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Capítulo 5

-¿Qué haces aquí en medio del bosque en una noche como esta? -Pregunto mirando su rostro, que lucía hermoso cuando estaba mojado.

-La caza es un deporte para nosotros –dijo colocando su mano en mi cintura de forma protectora.

-¿En la lluvia? - pregunto siguiéndolo

-Cuando salí no llovía -Dijo llevándome al caballo

-Ya veo -digo mirando al animal, siempre me gustaron los caballos, pero este era magnífico, negro como la noche y el brillo en sus ojos eran como estrellas.

Me mira y me sostiene el estribo, lo miro y él me responde, coloco mi pie y me siento a un lado de manera educada y elegante... pronto se levanta y pasa sus fuertes brazos alrededor de mí. y sostiene las riendas del animal.

Lo miro y luego desvío la mirada cuando veo que él me mira, lo veo espolear al caballo y montamos.

Minutos después entramos al patio del castillo y nos adentramos directamente en los bahías, tira de las riendas, detiene el caballo y me quita los brazos.

-Mañana te llevaré nuevamente a casa del Duque, podrías resfriarte si te vas ahora -Dijo bajándose del animal.

-Te lo agradecería mucho -digo y siento como me agarra de la cintura, levantándome fácil y suavemente, colocándome en el suelo -¡Ay! -Digo cuando pongo mi pie lastimado en el suelo.

-¿Esta todo bien? -preguntó quitando la silla del caballo y guardándola, luego las riendas…

-Creo que me lastimé el pie, pero está bien, mañana el Duque puede llamar al médico -digo sin querer preocuparlo

-¿Por qué esperar hasta mañana? Tengo un médico a mi disposición en todo momento señora - Dijo y sonrió de esa manera que me encantó en el baile - Mandaré por él - Completó

-No quiero molestar al Conde -digo tratando de mantener la postura de una dama fuerte

-No será ninguna molestia…vámonos –Dijo y luego se quitó la capucha y los guantes…pantalones de montar, camisa holgada y botas hasta la rodilla, le quedaron maravilloso… -¿Puedes caminar? , ¿señora? -preguntó mirándome

-No lo sé -digo poniendo el pie en el suelo, lo miro y veo que estaba muy hinchado -¡Oh! -Grito cuando pongo el pie en el suelo y lo miro -No lo creo -Me siento totalmente incapacitado

-disculpe señorita -dijo con toda la caballerosidad de muestra y me tomó en sus brazos, levantándome del suelo con facilidad...Pensé en toda mi vida que nunca sería recogido por alguien, especialmente un conde. , sonrío avergonzado y lo miro.

-Gracias -digo avergonzada, agradeciendo

-No hace falta que te lo agradezcas querida –dijo gentilmente y entramos al castillo

El castillo era extraño cuando estaba vacío, solo unos pocos empleados deambulaban y pocos se detenían para ver la escena del conde cargándome en su regazo, lo que me hizo sentir aún más avergonzado.

-¡¡¡Greenfield!!!! -Gritó el Conde y poco después apareció un señor mayor.

-Sí mi señor –dijo

-Quiero que llames al Dr. Fell -Dijo el Conde -Dile que estaré en la habitación de invitados en el último piso -Completó el Conde subiendo las escaleras

-Sí mi amo, como desee – Dijo el hombre y luego me abrió una sonrisa, en forma de respeto le devolví la sonrisa…

se levantó

-¿quién era ella? - preguntó la criada

-Una dama que nos salvará a todos en el futuro –dijo Greenfield emocionado

-¿Como? -Preguntó la criada

-Sí Angelique, ¿no has notado la forma en que la trata tu amo? Se está enamorando, o ya se ha enamorado - respondió Greenfield

-No es posible Greenfield, solo se vieron dos veces -Dijo la criada indignada

-Angelique, esta fijación tuya con nuestro amo debe terminar, él nunca te amará -Dijo Greenfield seriamente -No arruines todo y no provoques su enojo -Completó el hombre

Angelique no dijo nada, simplemente se retiró a otra ala del castillo.

-Dr.Fell, el maestro lo necesita ahí arriba -Dijo Greenfield -Vaya rápido, hombre, vaya -Completó

El Doctor rápidamente subió las escaleras y llegó a la habitación donde Rose estaba acostada en la cama y Daniel estaba echando leña al fuego.

-Con su permiso mi maestro, ¿es ella la niña? - preguntó el doctor

-Sí – respondió Daniel mirando al doctor y luego a Rose.

-Bueno querida, cuéntame qué pasó - Dijo el doctor sentándose a los pies de la cama - Necesita ropa nueva, estas mojadas mi señor le darán un resfriado - Dijo el doctor mirando a Daniel

-Por supuesto, lo arreglaré -dijo Daniel -Disculpe -completó saliendo de la habitación

rosa en

-bueno creo que me rompí el tobillo Doctor -digo mirándolo

-Déjame ver, ¿puedo? -preguntó cortésmente

-Por supuesto -respondo dulcemente

Toma mi pie y comienza a examinarlo bien.

-Sí, está rota señora, tendré que volver a armarla – Dijo el doctor

Solo asentí y me moví un poco en la cama para acomodarme.

-Ay -murmuro sintiendo un dolor al lado de mi vientre, más precisamente en mis costillas

-¿Le duele algo más, señora? - preguntó el doctor

-Sí, aquí doctor -Le señalo donde me duele y él lo examina bien.

-Tú también te rompiste una costilla -Dijo luciendo preocupado -Tendrás que descansar -agregó lo mismo

-pero necesito volver a la casa del duque -digo asustada y luego veo al conde entrar nuevamente a la habitación vistiendo un vestido

-¿Problemas? -le preguntó al médico con autoridad y vi aparecer el miedo en los ojos del médico.

-Sí, mi señor, ella tendrá que descansar, y yo tendré que ponerle el hueso en su lugar - Dijo el doctor - Pero ella me informó que mañana tiene que regresar a casa del Duque, señor - Completó

Pronto el conde me mira y se acerca, sentándose a mi lado.

-No puedo obligarte a quedarte, pero necesitas descansar -dijo -Le enviaré una carta al duque informándole de su situación actual -completó

Solo asentí y sonreí levemente... vi al conde levantarse y mirar al médico.

-Haz lo que tengas que hacer -Dijo el conde al doctor

-Necesitaré su ayuda, mi señor –dijo el doctor acercándose a mí y tomando mi pie.

-¿Qué tendré que hacer? -Preguntó el conde

-solo tome la mano de la señora -dijo el doctor

Miro al conde y luego al médico, medio sorprendido... Veo al conde acercarse y sentarse a mi lado, ofreciéndome su mano, la tomo, sintiendo la frialdad de su mano y lo miro curioso. porque es helado.

-vamos-dijo el doctor y presionó mi pie, por impulso. Cerré los ojos y apreté la mano del Conde mientras él sostenía la mía con firmeza, siento el hueso regresar y escucho el crujido. Abro los ojos respirando profundamente. y miro mi pie… suspiro aliviado y apoyo mi cabeza en algo suave… miro el lugar y veo que era el pecho del conde, levanto la vista viendo que me estaba mirando de alguna manera. .. ¿Cariñoso?.Miro al doctor quien sonreía de forma tonta al vernos a los dos prácticamente abrazados.

-Se lo agradezco mucho doctor, gracias -digo intentando llevarlo a la realidad y veo que se asusta un poco.

-Acabo de hacer mi trabajo señora -dijo -Por favor descanse, le daré un medicamento para ayudar -agregó abriendo la maleta de cuero y sacando dos ollas pequeñas -Aquí tiene señora -dijo

-Gracias -digo y sonriendo viendo al conde levantarse

-Volveré a verla, buenas noches señora –dijo para luego salir de la habitación.

Veo al conde sentarse en una pequeña mesa cerca de la chimenea y sacar su pluma y tinta, lo veo escribir la carta que sería enviada al duque Felipe... minutos después lo veo abrir el anillo y aplicar la tinta y sellar. el papel con su sello.

Se levanta y me mira.

-Enviaré a Greenfield al Duque -dijo y sonrió

-Primero debes saber que recibí tu carta -digo mirándolo

-Lo siento, por haberle dicho esas cosas tan horribles, señorita –dijo.

-Te perdono Conde, pero te pido que me perdones a mí también, fui grosero contigo – digo mirándolo, llamarlo señor era tan extraño, era tan joven como yo.

-Por favor llámame Daniel -dijo sonriendo -No necesitas toda esta formalidad conmigo -agregó sonriendo -Debo decir que no me inspiraron muchas más palabras...

-Sí, lo sé... fue desde el fondo de mi corazón -digo sonriendo y cambio de expresión -Lo siento mucho... -digo dejando aparecer unas lágrimas y las limpio recordando lo que hizo el duque

-¿Esta todo bien? ¿Sucedió algo? -preguntó acercándose

-El duque rompió en pedazos la carta -digo tomando coraje y mirando -Perdóname...-lo veo bajar la cabeza y alejarse -Por favor -completo

-No tienes que pedir perdón, siempre supe que el Duque era un hombre brutal, pero nunca pensé que llegaría a este punto -Dijo -Haré que Greenfield entregue la carta, discúlpeme - Agregó , partida

Antes de que pudiera decir algo más sale de la habitación, respiro hondo y me levanto con dificultad y me dirijo a la puerta, cerrándola...

me quito el vestido, sintiendo cómo se desliza por mi cuerpo y cae al suelo, Recojo lo que me trajo el conde y me lo pongo, intento atarlo pero sin éxito...

se levantó

Daniel en:

Bajo las escaleras y voy a las bahías donde encuentro a Greenfield alimentando al sábalo (su caballo jajaja).

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