Capitulo 2
CAPITULO 2
ARIANNA
Le había tomado más tiempo del que imaginó llegar a casa. Al entrar en la casa por la puerta que da con la cocina, escucha los gritos de Samantha prominentes en la sala de estar. Sonriendo para sí misma deja las cosas en la encimera y luego cierra con seguro la puerta.
—¡Mamá, ya estoy en casa! —anuncia doblando la esquina del pasillo que da con la sala, Sam está jugando con su PS4, cuando ve a Arianna deja el control y corre a saludar a su madre. ¿Eran todas las niñas así de cariñosas con sus madres o solo era la suya? No pudo evitar preguntarse.
—¡Mami!
—Hola, pequeña —la abraza, besando su mejilla—. ¿Dónde está la abuela?
—bañándose.
—Bien, yo iré a hacer lo mismo. ¿Puedes colocar la mesa?
—Si —Sam sonríe abiertamente y corre a la cocina, Aria aprovecha para cerrar la puerta principal con seguro antes de subir a cambiarse de ropa.
En realidad, eran dos casas, pero que al comprarlas decidieron unirlas al abrir una puerta que las comunicara por dentro de la casa, de ese modo estarían más cómodas y unidas. Y tan separadas al mismo tiempo, conservando cada una su espacio. A Sam le gusta pasar tiempo con Maya y viceversa.
Aria termina de subir las escaleras que dan con su casa. Coloca la cartera y las carpetas, con los nuevos expedientes de unos pacientes nuevos que han sido enviados a ella del centro psiquiátrico para estudiarlos en casa el fin de semana, en la mesita de noche donde pudiera verlos luego. Apenas entra a su habitación se quita la ropa y va al cuarto de baño dándose una ducha rápida, se coloca su típico pijama de shorts corto y camisa de tira. Luego baja para cenar con su madre Maya y su hija. Mientras están sentadas en la mesa cenando, su madre menciona un tema muy curioso para Aria.
—Hija, ¿sabías que hace más o menos cinco años en un rancho en Texas, una madre y su hija desaparecieron?
—¿Mamá, que tiene eso de extraño? —pregunta Aria entre bocado—. Cada día las personas desaparecen.
—Pues veras; se consiguieron pisadas más grandes que la de una persona promedio…
—¿A dónde quieres llegar con esto?
—El foro que leí habla de que no eran pisadas de humanos, sobre todo por la zona en la que se encuentra el rancho. —Aria casi se atraganta con un trozo de pollo, bebe agua antes de mirar a su madre, y luego reírse.
—¿Me estás hablando en serio?
—Si. Al menos es eso lo que se dice en las noticias sobre ese caso.
—¿Y por qué ahora dieron a conocer la notícia?
—La noticia es vieja. Yo fui quien la consiguió mientras buscaba cosas…
—Si, puedo imaginar que buscabas. Madre, por favor, debes de dejar eso. Si realmente existieran los extraterrestres ya habrían hecho alguna clase de contacto con la humanidad.
—Y, ¿Quién te dice que no lo han hecho ya? —Aria la mira con incredulidad, levantando una ceja, después mira a su hija.
—¿Me está hablando en serio? —le pregunta a su pequeña.
—Si, la abu ha estado viendo muchas noticias. ¿Te imaginas que existan los extraterrestres verdes? Agh, no, mejor no. Son tan feos que me dan miedo.
—¡Sam! No dan miedo porque sean feos. Dan miedo por no saber que nos harían esas criaturas. Ves lo que causas con tus cosas, madre. Ahora Sam piensa que existen los Alíen, cuando no es así.
—La niña tiene la mente más abierta que su madre, no puedes culparme por eso. —Aria agudiza la mirada hacia su madre.
—El mar se secará antes de que veamos a algunos extraterrestres…
—¿Y si lo ves antes? —la interrumpe Sam con una sonrisa, Aria le sonríe de vuelta.
—Me casare con él y lo convertiré en tu nuevo papi —Aria finge una voz escalofriante levantando sus manos para hacerle cosquillas a su hija, está grita saltando de la silla y fuera de su alcance.
—No, mami, no. —Sam ríe a carcajadas—. ¡Sería cool tener un papi extraterrestre! A ver qué me dicen las envidiosas en el colegio.
—Sentirán exactamente eso, nena, envidia. —Maya la apoya en sus ocurrencias. Aria sonríe, meneando la cabeza.
—En fin. Hay muchas posibilidades de que esas huellas sean de algún animal.
—¿Y las chicas? Por qué no fueron solamente ellas la que desaparecieron aquella noche, también fueron otras mujeres. —ahora, eso, tenía el interés de Aria.
—¿Qué dijeron las autoridades de allá?
—Que fueron secuestradas por traficantes de órganos o alguna cosa como esa. La verdad es que no se consiguieron pruebas de nada, así que fueron declaradas como desaparecidas. Pero los que, si creen que fue algo más, se han tomado el tiempo de investigar y piensan que fueron seres de otro planeta. —Maya hace una pausa para agarrar su celular y buscar algo en el antes de extenderlo hacia Aria—. Aquí, ten. Esas fueron las dos mujeres que desaparecieron. —le entrega el celular a Aria.
Aria lo coge con un suspiro, Sam suelta una risita tonta. Aria mira la pantalla viendo la fotografía de dos mujeres morenas de piel más oscura que la de ella, pero tan bonitas que no parecían madre e hija. La más joven y pequeña de las dos mujeres, y la que claramente es la hija; le llamó la atención por el parecido con la actriz Kat Graham. Cada una de las fotografías tenían en la parte inferior sus nombres, Jessica Williams (la joven) y Verónica Williams (la mayor).
Aria vuelve a ver a su madre:
—Bueno, mamá, no sé qué decirte. Soy una mujer de ciencia y lógica, me cuesta creer un poco en esas cosas. Pero lo que si es cierto es la desaparición de esas dos mujeres. Esos maldi…. —Aria se calla abruptamente al ver la carita de asombro de su pequeña—. Tápate los oídos, Sam. —la niña sonríe, pero obedece a su madre—: espero que esos malditos bastardos que las secuestraron estén muertos. Porque en un mundo criminal es imposible que estén vivas para estas alturas.
—¿Crees en Dios? —su madre no dice nada con respecto a lo que ella dijo, en su lugar le hace una pregunta. Aria le hace señas a su niña para que ya se pueda quitar las manos de los oídos.
—Es que esto no se trata de creencias religiosas. Dios es nuestro creador.
—Lo sé, pero que te hace pensar que estamos solos o que no hay otras formas de vida fuera de aquí. —Aria la mira pensativa durante un largo momento, mientras termina de comer, llegando a la conclusión de que si seguía con este tema con su madre nunca acabaría.
—Supongamos que sí, que son reales, ¿Por qué se están llevando mujeres? Y no me digas que sabes la respuesta a eso.
Su madre Maya cierra la boca quedando en silencio, con eso Arianna da el tema por terminado.