Capítulo 2
-¿Que es eso? -Mi voz tembló un poco por el frío, haciéndome apretar aún más el abrigo de piel a mi alrededor. Mis viejos zapatos de cuero no fueron suficientes para mantenerme abrigado y se hundieron más en la nieve. -
—Es un animal de cuatro patas, las traseras son más pequeñas, más o menos como los perros que usaban los guardias del rey para cazarnos, sólo que más grandes, más fuertes, con dos cuernos torcidos hacia atrás en la cabeza, tienen un pelaje blanco, tipo gris, muy cálido y suave. Son geniales para que los coma mi lobo.
-Todo bien. -Respiro hondo tratando de distinguir las formas que se volvían similares a medida que avanzaba la oscuridad. Abrazo a Eniel. - Vuelve antes de que llegue la noche, ten cuidado de no perderte,
—Es más fácil para ti perderte, puedo ver en la oscuridad. Simplemente no te acerques a la costa, el río que rodea nuestro mundo está medio congelado aquí. -Estoy de acuerdo y sale corriendo en la forma de su lobo blanco que estaba camuflado con nieve que ahora coloreaba todo el paisaje del mismo tono de blanco. –
Subo a un árbol cercano y dejo que mi bolsa de suministros cuelgue de una rama mientras busco una rama útil para intentar iniciar un incendio. Quizás las cosas hayan cambiado por aquí y pueda hacer un fuego para cocinar la carne que traerá Eniel. El viento fuerte hace que me arda la mejilla, toco el lugar y me duele la piel. Mi cuerpo temblaba, dificultándome agarrar las ramas más altas, mi ropa pronto demostró ser incompatible con el frío, al menos con el ecal que traerá N puedo rehacerme la ropa, ya que ni siquiera tenía la Mejillas rojas.
Escucho un aullido feroz en el aire, proveniente de lo alto de las cadenas montañosas que rodean la tierra de la nieve, protegiendo la vista de los espectadores que se atreven siquiera a pensar en mirar este territorio. Aunque puedo escuchar el sonido claramente, aunque estoy muy arriba, sé que no viene de la dirección en la que fue mi hermano y que el nuevo lobo que lo produjo no tardará mucho en encontrarnos. Miro al suelo, seguro que si salto me voy a romper la pierna.
—¿Eniel? -Bajo, agarrando fuerte la manta a mi alrededor, pero me doy cuenta que solo me frenará y lo suelto, corriendo hacia donde imagino que fue mi Eniel. –
A pesar de que la luna me guiaba a través de su brillo extrañamente más plateado de lo habitual, estaba mucho más oscuro de lo que imaginaba que podría ser en una noche, lo que me dificultaba correr entre los árboles. Fuertes golpes en la nieve detrás, a un lado, a mi alrededor entraron en mis oídos cuando aterricé con fuerza contra la nieve debido a que mis zapatos no estaban hechos para caminar sobre la nieve.
—¡No te acerques a mí! -Advierto, enfrentándome a los lobos de diferentes colores que me rodeaban. Uno marrón, el que estaba más adelante, volvió a su forma humana. Tenía el pelo del mismo color que su lobo, corto y una fisonomía similar a Eniel en estatura y sus ojos estaban entrecerrados hacia mí mientras me ataba las manos. Espera un poco. ¿Ese hombre era un lobo? N y pensé que ya no quedaba nadie. De hecho, nadie pensó que alguien hubiera sobrevivido a la guerra con los magos del sur.
-¡No! Sueltame. No sabía que ustedes vivían aquí. Déjame ir. —Traté de retorcerme, pero él tenía un agarre firme sobre mis ataduras y la falta de comida y sueño de calidad en los últimos días hacía que mi cuerpo no estuviera en buenas condiciones para iniciar una pelea con alguien en mucho tiempo, aún más fuerte.-
Me levanta y me arroja sobre el lomo de un lobo que había venido con él. El lobo me gruñe para que me calle, me encojo por un momento hasta que comienza a caminar hacia un claro cerca del río.
En el centro del claro un lobo gris, mucho más grande que el que me llevaba, con la boca abierta y los colmillos apretados contra la garganta de Eniel, forzaba la sumisión mientras mi hermano gemía.
-¡Lo dejó ir! -Traté de gritar, pero mi voz sonaba ronca. El lobo color caramelo que me llevaba giró su cuerpo, arrojándome al suelo cerca del mar helado como señal para que me mantuviera callado. Él y otro lobo se sentaron entre mí y lo que estaba sucediendo en el centro. Mujeres con ropas demasiado livianas para el frío que sentía en mis huesos bajaron de cuevas en las montañas nevadas hacia lo que sucedía en el centro y formaron un círculo alrededor de los dos lobos en el centro, impidiéndome ver más allá de la inmensidad del Mar casi completamente helado que estaba a sólo unos pasos detrás de mí.
Innumerables lobos de diferentes colores salieron de entre los árboles, algunos teñidos de rojo y con un animal blanco muerto en la boca y otros que tenían en sus ojos el deseo de hacer lo mismo, pero conmigo y con Eniel. ¿De dónde salieron tantos lobos? Pensé que estaban todos muertos.
Desde el pico de la montaña central, que parecía ser el más alto, aunque no estaba seguro debido a la niebla que cubría la parte superior de todas las montañas, salió una enorme bestia negra con ojos rojos que me hicieron el pecho y el pecho. tiembla el corazón entra en la misma sintonía. La criatura, que sospechaba que en realidad era un lobo u otro ser más grande, saltó directo al suelo varios metros antes de llegar al pie de la montaña y se dirigió hacia la conmoción en el centro. Solo logré ver al lobo gris alejarse porque salió del círculo y me dio una mirada de advertencia.
El lobo alfa hizo que todos se inclinaran tan pronto como puso sus patas en el suelo, las mujeres, menos numerosas que los hombres lobo, se alejaron con la cabeza baja para que él entrara al círculo y este movimiento me permitió tener una mejor vista. lo que estaba sucediendo en el centro del círculo entre los pies de las mujeres.
Jadeé de frío y sorpresa cuando el lobo negro se acercó a Eniel, olisqueándolo, traté de arrastrarme hacia él para protegerlo, pero el lobo gris me gruñó. Habría respondido el gruñido si hubiera podido emitir un sonido sin que saliera temblando de frío. Hundí mi mano en la nieve y me dejé caer de nuevo a mi lugar cuando Eniel volvió a su forma humana, gesticulando mucho con las manos en la cabeza y mirando a su alrededor hasta verme acurrucada en el suelo.
La gente en el círculo se separó cuando él corrió hacia mí.
—Delena, está bien, cariño. -El lobo lanza una mirada en mi dirección. Se acerca a mí con cuidado, debo quedar muy mal. – Los conozco, son mi manada y ese lobo negro es mi hermano Ajax.