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DAMIÁN
—¿Cómo estás pequeño?— acariciaba una y otra vez el pelaje del gato —creo que tú también estás muy mal como yo— ella ni siquiera se había dado cuenta que estaba detrás —ambas nos han hecho mucho daño y creo que no merecemos sufrir —cuando escuches esas palabras rompió mi corazón necesitaba dar lo mejor posible para Margaret ahora ella se encontraba sola y el único hombre que podía consolarla era yo.
—¿Qué crees que tenga?— le pregunte mientras coloque la bolsa del vestido en una silla que estaba cerca.
—No lo sé, desde que lo encontré ha estado vomitando y se siente mal incluso puedes escuchar como está llorando— efectivamente el gato no se encontraba bien.
—En ese caso creo que tengo un amigo cerca de la ciudad que es veterinario y creo que él podría solucionar este problema si quieres vamos— le propuse—Toma el gato y llevémoslo— así fue ambos salimos de la mansión al menos creo que sacarla por un momento de acá la distraería un poco.
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Luego de haber visitado el veterinario y es un número de procedimientos para mejorar la salud del gato y afortunadamente mejoró nos recetó algunos medicamentos pasamos por una veterinaria comprándolos y justamente cuando estábamos llegando a la casa ella y yo nos quedamos viendo por un momento otra vez puede sentir ese escalofrío recorrerme por mi cuerpo pero esta vez no era un escalofrío de miedo No sé qué es lo que está pasando últimamente conmigo cada vez que volví a ver los ojos de Márgaret pero sabes lo que está pasando conmigo es algo que nunca había pasado antes.
—Gracias por ayudarme en este momento, Damián,— ella estaba acariciando su gato y estaba sonriente al menos de esa forma que me sentí un poco mejor.
—No te preocupes Margaret, es lo menos que puedo hacer contigo— abrí la puerta principal y entramos a la mansión subimos las escaleras y mi madre estaba sentada tejiendo un poco.
—¿Y ustedes donde se supone que estaban?— mi madre preguntó esta vez se mira un poco contenta y me alegraba porque últimamente las cosas entre Margarita y ella no se llevan muy bien.
—Estábamos donde el veterinario creo que Margaret hizo un buen amigo— señale al gato que tenía en sus brazos.
—Entonces le diré a Rubí que sirve la comida en la mesa ella se levantó pero al instante Margaret la interrumpió.
—Lo siento mucho, pero no tengo hambre, mucho provecho para ustedes— se retiró hacia la habitación.
—Pero ¿que se cree esta chica?— mi madre está un poco furiosa tú la estás malcriando Damián no puedes estar consintiendo todos los gustos de tu mujer y que ella nos falte respeto de esta forma.
—Mamá... compréndela un poco acaba de pasar una situación bastante grave acaba de perder a su padre y su madre es un solo accidente y ahora se encuentra totalmente sola, es normal que reaccione de esa forma traté de defenderla, la verdad era lo justo para ella.
—No trates de justificar las cosas que pasan con tu mujer, independientemente que sus padres hayan muerto no tiene el derecho de despreciar nuestras invitaciones, las personas mueren a cada momento y eso es normal— mi madre se levantó de la ciento enfurecido y salió a veces la Desconocido un poco no entendía porque ella tenía ese tipo de sentimiento en su corazón.
Al momento que mi madre salió de inmediato me dirigí a la habitación en donde estaba Margaret quería saber cómo se encontraba y si necesitaba algo en este momento pues yo se lo haría llegar pero justo al abrir la puerta miré que ella estaba revisando el regalo que yo le había traído seguro es que Rubí y lo encontró en la silla y lo llevó a su habitación, se podía ver brillar sus ojos y estaba contenta al menos por esa parte me sentía bien ya que yo había tomado la iniciativa de comprarle ese vestido.
—¿Te gusta?— le pregunté pero creo que ella más bien se había asustado en cuanto escucho mi voz.
—Lo siento mucho, creí que era Mio—se disculpó pero en realidad ella no sabía que era de ella.
—Vamos tranquila ábrelo—le sugerí— realmente es tuyo lo compré ahora antes que fuéramos a la veterinaria ella empezó abrirla como una niña pequeña y cuando destruyó todo el envoltura miro que el vestido era blanco y el hermoso obviamente yo tenía bastante gustos para comprar las cosas y creo que esta vez había dado justamente en el blanco pues ella se le miraba muy contenta se lo midió en su silueta tan hermoso y me preguntó que si se le quedaba bien.
—Muchas gracias por pensar en mí, realmente está muy bonito gracias —insistió— por cierto sé que no nos hemos estado llevando muy bien que digamos pero te prometo que de ahora en adelante trataré de hacer las cosas muy bien para que tú no tengas problemas con tu familia en el fondo también agradecí que me dijera eso pues las cargas en mis hombros eran muchas especialmente con mi familia.
—También te agradezco por lo que estás haciendo conmigo, pero si quieres ayudarme entonces vamos a cenar a la sala como toda una familia— en ese momento creí que se resistiría pero no ella tan sólo asintió y nos dirigimos hacia la sala.
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—Buenas noches— le dije a mis padres antes de tomar asiento en el comedor ,Margaret estaba mi lado y mis padres se le quedaban viendo creo que ellos también estaban un poco sorprendido por la actitud de ella.
—Buenas noches —dijo mi padre —por favor si entonces nos tendió la mano amablemente Margaret se sentó frente a mi madre y yo me senté frente a mi padre.
—Lo siento mucho por no atenderte como te mereces —esta vez fue mi madre quien se dirigió hacia Margaret— lo que pasa es que tú no quisiste comer desde un inicio así que le dijimos a Rubí que sólo sirviera para dos personas pero ya que estás acá le diré que traiga una porción más. ¡Rubi!— la llamo— necesito que traigas dos platos más para la cena esta noche mi nuera cenar con nosotros —mi padre nos quedaba viendo se le notaba un poco el ánimo y eso me estaba gustando.
—Por favor Sírveme un poco de refresco— le dijo mi padre mi madre.
—No se moleste señora— Margaret había tomado el jarro donde estaba el refresco y le sirvió mi padre, creo que todos estábamos sorprendidos en la forma que estaba actuando ella e incluso mi madre que era tan odiosa con ella había sonreído un poco al menos por esa parte creo que Margaret me estaba echando la mano.
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La cena había terminado y satisfactoriamente todo estábamos contentos mis padres habían felicitado a Margaret por la forma en que se había comportado y creo que era la primera vez que había bastante armonía en mi casa, espero que todo este tiempo se mantenga así de esa forma avanzaremos todos y tendremos buenas noticias. Ella estaba en el cuarto y justo cuando entré estaba atendiendo al gato que había adoptado.
—creo que está muy cansado, todo el tiempo se la pasa dormido y eso me preocupa un poco no es normal o ¿eso normal?—me preguntó acariciando su gato.
—No te preocupes creo que es parte del proceso de recuperación así como tú necesitas dormir lo suficiente— tome la colcha que siempre tendida por las noches tome en la sábanas y asimismo la almohada para acostarme pero sentí su mano en mi hombro.
—No es necesario que sigas durmiendo en el suelo —me dijo levantando mi cuerpo viendola firmemente —desde ahora en adelante puedes hacer lo que tú quieras conmigo— cuando escuché esa palabra— si quieres puedes dormir conmigo e incluso puedes hacer verdad la mentira que dijiste antes de conocernos no hay que alargar más las cosas creo que es El tiempo de aceptar mi destino contigo desde ahora en adelante te dije que sería tu mujer así que ven acá— me dijo tomándome de la mano dirigiéndome hacia la cama acuéstate.
—Margaret —me detuvo en seco —aunque tú estés decidida hacerlo esta noche no pasará no te preocupes prefiero quedarme durmiendo acá y que eso pase cuando realmente tu deseo porque de lo contrario no me sentiré muy bien así que puedes dormir tranquila yo no le absolutamente nada —ella asintió, tome la sábana y me acosté en la colcha que estaba en el suelo no podía abusar de la confianza que ella me estaba dando otro hombre en el bar hubiera aceptado sin duda porque ella eres una mujer muy hermosa y cualquier hombre se podría derretir solo su presencia.
MARGARET
Una de las cosas que me estaba impresionando realmente Damián es que eres un caballero en todo momento creo que otro hombre en su lugar hubiera aceptado el trato que le había hecho mas sin embargo el Se comportó muy bien dando mi espacio y respetándome, creo que era una de las cosas que más me llamaba la atención de este sujeto aparte de que retaba su propia familia por mí era alguien muy cariñoso pero aún no existía el amor entre nosotros pero no podía dudar de que sentía una gran atracción por el.
Me levanté de la cama sin que él se diera cuenta, todo este tiempo no me gustaba verlo acostado en el piso, me era cruel después de todo lo que él hace por mi, pase a su lado, me coloqué de cuclillas y le acomodé su sábana, a esta hora estaba haciendo mucho frío, acaricié su cabello que le tapaba la cara, ni yo misma sabía que estaba haciendo, pero solo me dejaba llevar por mis sentimientos. Luego de eso me dirigí a la caja en donde estabai gato, pero para mi mala suerte no reaccionaba, ni siquiera a se movía.
—¡Damian!—espeté despertándolo de golpe.
—¿Qué pasa, Margaret?— se levantó de inmediato y se dirigió a donde estaba yo.
—Es el gato,Damián, el gato muerto —me sentía muy triste porque todo lo que yo tocaba lo destruí yo creo que nada de las cosas que me estaba proponiendo este momento me había salido bien y eso era bastante frustrante.
—No te preocupes por lo que le ha pasado creo que él debe estar en una mejor vida que la de nosotros a veces también el estar con vida es un sufrimiento eterno créeme— esta vez su mirada parecía estar en estado de trance
—¿Por qué lo dices?— quise saber.
—Por qué también momento en donde yo tampoco quise la vida y coloqué un arma en mi cabeza pero justo en ese momento estaba cabalgando y mi caballo estaba llorando puede ver que los animales también sienten muchos sentimientos por nosotros pero creo que también a veces ellos sufren estando vivos.
DAMIÁN
Consolar a Margaret se había hecho un hábito últimamente y la verdad no me quejaba simplemente no me gustaba que ya permaneciera triste y que creyera cosas en la cabeza que no están pasando como por ejemplo lo que me dijo ayer de que todas las cosas que se proponía no lo estaba logrando pero afortunadamente al día siguiente tuve una idea que lo haría cambiar de opinión pues con Omar mandé comprar muchas películas para que ella se distrajera todo este tiempo que estuviera sola.
—¿las pudiste conseguir?—le pregunté a omar mientras él llegaba con una bolsa.
—por supuesto que si, amigo, creo qué haces lo imposible para que Margaret se sienta bien—me dio la bolsa.
—¿Cómo no hacerlo? Si es mi esposa y todo lo que a ella le pase también repercute en mi, así que si ella está contenta, yo también lo estoy—empezamos a instalar todo para cuando ella llegara—espera un momento—me dirigí a la habitación, ella estaba dormida—Margaret—susurré en su oído—necesito que vengas ayudarme con algo ¿vale?—ella estaba entrecerrando sus ojos.
—¿Ahora qué pasa?—fruncio el ceño—no me digas que ha pasado algo malo—hizo puchero.
—así es, hay un problema muy grande que debemos de resolver—le mentí para no llamar mucho sus sospechas.
—no puede ser—hizo una mueca con su cara mientras se ponía sus pantuflas—desde temprano y ya aparecen las buenas noticias—nos levantamos de la cama para llegar a la sala y justo cuando ella vio que todo era una broma hizo una expresión que jamás me voy a olvidar—¡Gracias!—se llevo las manos a la boca—es lindo, Damián, no pensé que me complacerías con esto—pues habían muchas películas nuevas, palomitas y el sofá solo para nosotros, omar también estaba presente—¿no creerás que voy a ver todo esto sola o si?—insistio, tenía una reunión en la empresa, pero por ella podía dejar plantado hasta el mismo presidente.