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Capítulo 5

Fabiana suspiró y se sintió tan enojada que fue capaz de tirarle un jarrón a la cabeza y por un segundo se le pasó por la cabeza.

Fabiana - André, todos están aquí para celebrar a nuestro hijo y tú te emborrachas? Si no tienes ninguna consideración por mí, al menos por nuestro hijo, enciérrate en esa habitación y no te vayas hasta que el efecto del alcohol pase y todos se hayan ido... Pondré cualquier excusa.

André - No me voy a ninguna parte, tú tienes la culpa de todo mi sufrimiento, si me hubieras dejado en paz.

Fabiana - Habla bajito y date prisa, vamos a la habitación antes de que algún huésped te vea en este estado.

Lo hizo apoyarse en ella y ambos subieron las escaleras, Fabiana lo guió hasta la cama y él se acostó.

André - Ella no puede ser feliz conmigo, no después de todo lo que hemos pasado... ¡besos como ella!

Fabiana - Trata de borrar a esta mujer de tu mente, ella no te ama y nunca lo ha hecho. ¡Deja de ser tan ingenuo!

Salió y cerró la puerta por fuera, se apoyó contra ella de espaldas por un momento, lloró de ira y despecho hasta que sus ojos se enrojecieron, se tragó las lágrimas y se secó las lágrimas, volviendo a bajar donde los invitados no tenían idea de qué estaba pasando.

Fabiana - Lamento la ausencia de André, le dolía la cabeza y pensó que era mejor irse a la cama. ¡Pero por favor ayúdate a ti mismo!

Elaine sabía que esto estaba mal explicado, decidió irse a casa porque estaba claro que ya no había ánimo de celebración.

Fabiana - No te vayas ahora hermana, sirvamos la cena ahora.

Elaine - Me tengo que ir, mañana trabajo muy temprano y necesito descansar.

Fabiana - Dile a Consuelo que todo se acabó, ahora con este bebé no hay lugar para el rencor.

Mencionar el nombre de Consuelo no fue nada inteligente, y esta vez Elaine sintió el tamaño del sarcasmo de su hermana mayor.

Elaine se fue pensando en muchas cosas dentro de ese taxi incluyendo como había sufrido con la traición de su esposo con su hermana años atrás, Fabiana se despidió de los últimos invitados y en cuanto cerró la puerta se derrumbó una vez más.

Dejó caer una taza al suelo.

Fabiana

¿Cómo puede Andrew hacerme esto? Ni siquiera saber que llevo un niño hizo que me respetara.

...

Amanecer...

Felipe - ¡Buenos días princesa!

Consuelo- Buenos días.

Felipe - Te tengo noticias.

Dijo sentándose en la cama.

Consuelo - ¿Y ella es buena?

Felipe - Muy bien, mi primo es gerente de tienda... organizó un fin de semana en un hotel rural para los empleados.

Consuelo - ¡Es un buen jefe, sin duda!

Ellos sonrieron.

Felipe - Mi mamá trabaja con él... es una de las asesoras de ventas, no podrá ir entonces me dio las invitaciones y te puedo llevar.

Consuelo - Estaría muy bien, pero trabajo los sábados.

Felipe - ¿Hay alguna forma de pedir un día libre?

Consuelo - Lamentablemente no, porque tuve que irme antes hace unos días.

Felipe - Que pena... sería maravilloso estar juntos allí, pescar y dormir juntos.

Consuelo - Quizás en otra oportunidad.

Consuelo se duchó con él, Felipe se fue porque tenía que abrir el gimnasio.

La joven se secaba el pelo con una toalla de mano llegando a la cocina mientras observaba a su madre terminar de colar el café.

Elaine - ¿Felipe ya se fue?

Consuelo - Sí, abre a las 6:00.

Elaine - Me gusta este tipo... parece un trabajador.

Consuelo - Sí, es mamá.

...

Consuelo

Quería saber cómo era allí, pero tenía miedo de preguntar porque sé que mi madre me culparía por esa curiosidad. Pero el sentido común ya me había abandonado desde el comienzo de esta historia.

Consuelo - ¿Recibió muchos regalos? ¿Estaban todos mis primos allí?

Elaine - ¡Sí, muchos! Solo extrañaba a Márcia... pero por lo demás, estaban todos allí.

Antes de que pudiera dar más detalles sobre esto, fui a ahogarme en el trabajo allí, era el único lugar en este mundo donde me olvidé de tantos problemas. Llegando allá...

Nelson - Consuelo, quiero hablar contigo un momento en mi habitación.

Consuelo- Si señor.

Entré y cerré la puerta, luego me senté frente a él.

Nelson - Llevas ocho meses trabajando con nosotros y nunca he tenido ninguna queja por tu parte.

Consuelo - ¿Y tú lo tenías?

Nelson - Lamentablemente sí, una señora vino personalmente a decirme que la maltrataba usted....que la trataba con descortesía.

Consuelo - Pero eso no es cierto, yo soy amable con todas las personas que vienen aquí... ¡sean clientes o no!

Nelson - Baja la voz.

No podía creer lo que me estaba pasando, solo podía tener el dedo de Fabiana encima , pero no había más razón para perseguirme.

Consuelo - Era mi tía Fabiana, ¿no?

Nelson - No sé de qué estás hablando.

Intentó desviarse, pero ese rostro siniestro no dejó lugar a dudas.

Consuelo - Tu esposa es amiga de ella... Yo sé por qué fuiste a visitarla cuando tuvo un accidente.

Empecé a llorar porque entendí todo lo que estaba pasando allí.

Nelson: Independientemente de quién haya presentado la queja sobre usted, yo, como gerente, tengo la obligación moral de tomar medidas. A pesar de este desliz, eres un buen empleado y por eso te voy a trasladar a nuestra sucursal en el campo.

Consuelo - ¡Ahorre tiempo, señor Nelson, renuncio, será mejor así! ¡Y dile a tu mujer que no me voy de mi madre ni de mi casa porque Fabiana me quiere ver a mis espaldas!

Me levanté, sin poder creer que tuviera las agallas de decirle todo eso a ese estúpido calvo. Me iría prácticamente sin nada por renunciar, pero era demasiado injusto alejarme de lo que amo.

Caminando de regreso a casa decidí pasar por el gimnasio, Felipe estaba ayudando a una mujer a realizar un ejercicio y en cuanto me vio sonrió y se acercó a hablarme, dándome un apasionado beso en la boca.

Consuelo - Perdona por quitarte tu tiempo.

Felipe - Nunca estorbas, disfruta y ven a conocer el gimnasio.

Caminamos y me mostró cada detalle y me presentó al personal.

Felipe - Te ves triste.

Tocó mi barbilla.

Consuelo - Tuve que renunciar al trabajo hoy.

Felipe- ¿Qué pasó?

Consuelo - Es que hay una persona que no quiere estar en la ciudad... ha estado haciendo cosas terribles para que me vaya y sé que no va a parar hasta conseguir eso.

Felipe - Dime quien es este desgraciado? Nadie puede tener el poder de sacarte de la ciudad.

Consuelo - Un día te cuento toda esta historia, pero te vine a decir que si aún quieres llevarme, podemos ir a esa finca el fin de semana. Necesito alejarme de este lugar, aunque solo sea por dos días.

Felipe - Pero claro que lo haremos, solo hay males que por bien vienen... ponle una sonrisa a esa cara tan bonita, por favor!

Nos besamos y me fui a casa, mi mamá estaba en el trabajo y no sería hasta el anochecer, una vez más pensé si debía contarle más las guarradas de Fabiana.

André

Me desperté con una resaca terrible, pero ninguna cantidad de dolor podía borrar lo que Elaine me había dicho. Consuelo reconstruyendo su vida con otro tan rápido.

Fabiana - Por la expresión de tu cara, parece que la resaca fue equivalente a toda la botella que secaste ayer.

André - No me sermonees.

Fabiana - Me dejaste sola con los invitados, ¿crees que no notaron tu ausencia? ¡Después de que me traicionaste aquí debajo de mis narices, estoy seguro de que deben haber pensado que estabas saltando la cerca mientras yo deshacía los pañales que teníamos!

ella gritó.

André - Durante mucho tiempo no me importa lo que piense la gente, tú deberías hacer lo mismo... ¡si todavía quieres seguir con este maldito matrimonio!

Fabiana - ¿Ya empacaste tus cosas?

André - ¿Qué cosas?

Fabiana - ¿Bebiste tanto que olvidaste tus responsabilidades?

André - ¡El viaje de los empleados!

Fabián - ¡Claro! Acaba de llamar su primo Felipe, dice que su madre no va y que en su lugar irá con una novia.

André - Me da igual quien se lo lleve, maldito fin de semana.

Fabiana - Por lo menos ahí, tratémonos civilizadamente, recuerda que tú eres un espejo de tus empleados.

André - Mientras no me provoques.

Suena el celular de Fabiana y ella sale a contestar.

Fabiana- Hola!

Maysa - Amiga, vengo a darte una buena noticia.

Fabiana - ¿Lograste que Nelson transfiriera a Consuelo?

Maysa - No fue tanto eso...

Fabián- ¿Entonces?

Maysa - Ella renunció, dijo que no aceptaba ser trasladada y alejarse de su madre y me dijo que te diera este mensaje!

Fabiana - Que cabrona, conmigo mide fuerzas.

Maysa - Pero al menos le demostró que puede hacerle daño.

Fabiana - Eso no es suficiente, cuando André y yo regresemos de esta casa de campo, le voy a jugar el juego final a este niño.

Maysa - ¡Sabes que puedes contar conmigo!

Los dos sonríen y cuelgan.

Incluso esa noche...

Consuelo - Mamá, renuncié.

Elaine - ¿Y por qué hiciste eso?

Consuelo - Nelson me quiso trasladar por una calumnia.

Empecé a llorar, mi madre se levantó y me abrazó.

Elaine - No llores, pronto tendrás algo más. Eres muy capaz e inteligente... te perdieron.

Me levanté y nos abrazamos.

Consuelo - Tengo que comprar un biquini para llevar mañana.

Elaine - ¿Dónde está esta granja?

Consuelo - Es un hotel de campo, Felipe dijo que está a unos 20 kilómetros.

Elaine - Ve a comprar tu bikini, toma algo más de dinero aquí y compra algo más que quieras.

Consuelo - No quiero gastar tu dinero, mamá.

Elaine - Cómpralo y pon una sonrisa en esa cara.

Llamé a Lud y le conté todo, luego fui a comprar algunas cosas para llevar, iba a buscar una toalla bordada cuando alguien también la sostuvo y nos miramos.

Consuelo - André?

André - Cuanto tiempo Consuelo, te ves muy hermosa.

Dejé caer la toalla y caminé rápidamente hacia el cajero.

André - No seas tan distante, ¿no puedes saludarme como cualquier persona normal?

Consuelo - ¡Por favor cubre este bikini y bolso!

Asistente - Sí, señora.

André - No podrás evitar enfrentarme toda tu vida.

Los ojos del cajero se abrieron como platos ante su frase y no era de extrañar, parecía una amenaza.

Asistente - Son 279,90.

Consuelo - Aquí está, muchas gracias y puedes quedarte con el cambio.

Tomé las bolsas y salí al frente de la tienda, caminé hasta la parada de autobús más cercana, era de noche y sabía que tardaría unos minutos en pasar.

Tal vez Fabiana tenga razón, mientras viva en esta ciudad podemos encontrarnos por casualidad...todavía me duele mirarlo a la cara sabiendo que está cerca. Mi corazón, por tonto que sea, no puede olvidarte André, ese es mi castigo, ¡solo puede ser!

André

Pensé en ir tras ella, empujar a Consuelo a mi auto y abrir las puertas solo cuando hubiera dicho todo lo que se me metía dentro. Fue injusto que termináramos así sin hablar, sin que yo pudiera saber por qué me dejó plantado ese día o por qué Fabiana estaba conmigo en el restaurante...tantos errores por deshacer. Ahora, con la llegada de este niño, todo es más lejano, Consuelo está cada día más lejos de ser mía y no puedo con eso, no puedo.

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