3. UNA ENTREVISTA
Audrey se levantó y no pudo evitar sorprenderse que su padre no hubiera llegado, pero por primera vez en mucho tiempo se sintió tranquila y en paz.
Desde que su madre había muerto hacía 10 años todo se había venido abajo, su padre se convirtió en un borracho y en un agresor, la culpaba a ella de que su madre ya no estuviera con ellos, y la culpó tanto que ella misma se lo creyó. Ese día había salido a jugar con las gemelas que vivían al frente, cuando su madre la mandó a llamar para que entrara a cenar, había corrido sin fijarse al cruzar y un auto venía a toda velocidad, su madre desesperada corrió a ella, gritando que se quitara de ahí. Audrey del miedo se quedó estática y asustada, con tan sólo 8 años vio a su madre ser golpeada por el automóvil, cayó varios metros adelante, Audrey lloraba mientras corría para llegar a ella, quien tenía sangre por todos lados.
Su madre murió antes de llegar al hospital, así que nunca pudo pedirle perdón, si ella no hubiera estado afuera su madre estaría ahora con ella y tal vez las cosas serían muy diferentes.
Empezó a limpiar y a recoger el lugar que apestaba a alcohol, hizo algo de comer con lo poco que había y fue a buscar el periódico, su padre nunca la dejaba salir, porque la mayoría del tiempo estaba golpeada, ella quería trabajar y salir de ahí, porque de lo contrario algo le decía que no llegaría a los 20 años.
Audrey quería saber qué era explorar el mundo, conocer personas, enamorarse, no era tonta, ya sabía cómo funcionaban los seres humanos, había aprendido viendo cosas horribles, su papá siempre la hacía sentir despreciable en cuanto llegó al pequeño puesto de periódicos de la esquina, pidió uno y lo pagó con unos cuantos dólares que su papá había dejado en la ropa sucia, de verdad deseaba poder encontrar algo.
Mientras iba camino a casa iba leyendo el periódico, el cual se había ido directamente a los anuncios de empleo. Hubo varios que llamaron su atención, por lo que muy contenta, se apresuró a llegar a su casa, se dio un baño, se cambió y en un cuaderno hizo una lista de los lugares y trabajos que debía visitar, debía de aprovechar ahora que su padre no estaba.
Fue a varios, pero todos le decían que debía tener experiencia, frustrada, enojada y triste se sentó en una banca.
—Tiene que haber un lugar, no puede ser que en todos pidan experiencia — dijo para sí misma. Observó por última vez y algo llamó su atención.
"EL CLUB DEL DESEO
Necesita hermosas bailarinas con o sin experiencia para bailes exóticos, cero desnudos, muy buena paga y propinas. Un buen ambiente laboral.
También necesitamos a alguien para limpieza.
Entrevistas sábado y domingo de 1 pm a 4 pm."
Audrey terminó de leer el anuncio, miró la hora y luego la dirección, faltaba una hora para las cuatro, lo pensó por unos minutos y decidida se levantó, dice cero desnudos, así que ¿qué tan malo podría ser? Además sino podía con ese podría el de limpieza, ella era muy hábil en eso.
Tendría que caminar, pero esperaba que ella saliera de ese lugar con el trabajo ganado.
…
Por su parte Gael tenía anotado el nombre y el número de teléfono de las chicas, las que no entrarían a trabajar, al menos él entraría entre sus piernas, eran chicas realmente hermosas.
—Todas han venido para ser bailarina pero ninguna quiere el puesto de limpieza — Mason frunció el ceño.
—Es que todas están hermosas, todas merecen bailar para mí — Su amigo lo miró, y no pudo evitar golpearlo en la cabeza. — auch, ¿Por qué me golpeas?.
—Por qué eres un alborotado, muchas ni siquiera tienen humildad, llegaron aquí jugando de divas y eso ya está mal, podrán ser hermosas, pero aquí nadie es más que nadie. — Gael miró a su amigo y sonrió.
–Eso ya lo sé Mason, no soy tan idiota tampoco, por eso es que de las diez chicas que han venido hoy solo hay 4 que me gustaron para que trabajen aquí, a las otras las quiero una noche en mi casa, solo eso. — Mason rió negando con la cabeza. —Pero en fin esperaremos a las de mañana para ver que tal nos va — Gael miró su reloj pulsera y faltaban 10 minutos para las cuatro de la tarde. — No creo que venga nadie más, tal vez deberíamos cerrar las entrevistas por hoy.
Mason se levantó de su asiento.
—Creo que tienes razón — pensaba cerrar la puerta de la oficina cuando chocó con un pequeño cuerpo, que al parecer venía muy deprisa
—Hola — dijo nerviosa. — soy Audrey — Masón miró hacia abajo, ya que él era bastante alto, y la mujer tal vez llegaba al 1,60, su cabello castaño, unos hermosos ojos color verdes, y sus labios eran gruesos, su cara era fina, la mujer era realmente hermosa, más que las que había llegado porque ella lucía natural.
—Hola, ¿vienes para la entrevista? — dijo en tono profesional, mientras Gael esperaba que Mason se quitara de en medio, para ver el rostro de la mujer que había llegado, nunca había escuchado una voz tan dulce.
—Sí.
—Bueno, estamos por cerrar las entrevistas por hoy, ya que ya se han presentado 10 bailarinas.
—Yo.. —Audrey pensó que eso fue por llegar tan tarde, suspiró frustrada, solo quería un trabajo — vi que también necesitaba a alguien para la limpieza, no me molestaría ese empleo. — Mason se sorprendió al oírla, porque realmente era muy hermosa, si no estuviera enamorado de su esposa, puede que hubiera intentado ligar con ella. Gael desesperado por ver a la dueña de la dulce voz decidió intervenir.
—Mason, déjala entrar y así le hacemos la entrevista a la señorita. — Audrey sintió un escalofrío por todo su cuerpo al escuchar esa voz tan profunda y sensual, algo que nunca había escuchado.
Mason se quitó de en medio y dejó que ella entrara, Gael al verla se quedó en shock, no pudo evitar mirarla de pies a cabeza, su cuerpo se veía más que perfecto, sus ojos, su cabello, su rostro, sus labios, definitivamente esa mujer era perfecta.