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Estuvo bueno el encuentro.

Oye, dime algo, ¿fue tu primera vez? preguntó él.

Yo un poco sonrojada le respondí que sí, que algo había sucedido esa noche y no podía explicarlo, pero no te preocupes, no nos volveremos a ver, ahora, me puedes llevar al centro por favor, le dije pareciendo lo más madura posible, aunque el dolor que sentía, me hacía caminar de manera extraña.

Subí a su auto, sin decir una sola palabra, él me miraba por momentos, tomaba mi mano y preguntaba si nos volveríamos a ver.

No pensé que esta noche terminara así, salí con unos amigos de plan tranquilo y mira, terminé haciéndole el amor a una chica que no conozco, podemos vernos mañana si quieres, vamos a cenar por ahí. ¿Qué te parece?

-No lo creo, estaré algo ocupada por una larga temporada, le dije un poco apenada y asustada.

-Bien hermosa, como tu digas, ya nos volveremos a ver algún día.

Yo sabía que cuando las clases comenzaran en una semana, debía de importarme únicamente mis cursos de universidad y nada más.

-Bien señorita, entonces dejemos las cosas así, sin nombres, solo un buen momento, al destino le dejaremos un nuevo encuentro, dijo él mientras bajaba del auto cuando el sol hacía su aparición, para abrir la puerta de mi lado, con un suave beso se despidió de mi.

Eran las seis de la mañana y era la primera vez que no llegaba a dormir.

-¿Por Dios Raquel, donde has estado?, me he preocupado por ti, no sabes la noche que he pasado, si, tomé mucho, pero aun no perdí la conciencia, tu no estabas y anoche dijiste que volverías a la habitación, te iba a dar una hora más de tiempo, sino llamaría a la rectoría para denunciar tu desaparición, ¿dónde estabas?

-He pasado una noche muy loca, excitante o como lo quieras llamar, me fui con un chico a un mirador y hasta ahora regresé, no te preocupes Amanda y a ti como te terminó de ir.

-¿Como, no sabes nada?, llegó la policía al bar en donde estábamos, resulta que ponían algunas pastillas en las bebidas para drogarnos a nosotras las mujeres, sabes de qué te hablo, de esas pastillas que aumentan el libido y que hace que deseemos tener relaciones con el primer idiota que aparezca en el camino, por suerte para mi, Sergio me cuida, sino terminaría en cualquier lugar con un tipo desconocido, que bueno que saliste de ese bar, sino quien sabe donde habrías amanecido. Espera, ¿donde amaneciste Raquel?

-No te lo puedo creer Amanda, yo fui víctima de esas pastillas anoche, fue terrible, tenía muchos deseos de que alguien me hiciera el amor, Amanda, me fui con un tipo que no conocía, él no me iba a hacer el amor, pero yo casi que lo violé, te lo juro, no me reconozco, al final terminé perdiendo mi virginidad con quien sabe qué tipo, todo por no fijarme en lo que me estaba tomando.

-Que, estás loca Raquel, porque no me lo dijiste, porque no me dijiste que te sentías así, a mi me sucedió y le dije a Sergio que algo estaba mal, él de inmediato me trajo a casa, me asusté mucho cuando no te vi, no he dormido nada pensando en lo peor, al menos dime que te cuidaste Raquel, no vaya a ser que esto traiga consecuencias, ya los culpables están detrás de las rejas, es un pequeño grupo que hace este tipo de cosas y cuando estamos ya muy drogadas, nos llevan y nos venden las noches a ciertos tipos con dinero; debe de ser horrible despertar y no saber ni que pasó, tuviste suerte de que un tipo te recogiera en carretera.

-¡Tuve suerte Amanda!, no me escuchaste, perdí mi virginidad con un tipo que no tengo ni idea de quién era, no sé si lo volveré a ver, maldición, como no me di cuenta que estaba bajo los efectos de una sustancia así.

-¿Quieres ir al médico a que te haga un chequeo?

-No Amanda, estoy bien, aparte era el chico más atractivo que he visto en el mundo, no te imaginas, fue cuidadoso conmigo, no me hizo daño, usó protección, creo que podría enamorarme de él si lo sigo tratando, diablos, creo que dejé mis pantaletas en su auto, me acabo de dar cuenta que no traigo nada debajo del vestido.

-Estuvo bueno el encuentro, dijo Amanda con una de burla.

-Para se mi primera vez, la verdad es que lo disfruté y mucho.

-¿Y dime Raque, como se llama el tipo?

-No lo sé, no hablamos de nombres, solo subí a su auto, hablamos un poco, condujo a un mirador, no sabe que soy estudiante no íbamos por una relación seria ni mucho menos, solo pasó, gracias a la droga o a lo que sea, pero no me arrepiento Amanda, me sentí bien, con un hombre muy atractivo.

Así pasó la semana, Amanda y Raquel ya no salían a bares, se reunían con los chicos dentro de la facultad, Matt se mostraba cada vez más interesado en Raquel, pero ella no dejaba de pensar en el chico con el que había tenido su primera vez, cada vez que recordaba la sensación de sus cuerpos juntos, un escalofrío le recorría todo el cuerpo, haciéndola humedecerse.

-“Raque, vamos a salir hoy un rato después de clases, no sé si nos quieres acompañar, yo espero que sí, así nos conoceremos un poco mejor”, testeó Matt a Raquel mientras estaban en clase.

-Gracias, pero prefiero no salir, estaré en mi habitación, igual diviértanse.

Al salir del salón de clases, Raquel y Amanda fueron directo a las residencias, que eran las habitaciones donde los estudiantes se hospedaban.

Creo que le gustas a Matt, me pidió que te invitara hoy al bar, así que tú decides si quieres ir o no, tal vez y encuentres al chico guapo de la otra noche.

-No, prefiero quedarme acá, no quiero encontrarme con ese chico, aunque te confieso que me encantaría repetir lo de esa noche, pero me da miedo que de acá salga algo mal, tú me entiendes.

-Como quieras, yo si saldré y volveré temprano, mañana tenemos cursos desde las siete de la madrugada, nunca he sido buena para levantarme temprano, Raque, esto de la universidad no es para mí, solo tengo un día acá y ya quiero salir corriendo.

-Vamos Amanda, ya te acostumbraras, me siento algo agotada, así que no te esperaré despierta, dile a Sergio que te cuide, no tomes de mas.

Amanda salió de la habitación camino al bar, mientras que Raquel estaba pérdida en sus pensamientos escuchando música, imaginando como sería si se volviese a encontrar con su desconocido perfecto.

En el bar, solo los estudiantes estaban, ya no había tanta gente de fuera de la facultad, todo había vuelto a ser aburrido, solo los estudiantes menos aplicados, estaban un lunes a las once de la noche tomando tragos y cantando las canciones que estaban de moda

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