienza a tirar de mí hacia el centro de la habitación.
- Vamos a bailar. – Dice furioso y un temblor recorre mi columna.
Wagner me lleva a la pista de baile y me atrae hacia él con enojo y pronto comenzamos a movernos en la pista de baile.
- ¿Qué haces aquí Analuisa? ¿Por qué no está con su dueño? – me pregunta y sé que dependiendo de la respuesta que dé, me pueden sacar de aquí y perder la oportunidad que tengo de salir.
- Estoy aquí a petición suya, Wagner. – digo y él cierra los ojos sin creerme.
- Dime exactamente por qué estás aquí o te arrastraré de regreso a casa ahora. - Dice y trago seco de miedo.
- Me pidió que viniera aquí para seducir a un hombre, quiere ganar un contrato y como el hombre es una gallina pensó que yo podría ayudarlo. – Le miento descaradamente.
- ¿Eres su Analuisa favorita y ahora te comparte? – pregunta con media risa. – O estás perdiendo tu toque o él confía mucho en ti.
- Prefiero la segunda opción. - digo y él asiente con la cabeza.
- Te dejaré ir Analuisa, te acompaño a Alexia, pero debes saber que estaré pendiente de ti. – Dice y yo estoy de acuerdo.
Me suelta y salgo de la pista de baile hacia la salida.
Necesito llamar al conductor para que venga a recogerme, pero antes de que pueda hacerlo siento un agarre en mi brazo y segundos después veo a Raj empujándome por otra salida y pronto estamos en el estacionamiento.
- ¿Qué crees que estás haciendo? – le grito y tiro de mi brazo.
- Te llevo a casa, así que vayamos al maldito auto porque mi conductor ya me está esperando. – Dice y me tira hacia atrás.
Pronto llegamos a su auto y rápidamente me arroja adentro y luego se da vuelta y entra por el otro lado.
Hay un hombre sentado al volante, pero no dice nada y tan pronto como Raj entra, comienza a salir del estacionamiento.
- ¿Quién era ese hombre? – pregunta enojado.
Lo miro indignada ante su pregunta.
- Eso no te incumbe. – digo entre dientes.
Lo veo tratando de controlar su ira y respirando profundamente.
- ¡No volveré a preguntar Analuisa! ¿Quien es aquel hombre? – pregunta, pero no le respondo así que vuelve a agarrar mi brazo con fuerza. – ¡¡Contéstame Analuisa!!
- No tienes derecho a preguntarme nada. - Se lo diré. – Ahora suelta mi brazo, bruto.
- Analuisa, había un hombre bailando con lo que era mío, tengo derecho a preguntar lo que quiera. – Dice, todavía apretando mi brazo.
- ¿Su? No te pertenezco Raj, pensé que te gustaba, pero estabas allí con alguien más. - Yo digo.
- ¿Quien era él? – está furioso e ignora todo lo que dije.
Me doy la vuelta, mirándolo con furia, no le respondo, solo trato de soltarme de su agarre.
Y luego, cuando menos lo espero, una bofetada golpea mi cara, haciéndome quedarme callada.
- Tú… – digo mirándolo. No es la primera vez que me abofetean, ya estoy acostumbrado.
Pero esto es humillante y aprovecho esta humillación para dejar caer algunas lágrimas de mis ojos.
Cuando ve que estoy llorando, me suelta el brazo y no dice nada más, ni siquiera una disculpa.
El conductor que escuchó todo y sabe lo sucedido se quedó callado y siguió conduciendo.
Siempre es así con los hombres poderosos, así que simplemente cierro la boca y cuando el auto se detiene en la puerta de mi edificio, salgo del auto y escucho cómo se abre la puerta lateral de Raj.
Me acerco a la entrada del edificio y el portero me ve llegar y abre la puerta.
Entro rápidamente y antes de que Raj pueda entrar, cierro la puerta detrás de mí.
- No lo dejes entrar más. – Le hablo al portero que me escucha desde la cabaña.
- ¿Qué crees que está haciendo Analuisa? – dice Raj enojado. – Déjame entrar para que podamos hablar.
- ¿De verdad crees que después de engañarme y pegarme quiero algo contigo Raj? Vete y no me busques más. – digo y le doy la espalda y me alejo.
Lo escucho decir mi nombre, pero no le presto atención. Habría sentido pena por él si no me hubiera golpeado, pero ahora puede irse al infierno.
Subo al apartamento, me doy otra ducha y ordeno la ropa que me pondré mañana cuando vaya al aeropuerto.
Fue difícil recaudar una buena cantidad de dinero y más difícil aún hacerlo en secreto.
Ahora finalmente puedo dejar este lugar y seguir con mi vida.
Analuisa:
El vuelo aterriza en Nueva York y lo único que puedo hacer es sonreír ampliamente.
Cojo mis maletas y salgo del aeropuerto en taxi.
Miro todo, es muy diferente de Dubai, el clima, la gente.
Aquí nadie me conoce y puedo hacer lo que quiera sin que nadie hable de mí, me critique o incluso me controle.
Tardo un poco por el tráfico en llegar a mi apartamento, que está en el centro.
¡¡¡Sí!!! Mi.