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No deseo llegar a casa.

Regresé a la mesa, prácticamente huyendo de Matt, pude ver a Amanda que tomaba como loca, supuse que ella era así normalmente, yo pedí una soda mas, no quería tomar nada más; mientras Sergio me contaba sobre Amanda, que sus padres tenían mucho dinero y no le prestaban atención, ella era feliz de fiesta en fiesta, que siempre tomaba de esa manera y que era él quien la llevaba a casa siempre, que era como su hermana y que con él no corría ningún riesgo, puesto que era gay, lo decía mientras me sonreía esperando ver mi reacción al ser gay supongo.

-Qué bueno que Amanda tiene un amigo como tú, siempre es bueno contar con alguien que te cuide.

Terminé de tomar mi soda y casi de inmediato, sentí un calor que recorría todo mi cuerpo, realmente me sentía excitada, mi entrepierna se sentía húmeda, de verdad tenía muchas ganas de tener relaciones sexuales con quien fuera, no estaba ebria, no me estaba excitando nadie, me asusté sinceramente, me levanté, me despedí, le dije a Sergio que por favor llevara de vuelta a Amanda a la habitación, quería huir de ese lugar y sola, algo estaba pasando con mi cuerpo y no tenía idea de que.

-Chicos, me siento mal, creo que lo que bebí no me hizo bien, falta de costumbre supongo, así que me regreso a la facultad, se cuidan. Mientras decía eso, trataba de parecer lo más normal posible, esperaba que no se notara mi sudoración, mi respiración entrecortada y mis ganas de tener sexo.

-Hermosa, yo te regreso a la habitación, no te preocupes, no te vayas sola, te puede suceder algo malo niña, dijo Matt mientras me miraba lascivamente.

-No Matt, dije de manera contundente, ya pedí un taxi por la aplicación, no te preocupes, quédate acá de fiesta, estaré bien, nos vemos mañana, chao, les dije y caminé hacia la salida del bar.

-Bien, ya tienes nuestros números, por favor nos dices cuando llegas, para no preocuparnos.

-Bien, así lo haré chicos, cuiden a Amanda por favor, ya ella me había comentado que Sergio la cuidaba, así que estaba más preocupada por mí que por ella.

Al salir del bar, tuve un pequeño accidente con un chico bastante atractivo, parecía algo mayor que yo, derramó su cerveza sobre mí.

-Oh por Dios, lo siento, que pena, que torpe soy, discúlpame.

En ese momento, mi nivel de excitación apenas y me dejaba hablar, ni la cerveza fría pudo calmar lo que sentía, el taxi no llegaba, me cercioré de que fuera una mujer la chofer, quería cuidarme lo más posible; como no llegaba, comencé a caminar hacía la facultad, me daba pena que me vieran en ese estado, pero no tenía otra manera de llegar.

Había caminado unos metros y un auto se estacionó al lado.

-Oye chica del vestido mojado, te llevo a casa, es mi culpa que estés así toda mojada, ningún taxi te llevará así, lo siento de verdad.

Miré hacia el auto y era el chico que derramó la cerveza sobre mí, necesitaba darme una ducha de agua fría lo antes posible, para bajar esto que nunca había sentido, al no poder soportar más, me subí al auto del chico, era mayor que yo, eso era evidente, pero sinceramente no me importó; él se podía notar que había tomado un poco, pero definitivamente no estaba ebrio, podría conducir rápido y llevarme cerca de la universidad.

-¿A dónde vas, donde te llevo?

No podía ingresar a las residencias con ningún acompañante, eso estaba prohibido, me expulsarían de la facultad de historia si algo así sucediera, ya estábamos más que advertidas que si regresábamos con alguien del sexo opuesto a la facultad, ebrias o drogadas, seríamos expulsadas así, sin más.

-Donde quieras, no deseo llegar a casa, dije como para que no se diera cuenta que era estudiante de la facultad.

-¿Segura?, preguntó él con la sonrisa más sexy que había visto en mi vida, realmente este hombre era extremadamente atractivo.

Él condujo hasta un mirador, en la parte alta de la ciudad, íbamos hablando de todo un poco, necesitaba distraerme definitivamente, le dije que venía de Provensa, que nunca había salido de mi ciudad, omití que era estudiante de la facultad de historia, total, me veía mayor, así que quise jugar un poco con la historia que le contaba, le dije que estaba de paseo en casa de una amiga.

Después de veinte minutos, ya estábamos bajando del auto, él no me contó nada de su vida, solo que tenía más de un año de vivir en la ciudad.

Al bajar del auto, el aire era muy frio y mi vestido no cubría prácticamente nada de mi cuerpo, aun sentía la excitación en mi cuerpo, él se puso frente a mí, ¿tienes frio?

– solo un poco, la verdad no estoy vestida para este lugar; ahí lamenté el haberle hecho caso a Amanda y no ponerme mi ropa habitual.

-Él me abrazó para calentarme, lo que no sabía es que yo estaba caliente, pero de otra manera.

Al sentir su cuerpo caliente frente al mío, algo en mi se encendió, hice algo que en la vida había hecho, tomé la iniciativa y comencé a besar su cuello.

Él me besó apasionadamente mientras me iba encendiendo cada vez más.

Me subió al capó del auto, él sobre mí, nos besábamos apasionadamente, eso hizo que mi entrepierna se humedeciera un poco más, estaba experimentando algo que no había sentido antes.

Su miembro estaba completamente listo para la acción, en ese momento no pensaba en nada más que en quitarme ese deseo que sentía, no sabía que había pasado esa noche, pero sabía que perdería mi virginidad con un desconocido algo mayor que yo, y que no habría ningún problema porque no volvería a verlo en la vida, eso me excitaba de cierto modo un poco más.

Los besos se hicieron más intensos, su miembro se sentía muy duro, poco a poco subió mi pequeño vestido, puso sus manos en mis senos y comenzó a tocarlos.

Cuando me di cuenta, él estaba sobre mí, ahí, al aire libre, sin ninguna otra persona que pudiéramos ver en el lugar.

Bajó la cremallera, se puso protección y me introdujo su miembro, me hizo el amor de manera suave, como si se hubiese dado cuenta de que era mi primera vez, terminamos al mismo tiempo, ahí nos quedamos un largo tiempo abrazados sobre el capó de su Ferrari, por como vestía y el auto que conducía, parecía un tipo de dinero, pero la verdad, no me importaba, no lo iba a volver a ver en la vida.

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