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Capítulo 3

Me estoy por sentar en una de las sillas cuando escuchó la campana de la puerta suena, resoplo con fuerza y vuelvo a pararme, como si fuera una anciana, me sobo las rodillas, me dirijo hacia la barra en donde están los menús y cuando me giro hacia el nuevo comensal, abro los ojos de par en par al ver un tipo moreno de cabello oscuro, es la primera vez en mi vida que veo un hombre así de guapo.

Aprieto el menú contra mi pecho, estoy bastante nerviosa como para poder acercarme a él, pero mi amiga me da un codazo y me susurra que debo atender la mesa, que está ocupada, asentí con la cabeza repetidas veces, pero todavía estoy estática en mi posición. Sacudo un poco el cuerpo, tomo aire y me aproximo al hombre, estoy bastante nerviosa.

Estando a su lado, le pongo el menú sobre la mesa y lo deslizo enfrente de él, luego le doy la bienvenida al restaurante y le comento de forma breve las promociones que tenemos con las comidas, él se limita a observar su celular, parece que me ignora, pero puedo notar que está escuchando lo que le estoy diciendo.

Una vez que termina de enviar mensajes, guarda su teléfono en el bolsillo de su pantalón para después posar su mirada en mí, cuando sus ojos se posan en mi persona, siento un increíble escalofrío recorriendo cada parte de mi ser y por alguna razón recuerdo los que vi anoche, del miedo que siento, retrocedo un poco, pero…. Es obvio que no es la misma persona, ya que él no parece ser una mala persona.

—Le dejo para que pueda elegir que quiere comer— Le dedico una pequeña sonrisa y me empiezo a alejar de él.

Ni si quiera alcanzo a dar un paso cuando siento su mano posarse en mi muñeca, dándome cuenta de que me abarca por completo, lentamente me giro hacia él y le pregunto si se le ofrece algo, la media sonrisa que me dedica hace que casi me derrita ahí mismo, creo que me he ruborizado.

— ¿Te importaría platicar conmigo un momento?

Su sonrisa y su expresión son tan cautivadoras que me es imposible negarme a su petición, así que tomo asiento en la silla que está enfrente de él, recarga su espalda contra el respaldo, mirándome de forma analítica, como si tratara de entenderme o analizarme, es curioso.

—Sabes, quería darte las gracias por lo de hace un año.

Ladeo levemente la cabeza y trato de entender lo que me está diciendo, ya que, hace un año hice varias cosas y me es un poco difícil seguirle el luego, de forma nerviosa y entre risas algo histéricas le dije que no había ningun problema y que… ¿me alegro? De haber ayudado.

—Sé que no te acuerdas, pero no te preocupes, yo nunca olvido y menos esos favores.

Me siento muy, pero muy avergonzada al no recordar a que se refiere, ya que… he ayudado a muchas personas y para ser honesta, no recuerdo ni siquiera los rostros de las personas a las que les he dado una mano, aun así, me alegra que él se acuerde. Espero que esto pueda ser el inicio de algo bonito.

—Por cierto ¿Cómo te llamas? Yo me llamo Quinn Revain.

Abre un poco la boca para después cerrarla, niega levemente con la cabeza y me dice que no me dirá su nombre, que lo sabré en su momento, esto hace que me sienta mucho más intrigada por saber quién es este hombre, le he dicho entre pequeñas risas que dudo mucho que nos volvamos a ver después de esto, él no dijo nada, simplemente me dedicó una amplia sonrisa. Con la breve conversación terminada, me paré de mi asiento y le dije que regresaba en un momento mientras elegía que pedir, pero enseguida me dice que lo que va a querer, haciendo que saque rápido mi libreta junto con mi pluma, anotando enseguida todo lo que me dijo, antes de irme le repetí su orden y me dijo que estaba correcto, para luego irme a entregar el pedido.

Mi compañera me pregunta quién es ese hombre tan guapo, le dije que no tenía idea y que justo cuando estaba por decirme su nombre, me dijo que lo sabría en su momento, mi amiga me dio varios codazos para después hacerme un baile de cejas muy divertido, pero el momento se ve interrumpido cuando la gerente le dice que debe ir a limpiar las mesas desocupadas. Lili puso los ojos en blanco, tomo un trapo limpio y se fue.

Noté como la gerente se puso a mi lado, la mire de reojo y vi que estaba observando al chico guapo, alcé un poco la mirada, la expresión en su rostro lo dice todo, tiene ganas de llevárselo a la cama y no me impresiona, espero que no me haga pedirle su número, sería demasiado vergonzoso hacer algo como eso.

—Vi que estabas hablando con ese hombre ¿Lo conoces?

Dirigí mi mirada hacia él y vi como bebía su refresco, luego volví a posar la mirada en mi jefa y le dije que no, que él me había confundido con alguien, pero cuando las cosas se aclararon, me pidió disculpas. Me alejo un poco de ella para ir a buscar otro trapo limpio, pero antes de irme, ella me dice que le ayude a conseguir su número y que si no lo hago, me va hacer quedarme hasta tarde trabajando, estaba por reprocharle, pero no quería armar un escándalo y quedar como una loca frente a ese chico guapo, así que me limite a asentir con la cabeza e irme a buscar el trapo.

Una vez que ha terminado de comer, me hace la seña de que le lleve la cuenta y enseguida se la entrego, le dije que esperaba que haya disfrutado de su comida y que ojala vuelva pronto, veo que saca su cartera y enseguida me alejo, no quiero incomodarlo.

Desde la distancia veo que está pagando para después irse, casi enseguida me acerco y no puedo evitar soltar un ligero chillido de sorpresa al ver que me dejó trescientos dólares de propina, tomo entre mis manos los billetes y los observo como si fueran la cosa más extraña del mundo. Sacudo la cabeza para salir de mi trance y empiezo a recoger todo.

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