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3

Al instante noté que ese auto era conocido, pero estaba lleno de polvo, tenía todo el costado irreconocible, pero el conductor bajó los vidrios de la ventana y enseguida miré que era Harry. ¿Pero qué diablos hace Harry aquí? se supone que estaría trabajando, además este lugar es como muy retirado como para decir que está accesible para todos.

—Vamos, Isa, súbete—ordenó el señor—de por si hay un gran sol y no creo que quieras ir caminando hasta la ciudad, desde acá está muy largo.

En realidad tenía razón, pero mi cabeza siempre estaba pensando que si él nos estaba siguiendo o algo por el estilo porque la verdad Harry no era esos tipos, pero decidí subirme al auto, abroché mi cinturón y nos fuimos.

—Y bien, Isa, ¿que se supone que andabas haciendo de estos lados?— preguntó de forma irónica .

Ni siquiera tenía idea cómo le iba a responder, porque para empezar ni siquiera estábamos cerca de la universidad y en segundo lugar Harry era un tipo bastante inteligente por lo cual si yo intentaba mentirle inmediatamente el descubriría que lo estoy haciendo.

—Simplemente seguí a mis amigos, habían cositas ahí pendientes de hablar, pero tú sabes cosas de chicos nada importante—miré hacia el frente.

—Cosas de chicos...—hizo hincapié en esa palabra— pero ¿por qué tan largo? si bien pudieran hablar lo hicieran, no se, creo que cerca de la universidad o algún restaurante ¿no crees?— seguía conduciendo.

Sus preguntas me ponían un poco incómoda sabía en el fondo que Harry algo estaba tramando, Trevor ya nos había advertido, pero tampoco considero a Harry un mal tipo y si lo está haciendo de verdad son puras cosas de trabajo, me imagino que debe de tener una base para defender a su cliente.

—Pues escúchame una cosa— giré mi cabeza y lo miré mientras él seguía con su mirada al frente— realmente no me gustan las indirectas y las cositas así, también soy muy inteligente para darme cuenta que una persona sabe algo, pero intenta sacar información, por algo estudié psicología.

—¿A qué te estás refiriendo, Isa? yo sólo te estoy haciendo preguntas comunes y corrientes, no sé a qué se debe tu comentario— se detuvo frenando de golpe, las llantas del auto habían humeado.

—Oye, ¿ qué te pasa? si no he llevado mi cinturón creo que mi cabeza hubiera chocado con el vidrio delantero.

—Lo que pasa que a mí tampoco me gustan los rodeos—me miró con esa mirada penetrante, esa mirada que me hacía sentir tan nerviosa de tener un hombre como el, tan cerca.

—Pues entonces habla de una vez por todas porque estar en estas condiciones no me gusta, sé que tú sabes algo, pero parece que no tiene la suficiente confianza para contarme— me quedé idiotizada al movimiento de sus labios, una vez más no se por qué diablos se me clavó un enorme deseo de probarlos.

—Bueno lo que pasa es lo siguiente, tú sabes que ese chico Llamado Ryan, en realidad no murió por accidente, toda la escena apunta de que hubo un homicidio y es mi deber saber qué es lo que está pasando; en realidad en esa universidad yo también fui estudiante y sé de las cosas que uno hace en las fiestas, no quiero que haya mentiras entre nosotros y quiero dar el primer paso, con decirte que sí los estaba siguiendo —afirmó—pero no de forma acosadora, sino que ese chico, no sé cómo se llama, el que te camina enamorando y se toma muchas atribuciones me da una mala espina E incluso no soy nadie para reclamarte o cosas así, pero no me gusta que te relaciones con ese grupo, si sigues así tarde o temprano te vas a meter en serios problemas y créeme no me gustará verte en esas condiciones—tomó mi mano haciéndome sentir protegida lo cual lo agradecí en ese momento.

A decir verdad ni a mí me gustaba el grupito con el que estaba lidiando, pero eran mis compañeros no había de otra además me sentía mal que en el fondo sabía ciertas cosas, pero no se las voy a decir, si se las decía armaría un lío que al final hasta yo saldría perdiendo, fue bonito el gesto cuando dijo que no quería mentiras entre nosotros, pero creo que este secreto por el momento lo mantendría oculto.

—No te preocupes tendré en cuenta tu consejos—palmeé sus manos.

—Perfecto—arrancó el coche y seguimos nuestro camino— ¿no tienes hambre?—preguntó— sería bueno que almorcemos un poco, al menos yo sí tengo hambre— llevó su mano al estómago masajeando en forma circular.

—Sí, claro —acepté, era lo menos que podía hacer en este momento con él, después de ser tan buena persona y tan atento.

—¿Cómo qué cosa te gustaría comer?

—Pues anteriormente yo podía comer de todo, pero ahora tengo algunos problemas con mi gastritis así que no puedo abusar mucho de las cosas grasosas, ácidas, pero creo que hoy podría ser la excepción— sonreí.

—Pues vale más—también sonrió—hoy también quiero comer algo diferente.

Llegamos nuevamente a la ciudad adornada con los edificios, establecimientos, centros comerciales, las personas caminando en una dirección o en otra y a través de mi ventana miré la vida cotidiana que se llevaba acá, no era nada agradable. Extrañaba a mi pueblo, las personas que me rodeaban e incluso los lugares que ya habían, me gustaba lo sencillo, lo rústico, todo lo que me hiciera sentir bien, Pero bueno, si el destino me trajo hasta acá será por algo, además no quiero abandonar mi sueño de ser una gran psicóloga.

—Creo que entraremos acá —señaló, era un restaurante con el techo lleno de tejas, en los extremos tenía como columnas de troncos con esmalte, en el centro el piso era de madera y las mesas que habían eran bastante bajas, parecía que era comida típica.

Estacionó el coche, nos bajamos y nos dirigimos al restaurante, en sólo en la entrada había una mesa más o menos familiar y en el techo colgaban algunas luces de amarillo bastante bajas y estaba una pareja sonriendo abrazados quizás estaban celebrando algo en común y enseguida pensé en mi novio Noah, Últimamente la relación ha estado pasando un momento crítico, Eso me hacía sentir mal porque con él ya tenía bastante tiempo, lo conocía bastante bien, teníamos tantas historias juntos que no me gustaría que si llegara a su final, no se, creo que sería bueno que hagamos las pases incluso podríamos destinar un día para vernos porque la verdad lo necesito mucho, Desde que llegué a esta ciudad mi vida ha cambiado demasiado , ahora todo gira entorno a una universidad y a un trabajo.

—Isa—Harry había chasqueado sus dedos frente a mi haciendo salirme de mi estado de trance—¿ te sucede algo?— preguntó preocupado— te veo bastante pensativa desde que entramos acá.

—No, tranquilo, son cositas de mujeres—puse mis labios sobre una sola línea—más bien busquemos como sentarnos que ya tengo mucha hambre.

—Si tu lo dices...— me miró de reojo de pies a cabeza.

Entre todo el espacio en donde estaban las mesas señalé donde quería sentarme, era una mesa esquinera situada entre dos ventanas, pero tenía una vista bastante bonita ya que fuera de ese lugar había jardines con flores y árboles frondosos e incluso pude notar que había un columpio más o menos grande con dos asientos.

—¿Será que luego de comer podamos ir un rato allá?—señalé dónde estaban los columpios.

—No me digas que quieres mecerte como toda una chiquilla—carcajeó.

—No me da gracia tu comentario ¿sabías? —Fruncí el ceño—es más ya ni siquiera quiero comer, lo arruinaste todo—me levanté de la silla pero inmediatamente él también se levantó y me tomó del brazo atrayéndome hacia su cuerpo—¿Que estás haciendo, Harry? aquí hay personas y no me gusta ser exhibicionista.

—Lo siento mucho—soltó mi brazo sutilmente—pero por favor discúlpame por la estupidez que acabo de hacer a veces no mido bien las cosas que digo, pero no arruinemos el momento bonito que quizás hubiéramos pasado ¿Aceptas mi disculpa?— me miró con inocencia.

—Está bien, por ser esta vez dejaré mi orgullo a un lado pero desde ya te advierto que siempre que vayas hablar algo para mí tienes que analizarlo porque yo todo malinterpreto— me volví a sentar.

—Mucho gusto—llegó el mesero—bienvenidos al restaurante "Brazas y más" un placer atenderlos y espero que la pasen bien—nos dio el menú—tenemos combos para parejas que salen un poco más económicos—ambos en ese momento nos quedamos viendo un poco extrañados, obvio, no éramos nada, sólo sonreímos como unos tontos.

—Perfecto—Harry asintió, sabía que lo del dinero para él no era ningún problema, es más, si él quisiera alquilaría el local solo para el, pero eso me gustaba, la humildad a pesar de tener mucho dinero.

El mesero se retiró.

—No sabía que frecuentabas estos lugares—creí que me llevaría a uno lujoso y esas cosas—como a los ricos le da alergia estar en lugares de sociedad media o baja...

—Si crees que soy de esos sujetos que se jacta de su dinero y entre más tenga más quiere pues no, déjame decirte que te he decepcionado si piensas eso, yo no nací en cuna de oro y sé mucho las cosas que cuestan, además no olvido mis viejas raíces así que de vez en cuando también necesito llevar una vida tranquila, no creas que manejarme en la alta sociedad es fácil, las personas ahí solo piensan en el beneficio propio—me gustó saberlo.

—Está bien, pero no te alteres, solo era un simple comentario, pero bueno... ¿no íbamos a comer?— tomé el menú buscando algo que me gustara o que me llamara la atención

—Bueno, igual no estoy enojado así que no te preocupes sólo que a veces quisiera pausar mi vida y dejar un poco el estrés rutinario— tomó también el menú— yo creo que pediré una hamburguesa doble con papas y una soda, tengo mucho Tiempo de comer algo así y espero mi estómago lo acepte ¿y tú? ¿ya te decidiste que vas a pedir?— bajo el menú y me quedó viendo.

—Pues... no sé, las cosas que están acá creo que me haría un poco de daño, pero pediré esto— era un especie de pizza con otras cositas, pero el estaba sonriendo—¿Cuál es la gracia de las cosas?—Quise saber.

—No, nada simplemente que lo que acabas de pedir es muy grande y no sé si vas a comer todo—reía de una forma de un sabelotodo.

—¿Estás seguro?—arqueé una ceja—no me mires así por así, te apuesto que te puedes llevar una sorpresa.

—Lo que tú digas—levantó sus manos en forma de paz— después no digas que no te lo advertí.

La orden llegó como dentro de quince minutos, lo cual agradecía que no eran de esos lugares que pides y hasta la hora llegan a servirte. Y creo que Harry tenía razón lo que había pedido era bastante grande pero tampoco quería darle el gusto de qué él tuvo la razón así que no sé cómo diablos me alcanzaría esto pero definitivamente tenía que tratar de comerlo.

Empezamos a comer, había un pequeño silencio entre nosotros desde que llevaron las órdenes, por su lado estaba viendo que el comía con tanta tranquilidad, parece que los modales o delicadez de un millonario se le habían ido, es mas si yo viniera entrando a este restaurante y viera este sujeto vestido de una forma casual podría asegurar que es un sujeto común y corriente pero claro el señor es todo un Super abogado.

—Isa, no sé qué estarás pensando, pero desde hace rato he visto que te quedas viéndome bastante— seguía mordiendo su hamburguesa e incluso me sorprendí un poco porque todo este tiempo él no cambió su mirada más que a su comida y no sé cómo se dio cuenta que yo lo estaba viendo.

—No es nada del otro mundo, simplemente me sorprende que aún con tus aires de rico vengas y comas de esa forma acá, incluso, mira,— empecé a reír él tenía salsa de tomate en sus labios—parece que te llenaste.

—Bueno, si se trata de fijarse en las cosas creo que tú no te has percatado de que tu camisa se llenó de mostaza—bajé la mirada y efectivamente mi camisa estaba manchada, perfecto, no tengo mucha ropa acá y la poca que tengo la estoy dañando —lo siento, era mi deber de decírtelo.

Seguimos comiendo, por más mordiscos que le daba esta cosa no me la terminaba, miré que el estaba sonriendo tapándose la boca, lo más probable es que él estaba riéndose porque me miró que yo no me iba a comer todo.

—¿Qué me miras?—lo fulminé con la mirada—por si no lo sabías, no me gusta que me queden viendo mucho tiempo y menos cuando estoy comiendo.

—Oye, no es nada malo, simplemente que tenía mucho tiempo de no divertirme—era raro que él me dijera eso cuando tiene mucho dinero, una esposa muy bonita, pero supongo que las personas guardan algo en su interior y quizás cuando están con alguien que los haga sentir bien, simplemente expresan todo eso que han llevado reservado.

—Y se supone que con la empleada es que te diviertas, ¿no es así? —pero enseguida noté algo que me llamó mucho la atención y era que en su mano esta vez no llevaba el anillo de compromiso— por cierto, disculpa la imprudencia de mi pregunta pero ¿porque no está tu anillo de compromiso?—en ese momento Harry había cambiado su semblante, la sonrisa que se le marcaba de oreja a oreja había desaparecido y esta vez estaba serio, sólo me observó fijamente con esa mirada intimidante que lo caracterizaba.

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