Capítulo 4
Una figura recorría el desértico paraje de la ciudad abandonada de LAREM, el dolor la mantenía consiente y a pesar de la urgencia de su mensaje, no podía apretar el paso. El uniforme de batalla de los guardias de HELL, era considerado como uno de los más prácticos dentro de las ciudadelas supervivientes, aquello durante los últimos años había sido sinónimo de orgullo para todos los enlistados en las fuerzas de defensa de la ciudadela, sin embargo para la figura sin nombre que ahora recorría los restos de una ciudad incinerada y brutalmente destruida por la inclemente fuerza de CYRAX, aquellos recuerdos de sus días como recluta y guardián, se habían transformado en un preludio siniestro del final brutal que había recibido.
La legión, era invencible, aquella había sido la primera lección de la humanidad, cuando las fuerzas de invasión de CYRAX salieron de su acorazada nave espacial. Le tomó siete meses y medio destruir todas las ciudades conocidas y diezmar a la humanidad a un estado casi primitivo, de vuelta al escondite de los predadores. Sin embargo, las mentes humanas más brillantes habían usado sus últimos recursos para ingeniar un sistema que les permitiera desaparecer de la vista del CYRAX, una forma de usar la magia, ahora dominante en todos los entornos naturales como un camuflaje para su supervivencia y en cierto sentido, aquello había sido el último gran avance científico de la humanidad, el poder esconderse. Cuando le asignaron la misión de entregar lo informes y colaboración de desempeño a la avanzada de Haven, el soldado se sintió frustrado, lo cierto era que la ciudadela de HELL, tenía a algunos de los científicos más brillantes de los restos de la humanidad, eran los únicos que habían podido descifrar, la mejor manera de lidiar con los buscadores de la legión e incluso habían diseñado las vías de comunicación entre ciudades, aquella era la razón para que la gente de Haven, esperara por la información. Aquella era la razón de que aquel soldado sin nombre, hubiese ganado horas de vida.
El moribundo de Hell, no fue quién se percató del avance de la legión, lo hicieron los vigías que le abrieron la puerta, la vieja A-LOSR1 que manejaba se encontraba en un estado decente, pero hacía mucho ruido, no pudo escuchar los gritos de los vigías cuando miraron la nube de polvo que se levantaba en el corazón de la ciudad. Lo cierto es que el moribundo soldado no escuchó los gritos, ni las plegarías cuando los guardias dieron aviso a los guardianes de HELL, sobre los apóstoles que sobrevolaban los esqueletos de concreto de los edificios, el moribundo viajero, no pudo imaginar o sentir el miedo de aquellos que con desesperanza observaron lo inevitable, la lejana horda que durante tanto tiempo pasó alejada de ellos, la inclemente certeza de la muerte que por un segundo se dejó ver directamente a la cara, cuando una siniestra realidad se hizo presente. No existía forma elegante de asimilarlo, las caminatas eternas que daban las legiones sin mente de CYRAX, por una horrible casualidad, ahora se dirigían a su ciudad y el soldado, que pronto vagaría moribundo no se dio cuenta de lo que pasaba hasta que escuchó la primera explosión.
El mundo se cimbró por un momento y el silencio de la mañana dio paso a un frenesí incalculable de aullidos y lamentos, con el sonido de una violenta alarma que rompió la tranquilidad y silencio de la mañana. El solado aceleró a fondo su vehículo temeroso de mirar atrás, pero aquello no impidió que sintiera la radiación del fuego cuando acaricio su rostro o el observar el cambio en el color del cielo, cuando de la nube negra emergió la nariz del ave de metal de la legión. Los relámpagos de aquella nube alcanzaron con ferocidad las estructuras metálicas y de concreto, que vigilaban los centinelas de las torres de inhibición, un milagro tecnológico en la época más oscura de la humanidad que transformaba las partículas de magia en un cambo de protección que volvía indetectables las ciudadelas a los ojos del CYRAX. A pesar de ello, la muerte parecía haber encontrado su camino, la muerte parecía haberlos alcanzado.
El soldado no se sintió obligado o responsable de regresar, su madre, sus amigos, su hermano, todo lo que conocía para el segundo en el que la legión entró a la ciudadela estaban condenados, si algo había aprendido la humanidad es que el CYRAX y su legión eran invencibles, sabían cómo neutralizar la magia, sabían cuáles eran las debilidades del cuerpo de los hombres y sabían cómo explotarlas. Lo cierto era que después de dos horas, menos del uno por ciento de la población de la ciudadela de HELL, habían logrado escabullirse a tiempo, las defensas de la ciudad habían sido aniquiladas y todos los humanos con poderes mágicos habían encontrado un trágico y brutal destino en las manos de la legión. El soldado recorrió el camino, en dirección a la ciudad de LAREM, con sus esperanzas puestas en que la legión, que masacraba a la ciudadanía, que durante los dos últimos años se habían vuelto sus amigos y familia, perecían ante el ataque inhumano de seres de pesadilla, con ojos eléctricos e inexpresivos, asesinados sin misericordia y sin saber la razón por la cual morían, porque lo más aterrador del CYRAX y su legión, no era que hubieran aparecido un día, de la nada, en el cielo y que el mundo los hayas contemplado con miedo y reverencia por partes iguales. Lo peor de la legión, era el desconocimiento de sus motivos, CYRAX desde su llegada había comenzado a aniquilar a la raza humana y había sido mortalmente eficiente en eso.
El moribundo soldado, cargaba con lo que le quedaba de su brazo, la legión simplemente se había acercado a él lo suficiente, como para tenerlo en su distancia de ataque y los ojos muertos y electrizantes de aquellas máquinas inhumanas de aspecto antropomórfico, con una serie de cilindros conectados a su nuca que servían como receptores neuronales de las indicaciones del CYRAX, para cazar y perseguir a los hombres, guiados por las partículas mágicas de sus cuerpos y las cualidades innatas del almacenamiento de los elementos mágicos del ambiente. Lo que durante milenios había hecho que los humanos pudieran hacer magia, hasta clasificarlos en estilos y tipos de magia, ahora eran la razón por la cual el CYRAX era capaz de rastrearlos y perseguirlos.
De un salto antinatural el exterminador apareció frente a la motocicleta del soldado, quién giró en vano para esquivarlo, aquella violenta máquina, desenvainó una espada incandescente que separó el brazo del soldado, al mismo tiempo que cortaba su vehículo, causando una explosión, que le permitió al chico usar su magia de transportación, para desaparecer de la zona y huir, dejando que el fuego de la explosión confundiera a la máquina, quién no supo reconocer el ingenio humano. Una pequeña victoria, en una situación desesperada, sin embargo, el soldado inició entonces su larga caminata por la ciudad de LAREM, donde los edificios se cimbraban, con las explosiones lejanas y el avance mortífero de la legión, que, sin deleite, sin sensaciones, ni emociones, despedazó a todas las personas que alguna vez, el moribundo llamó familia.
En la frontera de LAREM, un equipo de soldados de Haven esperaba por el mensajero de HELL, en su transmisión, habían sido claros en mencionar que tenían información, que podía poner la guerra de su lado, por primera vez la esperanza de la humanidad podía ser restaurada, así que el capitán Jon y su gente habían sido asignados a la misión. Todos desayunaban el almuerzo de las fuerzas especiales, comida almacenada en aluminio y plástico, mientras algunos jugaban con sus cuchillos, algunos otros revisaban el horizonte, la ciudad parecía tan muerta como sus esperanzas para el futuro.
---- No quieres jugar teniente Tischa
Preguntó un soldado de corpulento cuerpo y una barba prominente, desde hacía mucho tiempo que la cuidaba con orgullo y todos lo llamaban gran jefe de cariño.
---- No, los juegos de azar y apuestas están prohibidos en la milicia, Gran jefe
Explicó la chica de cabello trenzado, con una sonrisa amable que dejó deslumbrado a todos los soldados del batallón. Tischa tenía un pendiente incrustado en el costado de su nariz y su cabello trenzado llevaba una serie de adornos ceremoniales, rango de su creencia espiritista.
---- ¿Qué pasa teniente? Los creyentes del mar de sangre, ¿No juegan al póker? Es una tradición desde que el hombre apareció en este mundo
Explicó uno de los soldados de aspecto férreo con una cresta de cabello sobre su cabeza.
---- Los creyentes carmesíes, no creen en apostar algo como el dinero, los juegos están permitidos. Si apostaran sus vidas, quizás la teniente aceptaría
Explicó un tercer soldado, al mismo tiempo que la chica de piel oscura le regalaba una sonrisa al cabo Miran, un chico de ojos verdes y el más joven de la unidad, pero considerado por muchos, el más prometedor de todos.
Un gran bullicio comenzó a escucharse entre el batallón, un par de soldados comenzaron a correr en dirección a la entrada de la ciudad.
---- ¿Qué está sucediendo soldado?
Preguntó el cabo Miran
---- Es el mensajero de HELL, está herido y parece que fue atacado al venir aquí
Respondió el soldado.
---- Corran, insensatos, váyanse, llévense el mensaje, la información que necesitan está en esa memoria, ¡lárguense ya!
Gritaba el soldado moribundo desde el suelo, arrancándole las últimas fuerzas a su vida
---- Tranquilo soldado, ¿Qué es lo que pasa?
Preguntó el sargento al mando, un hombre de cabeza afeitada llamado D-RO
---- ¡La legión! Ya vienen, deben irse, deben irse ahora
Les suplicó el soldado.
El batallón completo quedó en absoluto silencio, no se veía la nube de polvo de la legión, ni se veía la nube de relámpagos verdes, tampoco se cimbraba el suelo, pero nadie en el mundo jugaría con eso.
---- ¡teniente Tischa!
La llamó el sargento, con la voz más fuerte y severa, que sin embargo denotaba urgencia
---- ¡Sargento!
Se presentó la chica de cabello negro, recibiendo la memoria de manos del sargento.
---- Lárgate ahora mismo, lleva la memoria, si escuchas explosiones o batallas tienes permitido usar tu magia de transporte, la prioridad es que la información llegue a salvo a Haven. ¡Largo!
Tischa arrancó a correr en dirección a la frontera sur de su campamento, encendiendo el pecho de una motocicleta RPTOR adaptada, ante los ojos de sus compañeros, quienes no entendían lo que sucedía.
---- Señoritas, se acabaron las vacaciones prepárense para largar…,
La voz del sargento fue interrumpida cuando su cabeza fue separada de su cuerpo, en un corte limpio de una espada negra, que se proyectó desde el interior de la ciudad, el cuerpo del sargento D-RO cayó de rodillas, el mismo tiempo que su cuello y su cabeza se incendiaban por el arma del androide que había llegado. Su cuerpo era negro y se veían en algunas partes las conexiones cibernéticas, en su cadera llevaba una funda y sus extremidades superiores tenían la forma de brazos humanos, su rostro era una perla oscura tallada, tan lisa que reflejaba la luz del sol, al mismo tiempo que dos líneas rojas se iluminaban en lo que parecía ser su cara y le daba la expresión de tener los ojos de la muerte.
---- ¡Ataquen!
Gritó el cabo Miran, pero la ciudad a su espalda explotó con furia, los edificios comenzaron a derrumbarse al mismo tiempo que la legión avanzaba en dirección a ellos. Nada se interponía, la legión lo cortaba todo, lo destruía todo, los pocos instantes de diferencia que le habían brindado a la teniente podían hacer la diferencia para ella, podrían salvarle la vida a ella y su mensaje.
El cabo Miran invocó su magia de creación, para manifestar una espada, misma que otro androide de la legión partió en el mismo ataque en el que partió en diagonal al cabo, en una brutal explosión de sangre. El Gran jefe usó su terramagia para crear una barrera de piedra entre ellos y la legión, pero se dio cuenta que era inútil cuando murió partido a la mitad por las maquias que saltaron sobre la barrera de piedra y lo cortaron en vertical. El soldado con la cresta de cabello, colocó su mano en el pecho desprevenido de uno de los androides, activando su piromagia para crear una explosión, pero el androide se protegió con una barrera de energía y antes de que el soldado de aspecto férreo y con su cabello en forma de cresta, otro androide ya había cortado su brazo y otro más ya había reventado su cabeza. Los soldados del batallón intentaron escapar, algunos más intentaron luchar, pero lo cierto es que ninguno de ellos tenía escapatoria, las máquinas los cortaron a todos, los asesinaron a todos, la legión era invencible y esa fue la primera lección que la humanidad aprendió de ellos.
Ahora una figura solitaria, temerosa de usar su magia de transporte se dirige presurosa por la autopista en mitad de las montañas, mientras que la legión se dio cuenta de que ya estaba fuera de su rango de alto desplazamiento. Los androides que observaron su movimiento se giraron para mirar a los apóstoles que sobrevolaban con lentitud al resto de la legión, sus movimientos estaban limitados por ellos, no le darían alcance, pero no hacía falta que lo hicieran, la encontrarían de nuevo, así que los androides envainaron sus espadas y comenzaron a caminar en la dirección que CYRAX ordenaba, cortando todo lo que les estorbaba y levantando una nube de polvo en su camino…,
Las enormes torres de inhibición se alzaban por encima de los 10 pisos de altura, estructuras carcomidas por la corrupción y desgaste necrótico de la magia ambiental, daban forma a los esqueletos de concreto que necesitaban aquellos milagros de la ingeniería humana para ocultar la presencia de las ciudades a CYRAX y a su invencible legión, la niña en manos de Zafras, observaba con asombro la transformación del mundo frente a sus ojos, los exteriores donde la magia abundaba en forma de partículas estaban carcomidos, edificios, montañas y ríos parecían tener un color diferente, sin embargo, tras los centinelas de inhibición, el mundo era diferente, el cielo resplandecía en un azul hermoso, el sol perdía su aura verdosa y la tierra se veía más fresca e incluso el aire se hacía más respirable. La niña estiró sus brazos con libertad, al mismo tiempo que Zafras intentaba darle todo el espacio que necesitaba. Llegaron a una enorme puerta de color blanco, la cual se abrió de par en par y las estructuras de los edificios cercanos eran abrazados por la naturaleza, grades extensiones verdes crecían de las ruinas de las ciudades, lo cual les conferían un aspecto natural, aunque extraño. Zafras se dirigió hasta el centro de mando de la ciudad, una vieja librería adaptada para servir como centro de operaciones.
El lugar siempre tenía gente, militares y científicos que se desplazaban con prisa y con urgencia, al mismo tiempo que una mujer de cabello rojo con un gorro de mando y una mujer con bata blanca y lentes se acercaron a Zafras y al niña.
---- Merodeador 14-32, ¿Consiguió los suministros?
Preguntó la mujer de cabello rojo con una hermosa mirada en color azul claro
---- Afirmativo
Contestó Zafras a pesar de que la mujer frente a él era su amiga desde hacía muchos años
---- Ella debe ser la niña que reportaste ¿Te encuentras bien pequeña?
Le preguntó la mujer de cabello rojo, pero la niña temerosa no respondió
---- Tranquila pequeña, ellas son amigas, ella también es un dragón
Le explicó Zafras, señalando el medallón en el cuello de la muer de cabello rojo
--- Ellas te cuidaran ¿De acuerdo?
Preguntó Zafras y la niña avanzó donde la doctora de gafas y cabello rubio la recogió.
---- ¿Cómo te llamas?
Le preguntó la doctora
---- No…, no sé si pueda hablar, creo que ha pasado por muchas cosas
Explicó Zafras.
---- Entiendo, en ese caso vamos a darte un baño y escojamos unos lindos atuendos para ti ¿De acuerdo?
Le preguntó la doctora, a lo que la niña asintió con la cabeza, la doctora le tendió la mano y la niña la aceptó, pero antes de irse se giró, miró a Zafras y moviendo sus labrios expresó: Gracias
Zafras miró a la niña asombrado, mientras que la doctora le sonreía y la guiaba al cuarto de aseó. El chico se acomodó el cabello y dio un profundo suspiro, la tarea de merodeador, era muy común acompañada de niños.
---- Ve a descansar Zafras, puedo ver que lo necesitas
Le dijo la mujer de cabello rojo con una expresión más amable.
---- Te extrañé
Le soltó Zafras, al mismo tiempo que la mujer comenzó a ruborizarse.
---- Basta, no podemos hacer esto aquí
Le explicó la chica
---- Lo sé Niel, pero en verdad te extrañé
Respondió Zafras a lo que Niel, la capitana de las fuerzas de defensa de Wacken respondió acercándose fugazmente al chico y besado su mejilla. Niel era seis años más grande que Zafras, habían sido compañeros en el dragón de plata y era la única familia que le quedaba a Zafras.
---- Nos veremos esta noche, ¿de acuerdo? Ahora ve a descasar
Le ordenó Niel a Zafras, quien llevó su mano derecha a su frente para el saludo militar, sonrió y se marchó.
La noche llegó, Niel Gasperg estaba molesta, no le gustaba cambiar sus planes, pero era importante que no le diera prioridad a su vida personal por encima de su trabajo, así que bajó hasta el laboratorio de investigación donde la doctora Marina, la misma doctora que había recibido a la niña de manos de Zafras, le había llamado.
----Más vale que sea importante doctora, necesito un baño con urgencia
Explicó la capitana.
---- Lo será capitana, lo será
Dijo la doctora al mismo tiempo que encendía un monitor para mostrar una serie de fotografías, en ellas se podía ver una serie de marcas de nacimiento que se extendían sobre la espalda de alguien.
---- ¿Qué estoy viendo doctora?
Niel estaba intrigada por la forma de aquellas marcas que por un momento parecían cicatrices.
---- Parece ser un mapa
Respondió la mujer
---- ¿Un mapa de qué?
Se impacientó Niel
---- Parece ser un mapa de las estrellas, capitana
Respondió la mujer con satisfacción
---- ¿Un mapa de las estrellas? ¿Cómo es posible? ¿Dónde estaba?
Se interrogó Niel
---- En la espalda de la niña que trajo Zafras---- Explicó la doctora---- Capitana Gasperg, creo que encontramos a la niña de la profecía del mar rojo, creo que por fin sabremos qué quiere CYRAX del mundo…,