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Capítulo 4. Los previos de un nuevo amanecer. Parte 1.

Amelia.

- “Dime la verdad, Connelly, ¿Wendy y tú han preparado algo?, ¿Verdad? ¿Algo que no me va a gustar? Les aviso, sólo he venido a conocer a Hanna, únicamente, nada más, así que suelta por esa boquita, pero ya”- le dije a Connelly muy seria y decidida, mientras subíamos en el ascensor privado, al ático de lujo que tenía mi hermana en Londres.

- “No sé de lo que me estás hablando.”- me dijo la pelirroja con esa sonrisa descarada que tanto miedo me daba, confirmándome que, si habían preparado algo, que de seguro no me iba a gustar.

- “Me voy…”- dije acercándome al tablero del ascensor, para detenerlo, pero esa enana pelirroja era mucho más rápida que yo, cuando se lo proponía, la futura Top model, se colocó delante de mí, interrumpiéndome para que no pudiera llegar a mis objetivos.

- “Ni lo sueñes, ya no tienes escapatoria, ordenes de tu hermana.”- me dijo la atractiva heredera Blake.

A sus diecisiete años, Connelly Blake era un sueño pecaminoso para cualquier hombre, algo que, por otro lado, traía de cabeza tanto a su padre, como a molesto hermano. Su deseo de ser modelo estaba despegando, ya había hecho algunos trabajos para el gran estilista, amigo de mi madrina Kimberly, Gred Watson, y a pesar de la oposición de los varones Blake, pronto comenzaría a desfilar por las pasarelas de todo el mundo, para las grandes firmas de moda.

Nada más abrirse la puerta del ascensor supe que Connelly tenía razón, no había escapatoria posible, a no ser que, en un despiste, saltara desde la terraza del ático al vacío, el gran salón de lujo del ático de mi hermana estaba invadido de profesionales de diferentes especialidades en estilismo, y por el logotipo que tenían sus uniformes todos trabajaban para Gred, que, de pie junto al ascensor, ya nos estaba esperando.

- “¡Conny!¡Amely! que felicidad veros, sobre todo a ti traviesa Amely, sé que odias estas cosas, pero tu hermana fue muy clara, hoy es un día importante para la familia Miller, por fin el seco, rudo, e irritable Roy William Miller ha sido cazado, así que estoy como loca, deseando ver cómo es la mujer que ha tenido el valor de echarle el lazo a ese semental, en breve vendrá con tu hermana. Por desgracia, no podré conocerla hoy, voy de salida, ha habido un problema con una de mis clientas VIP, y no podré estar, pero tranquilas, lo superviso todo a distancia, mi personal ya sabe lo que tiene que hacer”- dijo la voz con toques afeminados de ese cotilla de Gred.

Escuchar sus palabras sobre la novia de Roy, me animó, justo por eso me había dejado convencer por la manipuladora de Connelly, estaba deseando conocer a Hanna, sabía por mi hermana y mi madre, que Hanna Müller era estudiante de medicina de últimos años, y eso era genial, porque yo estudio fisioterapia en la universidad de Boston, tener alguien que compartiera mi rama de estudios, era fantástico, un verdadero cambio entre tanto arquitecto, y economista, que hay en mi casa.

Tras irse Gred, pasaron unos minutos eternos, donde yo miraba a todos a mi alrededor, incluida Connelly, como si fueran mis mayores enemigos, pero el sonido del ascensor al abrirse hizo que me girara emocionada, y por fin pude ver, con mis propios ojos, quién era la mujer que le había robado a mi hermano su frio corazón.

Junto a mi hermana, una mujer alta, aunque no tanto como yo, muy atractiva, de cabellos castaño oscuro, con algunos destellos rojizos, y unos ojos verdes muy profundos, por no hablar de su cuerpo de sirena, llamó la atención de todos los que estábamos allí, nada más entrar. A sus veintitrés años esa atractiva alemana era toda una preciosidad, un sueño húmedo para cualquier hombre, aunque, por otro lado, no estaba segura si su forma de ser podía ser lo suficientemente fuerte, como para sobrevivir al intenso del Rey Arturo.

- “Te presento a Amelia Paola Miller, y a Connelly Blake, una es mi hermana, y al otra es como si fuera mi prima pequeña. Chicas, os presento a la super mujer que ha conseguido descubrir que mi hermano no tiene una piedra por corazón, debajo de esa armadura de acero, o por lo menos que es humano.”- dijo mi hermana presentándonosla, y tengo que decir que me gustó desde el principio, trasmitía muchas vibraciones positivas.

- “Encantada de conoceros, soy Hanna Müller, y no sé de qué habla la loca heredera, así que no le hagáis caso, ha tenido un mal día.”- le dijo Hanna dándose a conocer, y no pude evitar reírme, esa guapa alemana tenía sentido del humor.

- “Como al idiota del Rey Arturo, se le ocurra hacer algo para joder su relación con ella, le voy a hacer la vida imposible, lo prometo.”- pensé mientras miraba con admiración a Hanna.

- “Hola encantada, estoy feliz de conocerte, desde que Ailan me llamó y me dijo que el pesado de Roy había sido cazado, tenía unas ganas tremendas de conocerte, además estudias medicina, es genial, yo estudio fisioterapia me queda este año y el próximo para acabar la carrera.”- le dije agarrándome de su brazo, ya la adoraba, ella sería mi futura cuñada.

- “Dejadla que debemos prepararnos se nos va a hacer tarde, y Amelia, esta vez no te libras, hoy vas con vestido, maquillada, el equipo completo, desde que no he estado en casa para controlarte te has vuelto muy rebelde, niñata.”- dijo Ailan mirándome con esa mirad que yo conocía bien mi hermana, me estaba echando una bronca, por mi falta de feminidad, que manía tiene esa maldita de Wendy.

- “Por fin te conocemos, los Miller y los Blake nos conocemos de toda la vida, mis padres son los padrinos de Roy y Alian, son como los tíos de los cuatro hermanos. Tío Norman, y tía Yvaine, son mis padrinos, y de ese recto, y sin gracia, de mi hermano mayor Angus, el mejor amigo de tu novio. Los dos seres más aburridos de la tierra. Perdón no quiero decir que Roy sea aburrido contigo, sino que …”- comenzó a decirle la efusiva e invasiva Connelly tune que ponerle una mano en el hombro para que se calmara, o la pobre de Hanna saldría huyendo.

- “¿Por qué? Sabes que lo odio, y con el maquillaje no puedo. Papá le encanta que vista así.”- le dije intentado reivindicar mi posición en todo esto, de forma rebelde, aunque yo ya sabía que, cuando Ailan tiene esa mirada decidida, nada se puede hacer, mi hermana se parece más a mi madre de lo que ella quiere reconocer.

- “Si fuera por papá, nos metería en una urna del tiempo a las tres, para conservarnos siempre como cuando éramos niñas, además odia a cualquier hombre que se nos acerca, si vas vestida como una adolescente eterna, eso le facilitas mucho las cosas a él y a Roy, así que, esa excusa, no te vale. Además, es una orden de mamá, me dijo que me ocupara, palabras textuales “Que tu hermana venga vestida como una digna representante de la familia Miller”, si quieres llámala para preguntarle que significa eso, estás en tu derecho”- dijo mi hermana usando el argumento definitivo, ante esto último, no había forma de luchar, estaba atrapada.

- “¡Oh cállate ya, Betty Boo!”- le dije molesta a Connelly, que no paraba de reír.

La llamé Betty Boo, porque sabía que le molestaría, hacía ya bastante tiempo, desde que cumplió quince años, que nos había amenazado a todos, pero en especial a su hermana Angus, que fue el que le puso el mote, que asesinaría con sus propias manos a cualquiera que la volviera a llamar Betty Boo, así que sólo usábamos ese nombre para cuando queríamos molestarla, justo como ahora. Pero esta vez no funciono, esa bruja pelirroja sólo sonrió más aún.

- “Es gracioso, a ti te obligan a vestirte como una mujer, y mi padre quiere ponerme un hábito de monja, ¿Qué crees prima Ailan?, no me deja ser modelo, menos mal que tengo a mi madre, y a mi abuelo de mi parte.”- Le explicó Connelly a Hanna.

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