4. Una larga semana de espera
Le comenté que no teníamos escapatorias y que estaba dispuesta a sacrificarme por la familia que solo tenía que casarme y que al tiempo me podría separar, sé que lo último era una gran mentira, pero era la única forma para que él se calmara.
La familia quedó satisfecha con la decisión y regresaron a sus rutinas como si en la mañana no fuéramos enterrado al causante de este gran lío.
Paulino se despidió de nosotros e indicó que se iría a descansar al hotel, y que comenzaría a cuadrar y arreglar todo lo del viaje.
Más tarde de esa noche, ya acostada en mi cama no podía dormir. Mi cabeza era un lío entero.
Solo pensaba que mis planes de terminar mi carrera de Diseñadora de interiores, ya no se cumpliría.
Que mi vida cambiaría y ahora tenía que hacerme a la idea en que probablemente compartiría mi vida con un extraño. El cual sería mi esposo y debía tener relaciones con él para tener un hijo.
Nunca he sido una santa y hace mucho tiempo que perdí mi virginidad, pero solo el hecho de tener que acostarme con alguien solo por obligación, no me resultaba muy complaciente.
Decidí salir de mi cama y fumarme un cigarrillo en el balcón de mi habitación. No suelo fumar frecuentemente solo cuando me estreso. Y eso es muy rara vez.
Estaba a punto de encender mi cigarro cuando sentí alguien detrás de mí.
—Marcos por el amor a Dios, podrías hacer ruido por lo menos, casi me cago enzima pensando que era un fantasma o algo así —le reclamé.
—Lo siento, ¿qué pensabas que se te estaba apareciendo el abuelo?
—Pues, Dios no, que ni se le ocurra aparecerse.
—¿Qué hacías? ¿Tampoco puedes dormir?
—¡Nop!. Mi cerebro no quiere dejar de pensar y dejarme dormir. ¿Y tu?
—Tampoco. Acabo de tener el rompimiento más bizarro de la historia por teléfono.
—¿Terminaste con Andrea?
—Sí...
—¿Y?
—¿Y?... resultó ser una loca. Se molestó al principio. Pero luego me salió con que no importa que ella seguiría conmigo como mi amante, y cuando le dije que eso no podría ser, que me iría a Italia, me salió que se iría conmigo, que le comprara un apartamento allá donde ella pudiera verme y fuera nuestro nidito de amor. En serio se volvió loca.
—¿Loca? Pues si no te lo voy a negar o te quiere mucho como para denigrase y convertirse en tu amante o la abuela tenía toda la razón.
—¿De qué hablas?
—¿La abuela nunca te lo ha dicho?
—¿No, qué?
—Ella siempre dice que pareciera que Andrea andara contigo solo por el dinero.
—¿En serio?
—Sí, lo siento, pensé que la abuela alguna ves habló contigo.
—No lo hizo, pero con razón nunca está presente cuando Andrea viene.
—Es que no la soporta.
—Ya veo.
—Oye, pero tranquilo, a lo mejor sí te quiere.
—Pensándolo bien, yo creo que la abuela tiene razón.
—¿Porque lo dices?
—Porque cuando le comenté lo del casamiento, dijo algo así como que todo se le arruinó por culpa del viejo estúpido y luego comenzó actuar y hablar como una sicópata.
—¿Por cierto te fumas un cigarrillo conmigo?
—¡Vale!, oye ¿crees que le guste a la italiana?
—Sí —le dije con una sonrisa—, eres muy atractivo, eres alto, tienes mis mismos ojos, mi color de pelo y piel, así que si no tengo dudas —nos reímos.
—Espero que sea bonita.
—¿Y si es fea?
—Pues espero que no, en serio que sea bonita, ya es muy de mierda que nos casemos obligados como para que el destino sea cruel y me toque un monstruo de esposa.
—Eres una cosa seria primito.
—Me vas a negar que no has pensado en si tu prometido será atractivo.
—No. No lo negaré.
—Ves, sería muy cruel por parte del destino que sean feos.
—¿Oye, te parece si asaltamos la cocina y vemos si quedó algún pastel? —pregunté a mi primo.
—¿Y tenemos una especie de pijamada como los viejos tiempos?
—Si podemos ver pelis.
—Y dormiré en tu cama —dijo todo emocionado.
—Sí, pero eso si al más mínimo ronquido te corro de cuarto, quedas advertido.
—Hecho.
Corrimos a la cocina y nos llevamos a la habitación pastel de chocolate y arequipe que encontramos, así como un pote de helado, malteadas de chocolate y agua para no tener que bajar de nuevo.
Hicimos un maratón de todos los capítulos de la Serie The Walking Dead, que logramos ver. Ya que como a las 4 de la mañana el sueño ligado con el desastre de dulces que nos comimos nos dejó muertos.
***
A la mañana siguiente o mejor dicho a medio día me desperté y bajé a desayualmorzar, ya que me había perdido la hora del desayuno.
La familia entera se encontraba a la mesa me preguntaron por mi primo y les informé que pasamos la noche viendo tele y que estaba roncando como un cerdo en mi cuarto.
No le dieron tanta importancia, era costumbre que uno o el otro durmiera en el cuarto del otro, a diferencia de mis otros primos, Marcos y yo nos llevábamos de maravilla, claro, hay que acotar que éramos los únicos de la misma edad.
Ya que entre los tíos de mi padre, es decir, mis tíos abuelos, el mas joven tenía 50 años, luego le seguían los hermanos de papá y sus primos donde el mas joven tenía 31y entre los bisnietos que era la generación en la que entrabamos mi primo y yo éramos los mayores, ya que el que se nos aproximaba tenía 15 años y el resto eran niños. Así que cómo comprenderán, éramos como hermanos desde niños.