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—Ven acá— me tomó del brazo saliendo hacia los columpios que le había señalado anteriormente. No se le notaba que estaba enfadado pero sí pensativo de la pregunta que le había hecho, al parecer El señor Lee ocultaba ciertas cosas.
Me senté en el columpio como toda una niña buena, mientras que Harry parece que le está pasando un poco mal.
—Oye, tranquilo no es para que te pongas así —le medio sonreí para hacerlo sentir mejor
—No te preocupes que tranquilo estoy, solamente te quería aclarar algo acerca de la pregunta que me acabas de hacer—se sentón al lado mío y empezó a balancearse al mismo ritmo— verás, efectivamente no ando el anillo de compromiso, pero no soy de los hombres que se avergüenza de aceptar que estoy casado simplemente hay algo que ocurre cada vez que discuto con ella— se le miraba lo muy pensante que estaba e incluso pude ver cómo movía su rodilla de arriba hacia abajo eso me indicaba que tenía un poco de ansiedad.
—Antes de todo—coloqué mi mano derecha en su rodilla para tratar de frenar el movimiento— no es necesario que me cuentes tu vida privada, Harry, sólo me pareció curioso el hecho que desde que te conozco te he visto que caminas tu anillo y esta vez no, solamente
—Sí, pero de igual forma creo que este tiempo que hemos estado juntos de cierta forma confío en ti, además no te ves de esas chicas interesadas de lo que me rodea, incluso puedo notar de qué yo no hago ningún efecto cada vez que estamos juntos— ¡Por Dios! si tan solo supiera cómo estremece todo mi cuerpo cada vez que está cerca y su aliento choca en el rostro —pero lo que pasa que últimamente ha estado muy celosa incluso me hace reclamos sin ningún tipo de base, la verdad no me gusta estar así y por eso es que me entristezco y decido a quitarme el anillo cada vez que discutimos— en realidad no sabía por qué él me estaba contando su vida privada si tan solo yo era una empleada que recién conocía y para tomarse las atribuciones que él estaba haciendo me hacía sentir muy importante.
—Pues supongo que eso debe ser normal cuando uno se casa con una persona, ¿no? además la vida no es sólo de felicidad, se construye, también hay ciertos bajones, pero lo importante es que estás con ella y pienso que seguirás adelante ¿ no es así?— quise saber viéndolo que él estaba observando el suelo, quizás estaba pensando en todo el tiempo que ha pasado con ella y las cosas que ha compartido.
—Lo entiendo perfectamente y créeme que yo estoy de acuerdo con lo que me dices, muchas veces discutimos y quizás pasamos hasta días sin hablarnos durmiendo mientras nos damos las espalda— claro, pero la vez que lo encontré follándola le estaba dando la espalda de otra forma— pero es que no sé, Helena nunca había tenido un comportamiento de esta forma.
También algo me huele mal de esa mujer, siempre ella arreglándose, vistiendo de una forma provocativa o quizás es porque yo soy un poco más sencilla y veo esas cosas un poco incorrectas pero me daba un poco de lástima Harry, él no era mal tipo y a pesar de que su esposa era bonita por fuera por dentro era una bruja.
—Quizás está pasando por un mal momento, deberías de preguntarle más a fondo antes de tomar tus decisiones— sugerí siendo una persona coherente, aunque en el fondo agradecía por esa parte que estuvieran discutiendo, no sé por qué ya que Harry era sólo mi jefe y además que yo tenía un novio que por cierto hace mucho tiempo que no tengo nada de nada.
—¿Eso crees tú?—me preguntó volviéndome a ver con la mirada de un hombre con ganas de mejorar su relación .
—Pues... si, eso creo, además, nosotras las mujeres cambiamos constantemente de estados de ánimos así que te puedes ir acostumbrando un poco, pero, ojo, hay sus ciertos límites que uno no puede tolerar. Ya cuando llegas al punto de que te falte el respeto y esas cosas creo que se torna una relación tóxica.
—Tienes razón—se levantó del columpio y se colocó frente a mi, extendió sus manos y en realidad no sé cuál era su pensado en ese momento yo sólo lo quedé viendo de pies a cabeza esperando a lo que me diría.
—¿Y qué se supone que debo de hacer?—levanté mis manos en forma de paz.
—Nada, que ya nos vamos de este lugar ¿no?— pero sus manos seguían en el mismo sitio, así que si su intención era ayudarme a levantar pues está bien, tomé en sus manos y me levantó, pero para mi mayor sorpresa me abrazó, ¡si, me abrazó! Para ser sincero me tomó por sorpresa; jamás creí que iba tener ese tipo de reacciones de su parte no sabía qué hacer en ese momento pero lo único que hice fue darle unas cuantas palmaditas en su espalda, hasta me sentí un poco raro ya que no había otro hombre que me abrazara si no era mi novio— muchas gracias, Isa, al parecer hice de la mejor decisión al haberte contratado ya que no sólo eres mi empleada, sino también mi consejera, increíble pero cierto— sonrió— una chica menor que yo, me da consejos y ahora entiendo por qué es que elegiste ser psicóloga.
—¿Y eso que tiene? no te deberías de sorprender de las cosas que soy capaz de hacer— sonreí guiñando el ojo.
Salimos del restaurante, pero antes había pagado, colocó una cierta cantidad de dinero dentro de una carpeta y lo dejó sobre la mesa.
—Oye, pero eso no era la cantidad que valían Los servicios que consumimos—fruncí el ceño.
—Lo sé, pero simplemente quise dejarle alguna propina al mesero, tú sabes... a las personas como el les cuesta mucho ganar el dinero, así que de vez en cuando debemos de ser un poco generosos con las personas que necesitan más—salimos del restaurante Y realmente me gustó la acción que hizo, hoy en día las personas ricas entre más tienen mas quieren.
No subimos al coche, nos abrochamos los cinturones de seguridad y salimos rumbo a la casa de Harry, en todo ese tiempo el puso música variada, sus gustos era un poco similares a los míos, después que habíamos salido del restaurante y me dio ese pequeño abrazo, no sé si eran ideas mías o que, pero podía notar que estaba más contento o quizás solo acató todos los consejos que yo le había dado y los pondría en práctica.
—Hola—contestó el celular— si, soy yo—respondió—¿como a qué hora quiere que llegue?—hubo un momento de silencio, quizás esperando la respuesta de la persona quien lo llamaba— creo que hoy estaré un poco ocupado—me quedó viendo de reojo—pero si gusta Mañana a primera hora nos podemos reunir— seguía viéndome con algo de sospecha quizás ocultando algo o simplemente se sentía incómodo hablando por teléfono a la par mía— seguimos en contacto, que tengan un buen día—colgó— clientes tú sabes —sonrió poco creíble incluso yo ni siquiera le había preguntado que quién era que lo estaba llamando por lo que de inmediato supuse que me estaba mintiendo.
—Son tus cosas y yo no tengo nada que ver—le aclaré.
Ya casi llegábamos a la mansión de Harry y noté que abrió la guantera y sacó el anillo para colocárselo, típico de los hombres, aunque él me haya dicho esa explicación de igual forma algo más escondía, mi instinto de mujer me lo decía.
Finalmente llegamos al portón principal, este oprimió un botón que de inmediato empezó a deslizarse de un lado a otro, llegamos a la cochera y nos quedamos viendo por un momento, parecíamos un par de tontos sin decir nada, pero sus ojos vibraban en ese momento y pude ver como los deslizó hacia mis senos. Me sentí un poco acosada, pero acosada del bien, ya que a mí también me gustaba la forma en que él me miraba, inmediatamente sacudí mi cabeza saliendo de esos pensamientos perturbadores. Lo primero que me puse a pensar fue que ¿que haría yo, si mi novio estuvieras en estas condiciones? obviamente estuviera muerta de celos.
HARRY
No se por qué, pero algo dentro de mí estaba surgiendo cada vez que miraba Isa, pero tengo un matrimonio y tengo una imagen que cuidar, además creo que si yo le confesara ciertas cosas me tomaría a mal, apenas está comenzando a trabajar y si supiera que siento algunas cosas, ella creería que soy de esos que quieren aprovecharse de las empleadas.
—Bueno, entonces te vas a reintegrar supongo a las labores— Había visto sus senos, pero no sé si ella lo había notado.
—Después de todo soy su empleada, señor Lee—me contestó seria.
Nos bajamos del coche, ella por su lado y yo por el otro, se sentía un poco extraño ya que en público estábamos juntos, pero ahora que llegaba mi casa todo era diferente, incluso sentía que el aire que se respiraba dentro de estas cuatro paredes era tenso, cosa que hace un tiempo atrás no lo sentí así.
—Bienvenido, señor Lee —Martha había abierto la puerta de la sala, ella llevaba un delantal puesto y se sentía un olor muy agradable, al parecer era hora de comer, pero yo no tenía mucha hambre, tenía cosas pendientes que hacer y sobretodo hablar con Helena acerca de las cosas que están pasando últimamente en mi relación
—Gracias, Martha—asentí—supongo que estás cocinando, pero desde ya te indico que no me sirvas, sino hasta más tarde, por cierto ¿Helena ya está acá?— quise saber pero en ese momento miré que Isa me quedó viendo no se por qué.
—Así es, ella creo que se encuentra en el segundo piso, vino hace quizás unos diez minutos—lo raro es que en el coche de ella había quedado en la misma posición de la mañana.
—Entiendo... ¿vino sola o vino con una de sus amigas?— pregunté para indagar de forma que no levantara sospechas.
—No, uno de su amigo creo que se llama Diego, el de cabello rubio la trajo, dijo que tuvo una reunión con ella y se le hacía de mala educación no venir la dejarla.
—Está bien, muchas gracias—entré buscando a Helena.
ISA
Con qué Diego... me parece bastante extraño esa amistad, pero bueno supongo que Harry debe de ser lo suficientemente listo para darse cuenta de las cosas que le pueden estar pasando a su rededor.
—¡Isa! pero que sorpresa, hasta vienes con el jefe—me lo dijo en tono de picardía, ya sabía por dónde iba esa plática.
—Si en tu cabeza retorcida está pasando algo que no existe, desde ya te lo aclaro de qué por pura coincidencia vine con él—entré a mi habitación para cambiarme de atuendo y colocarme el uniforme provocativo que mi jefe me había comprado.
—¡Helena, Helena!—Harry estaba llamándola, pero al parecer no se encontraba en la habitación.
No le puse mucho cuidado a su llamado, pero escuchaba unos susurros cerca de mi habitación. Mi habitación estaba algo cerca de la piscina y de un jardín con unas mesitas de piedra, me dirigí a la ventana y me asomé, ahí estaba Helena, hablando por el celular y una de las cosas que me llamó más la atención era que mientras, ella estaba hablando, giraba su cabeza hacia todas las direcciones como si al tal no quisiera que supieran que ella estaba hablando por el celular, me acerqué un poco más, pero por desgracia no podía escuchar la conversación que estaba teniendo, pero sabía que esa mujer detrás de esa carita linda y ese cuerpo de Barbie, escondía algo más. Lo único que pude escuchar fue "no me llames cuando yo no te lo pida" lo cual fue un detonante en mis sentidos, tenía que averiguar con quién estaba hablando ella.
—Hasta que por fin te encuentro —Harry llegó donde estaba ella abrazándola y dándole besos, sentí una enorme rabia en ese momento y no se por qué me daba ciertos celos, pero quién era yo para opinar si solo era una recién aparecida y ellos estaban casados, pero por otra parte También me daba lástima lo que estaba pasando Harry.
—Mi amor— le dijo con tanta hipocresía—que bueno que ya viniste, te estaba esperando con muchas ansias, creo que es necesario que tengamos ciertas cositas en la noche ¿no crees?— Maldita sea, que artimañas usa esta bruja para contentarlo.
—Por supuesto que sí, cariño, después de una larga jornada de trabajo me caería bien un poco de relajación—ambos estaban manoseándose a plena luz de la tarde, definitivamente hoy tendría que utilizar mis audífonos para no escuchar ningún ruido que me haga recordar la imagen que había visto.
Y así un día más pasaba en mi aburrida vida y con la rutina que me estaba comiendo por dentro, pero quizás esto sería temporal o al menos mientras sostengo mis estudios.
—Isa—Martha tocaba a la puerta—necesito que vengas a la cocina.
—Ya voy—hice puchero, después de lo que escuché y presencié, se me habían quitado las ganas de todo, sólo yo no tenía ¡nada de nada!