Sinopsis
La vida de Locke no ha sido fácil. Fue diagnosticado con depresión persistente después de haber visto como moría su familia, tras un accidente automovilístico. Por muchos años después del hecho, se sumió en la oscuridad, pero ¿Qué sucede cuando la persona a la cual tú consideras tu luz, vuelve a tu vida y con solo estar con ella tu mundo parece otro? ¿Qué sucede si esa persona es tan importante para ti que no ves más allá de lo aparente y le abres camino a que te destruya mucho más? Loke ha sufrido mucho y no se cree capaz de salir por sí mismo de su oscuridad, hasta que Hera reaparece en su vida. La chica que en su niñez le iluminaba la vida, la cual lo salva de hacer algo que iba a destruir a los que lo rodean. Con su regreso, Locke no puede estar más feliz, porque piensa que es el momento en el que el universo está jugando a su favor, pero no todo es lo que parece. Todos tienen secretos y muchas veces ellos pueden llegar a acabar contigo y con los que están a tu alrededor. Hera tiene secretos. The High Valley esconde sombras. Y Loke no sabe lo que le espera
Prólogo
El viento y el humo – que provenía de la avenida principal del pueblo – impacta contra mi rostro a medida que aumentaba la velocidad y me acercaba más al lugar.
Tienes que llegar a ellos antes de que sea demasiado tarde – me decía la voz de mi mente.
El desastre que había estado previendo se desató . No debí haber peleado con ella, fue estúpido cuestionar su forma de pensar o sus creencias y ahora todo esto está sucediendo. Puedo perderla. No quiero perder a nadie.
– No soportaras otra perdida más – me dije a mi mismo con la respiración acelerada por la velocidad con la que corría y por el esfuerzo que ello conllevaba, sumando el humo que llegaba a mis pulmones.
Al llegar a la avenida – donde se encontraban todos los seguidores de Los Verenes para escuchar el sermón de su orden de líderes, o es al menos lo que logré ver y escuchar – me detuve entre el gentío para ver si encontraba a Colin o a May y a Joe, pero no logro ver a ninguno, por lo que sigo con caminando.
De repente me detengo sin poder creer lo que mis ojos veían. No podía ser verdad. No entendía lo que sucedía.
– ¡Los Verenes nacimos para ser venerados! – comenzaron a recitar todos a mi alrededor.
Yo los comencé a empujar para acercarme más a la escena que mis ojos habían visto. Una vez que quedé a unos pasos de ella, sin poder dejar de mirarla, pensando que nada era real y que todo era parte de mi mente, algo en mí se rompió.
Hera no podía estar haciendo lo que estoy viendo.