Capítulo 3. Elle
Por Sergio
Estaba esperando al mejor promedio de la última camada de la facultad de derecho.
Francamente esperaba un ratón de laboratorio, la típica nerd.
Anteojos de aumento, castaña y de rulitos, no sé porqué me la imaginé así.
Cuando entró una rubia espectacular, de esas que te dejan sin aliento, y debo decir que muy pocas veces, una mujer me deja sin aliento.
Parecía de 20 años, aunque evidentemente tenía algunos pocos más.
Era dueña de unos ojos grises que movilizan al mismo demonio.
Le extendí la mano, no suelo hacerlo.
Se presentó titubeando, parece que yo también la impacté.
—¿Nos conocemos?
Tuve la sensación que así era.
—No, no lo creo señor.
Mierda, me trata de señor.
—Es que esperaba a alguien mayor.
Confiesa.
—Te escucha mi padre y no te contrata.
Se puso colorada.
—Perdón.
—Es nuestro secreto.
Le dije mientras le guiñaba un ojo.
—Gracias.
Estaba incómoda, se notaba.
Le hablé rápido, la verdad es que tenía tiempo, pero me distraía demasiado con su boca.
Comenzaría el lunes siguiente.
Me intrigó como nunca antes lo había hecho una mujer.
Ya sé que es una empleada y que mi padre está cansado de mis escándalos fuera de la corte.
Pero también está orgulloso de lo que rindo dentro de la corte.
Soy implacable, como él.
Estaban en la sala de junta, 8 abogados juniors, discutiendo un caso.
Le digo a Omar que me acompañe, también quería que vea a Carolina, mierda su nombre quedó revoloteando en mi cabeza.
Ya habían pasado casi tres semanas desde que ella se incorporó a nuestra empresa.
Entramos a la sala de juntas y todos, como era de esperar, se pusieron nerviosos.
También lo hizo ella, aunque trató de disimular.
Los dejé hablar y ella solo escuchaba, yo dí mi opinión y todos asintieron.
Veo que inspira, luego me dice.
—No estoy de acuerdo con esa teoría.
—Ah, ¿No? Dígame su teoría señorita…
—Carolina… yo creo que fue el hijo.
—¿De dónde sacó esa idea tan absurda?
—No es una idea absurda, el hijo tenía un historial de violencia, era gay y el padre no lo aceptaba.
—¿Por qué es gay, tiene que ser asesino?
—No, porque tiene un historial de violencia, ya había matado al perro de su sobrina.
—¿Por qué mató al perro, significa que asesinó a su padre?
—No tiene una coartada firme, yo creo que si…
—Me parece que viste muchas veces Legalmente rubia, la vida es distinta.
Veo que me mira con ojos furiosos y sin embargo no puede decirme demasiado, soy el jefe.
—Lo que digo es que hay que estar abierto a otras posibilidades y…
—Elle…
Le dije haciendo referencia a la protagonista de esa película.
Me estaba divirtiendo.
Veo como cierra sus puños, sé que tiene ganas de matarme en éste momento.
—Soy Carolina y él que parece que vio demasiadas veces esa película es usted, yo solo digo que sí se lo presiona en el estrado, el hijo va a confesar, no es muy equilibrado mentalmente y lo hizo.
Me río.
La estoy volviendo loca, mi risa la hizo enfurecer, sin embargo busca calmarse, los demás abogados juniors no dan su opinión, no se juegan y eso no me gusta.
La miro en forma casi despectiva, estudiada, por supuesto, solo quiero presionarla.
—¿Y de qué forma lo presionamos en el estrado?
—Bueno, puede haber dos formas, una de ellas es que usted le coquetee y lo haga entrar en confianza.
—¿Estás loca?¿Pensás que ésto es un juego?
—No señor, es una táctica.
—No me voy hacer pasar por gay, la desequilibrada sos vos.
—Señor...la otra puede ser que lo interrogue yo, fingiendo desprecio por su condición sexual y…
—Definitivamente, sí no es legalmente rubia, viste mucho de La ley y el orden, la vida no es así, Elle.
A ésta altura, sé que me va a saltar encima en cualquier momento.
Me encanta ver como la linda gatita me muestra sus uñas.
Todos rieron festejando mi chiste.
Manga de imbéciles, no van a ganar nunca un juicio si solo están para decir, sí señor.
—Señor, soy rubia y soy bonita, pero también soy inteligente y la carrera no la aprobé por mi belleza, sino porque realmente me maté estudiando, por eso fui el mejor promedio de mi clase.
—Encima sos engreída.
—No lo soy, solo estoy dando mi punto de vista y algunas estrategias.
—Bla, bla, bla.
—Es usted un misógino.
Me reí divertido, de verdad no lo era y me encanta como se estaba enfrentando a mí.
—Te veo en 10 minutos en mi oficina.
La cara le cambió, debe pensar que la voy a echar.
Salí de allí con Omar, que había disfrutado del espectáculo.
—Sos un hijo de puta.
Dice una vez que entramos en mi oficina.
Me río divertido.
—¿Le viste cara conocida? Siento que la conozco y no sé de donde…
—¿Le preguntaste a ella?
—Si, pero lo negó.
—Entonces es solo que te gusta.
—Sí, está para darle todo el día, es puro fuego, no se dejó amedrentar por mi.
—Va a ser muy buena abogada, defendió sus ideas, debe pensar que la vas a echar.
—Eso es lo divertido, la voy a nombrar líder del equipo, pero primero la voy a hacer sufrir…
—Es lo que siempre digo, sos un hijo de puta.
—Me la voy a voltear, desde que la ví, quiero hacerlo.
—Suerte con eso.
Dice mientras se va, ya hacía 10 minutos que ¨ Elle¨ estaba esperando fuera de mi oficina.
Cuando entra a mi oficina, la espero parado del otro lado de mi escritorio, para tratar de imponerme con mi altura.
—Señor, lo lamento, no pretendí llamarlo misógino, fue un atrevimiento de mi parte.
Bien, mi gatita se estaba disculpando, ahora quiero sus ronroneos.
—Sin embargo usted debe reconocer…
La sigue, no es tan fácil como pensé.
—¿Yo qué?
Pregunto acercándome a ella.
—Me trató de tonta, por el solo hecho de ser joven, rubia, bonita…
—Eso lo pensás vos y no a todo el mundo le vas a parecer bonita.
Mientras se lo decía, le puse una mano en su hombro.
Alzó la mirada y me perdí en esos ojos grises, luego, no sé en qué momento, estaba mirando su boca ¡Qué tentación!
—Sin embargo sé que te presioné y seguiste defendiendo tu punto, eso es importante y que te hayas enfrentado a mí, insultándome.
—No lo insulté.
—Shhh.
Le pongo un dedo sobre sus labios, para que se calle.
Sentí una sacudida que me desconcertó.
—Sin embargo, fuiste la única que se enfrentó a mí, valoro eso...te nombro líder del equipo juniors, se lo voy a hacer saber a tus compañeros, por medio de una notificación.
Me mira totalmente asombrada, unos segundos después sonríe y ya quiero comerle la boca.
—Gracias…
Me incliné hacia ella y la besé, casi con desesperación.
Me moría por besar esa boca desde que la ví en mi oficina por primera vez.
Al principio no respondió al beso y luego comenzó a dejarse llevar, pero se separó enseguida.
—Señor, se equivoca, no quiero ser líder, si quiere, le presento mi renuncia.
Mierda, la cagué.
—Sos lider, eso no te lo saca nadie, lo otro… fue una tentación…
—Entonces no se tiente, al menos no conmigo.
—Tomo nota.
Traté de parecer lo más indiferente posible, nunca una mujer se me había resistido, pero ella…
Por Carolina
Salí temblando de su oficina, más que cuando entré.
Se removieron mil recuerdos por dentro.
Pero él no lo podía saber, jamás.
Recordé cuánto me gustaba, lo loca que estaba por él a los pocos días de conocerlo, cuando era adolescente.
Gracias a Dios no se acordaba de mí.
Con respecto al juicio...
Tenía un punto válido en el caso, sin embargo parecía que estaba jugando conmigo.
En la sala de reuniones mis compañeros no me dieron ánimo, casi como que se estaban despidiendo de mí.
Y en su oficina...lo sentí tan poderoso, con esa maldita aura fría, como que estaba más allá de todo.
Más allá del bien y del mal.
Lo tenía tan cerca, casi pegado a mí.
Yo me sentía cada vez más chiquita a su lado.
Cuando puso una mano en mi hombro, lo hizo para imponerse, conoce todas y cada una de las tácticas que existen.
Me nombró líder del equipo, y cuando me besó, me quedé fría, no voy a crecer como profesional por ser la querida de nadie, ni siquiera de él.
Mis prioridades son las dos bellezas que me esperan en casa.
Lo puse en su lugar.
Por ahora y solo por ahora, sigo teniendo trabajo.
Llegué a casa, a Andrea le faltaba una hora para ir a trabajar.
—¿Qué pasó?
Me conoce bien.
—Casi me echan, me ascendieron, casi me vuelven a echar y...me besó..
Se lo dije en voz baja, pero las antenitas de Priscila escuchan todo.
Sin embargo estaba ajena a nosotras, entretenida con su tablet.
—¿Cómo se escribe juniors?
Preguntó de repente Priscila.
Se lo deletree.
No se que está buscando, sabe leer y escribir desde salita de 5, a veces tiene dudas.
Está terminando primer grado.
—¡Tía, es muy lindo tu jefe!
—¿Qué?
—Sí, recién le dijiste a la tía Andrea que te beso, ¿Tu jefe te beso? Es el hombre mas lindo del mundo.
Tragué saliva.
Me desconcertó.
—Mostrame que estás viendo.
Evidentemente maneja internet como la generación de ahora.
Apareció una foto de Sergio.
—Sos muy chiquita para hablar de esa manera.
—Tía, solo te digo que es muy lindo y quiero que sea tu novio.
Andrea abrió los ojos, asombrada.
—Es mi jefe y es un hombre muy poderoso, es el mejor abogado del país, nunca va a ser mi novio.
—Tía, vos sos la mas linda, te queda lindo ese novio.
—Basta, deja de hablar tonterías y nunca repitas eso, por favor, promételo.
—¡UFA! Está bien.