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5/ DE AQUI NO ME MUEVO

Llevaba ya un mes trabajando en el hospital de Seattle, cuando Eric me pidió salir con él, aunque yo en ese momento no sabía qué decirle, pues seguía amando a Mark a pesar de lo que me hizo y de que nadie sabía que estaba embarazada de él, excepto mi amiga Johana, pero en el hospital donde trabajaba nadie sabía nada. No le di un sí rotundo, simplemente salimos dos veces a cenar.ya que Erik era todo alegría y positividad, todo lo contrario, a como yo me sentía. Johana y yo hablábamos todos los días por teléfono haciéndome reír cuando preguntaba por su ahijado, yo le preguntaba por Hanna y Mario, pero lo que más me comentaba era sobre Mark, diciendome que no dejaba de preguntar por mí, aparte de que ella me comentaba que trabajar en el hospital sin mí no era lo mismo, lo que me rompía un trocito mi corazón cada vez que me lo decía, porque yo también las echaba de menos a las dos. 

Mario de vez en cuando le quitaba a mi amiga el teléfono cuando Johana me llamaba para hablar conmigo o simplemente me llamaba él, rogándome que hablara con Mark porque era el padre de mi bebé y tenía el derecho de saber que iba a ser padre, pero mi orgullo a veces ganaba al amor que le tenía a Mark y siempre mi respuesta era, no. Poco a poco y gracias a Eric pude ir saliendo del pozo oscuro donde me encontraba. En el trabajo siempre lo acompañaba a él en las visitas que hacía a los pacientes, ya que era él, el que me decía que no quería que lo acompañase ninguna enfermera, nada más que yo. Después del trabajo salíamos a cenar Eric y yo, haciendo que mi perspectiva del mundo en que yo vivía fuese cambiando para bien. Hubo una vez, en el turno de guardia nocturno que nos tocó a los dos, de pronto Eric esa noche cogió mi mano y casi arrastrándome me metió en una sala vacía y oscura. Me atrapo entre la pared y su cuerpo,  acercando sus labios a los míos besandome con deseo, pero puse mis manos en su pecho en un intento por apartarlo de mi 

— Estoy loco por ti Katia, — me dijo 

— Lo siento Eric, pero acabo de terminar una relación y ahora no puedo pensar en meterme en otra relación, necesito tiempo — le dije

— No siento lo que acabo de hacer, pues te amo — me dijo sin obtener respuesta mía. 

En ese momento no sabía qué más decirle, Eric se separó de mí mientras yo me arreglaba la ropa en silencio, sabiendo que me estaba mirándome fijamente, como si esperara que le dijera algo.  

— Sal tú primero –me dijo– Katia, lo que te acabo de decirte, es lo que siento por ti 

— Vale, gracias — fue lo único que pude decirle 

 

Los dos días que teníamos de descanso, Erik quiso darme una sorpresa, me recogio en su coche por la mañana en el piso donde yo vivía con Veronica, me hizo sentarme en su vehículo y aunque le insistí mucho no me quiso decir donde íbamos hasta que vi que cogió la dirección hacia Florida dándome la sorpresa cuando me dijo que íbamos a visitar a mis amigas. Hacía ya dos meses que me había marchado y volver al hospital que me dio mi primera oportunidad, me trajo buenos y malos recuerdos. Cuando aparco delante del hospital donde trabajaban Johana y Hanna, bajamos del vehículo y cogidos de la mano,entramos en el hospital dirigiéndonos a  la cafetería donde yo sabía por el horario que estaban Johana y Hanna sentadas junto con Oscar y Héctor almorzando. Cuando nos vieron mis amigas acercarnos a ellas a Erik y a mi, gritaron las dos levantándose de sus asientos corriendo hacia donde estábamos Eric y yo, abrazándonos las tres. 

— ¿Qué haces por aquí? Y ¿Quién es este morenazo? — preguntó Johana 

— Es mi compañero en el hospital donde trabajo, se llama Eric. Quería darme una sorpresa y aquí estamos.---le dije  

— Si está aquí mi mejor enfermera, ¿Cómo estás? — Dijo Mario que llegó en ese momento a la cafetería junto con Mark, acercándose los dos a donde estábamos las tres amigas. 

— Me alegra verte, estoy bien, déjame presentarte a Eric, un compañero de trabajo — le dije 

— ¿Un compañero?, soy su novio entre comillas, encantado de conoceros — dijo Eric 

— ¿Novios? — preguntó Mark incrédulo 

— Sí y espero que pronto me diga que sí cuando le pida que se case conmigo — contestó Eric.

 

Minutos después de que Mario y Mark se marcharon, lo cual agradecí porque las miradas de Mark hacia a mi me estaban poniendo muy nerviosa y no quería que a Johana o a Mario se le escapara alguna pregunta sobre mi embarazo. Nos sentamos en la mesa donde aún seguían sentados Oscar y Héctor, estuvimos hablando y comentando novatadas cuando de pronto, escuchamos gritar a varias personas, nos levantamos todos enseguida de las sillas para ver qué pasaba, acercándonos a la parte donde estaba urgencias que era donde provenían aquellos aterradores gritos. 

— ¿Qué pasa? — pregunté a una enfermera que allí se encontraba 

— Un loco, que ha acuchillado a alguien en urgencias — me dijeron 

Me acerqué aún un poco más a urgencias, viendo como había policías y un hombre con un cuchillo en la mano ensangrentado, cuando de pronto me empujaron cayéndome al suelo boca abajo.ayudandome Eric a levantarme enseguida

— Te has acercado demasiado, no has pensado en él bebe ¿verdad? — me susurro Johana enfadada 

— Si tranquila yo estoy __-- 

— Katia — fue lo último que escuche, el grito de mi amiga, antes de perder el conocimiento 

Me costó un poco abrir los ojos, pareciéndome que Mark estaba sentado a un lado de mi cama 

— Hola ¿Cómo te encuentras? — me preguntó Mark

— No sé un poco rara, ¿Qué me ha pasado? — pregunté 

— La caída que tuviste fue muy fuerte y has perdido a tu bebe — me dijo 

— No puede ser, me estás mintiendo — le grité 

— Cálmate Katia, le diré a Eric que ha perdido a su hijo, ahora te traerá la enfermera un calmante no es bueno que te pongas ahora tan nerviosa — me dijo Mark

— Lárgate de aquí, maldito gilipollas no quiero verte — le grite 

Después de irse Mark, entraron mis amigas acompañadas de Mario viéndome llorar desconsoladamente. 

— No llores más, ¿Por qué no le has dicho a Mark la verdad? Katia escúchame — me dijo Johana 

— Porque es un gilipollas — dije 

— Mark ha hablado con Eric y está sentado en la sala de espera atónito con lo que Mark le ha dicho, ¿tampoco sabía Eric lo de tu embarazo?  —  preguntó Mario 

— No y por favor, marchaos dejadme sola — contesté 

— Yo no me voy, ya puedes llorar y patalear, que de aquí no me muevo — me dijo Johana

A la mañana siguiente fue cuando Eric entró en la habitación llevando un ramo de rosas rojas en su mano, besó mis labios sentándose a un lado de la cama. Johana aprovechó el momento que yo ya no estaba sola para bajar a desayunar a la cafetería, ya que no puede convencerle para que se fuera a su casa esa noche

— ¿Por qué no me dijiste que estabas embarazada? — preguntó Eric 

— No se dio el caso — contesté 

— Lo que me importa ahora es, que te pongas bien y podamos volver a Seattle, estaré aquí hasta que te den el alta mi amor — me dijo Eric

— No Erik, no volveré contigo por ahora, me quedaré en casa de Johana hasta que me recupere, pero de todas formas muchas gracias. 

— Katia si me lo permites, me gustaría hacerte una pregunta 

— Fue un rollo de una noche, en el que no tomé las precauciones oportunas, ¿contestada? 

— Buenos días, ¿Cómo está mi enfermera preferida? — preguntó Mario sonriendo cuando entro en mi habitación 

— Me duele un poco el abdomen, pero estoy bien — contesté 

— Erik, siento lo del bebe, ayer te quedastes en shock cuando te dije que Katia perdio a tu hijo — dijo Mark cuando entró en la habitación después de Mario 

— Eric no es el padre Mark, el padre de mi hijo me echó de su lado sin que yo hiciera nada, desapareciendo de pronto de mi vida —  contesté 

Mark miró a Mario como esperando a que le explicara algo, de lo que yo le acababa de decir, estaba segura de que le haría pensar y preguntar o arrepentirse del daño que me hizo, aunque ya era tarde para los dos, porque yo no quería ni pensaba volver con Mark, aunque sería imposible pues él tenía novia y eso ya era un gran impedimento para mi 

 

 

 

                                                                     MARK 

 Cuando vi a Katia en la cafetería, creí que el corazón se me iba a salir de su caja torácica de la alegría, pensando que había vuelto, hasta que vi la forma de cogerle la mano el hombre que la acompañaba, esfumándose toda mi alegría en un segundo. Pensé en darme la vuelta e irme, pero necesitaba volver a escucharla, volver a ver sus preciosos ojos, su boca, esa que tantas veces me volvió loco, estuve varios minutos con ella y sus amigas en la cafeteria hasta que escuchamos aquellos gritos que provenian de urgencias, una vez que ya todo se calmo, volvi a mi despacho, pero cuando me sente en el sillon que habia detras de mi mesa, me quede pensando en ella,quería volver a enamorarla y recuperarla ya que fui un idiota por dejarla marchar, Dios que idiota fui entonces. Pero cuando mi busca sonó llamándome desde quirófano y la vi en la mesa de quirófano nada más entrar, sin color en la cara, como si estuviera dormida y su vestido lleno de sangre, pensé que la perdería. Estaba demasiado asustado por eso le pedí a Mario que la interviniera él ya que a mí me temblaba todo el cuerpo, no quería perderla otra vez sin decirle por lo menos cuánto la amaba. Pero cuando Mario sacó de su cuerpo aquel feto, me hundí pensando en que ¿Cómo en dos meses me había olvidado? Quedándose embarazada de otro. Cuando mi amigo terminó de intervenirla, la llevaron unos celadores a reanimación y posteriormente a una de las habitaciones. Dos horas después de la intervención, fuimos Mario y yo a su habitación para ver cómo se encontraba, diciéndome ella lo que dijo, como si yo fuera el culpable de su embarazo dejándome ya con la duda de que yo podría ser el padre de aquella criatura no nacida.  Mario y yo nos fuimos a mi despacho después de ir a visitar a Katia en la habitación donde estaba ingresada, sintiéndome muy mal por sus palabras hacia mi. Que idiota me hizo sentir al pensar que podría recuperarla. 

— Que pronto me ha olvidado, iba a tener un hijo de ese hombre, y yo echándome la culpa por haberla llamado puta y zorra aquel día. — le dije a Mario 

— No hables así de ella, tú la echaste de tu vida haciéndole daño, ¿Qué esperabas? ¿Qué te esperaría? ¿despues de como la trataste? — me dijo Mario

— Para hablarme así, tú tienes que saber algo y por favor, Mario no me mientas. 

— No voy a enfrentarme con Johana por ti lo siento Mark, si quieres saber qué ha querido decir Katia, ves a su habitación y habla con ella 

— Mario por favor, tú la escuchaste como yo, no me habrá querido decir que estaba embarazada de mi, ¿era mi hijo Mario?, tu tienes que saberlo, eres el novio de su mejor amiga 

— No voy a seguir hablando del tema Mark, piensa un poquito ¿aún la quieres? Porque ella no merece sufrir y tú la hiciste sufrir al despreciarla y dejándola marchar de tu lado

— Dile a Johana que venga a mi despacho, necesito saber si ese bebe que ha perdido Katia era mio, ya. 

— !! NO ¡¡ ó entras otra vez en la vida de Katia, amándola como ella se merece o será mejor que te apartes de ella, dejando que haga su vida con el hombre que la ame y la haga feliz, como ella se merece

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