Capítulo 4
Lo veo levantarse y salir de mis habitaciones lo más rápido posible… golpeo la mesa con la mano, la tiro y me acerco a la palangana plateada con Agua mirando mi reflejo.
-Nadie podrá jamás amar a un monstruo –hablo en voz baja, dejando caer sólo una lágrima al agua.
El sol salió brillante y brillaba como un diamante en el cielo azul de Transilvania, la lluvia había cesado y los animales la preservaban, los pájaros cantaban alegremente entre los árboles, y Rose estaba sentada en el césped de la granja, bajo los árboles se perdía en Pensó que sólo esa mente podía distinguirlos y anotó cada uno de ellos en su "diario de viaje", como a ella le gustaba llamarlo.
Entre los árboles en la oscuridad del bosque estaba Daniel, observando a Rose, quien escribía tranquilamente sin siquiera notar la presencia del conde, llevaba en sus manos la carta que le había escrito disculpándose por haber sido grosero la noche anterior . Con el papel apretado en sus manos, dudando en entregárselo, por primera vez en su vida el conde sintió que una indecisión se apoderaba de él de una manera que ni siquiera él había comprendido .
Rosa encendida:
Querido diario, me siento perdido aquí en este lugar, la gente de aquí es difícil de entender, todos creen en el mal y basan sus creencias en supersticiones, sé que Transilvania es muy famosa por sus historias de guerra y todo, pero ¿por qué no? ellos creen ¿vale? ¿Por qué no crees que todo irá muy bien?...basta, no quiero pensar más en eso. A pesar de todas las cosas raras que me dice la gente, soy muy feliz aquí, fui a un baile de máscaras en un castillo maravilloso, y el conde, ay, el conde es hermoso, tan guapo, un hombre joven como yo y noble, educado, un un poco extraño y grosero al mismo tiempo, pero eso no oculta sus cualidades. Quizás esa noche también le falté el respeto, quería tener la oportunidad de disculparme.
se levantó
En los árboles, Daniel escuchó cada pensamiento de ella, y no dejó de sonreír al escuchar la parte que ella le citaba, en sus pensamientos confusos solo él entendía su curiosidad por saber por qué todos mencionaban el mal.
Y fue exactamente en ese momento que encontró el coraje para entregarle la carta que había escrito, con la velocidad del rayo pasó junto a ella dejando la carta a su lado y desapareció en el mismo segundo, sin dejar que ella lo viera. , dejando sólo una ligera brisa que golpea tu rostro.
Rosa encendida:
Estaba escribiendo en mi diario cuando sentí un viento a mi lado y luego una brisa, no vi nada ni a nadie, miré a mi alrededor buscando qué pudo haber causado esto pero no encontré nada.
-Debe haber sido solo un viento -me digo a mi mismo
Miro a mi lado y veo una carta con un peculiar emblema "D" , tomo la carta y la miro, estudiándola con atención, al ver que estaba dirigida a mí, la abro y comienzo a leer.
La carta:
Querida Rosemarie, me pesa la conciencia porque anoche te traté mal, por favor te pido que me perdones porque hace mucho que no sé lo que es hablar con alguien lleno de dudas y preguntas, no es que sea malo que Que seas así, al contrario querida, es una cualidad maravillosa, ser espontánea, hermosa y decidida como tú, sigue siendo siempre así, una mujer dulce e inocente que aún no ha visto los secretos más oscuros del mundo. . Usted tiene el mundo a sus pies señora y creo que muchos nobles también están a sus pies, con todo el respeto claro, hace mucho que no sé lo que es el amor, sólo sé que es un sentimiento muy frágil. que hay que tratar con cuidado, les pido. Les perdono una vez más por estas simples palabras, pero sepan que provienen del fondo del corazón de un conde solitario.
Tu amigo :D
Leí la carta con tanta emoción al ver que era el sello del conde, y no podía dejar de sonreír, la carta estaba tan llena de vida que podía imaginarlo frente a mí.
Tuve mucha curiosidad por la última parte, porque dijo que hacía mucho tiempo que no sabía lo que era el amor, eso debe ser horrible, pobrecito... tan rico pero a la vez solitario, debe ser difícil vivir solo.
Abracé la carta contra mi pecho y miré al cielo sonriendo, el conde de alguna manera logró encantarme, en su forma de hablar, en su forma de actuar y también en su forma de escribir.
Desperté de mi trance cuando escuché acercarse al Duque Felipe, traté de esconder la carta dentro del diario pero no hubo tiempo.
-¿Qué es esto señora? - preguntó Felipe
-Es…es una carta mi señor –dije con miedo
-¿De quién? -preguntó
-Del Conde Daniel -respondí, todavía con miedo
-¿Daniel ahora envía cartas? -Dijo y empezó a reír de manera burlona.
-Era una carta de disculpa -digo un poco grueso
-¿Carta de disculpa? Daniel y sus cartas de amor -Dijo cambiando su apariencia por completo -Se enamora de la primera mujer que ve, ridículo -agregó
-No es cierto Duke, solo quería disculparse por haber sido grosero conmigo -digo tratando de defenderme y al Conde al mismo tiempo
-¿Quién te dio esa carta? -Yo le pregunto
Por un tiempo mientras leía la carta no había pensado en quién la había entregado, al fin y al cabo ni siquiera sabía cómo había recibido esa carta, solo sabía que era del conde.
-Yo…no lo sé duque, ella estaba a mi lado en el segundo que la vi –digo confundido
-La carta apareció mágicamente a tu lado, ¿es eso lo que estás diciendo? ¿No eras tú quien no creía en esas cosas? -Respondió con rudeza.
-Yo…es que no lo sé Duke – respondo con algo de miedo, después de todo su actitud había cambiado por completo en tan solo unos segundos.
-Creo que me estás ocultando algo, ¿de qué estás enamorada del Conde? -Él gritó
-No…-digo asustada y cuando grita me acurruco cerca del árbol -¡Por favor para! -Completo y empiezo a llorar en silencio.
-Estás enamorada de ese demonio –gritó y brutalmente tomó la carta de mi mano y la rompió, tomó mi diario y arrancó algunos. Páginas y la portada, las tiró al suelo y las pisó.
Pronto se fue, todavía enojado, montó en su caballo y lo espoleó enojado, galopando sin rumbo...
Recogí los pedazos de la carta del suelo y mi diario roto y volví adentro, entré a mi habitación y comencé a llorar. sin parar., me arrepentí completamente de haber defendido al conde de tanta gente que hablaba mal de él, incluido el propio conde.
Esa noche no salí a cenar ni volví a ver al Duque. Junté las piezas de la carta e intenté juntarlas nuevamente pero sin éxito, así que solo me quedé con las piezas.
Rosa en:
Estaba caminando distraído por el césped de la finca, cuando escuché un ruido en el bosque... Levanté la cabeza, buscando si encontraba algo, pero no vi nada, me acerqué al arbusto y lo moví. , Me asusté cuando saltó un conejo.
-Oh, tengo mucho miedo, amiguito...ven aquí -digo y lo levanto, acariciando su cabeza -Debes haberte perdido, ¿no? Te llevaré de regreso -Completa entrando al bosque.
La granja del duque daba a un bosque, que por cierto estaba muy oscuro y silencioso, comencé a adentrarme más en el bosque sin siquiera mirar atrás.
se levantó
Rose caminaba distraída, metiéndose cada vez más, tarareaba una canción que había aprendido de niña con su madre y acariciaba la cabeza del conejo...
El conde estaba entre los árboles observando y su mirada no era de ninguna manera asesina, sino bastante asesino Tenía una mirada y una postura protectora, como si fuera el ángel guardián de Rose.
Rosa en:
Camino hasta un arroyo y me acerco a él, me agacho dejando que mi vestido toque el suelo y me siento, sin importarme siquiera la suciedad.
-listo amiguito, ya estás en tu casita -digo sonriendo y pongo al conejito en el suelo y lo acaricio
Me levanto y le doy palmaditas a mi vestido, quitando un poco de tierra y me doy vuelta para regresar a casa, miro a mi alrededor y todo allí parece igual, cruzo los brazos sobre mi pecho para cortar un poco de la brisa fría que venía. y camino por la calle, estoy tratando de encontrar el camino de regreso a la casa del duque, siento caer unas gotas de agua sobre mí y miro hacia arriba.
-Oh no, no llueve -me digo
Escucho pasos en el bosque y me asusto un poco. Miro a mi alrededor y empiezo a caminar rápidamente.
-¿Quién está ahí? -Grito esperando que alguien no responda.
Empiezo a correr cuando veo una sombra detrás de mí, corro quitando las hojas de los árboles frente a mí y sigo corriendo, la lluvia comienza a caer fuerte y pronto ya no puedo ver nada, pero aun así sigo. Corriendo, veo que he llegado al camino, aterrizo y sigo corriendo de la sombra negra que me seguía, bajo ninguna circunstancia me atreví a mirar hacia atrás, porque tenía miedo de lo que vería.
Escucho el sonido de algo golpeando el suelo de tierra y corro más hasta que no puedo.
Di un paso en falso y caí al suelo embarrado, ensuciando cada parte de mi vestido, sentí un dolor horrible en el tobillo y se me entumecía la pierna, escuché el choque mucho más cerca de mí y luego me detuve... Miré hacia
un lado, asustada pero no vi nada.
-¡¿Quién está ahí?! -Grito más fuerte sintiendo que me duele la pierna.
Siento unas manos agarrar mi brazo y empiezo a luchar y golpear a la figura encapuchada que me agarró.
-¡Sueltame! ¡Sueltame! -grito -Soy amigo del Duque Filipe y no creo que le guste tu actitud, seas quien seas! -grito, golpeando el pecho de la figura.
-por favor cálmate...y creo que el duque no tendrá poder contra mí -Dijo la figura para luego quitarse la capucha
-¡¿Contar?! -digo sorpresa
-en persona, señorita -dijo -Vamos, sígueme -agregó