Capitulo 5: PRIMERA PARTE: Las tierras de Siri.
Capitulo 5: PRIMERA PARTE: Las tierras de Siri.
Es pasada la media noche y Legnar yace acostado en una cama descansando, su traje de soldado colocado en una esquina, su mirada está puesta en el techo de la habitación, no puede dormir, pues después de todo es inevitable no hacerse preguntas. Pero pensar de más comienza a fastidiarlo por lo que se levanta y se postra en la ventana.
Legnar: De que vale pensar tanto, generalmente un hombre hace lo que debe hacer. Pero qué mala suerte la mía, un anciano loco que cree conocerme, una bestia gigante que cree podía comerme, una arquera que cree tener respuestas sobre preguntas que ni siquiera me he hecho. O estoy loco yo, o están locos ellos… ¿Qué clase de gente habita este planeta?
Legnar sigue cuestionando todo en voz baja mientras mira la nieve adornar la oscura y helada noche, cuando de pronto las antorchas que alumbran el pueblo comienzan a apagarse, mientras una niebla espesa se esparce por todo el lugar. Se escuchan gritos desesperados a la distancia
—¡Ayuda, ayuda, se llevó a mi hijo! –Legnar oye la voz de una mujer desesperada. Rápidamente se pone el traje, abre la puerta y se dispone a ir hacia el sitio del conflicto, pero una figura se interpone.
Nuvel: ¿A dónde vas? Este pueblo es seguro, estás dentro de la muralla y aquí están los guardianes y demás soldados, no debes preocuparte.
Legnar: Niña, ¿Has escuchado los gritos y llantos de esa mujer desesperada? No parecía sonar muy segura.
Nuvel: Si los escuché, pero créeme, los guardianes pueden controlar estos temas mejor que nadie.
Legnar: ¿Mejor que nadie? Si tú lo dices. Pensé que el pueblo estaba a salvo tras la muralla.
Nuvel: Y lo está, pero cuando la niebla es espesa entes moradores de la oscuridad vienen e intentan robar animales que puedan poseer, y si pueden persuadir a humanos también lo hacen, pero no tienen fuerza física, son entes que vagan con la densa niebla.
Legnar: Niña, dime, ¿Qué hay realmente tras esa muralla, a qué le temen tanto?
Nuvel: ¿Seguro quieres saber eso hoy? Deberías descansar, mañana será un nuevo día y el anciano Neferus dará algunas respuestas a tus preguntas.
Legnar: La noche es joven y no puedo dormir, ¿Te importaría responder a mi pregunta?
Nuvel: Desde hace mucho tiempo hemos estado en guerra contra entes oscuros que habitan tras la muralla, no sabemos por qué; pero cada noche una gran niebla cubre todo afuera de la muralla e incluso dentro de ella. Este pueblo se llama Siri, mi hermana Zora y yo somos descendientes directos de la familia Siri. Nuestro deber es proteger esa muralla, pues si ella cae también caerá el pueblo de Siri y sus tierras se sumergirán en la vasta oscuridad, por eso están aquí los seis guardianes para mantener a raya al mal que se oculta tras ella. Cómo ya te diste cuenta hay bestias que son corrompidas por la oscuridad en las noches de niebla espesa, muchas de esas bestias son seres inocentes, pero algo las incita a hacer daño.
Legnar: ¿Por qué simplemente no van y acaban con el enemigo, no tienen el poder suficiente con sus guardianes y sus soldados?
Nuvel: Se intentó durante miles de años pero los resultados siempre fueron los mismos, no sé sabe que hay del otro lado, las legiones de soldados que se adentraron al bosque del que tú proviniste jamás regresaron. Por tanto ya no se hacen campañas de ofensivas, solo defendemos este pueblo, no pueden caer estas tierras en la oscuridad.
Legnar se quedó en silencio meditando lo que la niña le había dicho, pero de pronto un pensamiento comenzó a molestarlo.
Legnar: Niña, si el peligro tras la muralla es tal como lo mencionas, ¿Qué hacías tú fuera de ella en ese bosque?
Nuvel: Mi hermana es la guardiana del arco, mis padres dieron la vida protegiendo nuestras tierras, tenemos muchos enfermos y siempre hay heridos. Del otro lado de la muralla crece una planta especial, es una planta mágica, te ayuda a sanar tu cuerpo muy rápidamente, con esta planta se hacen medicamentos para diversas enfermedades. Un niño estaba a punto de morir y necesitaba ese medicamento, tenía que hacerlo, no había opción. Y si, antes de que lo preguntes, si crece en otros lugares, pero en nuestros almacenes no quedan y los otros lugares donde crecen están a muchos días de distancia. Cómo protectora de estas tierras debo hacer algo por mis ciudadanos.
Legnar: Hiciste lo que creías correcto, pero no debes volver a hacerlo. Muerta no ayudarás a nadie.
Nuvel: No puedo prometer nada, solo pude traer conmigo un poco de esas hierbas medicinales. De ser necesario volvería a correr el riesgo, lo siento, pero no puedo dejar morir a los míos.
Legnar: El pueblo no tiene medicinas entonces… eso es un problema, pero deja que se ocupen los guardianes.
Nuvel: Los guardianes no irán, Lord Arkan no lo permite, el rey mismo fue quién dio la orden. Nadie debe cruzar la muralla.
Legnar: Entiendo. Descansaré como sugeriste, niña. Gracias por contestar a mis preguntas.
Nuvel: No te preocupes, estoy muy feliz de que estés aquí, no sé por qué, pero siento que eres muy buena persona.
Legnar: Yo no diría eso de mi, pero gracias.
Nuvel: Sé que lo eres. Buenas noches, mi señor Legnar.
La joven chica se despidió, cerró la puerta y Legnar tras meditar un poco lo que habían conversado se tumbó en la cama. Con el cerrar y abrir de sus ojos nació un nuevo día.
Legnar se dispuso a ir al recinto donde habita el anciano Neferus, allí también se encuentran tres miembros de los seis guardianes; Lord Arkan su líder, la ya conocida gran arquera Zora y Kross el mejor guerrero cuerpo a cuerpo de todo Incubus.
Neferus: Hola, mi joven guerrero. Se bienvenido y por favor toma asiento.
Legnar pasa entre todos los presentes en completo silencio. En una gran mesa un sirviente le abre una silla para que éste se siente pero Legnar lo ignora y se queda de pie. El sirviente siente miedo, pues Legnar es imponente.
Legnar: Gracias, estoy bien de pie, ¿Qué querías decirme, anciano?