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4

DAMIÁN

Tome el cuerpo de marcar asustado que estaba pasando la metiste los asientos traseros el coche ya salí rumbo al hospital más cercano te podía contestar estaba muy doloroso lo que ella podría experimentar luego de haberme querido tantas pastillas me sentí Pablo por todo lo que está pasando creo que yo había sido el promotor de que estuviera en plena depresión definitivamente esto no me lo perdonaría nunca, tome la avenida principal con mucha velocidad e incluso creo que me tire algunos semáforos en rojo no me importa absolutamente nada en este momento que necesitaba era llegar al hospital  y que pudieran atender a Margaret.

—¡Auxilio, auxilio! necesito ayuda , por favor—Grité una y otra vez tomando el cuerpo de Margaret en mis brazos inmediatamente llegó un cuerpo de médicos tomando el mismo cuerpo en una camilla gracias al cielo me habían atendido en cuanto vine.

—¿ qué es lo que pasó con la chica?— pregunto uno de los paramédicos tomando su pulso— creo que ella está bastante débil.

—Pues ella creo que tomó un fuerte analgésicos en grandes cantidades y por eso está en ese estado— mientras nos dirigíamos a la sala en donde la atendería todo el momento tome deshumano aunque no se diera cuenta que yo estaba pasando pero no la dejaría ni un solo momento.   

—Supongo que ¿usted su esposo o algo así?— pregunto otro paramédico— lo más conveniente es que le vamos a hacer un lavado de estómago gracias al cielo Dios te vino a tiempo porque de lo contrario creo que su esposa había fallecido ellos finalmente atravesaron la sala en donde yo ya no tenía accesibilidad me había quedado al fondo viendo a través de la ventana del cuerpo de Margaret.

No podía hacer nada en este momento más que esperar pacientemente a que terminaran el procedimiento en donde limpiaran el estómago de Margaret simplemente me senté en unas bancas que estaban algo cerca de la sala en donde la atendería cruzar mis dedos para que esto no pasara algo más grave o de lo contrario pensaría que la mala suerte me sigue por toda la vida. Recibí una llamada de mis padres creo que ellos ya se habían dado cuenta si es que habían llegado a la casa tenía mis manos sudorosas y ni siquiera tenía el valor de responderle la llamada pero en cuanto terminó la primer llamada empezó la segunda creo que lo más correcto era contestar y así fue tome el celular y me lo coloque en la oreja.

—¿Damián?—puedo escuchar la preocupación que tenía mi madre— vinimos luego de la cita con el doctor de tu padre pero Rubí nos acaba de informar que saliste con Margaret en brazos y nos dijo que ella estaba intoxicada, ¿ eso es cierto?—sentí mucha pena por lo que estaba pasando pero te necesitaba decirle la verdad.

—Así es, mamá, ahorita la están atendiendo y espero que todo salga bien— respire profundamente dejando expulsar el aire poco a poco.

—No te preocupes hijo nosotros vamos de inmediato al hospital—colgó— y luego me sentí un poco aliviado porque al menos tenía en el apoyo de mis padres y era muy importante para mí en estos momentos en donde las malas ideas se estaban viniendo a mi cabeza y sentía un gran peso de culpabilidad con lo que estaba atravesando Margaret .

—¿ te encuentras bien?— mi madre había llegado— tu padre no vino porque se sentía un poco mal de la presión y venir acá creo que le caería muy mal.

—No te preocupes mamá entiendo perfectamente pero te agradezco que tú vayas venido— abracé muy fuerte de ella y estábamos sentados esperando todavía el reporte del doctor que estaba atendiendo a Margaret.

—Mira —señaló mi madre —creo que es el doctor que atendió a Margaret— y efectivamente si estaba saliendo de la habitación de recuperación y no podía esperar a más así que camine directamente hacia ella para preguntarle cuál era la condición de mi esposa.

—Doctor —tome de su bata—discúlpame un momento por favor pero soy el esposo de Margarita la joven que acaba de ingresar por intoxicación me podría decir ¿cómo se encuentra ella?

—Afortunadamente el peligro ya no está presente, su esposa se está recuperando satisfactoriamente, fue bueno que usted viniera a tiempo,  porque estas cosas suelen pasar pero cuando dejamos mucho tiempo que transcurra las paredes del estómago tienden a dañarse es donde se ven las complicaciones,  pero creo que ahorita puede entrar uno de ustedes ahora si me disculpan, por favor— tomó una libreta y un estetoscopio y se marchó, al menos en las palabras que él me había dicho había sido alentadoras y Márgaret se estaba recuperando.

—ve, tu—dijo mi madre— tú eres el esposo y supongo que la persona que quiere ver eso a ti más a mí me debe a ti por un momento si entraba o no o lo que mi madre estaba diciendo era correcto pero si ella no estaba siguiendo su lugar iría. me dirigí hacia la habitación, aún el sentimiento de culpa en mí estaba presente y cuando abrí la puerta ella estaba acostada en esa cama durmiendo tiernamente su rostro y sus facciones la hacían una mujer única no sé qué es lo que está pasando en mí pero estaba viendo de otra forma a Margaret.

Me senté a la orilla de su cama pues ella seguía con los ojos cerrados acuné sus manos quizás no se daba cuenta pero afortunadamente ella está empezando a reaccionar yo estaría con ella todo el tiempo posible y la protegería de cualquier cosa que le llegase a pasar estaba abriendo un poco sus ojos y eso me alegro mucho por un momento ni siquiera me había hecho la idea de perder a Margaret y peor de esta forma.

—¿ te encuentras bien?—le pregunté en cuanto abrió sus ojos, apreté su mano haciéndola sentir que yo estaría con ella por siempre.

—Esta vez tú has ganado Damiánx  te felicito,  pero las costumbres y las tradiciones de este lugar me han quitado toda la esperanza que algún día llegue a tener en mi vida no tengo deseos de vivir y no tengo ni ilusiones de salir de este lugar—ella estaba inexpresiva y me partió el corazón que hablara de esa forma— ahora soy tuya, no tengo más que negar era lo que querías, ¿ no es así?—me volvió a ver con esos ojos tan tristes— desde ahora en adelante soy tu esclava y puedes hacer conmigo lo que tú quieras Damián o mejor dicho señor Damián sonrío del lado pero sabía que esa sonrisa era de tristeza y decepción realmente me sentía muy culpable no era justo que Margaret estuviera pasándote problemas en problemas así que de ahora en adelante lo único quería era protegerla y mostrarle que estoy con ella porque realmente me importa.

A los pocos minutos llegó una enfermera dándonos la información de qué Margaret podía regresar a casa porque ella se encontraba bastante estable y los cuidados finales se podrían dar en la casa así que tomamos todas las cosas que teníamos en ese momento y nos dirigimos a la mansión creo que me tocaba poner de mi parte para colaborar con la recuperación satisfactoria de su salud.

—necesito que te comas toda esta sopa— pues yo llevaba una charola con una sopa que Rubí había hecho necesitaba atender a Margaret como se lo merecía ella estaba en la habitación acostada y estaba al parecer muy cansada.

—Damiá,  no insistas por favor no tengo hambre, además que me arde mucho el estómago— se llevó sus manos a su abdomen.

—Pues es lógico que te arda demasiado te hicieron un lavado de estómago y creo que esas cosas duelen mucho pero por nada del mundo te dejaré que no comas nada,  es bueno para tu recuperación, ven acá—le dije ayudándola a reincorporarse en la cama esta vez fui yo quien le estaba ayudando a tomarse su sopa pero en ese preciso momento Sus ojos y los míos empezaron a sentir una conexión bastante extraña, afortunadamente ella estaba colaborando también tanto así que de mis manos le estaba dando de comer.

MARIA

—Rose por favor dime la verdad, ¿ es cierto que mi hija se encuentra grave?—estaba llegando a la mansión pues mis presentimientos no eran demás según lo que me habían comentado es que habían trasladado a Margaret al hospital pero luego la trajeron nuevamente a casa.

—Pero, ¿quién te dio esa información?— por lo visto ella se estaba asustando un poco porque yo ya me había dado cuenta —además ¿ya viste la hora que es?

—Me lo comentaron justamente hace unas horas pero por favor déjame pasar necesito ver a mi hija—le imploré sabía que era su casa y debía de pedirle permiso pues era una familia muy respetuosa y no se podía pasar así por así.

—Por supuesto que pasa adelante, mujer,  tú eres la madre de Margaret y quizás ella sienta la necesidad de hablar contigo—gracias al cielo Rose andaba de buen humor porque en otro momento no creo que me hubiera dejado entrar.

Camine directamente a la habitación de Margaret y justamente cuando abrí la puerta pude notar que Darling estaba dándole de comer a ella se miraban tan lindo los dos y en ese momento me sentí más aliviada porque sabía que estaba siendo atendido por alguien que realmente era bueno.

—Por favor, Damiá,  ya no me entra más estoy completamente llena— le dijo mientras se llevaba en la boca la última cucharada de sopa.

—Nada de eso, señorita,  tú tienes Que alimentarte en el tema de lo contrario tendrás problemas en un futuro y no quiero responsabilidades como esas— insistió tomando la cuchara introduciéndose en la en la boca creo que me había bastado con ver esta escena así que cerré la puerta y me retiré mi corazón estaba más tranquilo pues me alegraba mucho que ella se encontrara mejor. 

DAMIÁN

Gracias al cielo ella había aceptado comer una y otra vez y luego de eso se quedó profundamente dormida en su recámara tome la sábana y la abrigue hasta la mitad de su cuerpo,  pues se miraba muy tierna y muy dulce cuando estaba enrollada de un lado de forma fetal, Me retiré lentamente para que no sintiera cuando me levantara de la cama apagué la luz de la recámara y salí bajando unos cuantos escalones me encontré con Omar parece que él había venido y no me había dado cuenta que estaba sentado en algunos peldaños y al escuchar mis pasos se levantó y giró hacia mi.

—¿está todo bien con ella amigo?— estrecho mi mano— lo siento mucho por lo que acabas de pasar me imagino que debes de estar aterrado.  

—Así es, omar,  tú sabes que primeramente perdí una esposa y no quería pasar por la misma catástrofe dos veces por un momento me sentí muy aterrado y ni siquiera tenía idea de lo que iba a hacer en ese momento pero al menos el peligro ya pasó y espero no volver a sentir ese escalofrío que alguna vez sentí anteriormente.

Al día siguiente me levanté muy temprano y observé que Margaret estaba a la orilla de la ventana se miraba demacrada y todavía la estaba pasando mal estaba viendo al horizonte y ni siquiera tenía ánimos de hablar así que pensé inmediatamente en algo que quizás me levantaría un poco el ánimo y es que tenía pendiente la compra de aquel vestido blanco hermoso que había visto en esa tienda así que tomen coche de inmediato y me dirigí a la Tienda. Afortunadamente todavía tenían el vestido así que celular lo compré y me dirigí nuevamente a la mansión.

—Señor—Rubí había llegado a recibirme—¿ le puedo ayudar con esa bolsa que trae?— me pregunto intentando tomarla.

—Tranquila Rubí, esta vez yo le daré este regalo a Margaret más bien dime ¿dónde está ella?.

—Se encuentra en el balcón como siempre viendo hacia el horizonte,  pero esta vez creo que estaba jugando con un gato que se encontró dentro de la mansión.      

Subí las escaleras que me llevaban al balcón y ahí estaba ella acariciando un gato y estaba balbuceando ciertas cosas creo que ella estaba muy triste llevaba mi vestido y me con lo que detrás de ella por un momento quise acariciar su pelo pero me contuve siempre había esa distancia entre nosotros por más que la confianza empezar a crecer tenía la necesidad de consolarla pero no tenía el valor ni siquiera de poder tocarla todavía.

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