Capitulo 3

Capítulo 3

ARIANNA

Arianna observa absorta la tarima mientras ve a su pequeña de diez años bailar con absoluta destreza al lado de sus compañeros la obra de navidad que se celebra cada año en el colegio. Sonríe porque su niña estaba poniendo en práctica todo lo aprendido en sus clases particulares de baile.

Suspira de felicidad.

Cuánta felicidad y nostalgia le causaba ver a su pequeña; esa sonrisa con algunos dientes de leche faltantes, su cabello castaño claro llenos de hermosos rizos, y sus lindos ojos avellanas contrastaba con su piel blanca. Sip, Samantha no podía ser más diferente a ella, aunque el destino quisiese. Arianna saluda a su niña mientras le toma algunas fotos deseosas de poder llegar a casa y mostrárselas a su Madre, la cual no pudo asistir a la festividad por tener que trabajar. Cuando el acto termina con una linda reverencia por parte de los niños de quinto agrado, toda la multitud estalla en aplausos, Arianna con lágrimas en sus ojos observó con orgullo como su hija saludaba al público, Samantha era totalmente maravillosa y cero tímida, nada que ver con Arianna que era tímida y no le gustaban las multitudes.

Samantha había pasado por una traumática separación luego de que ella se divorciara de su ex esposo hace seis años atrás, cuando llegó a casa y lo consiguió teniendo sexo con la que decía ser su mejor "amiga" o más bien debería decir enemiga, Francis. Si no hubiera sido por su madre Maya, no cree que hubiera podido con todo lo que ese desgraciado intento hacerle al querer quitarle a su pequeña de en ese entonces cuatro años. Samantha siendo la más afectada en todo eso tuvo que tener varias secciones con una psicopedagoga que la ayudara, luego pasó directamente con una Psicóloga que la ha estado ayudando mucho, dejando a Aria sintiéndose inútil ya que ella es Psicóloga y se dedica a ayudar a personas con problemas y los ayuda a superarlos. Sin embargo, allí estaba ella, necesitando ayuda de otra especialista.

Lo bueno era que luego de seis años su nena estaba mucho mejor y, decidió no tener ningún tipo de contacto con su padre, luego de que Chris la dejar encerrada en casa un fin de semana para irse de fiesta a casa de su vecina, esa fue prueba suficiente para que el juez lo considerara no apto para tener ha Samantha sin supervisión. Afortunadamente la niña no lo quiso visitar más luego de eso, hacia ya tres años.

Parpadeando para apartar los recuerdos de aquellos años terribles, Arianna se centró en lo que tenía enfrente de ella y lo que era más importante.

—¡Mami! —Sam sale corriendo a los brazos de su madre cuando la maestra les indica que vayan con sus padres, Aria se inclina envolviéndola en sus brazos, estrechándola con fuerza. Ese resultaba ser el mejor de los lugares para estar—. ¡¿Me viste, mami, viste?! Tu hija es toda una estrella. —Aria ríe por su comentario.

—Por supuesto que sí, pero todos lo hicieron muy bien. Te he tomado muchas fotos —Aria besa su mejilla—. Mi nena hermosa, me has dejado impactada, no sabía que supieras bailar tan excelente. —Sam sonríe con tanta alegría que era verdaderamente contagiosa.

—La maestra de baile, Carla, es muy buena enseñando. ¿Mi abu? —Aria se le encoge el corazón, odiando que Maya no pudiera estar ahí para ver a su única nieta en su tercer baile. Poniendo una sonrisa le explico a su hija la verdad.

—La abuela tuvo que trabajar, cariño, por eso no está aquí. Pero tranquila, siempre podemos mostrarle las fotos. Ahora vayamos a casa, de seguro tu abuela ya debe de estar esperando.

—¡SI! Vamos. —Sam suelta a su madre y sale corriendo a despedirse de sus compañeros y de la maestra.

Al salir deciden ir andando hasta su casa que no son más que un par de calles, más allá del hospital, mientras Sam parloteaba de su día, Aria recibió un mensaje de texto de su primo Junior donde la estaba invitando para subir de excursión a la montaña, a lo que respondió con un rotundo no. Agarrando la mano de la niña cruzan la calle y siguen caminando.

JUNIO:

¿Porque no? y no acepto una respuesta vaga y vacía, esa mierda se la guardas a tu madre.

Suspirando de aburrimiento le contestó:

ARIA:

¿Desde cuándo tengo que darte una respuesta? Sabes que tengo que trabajar y cuidar de Samantha. Eso no es excusa.

Aria ya estaba cansada de que todos intentaran apartarla de su trabajo o de Samantha los fines de semana.

JUNIOR:

La tía Maya la cuidara muy bien. ¡JODER! Vamos a ir varias personas... Vamos, Ari. Por favor.

ARIA:

Lo pensaré, ¿De acuerdo?

JUNIOR:

Más te vale que sea que si o romperás mi corazón.

Ella sonríe por lo tonto que podía ser su primo.

—Idiota. —murmuró.

—¿Dijiste algo, mami?

—No, cielo. Que te parece si compramos pizza para celebrar que todo salió bien.

—¡PUYI! Vamos.

—Déjame llamar y pedir una. —mientras Aria llamaba por teléfono y pedía dos pizzas familiares, llegaron a casa, su hermano Ricardo solía visitarlas con regularidad, él es ingeniero en sistema y trabaja para una excelente empresa. Él, ha diferencia de ella, vive en los Naranjos un lugar en el pueblo de Guarenas, Ciudad de Miranda.

—¡Abuela, ya llegamos! —Sam grita cuando entran a la casa. Aria suspira por ver lo enérgica que puede ser su hija. Maya, sale de la cocina limpiando sus manos con un trapo.